Eterno Retorno

Friday, June 11, 2021

porque así de fuerte hablan (o gritan) las voces que lo habitan

 


 

Junio y sus cielos nublados, su mar plomizo y la hierba, ahora seca, que no acierta a moverse metafóricamente. La erupción de acondicionador en la bañera me hizo preguntarme cuándo fue la última vez que me vine en plan geiser, como una escopeta, disparando las gotas de semen  hacia las alturas. ¿Diciembre de 2012? Qué manera de iniciar el sexenio de EPN. En el 30 aniversario de Left Hand Path me sentí en un templo satanista old school con una suerte de Baronesa Blavatsky y yo en plan de “si este ha sido siempre mi camino cainita de la mano izquierda aunque en lugar de un Baphomet había tatuajes o bordados del Atlante. En la pizzería evoqué enciclopedias de animales. : bueyes almiscleros de la tundra, carreteras empapadas coronadas por rayos, intensidades que no retornarán. La tundra: un reno en ruta por un suelo poblado de líquenes y charcos helados. El mar de los búfalos le llamaba yo. Mar helado y oscuro de los búfalos. 

Chaising the dream. La red atrapasueños casi perdía esta asociación , pero una lectura de Pamuk la trajo de regreso. Al momento de spertar alguien me decía (con ese tonito de cronista mamón tan a lo Caparrós) que él se levanta (así, en tercera persona) más temprano porque así de fuerte hablan (o gritan) las voces que lo habitan. Habitado por demonios internos o por recuerdos o las ideas o los duelos internos de irreductibles egos rejegos. Dice Pamuk que el olor del Bósforo cuando hay viento del sur y las ruedas de los barcos es fácilemente distinguible. Para Orhan hay una paleta de múltiples olores posibles bajo el puente de Galata. Hay tantos sonidos distintos. El metro en Londres tiene su propio estertor. El rumor de las ciudades, sus furtivos hedores, su canción oculta y el cacofónico murmullo de las 666 mil voces que nos habitan.

Tuesday, June 08, 2021

Gabo y Marito en Lima

 


Lo que torna fascinante  esta charla entre Gabo y Marito en Lima, es el momento clave e irrepetible en que ocurre: septiembre de 1967. Aún faltaban nueve años para el mítico puñetazo. Si el de Aracataca y el de Arequipa hubieran platicado una década después  ya nada habría sido igual, pero el 67 encarna la esencia del éxtasis. Cien años de soledad se acaba de publicar  cuatro meses antes  mientras que La casa verde recién ha ganado el premio  Rómulo Gallegos. No es el momento cumbre sino algo mejor: el momento del ascenso imparable, cuando ambos intuyen que están elevándose a los cielos como Remedios la Bella. Ojo, lo intuyen pero no lo saben. Hay todavía una dosis de inocencia en sus personalidades.  No son todavía dos monstruos con descomunal tonelaje político sino dos narradores en ebullición. Aunque ya se le nombra de manera esporádica, el Boom todavía no es Boom porque está ocurriendo justo en ese momento. Aún no se sabe que esta onomatopeya se acabará canonizando. Tampoco que los escarceos fantásticos del colombiano serán nombrados realismo mágico.  El formato de la charla establece que Marito pregunta y Gabo responde. El colombiano, al puro estilo de Rulfo, es un fabulador de su propia vida. Su estilo oral es fiel a esa fina socarronería de la que  hará gala siempre. No le acabo de creer que la frase “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento…” se le ocurrió a los quince años de edad y que desde entonces tenía  Cien años de soledad en la cabeza. Según él, La hojarasca, Los funerales de la Mamá Grande, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora, fueron solo un preludio antes de la gran obra. También me llama la atención que según Gabo, el legendario viaje que realiza junto con su madre  a Arequipa para vender la casa de sus abuelos lo hizo siendo un quinceañero, cuando  en la autobiografía Vivir para contarla,  dicho viaje lo realizó (entiendo) cuando acababa de dejar sus estudios de Derecho y se ganaba la vida como reportero en Barranquilla. Otro punto que contrasta con el tradicional discurso garcíamarqueano, es la forma de referirse al periodismo. Yo me acostumbré a frases como  “el periodismo es el mejor oficio del mundo” y “se es reportero toda la vida”, pero aquí   Gabo habla de la reporteada como un vil trabajo alimentario que le robaba tiempo para escribir. Conozco esa sensación. Por supuesto hablan de Borges (y no me gusta del todo lo que dicen). Marito, aunque se declara su admirador,  le echa en cara su conservadurismo mientras que Gabo, siempre socarrón, dice “lo leo todas las noches y es un escritor que detesto”. En fin, me  chuté esta charla “de hidalgo”,   en menos de una hora y media en que subrayé muchísimas frases. Para la sobremesa quedan los testimonios de algunos asistentes al encuentro y  el álbum de fotos de la que a la postre fue la única visita de Gabo a Lima en su larga vida.

Sunday, June 06, 2021

Ya votamos


 

Listo, ya votamos. Aquí estamos, porque queremos vivir en un país de leyes e instituciones firmes y autónomas que enaltezca la pluralidad e impulse la organización ciudadana independiente; un país con más sociedad y menos gobierno, donde haya una clarísima división de poderes y donde el ejercicio gubernamental sea horizontal, no vertical y autoritario; votamos, porque queremos un país donde la institución y la ley están por encima de los caprichos de un caudillo. Soñamos con un México laico en donde se enaltezca y priorice a la ciencia, la educación, la cultura y el cuidado del medio ambiente. Un México donde al crimen se le combata con la fuerza de la ley y de las armas, no con la burda complicidad y la tolerancia. Un México abierto al mundo contemporáneo, capaz de absorber lo mejor de otras culturas, receptivo a la adopción de nuevas ideas y no inmerso en un vicioso círculo en donde tropezar con la misma anacrónica piedra sea ritual de lo habitual. Una tierra en donde haya un pleno respeto a las libertades individuales y en donde se impulse y no se combata la generación de desarrollo y riqueza. Votamos, porque queremos un gobierno abierto a la crítica y a la divergencia, capaz de entender que la libertad de expresión debe vivirse y ejercerse a plenitud y que el papel del buen periodismo será siempre cuestionar, dudar y arrojar luz en donde hay opacidad. No queremos un gobierno promotor del sectarismo, la división, el resentimiento y el revanchismo como políticas públicas. Cierto, de utopías está lleno el mundo, pero ese país ideal lo construimos cada día millones de ciudadanos. De nosotros depende seguirlo construyendo. Si aún no has votado, sal votar. Aún hay tiempo. Esta historia la escribimos todos.