Eterno Retorno

Tuesday, February 20, 2024

Volver a la Biblioteca

 


Hoy, después de muchísimo tiempo, volví a la Biblioteca Benito Juárez y la impresión fue más que grata. Cuando pienso que Bonilla estuvo a punto de destruirla hace cuatro años, no puedo menos que emocionarme de verla vivir y respirar, hoy con una atmósfera mucho más acogedora que antaño. Hace dos décadas, cuando mi vida de reportero transcurría en los alrededores de Palacio Municipal, solía refugiarme ahí casi a diario. Entre 2001 y 2007 fui un visitante frecuente que pasaba tardes enteras como terco merodeador de sus libreros.

Hoy lo que encuentro es una biblioteca con un rostro mucho más amable, limpio y acogedor. Por primera vez encuentro un espacio especial dedicado a los niños y otro a los jóvenes, con computadoras suficientes, mesas y sillones para trabajar. Cierto, por lo que al acervo respecta sigue siendo sumamente modesta, sobre todo si tomamos en cuenta que es la biblioteca central de la frontera más importante de Latinoamérica, del municipio más poblado de México, pero ha mejorado mucho respecto a sí misma. Vaya, este es por mucho el rostro más bonito que le he visto a nuestra biblioteca en los 25 años que llevo de visitarla y eso es para estar contento. Ahora, que si se vale pedir un deseo, mi deseo es que le cambiaran de nombre. ¿Por qué carajos todo tiene que llamarse Benito Juárez en este país? ¿Qué mierdas tiene que ver el de Guelatao con nuestra Baja California? Llámenla Biblioteca Federico Campbell, Biblioteca Rubén Vizcaíno, Biblioteca Guadalupe Kirarte, Biblioteca Kingo Nonaka,  Biblioteca Jesús Blancornelas o cualquier personaje encarnado con el corazón de nuestra tierra. Pero bueno, se llame como se llame, nuestra Biblioteca vuelve a respirar y a sonreír y yo sonrío con ella.

Sunday, February 18, 2024

Cada nueva cacería de cheneques al alba

 


Tantas veces he intuido la profundidad del  abismo en mis despertares de madrugada

Tantas veces la desolación de ser carne y hueso sin nombre, un fluir de sangre infecta

Abrir los ojos en medio del  caos cósmico y saberte materia absurda, polvo de noche, miserable como la meada que me arrancó de la red duermevelera

Sonámbulo avanzo rumbo  al baño, habitado por los vestigios de mil espectros prófugos de  sueños interruptus

Cada despertar es una estación más en el descenso en espiral hacia el negrísimo abrazo

Cada nueva cacería de cheneques al alba,  cada invocación de la extrañeza en el último retazo de tiniebla

Ya soy la ceniza que seré, ya escucho el  ordinario lamento,  ya leo el  hipócrita obituario

La Parca respirando en el hombro ha dejado de ser metafórica sustancia, pero en el interludio quedará un rosario de interruptus duermevelas