Idus de Marzo le llaman a este día y el oráculo recomienda andarse con cuidado. Hace 2 mil 72 años apuñalaron a Julio César en el Senado romano y hace 79 añitos la enfermedad de Bright se llevó al enfermizo Howard Philips Lovecraft. A Julio César no lo conocí por Suetonio o por Shakespeare. Supe de él (como casi todo lo del mundo antiguo) por Astérix y Obélix cuando era niño. De Lovecraft supe (como no podía ser de otra forma) por el Metal. La primera vez que vi escrito su nombre fue en la portada de Live After Death de Iron Maiden, sobre la lápida de la tumba donde yace Edward:"That is not dead which can eternal lie Yet with strange aeons even death may die”. Esta misma frase es pronunciada en The Thinng Than Should Not Be de Metallica (quienes ya habían grabado la instrumental Call of Cthulhu), aunque fue Morbid Angel quien me sumergió de lleno a la mitología lovecraftiana.
Los Idus de Marzo podrían ser el día internacional de la conspiración y el magnicidio. Quince siglos antes de Shakespeare y dos milenios antes de Colosio y House of Cards, Bruto y Casio inauguraron el arte de la conjura política. Desde entonces no hay monarca, dictador o candidato que no duerma entre sospechas e intuiciones, sabiendo que en su círculo cercano se afilan las dagas.
Si le creo al perfil dibujado por Houellebecq en su biografía “Contra el mundo, contra la vida”, Howard Philips sería hoy un perfecto votante de Donald Trump. Las pieles oscuras lo aterraban tanto como la promiscuidad y las multitudes. En sus párrafos apenas aparecen mujeres, no hay pizca de sensualidad y tampoco se menciona nunca alguna cantidad monetaria. Solo escamas, fauces y tentáculos. Acaso Trump es más bien una criatura de Lovecraft. Alguna vez visité Providence y no pocas veces caminé por lúgubres bosques de Nueva Inglaterra en donde hay pueblitos parecidos a Dunwich
En fin. Ya llegaron los Idus de Marzo. Lo terrible es que aún no se han ido. Escuchemos ese fabuloso intro de Maiden llamado Ides of March y ya que andamos entrados, escuchamos completito el Killers mientras recordamos a mil y un magnicidas y a los monstruos de las profundidades.