Eterno Retorno

Friday, July 07, 2023

Verne en Tijuas...

 


 

Como los toros de Pamplona, los libros irrumpieron en San Fermín. En algún momento llegué a pensar que nuestra feria entraría a formar parte de ese descomunal obituario que por herencia nos dejó la pandemia y cual hoyo negro chupó tantísimas cosas, pero la mejor sorpresa de este verano es que la fiesta tijuanense de los lectores, como el Ave Fénix, ha renacido de sus cenizas. Después de más de tres años de ausencia, reparo en cuánta falta nos hacía nuestra fiesta. Al menos yo sí la extrañaba un chingo y estoy seguro que ustedes también. Me gusta la idea de vivirla en verano.

Me encanta que el escritor de cabecera sea Julio Verne. Es chingón rendir homenaje a los narradores que nos volaron la cabeza en la infancia y adolescencia. Porque ustedes y yo viajamos más de 20 mil leguas en las profundidades con el capitán Nemo y después pelamos gallo de la Tierra a la Luna. En los cráteres de Islandia descendimos al centro de la Tierra y le dimos la vuelta al mundo en menos de 80 días y la vuelta al día en más de ochenta mundos.

Nuestra Feria del Libro es el principal evento cultural de la ciudad, el más longevo y el que ha tenido una mayor continuidad. La Feria del Libro de Tijuana es incluso más antigua que la de Guadalajara o la de Monterrey. Nació en 1980 a iniciativa de Alfonso López Camacho, presidente de la Unión de Libreros y como salmón anarquista a contracorriente se ha mantenido, pese a recortes, cuchillazos, grillas y cambios de sede. Es la fiesta de los libros, los libreros y, sobre todo, de las y los lectores, que somos el centro del engranaje. Porque este canijo vicio nuestro es para compartirse y vivirlo a plenitud.

Habrá quien cuestione que no crezca y critique su estructura (yo mismo lo he hecho) pues es una feria de libreros y no de editoriales, pero al final del camino es y ha sido nuestra fiesta, la que nos reúne a los lectores tijuanenses. Es, obvia decir, la feria a la que más veces he acudido en mi vida y en la que he pepenado, rolado, intercambiado, presentado y vendido más libros.

Como lector llevaba 21 años ininterrumpidos acudiendo hasta la última edición, que fue la de 2019. Tengo un larguísimo tren de anécdotas y buenos recuerdos. Viví mi primera feria libresca tijuanense en mayo de 1999 en el patio central de Palacio Municipal, cuando yo era un recién llegado a la ciudad. Era en verdad algo muy modesto aunque los libreros, como siempre, derrochaban corazón. El primer libro que compré en la feria en aquella primavera del 99, eso sí lo recuerdo muy bien, fue Un asesino solitario de Élmer Mendoza y fue (por supuesto) en el puesto de El Día.

Participé por primera vez con un micrófono en la edición de 2006, cuando se celebraba en la Revu. En aquella ocasión fui presentador de Mario Bellatin (Lecciones para una liebre muerta) y tuve una mesa redonda sobre rock con mis colegas de la Ciruela Eléctrica.

Desde 2011 a la fecha siempre que acudo presento libros (míos y de un montón de colegas) y en los últimos años solía tener actividades todos los días. Grandes recuerdos tengo de la 2012 (la última celebrada en Plaza Río) cuando presentamos La Liturgia del Tigre Blanco y agotamos las existencias del libro esa misma tarde (fue el libro más vendido de toda la feria).

Inolvidable la de 2014 (la segunda de la nueva etapa en el Cecut) cuando presenté Cartografías Absurdas de Daxdalia con Eduardo Antonio Parra y fue el homenaje a Federico Campbell y Rafa Saavedra. Inolvidable 2018, cuando me tocó abrir la primera jornada con Días de whisky malo y dar el cerrojazo a la feria con Juglares del Bordo.

Soy un lector y las ferias librescas representan (Sade dixit) mi vicio ampliamente recompensado. La Feria del Libro de Tijuana debería posicionarse en el imaginario colectivo como la primera feria libresca de Latinoamérica

Aquí empieza nuestra literatura. Aquí empiezan nuestras letras.

Por razones de mi oficio, he rodado de acá para allá y he acudido a muy diversas ferias del libro en México y en el mundo, pero esta es la nuestra, la de casa, a la que quiero seguir acudiendo muchos años más. Hay muchos detalles por mejorar, pero hoy la mejor noticia es que la Feria renació de sus cenizas. Allá nos vemos colegas. La vamos a pasar bien!