Eterno Retorno

Friday, March 09, 2007

No creo en el día de la mujer, ni en el día de la familia, ni el día del padre de la madre o del hijo o del espíritu santo, ni en el día del futbol, ni el día de la libertad de expresión ni en el día de la caca del perro. Por ahí alguien me dijo que hasta hay día de la poesía. Háganme el favor. Las únicas fechas que me hacen reflexionar son las que tienen un significado real en mi vida. Todo lo demás es un ridículo invento, más pretextos para un mundo necesitado de pretextar.


Hoy se cumplen 22 años de la muerte de mi Abuela. El 9 de marzo siempre será un día infinitamente triste.
Hasta la fecha es la muerte que más he llorado en mi vida.
Ella nació en Malaga en 1926, pasó los tres años de la Guerra Civil del 36 oculta en un cerro y en los últimos años de su vida hizo inmensamente feliz mi infancia.

Tuesday, March 06, 2007

Marzo, Idus de Marzo

Nada como los vientos de Marzo. Mes de presagios, de intuiciones funestas, de crucifixiones anunciadas. El viento de Marzo son las Idus de Marzo. El viento es el Oráculo que te habla del cuchillo oculto en las sombras.
Más de una tragedia ha acaecido en marzo. Más de una despedida y también... más de un renacimiento.

Cuervos, cielos claros, vientos infestados de premoniciones, sueños cargados con revelaciones prófugas que me abandonan al amanecer. Este es Marzo, el mes en que históricamente todo suele ser mandado a la chingada.


Lecturas

Cuando terminé de leer Kafka en la orilla de Murakami, me quedó claro lo mucho que hubiera disfrutado leer ese libro en la adolescencia. Tanto o más que los de Hesse.
En cambio, cuando acabé de leer Brooklyn Follies de Paul Auster, tuve la certeza de que sólo un adulto pudo disfrutar un libro así. Hay libros para mayores de 30 años y creo que si lo hubiera leído en la adolescencia me hubiera matado de aburrición.



Adiós calumnia

La buena noticia ha sido la eliminación por parte del Senado de la República del delito de calumnia y difamación. Ya sabemos que este delito las más de las veces era usado como un arma de presión e intimidación de parte funcionarios en contra de colegas periodistas incómodos que empezaban a publicar sus verdades. Ejemplos hay por centenares de colegas llevados a los tribunales únicamente por publicar realidades en torno a la función pública. A mí me demandaron por difamación varias veces. Por supuesto las demandas me hicieron lo que el aire le hizo a Juárez y pronto aprendí a no tenerles miedo e ignorarlas. De cualquier manera, es cómodo saber que hayan eliminado al carajo esa arma anti periodistas.

Noticias headbangueras

No les conté que el pasado 26 de enero fuimos a ver a Slayer al Soma en un concierto sobrio, sin una gota de cerveza, pero cargados con la adrenalina y la furia que te inyectan Kerry King y compañía. Slayer jamás me han defraudado en un concierto.
Por cierto, la rola abridora de Slayer puede variar y también la del cierre (aunque casi siempre es Angel of Death) pero jamás de los jamases, en los conciertos que los he visto, incluidos discos en vivo y video, han variado la segunda rola de la noche: War Ensable. ¿Será una cabala?


Tampoco les conté que el pasado 18 de febrero fuimos a House of Blues a ver a Cradle of Filth y a los vampiros fineses de 69 Eyes. Altas dosis de Samuel Adams. Mi compa Octavio y yo vimos el concierto desde la terracita del segundo piso. Vista inmejorable. Grata revelación 69 Eyes. Casi estoy a punto de decir que me gustó más que Cradle o por lo menos la fiebre post concierto ha sido mayor, pues casi todos los días escucho su disco en el i Pod.
Mi tocayo Dani Filth es tan chaparrito, que ni sus botas con plataforma de un metro lo pueden disimular. De cualquier manera la rifaron, aunque me quedaron a deber Funeral in Carpathia.
Ayer nos perdimos a Dropkick Murphys y a Sick Off It All en House of Blues. Sold Out absoluto. Tenía ganas de brincar harcoreramente. Tomaré una Guiness a su salud.


Por cierto, gracias a mi amigo Ángel Dark Tijuana me entero de la llegada de los punketos de Exploited el próximo 31 de marzo. Ahí estaremos sin duda. Y agárrense, que el 19 de mayo ya están confirmados los blackmetaleros noruegos de Dimmu Borgir en el Soma acompañados de los canadienses brutales de Kataklysm. Ahí estaremos.



RIP (Tomado de El País)

El sociólogo y filósofo francés Jean Baudrillard ha muerto hoy en París a la edad de 77 años, tras una larga enfermedad. Autor de más de cincuenta libros, ha sido una de los pensadores modernos más influyentes en los últimos años. Calificado de nihilista muchas veces, las declaraciones del filósofo siempre han levantado polémica.

Reflexiones futboleras

Anoche soñé con insoportable claridad que Barcelona ganaba 2-0 en Anfield Road y dejaba fuera de la Champions a la Armada Roja del Liverpool. En este partido yo le iba a los Rojos, pero cuando cayó el gol del islandés tuve la seguridad de que el sueño se materializaría. Por fortuna el silbato del árbitro acabó con mis aspiraciones de profeta. No se si esta noche vaya a tener un sueño que me revele lo que pasará mañana en Bavaria, pero sólo puedo decirles que esta semana será inmensamente feliz si Bayern me hace el favor de eliminar a los pijos blancos de la Castellana.

¿No encuentras el sentido de la vida? Déjame decirte que si el domingo hubieras visto el West Ham vs Tottenham habrías concluido conmigo que por partidos así la vida merece ser vivida. El clásico londinés terminó en shakespereana tragedia para el West Ham. Ganaba 2-0 y lo empataron 2-2. Se puso 3-2 al minuto 90 y al 95 perdía 3-4. Creo que los Hammers han firmado con esto su pasaporte al descenso, sin embargo su muerte fue propia de héroe griego. Cuando veo esta clase de partidos me reafirmo una y mil veces que yo puedo prescindir del cine.
Por solidaridad con la mejor banda del Universo, que como ustedes saben se llama Iron Maiden, siempre he tenido simpatía por West Ham, en cuyas reservas jugó Steve Harris antes de fundar la Doncella. Ayer perdió y yo sentí tristeza, pero me quedé con la orgásmica satisfacción de haber visto uno de los mejores partidos del año.

Ojalá los cinéfilos hubieran visto ese gran juego. Hubieran comprendido por qué lo único que puede captar y mantener mi atención en una pantalla es un partido de futbol. No hay drama o película que siquiera pueda igualar en lo más mínimo esa emoción sin igual que te genera mirar un partido.
Siempre he considerado al séptimo arte una pasión de imbéciles y la enorme mayoría de las películas han sido mi mejor remedio contra el insomnio. Hace unos días llevaron a la casa el dvd del Laberinto del Fauno y no les miento: antes de diez minutos estaba profundamente dormido. Nomás no la vi. Carol sí la vio y me dijo que no perdí de nada y que tal como lo suponía es una bazofia aburrida.
Cinéfilos del mundo: dejen de preocuparse por quién carajos gana los oscares o por definir géneros y calificar actuaciones. Pónganse a ver futbol como yo. Las mejores cien o las mejores mil películas que he visto en mi vida tienen 22 actores y por escenario un campo verde con dos porterías. Ese es el mejor espectáculo de la humanidad y ni un director podrá jamás acercarse siquiera a la emoción que me produce. Bendita y Alabada por siempre sea la Premier League.


Por cierto, ni falta hace que diga que los últimos dos fines de semana he sido inmensamente feliz. Un fin de semana redondo se produce cada que ganan los Tigres. Pero el fin de semana perfecto y delicioso se completa cuando ganan los Tigres y pierden las pestilentes rayas. Cuánta felicidad me da ver al equipo del piojoso chapoteando en el último lugar, ese que le está reservado. Sufran rayas de miérda. ARRIBA LOS TIGRES.


Pecados doñiles

Ay, la literatura doñil ¿Qué haríamos sin ella? Perdón por este inevitable prejuicio de género, pero suponiendo que abriéramos el libro a ciegas y nadie nos dijera quién es el autor de Inés del alma mía, basta leer un par de páginas o acaso solamente de párrafos para darnos cuenta que fue escrito por una señora y pensado para un público de señoras. Va la apuesta doble contra sencillo a que este libro tendrá muchas más lectoras que lectores. Vaya, con decirle que por momentos durante la lectura me sentí tan fuera de lugar como un único hombre sentado en un baby shower o una reunión de un club de damas.
Ojo, no es en absoluto una mala novela, pero hay que ubicarla en la comercial dimensión que le corresponde. De hecho es bastante entretenida y confieso, hasta con cierta culpabilidad, que me mantuvo atrapado hasta el final. Literatura comercialota que no niega la cruz de su parroquia, best seller femenino adornado con casi todos los clichés que corresponden a una heroína romántica y es que en honor a la verdad hay páginas en que Inés del alma mía coquetea con una novela del corazón pintada del color rosa más profundo, propia de revista Cosmopolitan. Claro, habrá quien pueda decir que no es muy rosa una heroína que empuña la espada, acuchilla violadores y corta cabezas de caciques, pero con todo y los baños de sangre la novela jamás pierde su vocación romántica al más puro estilo Hollywood. Que no le extrañe a usted si Inés del alma mía llega a la pantalla grande, pues está que ni mandada hacer para ser éxito comercial de taquilla.
Desde la lectura de la Araucana de Alonso de Ercilla en la adolescencia, siempre he padecido cierta adicción por la historia de la conquista de Chile. Pedro de Valdivia, Caupolicán y Lautaro son nombres que ejercen magnetismo y al saber que Inés del alma mía es una novela épica sobre la guerra araucana su lectura fue inevitable.
Inés Suárez es un personaje real, aunque parece de leyenda. Nació, como todos los conquistadores, en Extremadura, concretamente en Plasencia en 1507. En 1526, a los 19 años, se casa con Juan de Málaga, un borrachín, jugador y mujeriego al que le sobra energía pare hacerle maravillas en la cama. Dos años después el marido se marcha probar fortuna en un barco que parte a Panamá. En 1537, o sea diez años después, Inés consigue licencia real para embarcarse al Nuevo Mundo y allá va a perseguir a su marido al que nunca encontrará. Su vida cruzará en Perú con la de Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile y es ahí donde empieza la epopeya romántica.
Aunque su existencia es un hecho comprobado, son muy pocas las fuentes historiográficas serias que aportan detalles sobre la vida de Inés Suárez. Isabel Allende asegura que la escritura de su novela le llevó cuatro años de lecturas e investigaciones y aunque la autora jura que trató se ceñirse a la historia real, como en toda buena novela es un hecho que le puso bastante de su cosecha.
La Inés Suárez de Isabel Allende es una amante ardiente y fiera conquistadora que no le tiembla la mano para sacar la espada, que tiene el don mágico de encontrar agua en el más seco paraje además de habilidades de enfermera capaz de sanar fracturas y que por si fuera poco, gracias a una criada indígena, domina ciertas técnicas de herbolaria y hechicería.
Claro, al más puro estilo de novelas doñiles marca Laura Esquivel o Marcela Serrano, Allende dedica amplios párrafos a la femenina descripción de vestidos, joyería, adornos y platillos. El olor del perfume de mujer no se desvanece ni en lo más cruento del combate y la vena romántica que impregna cada párrafo acaba por contagiar al más frío de los lectores. Cinco siglos después, La Araucana se volvió prosa y acaso este muy cerca de llegar a Hollywood.


Edenes paraguas

La obsesión por encontrar el paraíso en la Tierra es tan vieja como la humanidad. El trauma de Eva y Adán es una herida abierta y de una u otra forma todas las culturas han querido encontrar ese rincón del Universo en donde se pueda encontrar la plenitud existencial.
Teólogos, filósofos, ideólogos y soñadores de la más diversa calaña han teorizado o alucinado el reencuentro de este paraíso donde sólo reine el bien.
Tomás Moro soñó en su Utopía con la existencia de un lugar donde reinara la perfecta armonía humana. También los jesuitas, discípulos de San Ignacio de Loyola, soñaron con esa tierra de humildad y perfección en donde la paz absoluta fuera ama y señora.
En un selvático rincón de América, la cultura guaraní también imaginó Yvimaraneÿ, un sitio mitológico que podría traducirse como La Tierra sin Mal.
Pues bien, en el Siglo XVII los jesuitas creyeron encontrar en la profundidad de las selvas sudamericanas un lugar que sería la perfecta expresión del paraíso terrenal. Ese lugar se llamaba Paraguay.
Homogeneizar la historia de la conquista de América es un error de lo más frecuente. Creer que desde México hasta Chile todo fue depredación, esclavitud, látigo y encomiendas es el lugar común de los críticos de la conquista. Se olvidan a menudo que hubo un lugar sui generis donde se dio un proceso de colonización y evangelización radicalmente distinto al del resto de América. Ese fue el caso de Paraguay una tierra que fue una gigantesca misión jesuítica. Ese paraíso es precisamente el territorio final en donde desemboca La Tierra sin Mal, novela del escritor extremeño Jesús Sánchez Adalid
Aventuras, viajes, destinos cruzados, amor y guerra es una fórmula muy típica a la que pocos novelistas se resisten y es la apuesta de Sánchez Adalid en La Tierra sin Mal.
El Siglo de Oro español, que tan de moda puso Arturo Pérez Reverte con su capitán Alatriste, es el tiempo en que transcurre esta novela de más de medio millar de páginas. La metrópoli madrileña de los Austrias, la Salamanca de los intelectuales, la Sevilla de soñadores y truhanes, los puertos canarios siempre llenos de aventureros deseosos de volverse ricos en las Indias son los escenarios de la primera parte de esta novela que tiene un par de personajes cuya visión de la vida es radicalmente opuesta aunque sus existencias se mantienen paralelas.
Tomás Llera, un típico hidalgo de Extremadura, la tierra de Hernán Cortés, Francisco Pizarro y casi todos los conquistadores, es un cazador de fortunas que sueña con embarcarse a las Indias a cubrirse de oro y gloria
Frente a él Enrique Madrigal, un misionero jesuita, obsesionado con la lectura de Utopía de Tomás Moro, que sueña con encontrar en América esa sucursal del paraíso que le ha sido negada a la humanidad. Ese lugar lo encontrará Madrigal en el Paraguay, un reducto en medio de la selva que se convierte en el único refugio contra la esclavitud y la injusticia que reina en América. Por desgracia La Tierra sin Mal, como todos los paraísos, es efímera.