Eterno Retorno

Friday, April 05, 2024

Tres lecturas semanasantaneras frente al Caribe

 


 

 

 

Tres libros leí durante esta caribeña Semana Santa: Baumgartner de Paul Auster; En agosto nos vemos de Gabriel García Márquez y Dios fulmine a la que escriba sobre mí de Aura García- Junco.

De Baumgartner solo puedo decir que es Auster siendo demasiado Auster, un gran remix o un caldo campechano de sus perpetuas obsesiones: familias migrantes judías en el viejo Newark, padres fallidos, abuelas misteriosas, intelectuales inmersos en la crisis de la edad madura, máquinas de escribir, pequeñas historias alternas como muñecas rusas. Me queda la sensación de “esto ya lo he leído antes”. No es una obra desafiante o arriesgada, sino pasada de sencilla y honesta. La historia escrita por un autor de 76 años de edad que con el cáncer a cuestas tiene plena conciencia del final y te dice que después de todo, la vida valió la pena ser vivida por la vocación de amar. Por herencia nos quedan tan solo la gratitud y la siempre ficticia memoria.



Más sencillo aún me parece el libro de Gabo- En agosto nos vemos es su novela más simple y también la más gozosamente cachonda. Un divertimento de viejo, la gran nostalgia de evocar el alto verano cuando estás en pleno invierno. No todo lo que uno escribe tiene la intención de publicarse y creo que Gabo simplemente quiso fantasear y entretenerse a sí mismo con las aventuras galantes de Ana Magdalena Bach. La prosa tiene todo el ritmo y la cadencia garcíamarqueana aderezados por esa salsita adjetival tan suya con sus entornos y atmósferas tan típicamente caribeñas. Se lee en media tarde y hasta se disfruta, pero hasta ahí. No spoilers please, pero el final es abrupto, forzado, sobrepuesto, sacadísimo de la manga. Ello explica el que los hijos de Gabo y su editor hayan dedicado más de una cuarta parte del libro a justificarse y explicarle al mundo las ra$ones por las que publicaron una novela que evidentemente el autor no pensaba publicar.



Sobre el libro de Aura García-Junco solo puedo decir que fue una grata e inesperada sorpresa que superó mis expectativas. Yo había leído tan solo un cuento de la autora en la antología Sin mayoría de edad que compiló mi amigo Joel Flores en la editorial de la UNAM. También conocía el proyecto Goliardos, cuyas compilaciones solían circular en los ambientes metaleros chilangos. De lo que hasta ahora me voy enterando, es que Aura es hija de H.Pascal, el Goliardo Mayor, quien inspiró Dios fulmine a la que escriba sobre mí. De los tres libros que leí esta semana fue el que me hizo reflexionar más, pues me confronta con algunos de los temas que más me pueden: la crueldad del espíritu de la época, la literatura marginal versus la “alta” literatura, el doble papel de tesoro y monserga que juega una biblioteca, el abismo epistemológico que parece separarnos de las nuevas generaciones, la senda del perdedor como irrenunciable destino existencial, la pura y dura tentación del fracaso (Ribeyro dixit). Además, el libro de Aura dialoga con dos novelas que me dejaron huella: La invención de la soledad de Auster e Historia universal de la literatura portátil de Vila-Matas. Esperen pronto una reseña a fondo.