Eterno Retorno

Saturday, October 05, 2019

La Muerte está aquí, con su manto de humo, compartiendo contigo el enésimo cigarro de la madrugada…Muerte chacuaca, terca tabacalera… La Muerte está aquí, negra y blanca, yaciente en el humo del enésimo cigarro de la madrugada. Muerte chacuaca, terca tabacalera, compañera de infinitas fumadas e insomnes tanguarnices. Así se han ido hermanando. Siempre has sostenido que tu condición de fumador aferrado es culpa de la cotidiana convivencia con los muertos. Nunca tus ganas de encender un tabaco son tan intensas como cuando estás frente a un cadáver y a lo largo de tu vida has estado frente a miles. Aquello fue por décadas un reflejo condicionado: al llegar frente al muerto lo primero era tomar la foto y acto seguido buscar la cajetilla; las preguntas solías hacerlas arrojando humo, pero hoy ya ni siquiera debes preguntar nada y nadie te obliga a retratarlos. Juraste que te rehabilitarías del vicio cuando dejaras la nota roja, pero ahora que la has dejado estás fumando el doble. Puedes echarle la culpa a los muertos: antes los veías solo en la escena del crimen a la hora de enfocar la cámara, pero hoy te acompañan a toda hora. Fumas, bebes y duermes con ellos, consciente de lo poco que te falta para sentir el abrazo final de tu compañera fumadora e irte con tus 130 kilos a hacer bulto con los fiambres.

Tal vez la reacción coherente sería el pasmo, la incredulidad o el terror repentino, pero en esa mañana luminosa, con menos de cuatro horas de mal sueño y más de una sustancia drenándole en el torrente sanguíneo, a Ximena Xicoira solo le quedan por herencia las ganas de vomitar. Por ahora solo piensa en su jarra con agua y en darse un baño larguísimo. Es al retornar a la habitación cuando repara en Edurne. No es la primera vez que la ve fundida, pero el exceso de vómito y la inmovilidad le dan a malpensar. ¿Tan excesiva resultó ser la velada de su apoteosis? Su chica está simplemente noqueada. Las blancas nalgas al aire, el camisón cubierto de vomitada seca de color rojizo y la boca abierta. Contra todo pronóstico, Edurne respira y Ximena intenta sin éxito alzarla en brazos y acercarla al baño para lavarla pero ella misma no puede sostenerse. Edurne no reacciona. Por ahora la peor noticia es que su vino, su gran creación bautizada con su nombre, ha resultado un provocador de resacas matadoras. Dicen que los buenos vinos se revelan como tales en la ausencia de cruda, pero esta mañana Ximena siente su cabeza como ladrillo y la boca como una duna de arena. Su Carmenere pega como patada de mula. La enóloga de moda es víctima de su propia creación.

Monday, September 30, 2019

Calle Arteaga; paraíso de atalayas y putería; bíblicos merolicos y rechonchas rameras se agrupan en las banquetas, pero el bulevar inmoral (¿inmural, carece de murales acaso?) se transforma pronto en el piso de ventas de una mueblería pordiosera, el non plus ultra de lo burdamente kitch y corrientón, muebles macuarrerrímos pagados en abonos chiquitos, sillones Luis XV con holanes, literas de rojo terciopelo y el vendedor, payo y gordinflón, parecido al doncito del museo del vino, no sin aclarar que quien todo esto critica y quien de todo esto se burla, es quien luce una brillante guayabera dorada de terlenka con rosas bordadas en el pecho y (esto último no me consta) algún tigre (del norte) bordado en la espalda. De esta calaña la melcocha…

Sunday, September 29, 2019

La vida se construye con ráfagas de hedonismo, mundanos placeres cotidianos cuya compulsiva repetición da sentido al día a día. El sol ocultándose tras las islas Coronado en una tarde de otoño, un potente riff metalero reventando la bocina, la enésima relectura de un cuento de Borges, la primera caminata por las calles de una ciudad desconocida, el buen café humeando en la prensa cada mañana, la costilla y el rib eye chirriando en el asador, el primer trago de vino después de decir salud. Placeres, divinos placeres, como humillar en su casa al equipo más pedante, odioso y cagante de México. El que se haya vuelto una costumbre y forme parte de la vida cotidiana no le quita lo disfrutable. ¡ARRIBA LOS TIGUEEERREESSS!!!!