Eterno Retorno

Friday, April 23, 2021

21 Libros para el Siglo 21

 


 

Mi tocayo Daniel de la Fuente me invitó a formar parte de este ejercicio,  21 libros para el Siglo 21.  Aquí encontrarán grandes libros compartidos por notables colegas a quienes aprecio y respeto. Aquí hay de todo un poco. Lo único que hermana a estas obras es que fueron publicadas (y no necesariamente escritas) en lo que va del corriente milenio.  Coincido sobre todo con Pedro de Isla en un novelón como La fiesta del Chivo de Vargas Llosa y con Patricia Laurent en los extraordinarios cuentos de Manual para mujeres de limpieza de Lucia Berlin. También me gustó Vernon Subutex de Virgine Despentes mencionado por Alejandro Vázquez y tengo muchísimas ganas de leer El infinito en un junco de Irene Vallejo, mencionado por Margarito Cuellar. Por lo que a mí respecta, respondí de primera intención y sobre la marcha Los diarios de Emilio Renzi de Ricardo Piglia. Iba manejando por los caminos del Valle y no tuve mucho tiempo para pensar, así que mi respuesta es brutalmente honesta, pues fue el primer libro que acudió a mi mente. Después pensé que pude haber mencionado El último lector, también de Ricardo Piglia (o, por qué no, el de David Toscana). Acaso con casi idénticos méritos pude mencionar  La carretera de Cormac McCarthy;  Diario de invierno,  Brooklyn Follies o Invisible de Paul Auster; Casi nunca o Ese modo que colma de Daniel Sada; La posibilidad de una isla o El mapa y el territorio de Michel Houellebecq; Transpeninsular o La Clave Morse de Federico Campbell;  De sangre y sol de Sergio González Rodríguez; El vendedor de silencio de Enrique Serna;    Vivir para contarla de Gabo García Márquez;  Limónov de Emmanuel Carreré; El año del verano que nunca llegó de William Ospina;  Canción de tumba de Julián Herbert;   Cumpleaños de César Aira;  Los culpables o La utilidad del deseo de Juan Villoro;  Windows of the World de Frederic Beigbeder; Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez; El ángel literario de Eduardo Halfon; La ciudad de las palabras de Alberto Manguel; Librerías de Jorge Carrión; Viva de Patrick Deville; En la orilla de Rafael Chirbes; Soldados de Salamina de Javier Cercas;  Entre hombres de German Maggiori y bueno, mejor ahí le paro, que la cosecha de lecturas nuuunca se acaba.

Tanto amor y tanto vino...

 


 

Compartiendo el amor, el vino, el camino de vida, la larga charla y el fascinante viaje que nunca termina ni deja sorprender con su magia.

Alguien dijo por ahí algo relativo a honrar cierta alineación de astros bebiendo un muy buen vino el día 21 a las 21:21. Bueno, pues digamos que Carol y yo les tomamos la palabra con horario extendido y aprovechando que justo en ese cabalístico 21 me tocó sumarle una vuelta más al Sol, pues motivos tuvimos de sobra para recorrer como peregrinos nuestro embrujado valle. Nuestra primera salida larga después de un confinamiento con complejo de eternidad. Siete diferentes casas vinícolas recorrimos y un restaurante de otro mundo bajo un roble centenario  a lo largo de dos días en que a la primavera le dio por disfrazarse de invierno. Los cielos nublados y los coqueteos de la lluvia pusieron su dosis de magia en el paisaje. Viñedos, cavas subterráneas, árboles encantados. La historia dice que al menos en Monterrey mi cumpleaños traía consigo la lluvia y no fueron pocas las  piñatas que rompí bajo tercos diluvios. Lo cierto es que no suelo completar vueltas al sol bajo cielos desnudos y horizontes pelones, pues a las nubes les da por ser fieles escoltas en estos días. Aunque anduvimos (al puro estilo de Chente) de un rancho a otro, he tenido tiempo de leer con mucha emoción los mensajes que me han dejado. Mi gratitud con ustedes colegas. Ya iré respondiendo poco a poco. Los canijos años no dejan de pasar, pero a mí siempre me ilusiona poder probar un nuevo vino y compartirlo con Carolina y emprender un nuevo paseo con ella, tan cerca o tan lejos como sea posible. Me ilusiona   empezar a leer una novela que amenaza con atraparme, escuchar de manera aleatoria una canción de desconocida e intuir que en algún profundo yacimiento interior yace el embrión de una nueva historia que tal vez algún día escribiré. La mitad del camino de la vida ya ha quedado atrás (porque a los 94 años no voy a llegar)  pero les juro colegas, les juro  que ha valido la pena vivir estos 47. 

Gracias Tuca, gracias por tanto

 


Rabia, coraje, tristeza; ganas de cerrar el puño y estamparlo contra la jeta de un directivo de Cemex como en la portada del Vulgar Display of Power de Pantera. Pocas veces un tema futbolístico ha logrado ponerme de tan mal humor como me ha puesto la noticia del adiós de Tuca Ferreti de los Tigres. Qué manera tan burda, tan baja y tan poco caballerosa de ponerle fin a la década dorada del equipo; qué manera de faltarle al respeto a los años de gloria. Esto es propio de gente sucia y chafa, de negociadores de baja estofa. Tuca debió retirarse con un partido de homenaje en donde la afición y la directiva expresaran su eterna gratitud por lo logrado, decir adiós heredando la estafeta a un entrenador formado en la institución como Juninho o Chima Ruíz, pero no, en Cemex nada saben ni han sabido nunca de caballerosidad o dignidad humana. Tampoco saben nada de futbol. El mejor entrenador de nuestra historia es cortado por una conspiración de cobardes a quienes les faltan la entereza y los huevos para dar la cara. Ferreti, caballero al fin, honró el valor de la palabra, pero enfrente no había un igual sino un hipócrita incapaz de mirar a los ojos, una basurita con poder, un tal Mauricio Doehner de cuya existencia me acabo de enterar. Un tipo que está ahí para poner el dinero pero que no se resigna a su papel de encorbatado de escritorio y quiere trascender como figura pública pues tiene delirios de grandeza. Cementeros: limítense a poner la marmaja y por favor absténganse de intervenir en temas futbolísticos. Ahora nos traen un gris ejecutivillo corrido del América llamado Carlos Cule(b)ro, quien desde el primer momento traía muy claro su negocio de contratar como entrenador a su compinchito y socio en la compra- venta de jugadores. El hombre que le dio la mayor grandeza a Tigres es echado a traición para traer a la banca un tipejo vulgar, corriente, soez, de lo más chatarra que ha dado el futbol mexicano como es Miguel Herrera. Me da asco la sola idea de ver al Piojo Herrera dirigiendo a Tigres, pero negocios son negocios y sin duda Cule(b)ro se va a llevar buena tajada trayendo desechos sudamericanos con sus promotores de cabecera. Nunca olvido que a Herrera le dimos la bienvenida a la ciudad despedazando 6-2 a sus rayaditos en 2004. Despreciable también la afición embrutecida e idiotizada que no sabe nada de futbol a la que le bastan dos juegos malos para reventar y olvidar como si tal cosa una década de hazañas y campeonatos. No imagino cuántas décadas tendrán que pasar para volver a vivir un tiempo tan glorioso. Por lo que a mí respecta me repugnan las cabezas piojosas. Nací en el Año del Tigre, he apoyado a este equipo desde mi infancia, en el sótano y el descenso, pero como aficionado no puedo menos que repudiar a estos corruptos directivos y al vulgar entrenador que traerán. Grande Tuca. Mi gratitud hoy y siempre.

Tuesday, April 20, 2021

Masa madre

 


La masa madre es un ser vivo. Es casi como tener una mascota a la que debes alimentar, cuidar y procurar. Dado que es un cultivo simbiótico de levaduras fermentadas,  no puedes desentenderte de ella. Hay masas madres antiquísimas que llegan a cumplir décadas y se heredan de generación en generación. La masa encarna un embrujo en su reino de microorganismos vivos. Prueba un pan de masa madre o (mejor aún) una pizza de masa madre y atrévete a compararlo con un producto comercial de harina refinada. Solo puedo decirte que los separa un abismo.  Son dos mundos radicalmente distintos. Hoy Carol ha preparado unas pizzas pre cumpleañeras  con la ayuda a Iker que cooperó esparciendo el queso. Simplemente matadora. Creo que escribiré una ficción sobre una ancestral masa madre que sobrevive a través de los siglos y viaja por el mundo entero seduciendo a personajes históricos. Créanme: hay una buena dosis de magia en este reino vivo.

La terquedad de las vueltas al sol

 



Nublada irrumpe el alba en el último día de mis 46 años. La historia dice que al menos en Monterrey mi cumpleaños traía consigo la lluvia y no fueron pocas las  piñatas que rompí bajo tercos diluvios. Lo cierto es que no suelo completar vueltas al sol bajo cielos desnudos y horizontes pelones, pues a las nubes les da por ser fieles escoltas en estos días. Hoy no parece ser la excepción.

En cualquier caso, el destino circular parece aferrado a cumplir con sus citas. Cuando empecé a obsesionarme con el nietzschiano Mito del Eterno Retorno, no alcanzaba a dimensionar que la imagen de la serpiente mordiéndose la cola es la metáfora de nuestros más cotidianos rituales de vida diaria. Abrir los ojos e inevitablemente sentirse un perfecto extraño por unos instantes. Con la playa neuronal aún mojada por la marea alta del inconsciente en su viaje onírico, es inevitable no experimentar la deliciosa rareza de estar vivo. Si en la red de pesca duermevelera he conseguido atrapar el vestigio de algún sueño, entonces lo primero que hago es tratar de narrarlo en un cuaderno. Los peores y más incomprensibles garabatos de mi de por sí catastrófica caligrafía, son los que yacen en la libreta de los sueños. Nadie, ni siquiera yo, sería capaz de entenderla. De coherencia y estructura narrativa ni hablar. Esos primeros párrafos del día hacen que la poesía surrealista parezca un ordenado instructivo. El compañero de esa anárquica escritura suele ser el primer café de la jornada, a menudo un vestigio sobrante en la cafetera mientras en el fuego hierve el agua que habré de verter sobre el grano recién molido. Acaso el primer milagro es volver a darle un trago a ese café con sabor a eternidad y comprobar que al parecer uno sigue estando vivo entre un mar de obituarios.

Mi esposa y mi hijo aún duermen, pero dentro de unos minutos el engranaje empezará a girar. El rincón de la sala donde solía estar la cama de Canica ahora está tristemente vacío (hoy justamente cumplimos un mes sin ella) aunque por las noches juramos escuchar su puertita en la cocina. El despertador de Iker suele ser la canción de Mister Sandman. Una vez que suena, podemos dar por inaugurado el día. Chirria el tocino en el sartén mientras lucho por lograr dos yemas perfectas. Hasta hace más de un año, la primera epopeya del día era salir a pisar el acelerador por la carretera Escénica para luego desafiar el caos perpetuo de la libre a Rosarito, pero hoy la aventura se limita a conectarnos a Google Classroom para que la voz de la maestra se apodere del entorno.  

Asomarse a tomarle la temperatura al mundo en las redes sociales suele ser el primer trago amargo del día. Twitter es un nido de inmundicia y mala entraña en donde se exhibe  con desparpajo la aceleradísima regresión histórica en que se encuentra inmerso este país. Contestar correos, dirimir pequeños pendientes, releer el texto inacabado de ayer, sentir que el nuevo párrafo es un prófugo escurridizo y que reinventar el mundo en prosa es un arado marino, un iglú en el Valle de Mexicali. El Pacífico se aferra a su oleaje, las islas juegan a las escondidas en el horizonte y me emociona la idea de poder probar un nuevo vino y compartirlo con Carolina,  empezar a leer una novela que amenaza con atraparme o intuir que en algún profundo yacimiento yace el embrión de una nueva historia que tal vez algún día escribiré. La mitad del camino de la vida ya ha quedado atrás (porque 94 años no voy a vivir)  pero les juro que ha valido la pena vivir estos 47.

Monday, April 19, 2021

Cisma

 



1- No encontraría ninguna emoción e inspiración en escribir un cuento sobre el enésimo trofeo del Real Madrid o sobre un gol galáctico de Messi o Cristiano Ronaldo. A mí me inspiran historias como la del Shakther Karagandy de Kazajistán que riega la cancha con la sangre de ovejas degolladas antes de los partidos. Me emocionan las historias de los periféricos, los marginales, los huéspedes no invitados, los absolutamente improbables. En la Súper liga europea no habrá historias como esa y por eso mismo el odioso torneo de millonarios me parece insoportablemente aburrido.

2- El futbol es por fortuna un juego humano (demasiado humano, diría Nietzsche) y aunque a nivel profesional el dinero lo controle casi todo, al final sigue siendo un juego de seres vivos y no de máquinas. Factores físicos, emocionales, psicológicos, climáticos o sociopolíticos pueden torcer la lógica de un resultado y es por ello que este deporte es apasionante. Su improbabilidad e irregularidad es lo que acaba dándole sabor por encima del supuesto espectáculo. El futbol no es controlado por un algoritmo ni sigue la lógica del videojuego, sino por el caos de la esencia humana.

3- La rebelión de los millonarios del futbol europeo y la creación de su Súper liga representa la entronización del híper capitalismo en el deporte profesional. Significaría enriquecer a los que ya de por sí son inmensamente ricos y marginar a todos los demás. Un torneo esencialmente excluyente. La Súper liga sería el equivalente a un videojuego de multinacionales concebido única y exclusivamente para exprimirle más dólares a la televisión. No dudo que sus horarios sean diseñados pensando en los televidentes del lejano Oriente y no me extrañaría que los partidos acaben jugándose en Shanghái, Hong Kong, Qatar o Dubái.

4- Desconfío sistemáticamente de cualquier millonario súper poderoso como Florentino Pérez cuyo discurso comience con “lo hacemos para salvarlos o lo hacemos por su bien…”. A callar. Digan mejor que lo hacen única y exclusivamente para ser más ricos. ¡Todo por la pasta! les manda decir La Polla Récords.

5- La Súper liga es un asunto de finanzas, de carteras, no de méritos deportivos. Ni Manchester City, ni Arsenal o Tottenham han ganado nunca el máximo trofeo continental. Tienen menos copas orejonas que el Estrella Roja de Belgrado o el Steaua de Bucarest. Que la UEFA y la FIFA son corruptas es por todos sabido, pero al menos buscan ser incluyentes.

6- Era un gusto ver a equipos ingleses chicos como Nottingham Forest o Aston Villa levantar la orejona en los ochenta, como era un gusto ver al Malinas belga ganar la Recopa contra el Ajax de Cruyff y Van Basten o ver una final tan improbable como el Goteborg sueco contra el Dundee escocés en la Copa UEFA. Son muchísimos factores, pero el futbol es mucho menos democrático e incluyente ahora que hace 30 años. Me gusta mucho más el espíritu de torneos absolutamente abiertos como la Copa FA en donde equipos de pueblo de la cuarta división pueden plantarle cara a un Man United. Ve lo que acaba de hacer Defensa y Justicia de Argentina, el equipo del barrio Florencio Varela, hoy flamante campeón de Recopa Sudamericana contra un gigantón como Palmeiras. Esas cenicientas  se acabarían como la súper liga.