Las vidas paralelas de Gogol y Poe
A menudo cedo al vicio de imaginar vidas paralelas unidas por aleatorios cordones. Vidas distantes e inconexas, sin punto alguno de encuentro, inconscientes la una de la otra y sin embargo unidas por un destino. Hay creadores cuya contemporaneidad fue casi absoluta y pese a la similitud de estilos no llegaron nunca leerse y mucho menos a conocerse. Pocas biografías resultan tan simétricas como las del estadounidense Edgar Allan Poe y el ruso-ucraniano Nikolai Gogol, los padres del cuento moderno, cuya estancia en este mundo tiene una extraña sincronía cronológica. Poe nació en Boston el 19 de enero de 1809 y exactamente 70 días después, el 1 de abril, Gogol vino al mundo en la aldea ucraniana de Sorochinsti. Hijo de actores en desgracia, Poe quedó huérfano muy pronto y fue recogido por un matrimonio burgués de Virginia, mientras Gogol vino al mundo en una familia pequeños terratenientes ucranianos. Ambos migraron y probaron fortuna publicando sus primeros relatos en gacetillas. Apoyado por su mentor Alexander Pushkin, Gogol se fue abriendo paso en San Petersburgo y publicó su primer libro a los 20 años, una colección de relatos campesinos de su Ucrania natal. Poe en cambio debutó como poeta en 1827 con Tamerlan y otros poemas. Su periodo de mayor actividad y fecundidad literaria también coincide, pues sus mejores y más célebres relatos fueron escritos entre 1835 y 1843, cuando eran adultos jóvenes. Poe se inmortalizó con relatos como El gato negro, La máscara de la muerte roja, La caída de la casa de Usher o Ligeia, mientras Gogol legó relatos absolutamente vanguardistas para la época como El capote, La nariz, El diario de un loco y Avenida Nevski . Poe escribió un poema millones de veces recitado hasta la fecha llamado El Cuervo y una novela prescindible llamada Las aventuras de Arthur Gordon Pym, mientras Gogol fue el creador de la primera gran novela rusa: Las almas muertas. En cualquier caso, su aporte revolucionario e innovador en la historia de la literatura universal fue como cuentistas. En Poe perdura un romanticismo gótico y una esencia mórbida, aunque escribió no pocos cuentos cómicos. Gogol crea una suerte de realismo fantástico en donde lo aburrido y lo cotidiano puede vestirse con el traje de lo sobrenatural o del absurdo. Ambos se hermanan en el elemento onírico y en la sombra de la locura acechando a sus personajes. Poe y Gogol desarrollaron su obra en naciones en proceso de transformación. Poe creció en los nacientes Estados Unidos donde aún reinaba la esclavitud y Gogol se desarrolló en una Rusia todavía semifeudal en donde los siervos eran propiedad material de los terratenientes, tema que inspiró Las almas muertas. En ambos países había una burguesía urbana que poco a poco ganaba terreno a la nobleza rural. Al igual que a sus personajes, la sombra de la demencia y el quebranto interior siempre rondó a estos escritores. Ambos murieron delirantes. Poe fue lacerado por el alcohol y muy posiblemente por el opio (o al menos por el láudano) mientras Gogol fue afectado por una droga igualmente dañina: el fanatismo religioso y el delirio místico. Poe murió en Baltimore en medio de una crisis de delirium tremens a los 40 años de edad. Dos años y medio después, el 4 de marzo de 1852, murió Gogol en Moscú, físicamente arruinado e inmerso en un misticismo alucinante luego de arrojar a la hoguera su inconclusa novela Almas blancas.