Eterno Retorno

Friday, October 21, 2005

Muertito en moto

Solo en nuestra bella Tijuana sucede una cosa como ésta. Imaginen una vieja motocicleta con dos personas a bordo que circulan al amanecer de un viernes sobre la calle Melchor Ocampo entre Segunda y Primera. De pronto, el conductor pierde el control, la motocicleta derrapa y azota en la calle con todo y su compañero. El conductor se levanta nervioso y empieza a correr, pero su compañero, el que iba a su espalda, yace en la calle inmóvil. Gran sorpresa se llevarían los oficiales al comprobar que el imprudente motociclista circulaba con un el cadáver de un hombre recién torturado y estrangulado, al que eso sí, se tomó la molestia de ponerle casco. No fuera a ser que la Policía Municipal lo infraccionara por pasear un muertito sin casco. Quieren más información: www.frontera.info/ediciónenlinea/notas/noticias/20051021/94408.asp


Batoceltti

En la ya lejana época en que mi primo Héctor Diego y yo jugábamos a ser reporteros de futbol allá por el año 1993, nos acostumbramos a ver sábado a sábado al señor Osvaldo Batocletti en los palcos de prensa de los estadios UNIVERSITARIO y tecnológico. Grandote, trabado, ojos claros, sin un pelo en el cráneo, el Bato pasaba los 90 minutos del partido comiendo pepitas mientras tomaba esporádicos apuntes. Recuerdo que llegaba al palco con enormes bolsas de peiptas y las desparramaba sobre la mesa en donde se sentaba a lado de Milo Cruz. En aquel entonces el Bato escribía una columna para el Norte y padecía el vía crucis del jugador retirado que a medias se mantiene entrenando en escuelas infantiles de futbol, escribiendo columnitas y esperando su oportunidad comiendo pepitas y mirando partidos. El Bato ya había hecho sus pininos como director técnico, habiendo sido auxiliar de Tomás Boy en Tampico y entrenador de las reservas de Tigres en la tercera época de Miloc. Mientras mi primo Héctor y yo nos reíamos, festejábamos goles y nos tomábamos con mínima seriedad nuestro trabajo, el Bato esperaba su oportunidad. Esta le llegó con los Tigrillos de la UANL a los que ascendió de Segunda a Primera A llevándolos a semifinales de esta división.

Una helada tarde regia de enero de 1998, me encontraba yo en casa incapacitado laboralmente como consecuencia de una lesión en un partido de futbol que me impedía caminar. Escuchaba por radio el partido Tigres vs Toluca. Los Diablos de Cardozo y Estay nos aplastaron 3-0. La directiva felina, al más puro estilo déspota de Cemex no esperó más y en vivo, en la radio, echó ahí mismo a Don Carlos Miloc y sin decir agua va nombró técnico a Osvaldo Batocletti, quien aún entrenaba a Tigrillos. El Bato debutó la jornada siguiente perdiendo 2-0 con Cruz Azul, pero una semana después vino León y le ganamos y luego fuimos a Veracruz y volvimos a ganar. Tigres acababa de volver de la Primera A y su porcentaje era malísimo, por lo que el fantasma del descenso nos persiguió hasta la penúltima jornada, una noche de mayo cuando en San Nicolás de los Garza despachamos 3-1 al América y nos salvamos del descenso. Fue una noche de gloria. Aunque no calificamos, la salvación le valió a Bato para quedarse. Tigres desplegó un futbol de lo más ofensivo. Recuerdo juegos memorables con Bato al frente de Tigres, concretamente un inolvidable 4-4 contra Toluca un miércoles por la noche, un 3-4 contra América, un 4-3 con Pachuca, un 5-2 con Toros Neza y por supuesto los triunfos en tres clásicos contra las mierdozas rayas. Batocletti nunca perdió un Clásico. El problema es que tampoco pudo calificar al equipo y eso le costó ser despedido después de perder un juego contra Cruz Azul, justamente el equipo contra quien debutó un año y medio antes.
Seis años y medio después, el Bato ha vuelto al timón de Tigres. Sustituye a Leo Álvarez que no más no pudo con el paquete, aunque sus números no son tan malos. Hay que confiar en Bato. Hay que apoyarlo. Hay que tener fe en que nos calificará, aunque no creo que nos haga campeones. De cualquier manera, hay que ir a desplumar al tecolotito de Zapopan y a exorcizar al diablo choricero.

Pats

Aunque nunca he sido ni he pretendido ser un conocedor del futbol americano, en la NFL mis convicciones son y han sido muy firmes. Si hace 20 años me preguntaban a quién le voy a en la NFL, mi respuesta era Patriotas de Nueva Inglaterra. Si hoy me preguntas a quién le voy, mi respuesta es Patriotas de Nueva Inglaterra. Noe he cambiado ni pienso cambiar de equipo. Algunos creen que apoyo a New England por vil oportunismo y que me dedico a beber las mieles de sus merecidos triunfos, cuando por años aguanté temporadas humillantes de derrotas. Al carajo con lo que piensen. Yo le voy a los Pats...ah y odio a Dallas.

En lo que se refiere al futbol americano que se juega en México mis convicciones son aún más firmes. Como se podrán imaginar, apoyo a los Auténticos Tigres de la UANL y aborrezco con el alma y el hígado a los borregos del itesm.

Thursday, October 20, 2005

UNAM vs Itesm

Hoy el Usuario anónimo me ha hecho una de las preguntas más interesantes que he escuchado y en este debate de Norte vs Centro o Provincia vs Capital, anota un golazo a favor de los chilangos. Debo admitirlo, sacó un gran as bajo la manga.

La pregunta es la siguiente: Si tuviera un hijo ¿Dónde preferiría que estudiara, en la UNAM o en el Itesm?

Bueno, tal vez la primera cosa que tendría que responder es si algún día llegaré a tener un hijo, algo que no creo, pero eso es harina de otro costal. Vamos mejor al grano ¿En dónde preferiría que estudiara? No hay pierde ni duda alguna. En la UNAM una mil y veces, en esta vida o en otra. La UNAM es infinitamente superior al Itesm. Pese a todo, la UNAM sigue siendo la Gran Casa de Estudios de México.

Lo confieso: Yo quise estudiar en la UNAM. Me inscribí al examen de 1993 y llegué a estar admitido, pero en esa época mis padres habían vuelto a vivir a Monterrey, yo no tenía un quinto en la bolsa y me hubiera sido imposible mantenerme solo en México. La eterna historia de lo que pudo haber sido. Una historia de muchas páginas. Yo no lo dudo: Hubiera sido un feliz unamita.

Y sí, no lo niego, hay un estereotipo de la UNAM que aborrezco con el alma y que considero exterminable. El típico militante del CGH, acentote chilango, porrista de la Rebel de Pumas, con camiseta de Che Guevara, amante de Marcos, indigenista de cafetería barata que se deleita escuchando mierda como Rage Against y Manu Chao. Un tipo abortable sin duda. Pero por fortuna esos parásitos son minoría, aunque se las han arreglado para crear un estereotipo generalizado. Pero la UNAM es un espejo de México. Hay de todo en sus aulas y sostengo que los mejores profesionistas de este país han salido de esa institución que siempre merecerá mi respeto y admiración. Pero bueno, finalmente, en el hipotético caso de que tuviera un hijo, lo dejaría que escogiera él la institución de su predilección. El es que estudiaría, no yo, así que si le gusta ser tecnócrata, adelante.

Pensaba escribir lo que pienso del Itesm, pero ahí para la otra. Temo herir sentimientos de gente que aprecio realmente.

Tuesday, October 18, 2005

Vicios incorregibles

Leer, beber, escuchar música. Combinación perfecta de tres placeres terrenales. Cuando se da el momento adecuado en el que libro, bebida y disco hacen equipo, uno en verdad se acerca al Nirvana.


Relecturas

¿Hay un placer mayor a la lectura? Sí, la relectura. De pronto, me dio por desempolvar algunos ejemplares y recalentarlos con mis ojos, como quien recalienta el pavo sobrante de la cena de Navidad y cae en la cuenta de que un día después es aún más delicioso, de la misma forma que el trago de vino que lleva varias horas en el decantador aguardando tus labios es un elixir de los dioses, a diferencia del licor recién descorchado, cuyo aroma aún no toma cuerpo. La relectura te permite redimensionar una obra, maximizarla a un 150%, embriagarte de ella. La segunda copa de un buen vino, siempre será más suculenta.


Y resulta que Sabato me llamó y de mi librero extraje uno de esos libros tatuaje, de esos que ya quedaron para siempre marcados en mi existencia. ¿Saben cuál es? Sí, es Sobre Héroes y Tumbas. Ese libro son palabras mayores. Podrás considerar a Sabato anticuado y rimbombante que abusa de las reflexiones filosóficas y las metáforas poéticas. Algunos teorrericos así lo piensan. Un novelista a la antigua, dicen. Acuérdense que para los teorreicos, lo que no huela a Roberto Bolaño o Mario Bellatin no merece la pena ser leído. Para mí Sabato es un novelista mayor. Digan lo que quieran. Héroes y Tumbas se cuece aparte. Hay libros que tienen una drástica influencia para mí en alguna etapa de mi vida y años después los releo y los encuentro inocentes, juveniles, apestando a espíritu adolescente diría el suicida de Seattle. Eso me pasó con Hesse por ejemplo. No con Sabato. Héroes y Tumbas quedó como un tatuaje desde los 21 años y 10 años después caigo en la cuenta de que la tinta de ese tatuaje sigue brillando en mi alma.


Otra de mis relecturas recientes ha sido Entre Hombres. No es una novela tatuaje como Héroes y Tumbas, pero sí la considero como uno de los mejores productos policíacos latinos que he leído en mi existencia.
Hay novelas que desde los primeros párrafos se presentan ante el lector tal cual son, sin tapujos o disfraces de ninguna especie, enseñando un color radicalmente definido. Cuando se tiene en las manos Entre hombres del argentino Germán Maggiori nadie caerá en estériles discusiones sobre géneros o estilos.Ya sea en papel o en fibra óptica, Entre hombres es una novela color negro azabache.
Entre hombres es el retrato más crudo de la sociedad menemista que he tenido en mis manos y una de las novelas policíacas más entretenidas que he leído en los últimos años. Cualquiera pensaría que estas 335 páginas de oscuridad, sangre y decadencia solo pueden salir de la mente de un reportero de nota roja o de un criminólogo. Cuesta trabajo creer que Maggiori es un dentista que se dedica a dar clases en la Facultad de Odontología.

Playa reloded

Me gusta la furtividad de nuestra playa. Me fascina esa tímida bohemia que esconde en su rostro. Lo mejor de nuestra playa es que ella no es plenamente consciente de su belleza. Por eso mismo no cabe en ella la petulancia o la mueca ensayada. Una pareja de delfines se dio gusto saltando a unos metros de la orilla. No es común verlos emerger de cuerpo entero a la superficie. Su espontáneo acto hubiera sido digno del Sea World. Ayer lo habrán repetido unas cuatro veces. A menudo en Tijuana olvidamos que los delfines nos contemplan mientras nos ahogamos en nuestro infierno cotidiano dando la espalda al mar. También me gusta ver parejas clandestinas y corazones solitarios. En verdad, quiero a nuestra playa.

La caída

Yo puedo prescindir del cine. Ojo, no es que lo aborrezca. Simplemente me aburre y sucede que si en el tiempo que me quede de vida, sean dos horas o 50 años yo no vuelvo a ver una película, simple y sencillamente no hay problema. Puedo vivir perfectamente sin el cine y la televisión.Si me quitan la literatura, el futbol o el rock por más de una semana, me daría un síndrome de abstinencia peor que el de un tecato enmalillado. Si me quitan el cine no hay problema. Puedo morir en paz. Sin embargo, debo confesar que siento mucha curiosidad por ver la película esta de los últimos días de Hitler. La caída creo que la tradujeron. Vaya, no es de vida o muerte, pero traigo ganas de verla. Sería mi primera vez en el cine en todo lo que va del 2005.


El Futuro

Alguien me preguntaba que por qué blogueo y me cuestionaban sobre el futuro de Eterno Retorno. Ya alguna vez lo escribí, pero hay convicciones simplemente inmutables.
No se si Eterno Retorno decida morir algún día. Por ahora es un vicio que está en su apogeo. Creo que bloguear me resulta fácil pues desde hace nueve años mi vida diaria está impuesta a la disciplina del periodismo escrito. Escribir, publicar y olvidar. Tengo disciplina de periodista, no de escritor. Por eso me resultan tan duros los proyectos de largo plazo y soy tan terriblemente inconstante con las novelas. Quiera o no, desde hace un buen rato mi existencia va asociada a las portadas de los periódicos, (el mío y los de la competencia). Mantener un blog es para mí una reacción casi natural. Y me hace mucho bien. Es el equilibrio necesario que permite que tantas dosis de periodismo, no derrumben mi cordura en pedazos.

Goya de mis insomnios reloded

Entre vigilias y duermevelas, el sueño de una razón amodorrada se dedica a parir monstruos. Es en esos momentos de la madrugada cuando me imagino a mi mismo como la más siniestra figura de Goya. Mi cabeza sobre la almohada circundada por demonios y pájaros nocturnos, negros heraldos prófugos del pincel maldito. El Universo entonces vuelve a ser infinitamente extraño, un todo edificado con los fragmentos de un alfabeto incomprensible. La cordura patinando despreocupada sobre una delgada capa de hielo a punto de romperse, bajo la cual aguardan los avernos.Lejos de la falsa paz, separada por un abismo de la cadena de significados, respuestas y verdades absolutas, la razón es una cáscara de nuez que yace a la deriva flotando en un océano en tormenta. Solo entonces puedo pedirle consejos a La Muerte, cuyo aliento puedo sentir diluirse sobre mi cuello.