la Silla del Águila seguía siendo un mueble exclusivamente masculino...hasta ayer
Después de exactamente 200 años de vida republicana, una mujer es la presidenta de México. Fue también en un mes de octubre, concretamente el día 10, cuando Guadalupe Victoria juró como el primer presidente de la naciente República Mexicana en 1824. A seis días de cumplir dos siglos de presidencias masculinas, Claudia Sheinbaum llegó para cambiar la historia. Una historia de luchas y sacrificios de miles de mujeres que debieron pelar contra corriente por sus derechos políticos. Vaya, para darnos una idea, cuando la presidenta del Congreso, Ifigenia Martínez Hernández nació, el 16 de junio de 1930, faltaban todavía 23 años para que las mujeres votaran en México. La luchadora social que ayer colocó la Banda Presidencial sobre el pecho de Claudia Sheinbaum, nació en un país donde las mujeres no tenían derecho a votar y ser votadas. Fue en 1953 durante la primera elección estatal en Baja California, cuando se ejercieron los primeros votos femeninos de la historia de México y fue en 1954 cuando Aurora Jiménez de Palacios, representante de Baja California, se convirtió en la primera diputada federal de la historia. Transcurrieron entonces 70 largos años para que México pudiera por fin tener una presidenta. Candidatas las hubo, empezando por Rosario Ibarra de Piedra en 1982 y Cecilia Soto en 1994, pero la Silla del Águila seguía siendo un mueble exclusivamente masculino...hasta ayer