Filia colombiana
A veces he llegado a pensar que esto de la escritura es
un arado marino, un afán de edificar una ciudad de iglús en el desierto, pero
de repente, Colombia me demuestra que ha valido la pena una y
mil veces compartir cada párrafo y dejar zarpar cada barco de papel aunque
parezca condenado al naufragio. Gracias colegas. Ustedes me han devuelto la fe
en el oficio.