Eterno Retorno

Friday, June 24, 2016

Al principio había celtas, bretones y caledonios pero las corrientes del Canal de la Mancha no pudieron contener al águila imperial romana. Arribaron después los sajones y más tarde los normandos. Fue en 1066 en Hastings donde la horda de Guillermo el Conquistador les hizo ver su suerte, pero desde entonces ningún invasor armado ha vuelto a poner los pies en la isla (la Luftwaffe de Göring sólo pudo hacerlo por aire). Los isleños miran y han mirado siempre con profunda desconfianza al continente y reniegan de él, sin importar que Ricardo Corazón de León haya hablado más fluidamente el francés que el inglés y haya pasado más tiempo de su vida en Francia que en Inglaterra. ¿Qué es un británico? ¿Es un Invanhoe con la Cruz de San Jorge en el pecho o es el alcalde pakistaní de Londres? ¿Es un flemático caballerito victoriano o un jamaiquino de Brixton? “Mi nombre es Karim Amir y soy un inglés de los pies a la cabeza, casi”, se presenta el personaje de El Buda de los suburbios en el primer párrafo de la novela. Vocacionalmente aislados y aferrados a su monólogo, olvidan que los grandes personajes de Shakespeare son un príncipe danés, unos amantes de Verona y un moro celoso de Venecia (entre las mil y un teorías sobre la identidad del Bardo se habla de un proyecto isabelino de crear una obra literaria que reflejara a toda Europa). Lo cierto es que con perdón de Amis, Barnes y McEwan, si de literatura contemporánea hablamos lo más representativo de la isla es un hijo de pakistanís llamado Hanif Kureishi y un eterno prófugo nacido en Bombay, un tal Salman Rushdie. A veces creo que el Leave es pura flema y pedantería. Tampoco es casual que los tabloides británicos más burdamente amarillistas sean antieuropeos. The mob rules. Tampoco me sorprende que Donald Trump celebre el Brexit y afirme que la UE solo sirvió para llenar la isla de inmigrantes. Los muros y el aislacionismo dibujan su mundo perfecto. Por lo pronto un señor historiador como Bruce Dickinson ha votado por el Leave mientras canta The Trooper enarbolando la Union Jack con su traje de paladín de la Reina e imagino a Bill Byford de Saxon celebrando la independencia mientras canta Crusader. Desde mi lejanía e ignorancia yo creo que la isla pierde. Por ahora solo resta calentar el agua para el té, beber una New Castle o un buen whisky mientras escuchamos el British Steel de Judas Priest o This is England de The Clash. ¿O procede mejor Should I Stay or Should I Go? Con o sin la isla en la gran pandilla europea hoy es el sueño de una noche de verano. Tiempo de encender las hogueras de San Juan.

Thursday, June 23, 2016

Otra vez Playas de Tijuana. La desolada calle del Malecón al anochecer, un taxi desbocado llevándome lejos y el presagio de una densa caminata de retorno. Playas, algún teléfono público, intuiciones de recónditos litorales. Otra vez Playas. Por ahora no hay mucho más. Demoré en testimoniar el abismo oceánico a ras de acantilado. Postergué hasta el infinito la imagen del agua salada bordeando la carretera Escénica. Un pozo de mar desde el barranco de El Vigía hasta el centro de la Tierra y acaso se sobreentienda lo de las colas de cetáceos, las sombras de las orcas irrumpiendo en la playa autopista, la profundidad sin límite. Torsos, aletas, abismal marea a la alza.

Tuesday, June 21, 2016

En torno al gran incendio nacional tengo demasiadas dudas y casi ninguna certeza y si por un momento dejo a un lado mi autismo literario para intervenir en el tema, es para hacer preguntas porque de respuestas francamente carezco. I-Mi primera duda ¿Por qué se habla tan poco del asesinato de colega reportero Elidio Ramos Zárate? ¿Por qué nadie ha ofrecido ni exigido una explicación de este crimen? ¿Por qué su muerte no ha subido al ardiente termómetro de la indignación social? Elidio no murió por bala perdida en el fragor de la batalla ni es una víctima colateral. Al colega del diario El Sur lo ejecutó un comando armado que iba por él. Estaba cubriendo un bloqueo carretero y una quema de autobuses en los alrededores de Juchitán cuando un comando lo acribilló con armas largas. En la balacera también cayó Raúl Cano López, hermano el director del periódico Hechos. En lo personal me sorprende lo poco que se comenta este asunto. ¿De dónde carajos salió ese comando? ¿Qué deseaban impedir o silenciar con la muerte del reportero? Me parece que en las respuestas a estas preguntas se puede arrojar un poco de luz sobre las oscuras líneas de sombra que cubren Oaxaca. II- Los tiempos más hostiles para ejercer el periodismo en México son los actuales. En 1988 la muerte de un periodista era noticia y generaba indignación. En 2016 es - parafraseando a Janes Addiction- ritual de lo habitual. Hoy nos encontramos con la noticia del asesinato de la reportera Zamira Esther Bautista en Ciudad Victoria. A la colega la acribillaron cuando salía de su casa a temprana hora de la mañana. Junto a su cuerpo destrozado el respectivo narcomensaje: por traer línea y por chismosa. En torno a este tema tengo una sola certeza: de Zamira Esther se hablará muy poco, casi nada y su muerte caerá pronto en el olvido. Con ella son 15 reporteros asesinados en Tamaulipas en los últimos cinco años, por no hablar de los 17 desaparecidos. El asunto se vuelve tan cotidiano, tan poco noticioso, que acaba por convertirse en información de relleno. La nota ni siquiera tendrá seguimiento. Mañana o acaso hoy por la tarde se dejará de hablar de ella. III- Cuando hablamos de matazones relacionadas con la subversión o la protesta ciudadana, siempre ha habido una extraña mano oculta en las sombras. El guante blanco del Batallón Olimpia en Tlatelolco, los espectrales Halcones en el Jueves de Corpus, los paramilitares de Acteal, los Guerreros Unidos de Iguala. Bla, bla. En teoría, las tropas o corporaciones regulares no son nunca quienes aprietan el gatillo o al menos jamás lo aceptan. La pequeña diferencia, creo, es que en 1968 Díaz Ordaz y Echeverría sabían pelos y señales del Batallón Olimpia. Hubo un tiempo en que Bucareli era un ojo todo poderoso. Si había infiltrados o manos ocultas Gobernación lo sabía y probablemente lo controlaba. Hoy tengo la impresión de que ya no controla un carajo. Bucareli ya no sabe ni tiene idea clara sobre quién mece la cuna en Oaxaca y Guerrero. El gobierno federal da palos de ciego. IV- ¿Quién pierde y quién gana con este derramamiento de sangre? La historia más triste es la de los maestros muertos y sus familias. Vida solo hay una y no hay condolencia ni indignación que la regrese. ¿Quién es el mayor damnificado político? Otra vez Peña Nieto y ahora su malogrado delfín Nuño. Son cadáveres políticos sin redención posible ¿Quién gana mucho con la tragedia y lucrará hasta el hartazgo con los muertos? ¿Acaso hace falta aclararlo? Esa respuesta todos la sabemos.

El tigre y el viento andan haciendo maldades con la llegada del verano. La semana pasada tuve la oportunidad de platicar con mi colega Hidalgo Neira de Reporte Indigo. Estos son los párrafos que dedica a Vientos de Santa Ana. No lo pudiste describir mejor Hidalgo: todo queda entre los felinos de la frontera. Es también la primera vez que en una entrevista tocamos el tema del componente autobiográfico del personaje. Guillermo Demian es mi ex-futuro (Faciolince dixit), pero una de nuestras muchas diferencias es que él fuma mucho y yo no. Muchísimas gracias a Armando Estrop y al gran equipo de Indigo por el espacio y el interés. Gratitud total colegas.http://www.reporteindigo.com/piensa/libros/entre-los-felinos-de-la-frontera Entre los felinos de la frontera ‘Vientos de Santa Ana’, de Daniel Salinas Basave, camina sobre el filo del periodismo, lo policiaco y la realidad. El reportero narra, a manera de ficción, el asesinato de Héctor ‘El Gato’ Félix, columnista de El Semanario ZETA POR HIDALGO NEIRA El periodismo se vuelve protagonista cuando un suceso marca a la comunidad noticiosa, pero en México ya no son sorpresas los asesinatos a reporteros en Veracruz, Guerrero, Chihuahua y Tamaulipas, entre el resto de estados que suman 82 muertes oficiales según el registro de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) en los últimos 10 años. Sin embargo el 20 de abril de 1988, antes de que el plomo fuera transgresor en las filas editoriales, antes de que los asesinatos a reporteros resultaran ser una constante en el país, antes de que existiera una ley de protección para periodistas se cometió un crimen que dejó huella al norte de México. La matanza a quemarropa de Héctor Félix Miranda, conocido con el mote de “El Gato”, marcó al trabajo periodístico desde entonces, pues a 28 años del crimen, se sigue sin dar castigo a los culpables intelectuales, al menos eso es lo que reza la columna del difunto “Un poco de algo” en el Semanario ZETA, en cada una de sus publicaciones desde su defunción. Bajo esta premisa real, Daniel Salinas Basave toma la leyenda en torno a “El Gato” y la convierte en la novela “Vientos de Santa Ana”, en la que de manera desencajada narra los sucesos transcurridos a 30 años del asesinato. Basave, sin miedo A pesar que el reportero de oficio, ahora convertido en literato, disfraza los nombres de personalidades claramente conocidas como Jesús Blancornelas, Jorge Hank Rhon o el mismo Félix Miranda, se siente claro el guiño hacia la ciudad donde comienza Latinoamérica. Al cuestionar a Salinas Basave de si no teme en convertirse en el siguiente “Gato” en la historia, por plasmar en su libro parte de la verdad de Tijuana, respondió con un categórico “No creo, yo quiero creer que no. Al cambiar los nombres lo que quise hacer fue trazar la frontera a veces engañosa entre periodismo y literatura”, dijo para Reporte Indigo. Autobiografía indirecta En las letras de Salinas Basave se puede leer el lado crudo del periodismo, la jornada indigna y el amor al oficio a pesar de sus inclemencias. El autor admite que parte de la obra es una autobiografía silenciosa, pero que la construcción de su personaje principal no es un reflejo cristalino de él. “Es muy autobiográfico en muchas cosas, pero Guillermo Damián Lozano, no soy yo en todas las cosas”, especificó de su protagonista que también sigue la labor de “tundeteclas”. Los clichés de un periodista acabado son parte de Lozano, ya que este reportero de ficción se encuentra sumergido en el tabaco y alcohol, producto de la decepción periodística de haber pasado los mejores años de su vida en una redacción sin futuro. Llevando el libro más allá del bordo El escritor defiende su trabajo literario para ser explorado en un mercado que se encuentre ajeno a la labor periodística y conocer las altas y bajas del oficio. “Es una novela que retrata, sin máscara y sin idealismos, la realidad del ejercicio periodístico lejos de los grandes centros de poder, es la cara oscura del periodismo más allá del ‘rockstarismo’ de los grandes medios, es la vida de la tropa en el lejano norte, pero que es, al mismo tiempo, la vida que lleva el 85 o el 90 por ciento de los colegas en este país”, puntualizó.

Monday, June 20, 2016

Anticipé que en 2016 lloverían letras y dicho y hecho: esto ya es una tormenta. Caminando junto al verano llegaron hace unos momentos a las puertas de mi casa los primeros ocho libros de la colección En la mira, una cofradía de novelas cortas editadas por Artificios, la trinchera editorial del siempre hiperactivo Rafael Rodríguez. A las historias incluidas las hermana el color negro azabache y el olor a pólvora. Entre los autores que echaron bala hay algunos colegas con larguísimo kilometraje como el incansable Gabriel Trujillo y José Manuel Di Bella y no pocos representantes de mi setentera generación como Nylsa Martínez, José Salvador Ruiz, Iván Farías, Juan José Aboytia y Omar Delgado. Como no queriendo mucho la cosa me he colado en la fiesta de las balas con Predrag .Ángel del Exterminio, mi pequeña historia de horror balcánico. Concebida originalmente como cuento en una sofocante mañana mexicalense (tengo muy claro el momento en que llegó el flashazo) fue alargándose hasta transformarse en una novela corta. Originalmente se llamó Crveno (rojo en serbio) pero el exceso de consonantes nos llevó buscar otro nombre. Llegué a pensar bolañeramente en ponerle Una novelita balcánica, pero al final decidimos bautizarla como su personaje principal, Predrag Jerkovic. La historia trata sobre un violentísimo hooligan del Estrella Roja de Belgrado que un buen día es reclutado por la horda del Tigre Arkan. De simple peleador callejero, Predrag se convierte en un despiadado paramilitar, verdugo de élite en el comando serbio de exterminio más sanguinario de la guerra yugoslava. Aunque mi personaje es ficticio, quienes lo rodean son espantosamente reales. Me refiero al Tigre Arkan, - una suerte de playboy multihomicida, empresario del futbol y el espectáculo- y su esposa, la bomba sexual Sveltana Raznatovic, conocida como Ceca, la cantante más pop más famosa de Serbia. Es un relato extremo y despiadado escrito (como me gusta y es marca de la casa) en segunda persona. Me agrada trabajar con Rafa. Es un editor echado para adelante. Cuando te plantea un proyecto es porque ya se puso manos a la obra. Ya me tocó chambear con él en Mitos del Bicentenario y Réquiem por Gutenberg y solo puedo decir que es de los que toma el toro por los cuernos. Por lo que a los libros respecta están hechos para ser compañeros de viaje, callejera literatura diseñada para el bolsillo, en todo el sentido de la palabra. La colección, según me dicen, se venderá en paquete de diez a un costo insultantemente accesible. Estas letras ya corren a través de la frontera. Potenciales lectores están En la mira.