Eterno Retorno

Friday, November 21, 2003

ME LARGO A VER A SLAYER LIVING FOR METAL MOTHERFUCKERS

Thursday, November 20, 2003

No hizo justicia la Revolución- Hoy me tocó trabajar- Hacía un chingo de tiempo que no trabajaba en un día festivo- Entre descanso o más lana, siempre elegía descanso. Pero hoy en día no me cae nada mal una lanita extra que bien puede valer una camiseta del concierto de Slayer, unos cuantos discos y sendos vasos de Samuel Adams- Retorno en este momento de la UCSD. Me tocó cubrir una velada íntima con Sergio Sarmiento. Ohhh- Velada íntima. Vaya título. Los mal pensados dirían: ¿Habrá sido acaso una orgía en la que el filósofo de York fornicaría con las esculturales porristas de la UCSD? ¿O una cena romántica con velas? Ni madre. El señor Sarmiento sentado sobre una mesa se dedicó a charlar con un reducidísimo auditorio dentro de un salón de clases- Carajo, ni las lecturas de poesía convocan tan poquita gente y eso ya es mucho decir. Para ser honesto no me agrada Sergio Sarmiento. Lo considero un columnista parco y soso. Por si fuera poco, no coincido en lo absoluto con sus puntos de vista. El tipo es un ultraneoliberal globalifílico. No se si es por colaboracionista o por au-téntica vocación, pero el señor piensa que mientras no haya reforma laboral, energética y fiscal, México no superará el raquítico 1% de crecimiento anual. Si la hubiera, sostiene, andaríamos en más de 4% de crecimiento ¿A poco?
Yo la mera verdad desconfío de las reformas. Sobre todo de la fiscal y la laboral. También desconfío de tenerle fe ciega a las inversiones privadas. Si te vas de nalgas con la orgía privatizadora, te cogen parado como a la Argentina de Menem o al Perú de Fujimori. Sí, ya se que la economía de estado y los sistemas populistas han probado una y mil veces su fracaso, pero las orgías privatizadoras generan millones de pobres. Dales la mano a los empresarios y te agarraran el culo. Los empresarios son, han sido y serán unos hijos de su puta madre. Son seres esclavistas por vocación. Si los maquiladores pudieran no pagar salarios y mantener siervos como en el feudalismo o esclavos como en las colonias, sin duda lo harían. Pagan un miserable salario mínimo, porque la ley los obliga, pero si no los obligara, pues nomás no pagaban.
En fin, mañana el señor Sarmiento vendrá a desayunar y chatear con nosotros al periódico y ya tendré tiempo de confrontarlo con mis preguntas agresivas.



Hablando de preguntas agresivas, no se pierda usted mañana la entrevista que mi compañero Said Betanzos y yo le hicimos al señor alcalde de Tijuana Jesús González Reyes. Hay entrevistas de las que salgo muy insatisfecho. Como que se me duerme el instinto depredador y el entrevistado se me escapa como pez en mantequilla. Pero en esta ocasión traía más o menos destapada mi válvula asesina. No es que haya sido tampoco una super entrevista, pero logré mi cometido. Y es que cuando te agarro con preguntas matadoras, no te suelto hasta que te arrincono en una esquina. Cuando eso sucede, los funcionarios suelen perder la paciencia y empezar a decir cosas de las que después se arrepienten. Eso hizo exactamente nuestro señor Presidente Municipal, a quién dicho sea de paso respeto mucho en lo personal, pues lo considero uno de los poquísimos políticos inteligentes dentro de la mediocre polaca bajacaliforniana. Pero chamba, es chamba, entrevistas son entrevistas. Ahora sí que te ganamos en cancha reglamentaria y sin errores arbitrales. Yo nunca juego sucio. Lo que es entrevista es entrevista, el off the record, es off the record y se chingó. Lo respeto aunque me duela. Por supuesto, ellos te pedirán que por favor suprimas algunas cuantas palabrillas. Pero cualquier periodista que se de a respetar, cualquier periodista con un mínimo de dignidad (que por cierto hay muy pocos en este indigno universo de chayoteros que trabajan como lacayos de los funcionarios) sabe que la palabra de la que más se arrepiente el entrevistado, la palabra que más le duele haber pronunciado frente a la bocina de tu afilada grabadora, esa es la palabra clave, la palabra mágica que debes resaltar. Y eso es excatmente lo que hicimos. Usted disculpe.

Wednesday, November 19, 2003

La reseña del libro la escribo escuchando el Night of the Stormrider de Iced Earth un disco del que estoy profundamente enamorado y que no me canso de escuchar.

Pasos de Gutenberg
Cartografía de los animales celestes
Enrique Rentería
TusQuets Editores
Colección Andanzas

Por Daniel Salinas


Nuevamente volví a apostarle a la intuición, a la simple corazonada, al ojo de buen cubero que me ha llevado a toparme en el camino con tan buenas novelas.
¿Qué me llevó a comprar y leer casi en una sentada ?Cartografía de los animales celestes?? No lo sé. Tal vez lo alucinado del título o lo creativo de su portada, en la que unos ojos azules reflejados en un espejo retrovisor, contemplan un árido camino que se extiende frente a ellos.
Nada sabía de su autor, Enrique Rentería, un tampiqueño por adopción, de profesión arquitecto, que a sus 51 años de edad debutó con esta su primera novela.
Y al llegar a la última página, compruebo una vez más que el aleatorio olfato sigue hasta ahora sin jugarme una mala pasada.
?Cartografía de los animales celestes? es ante todo una novela de viaje y búsqueda. Viaje exterior, a través de inciertas carreteras e interior, hacia las profundidades de la extraña personalidad del per-sonaje principal, Oralia.
De una u otra forma, Rentería rinde una suerte de tributo a esa tradición de literatura viajera que tie-ne en ?On the road? de Jack Kerouac su piedra angular.
El comienzo resulta un tanto engañoso, pues el lector cree ingresar a un territorio dónde las imáge-nes metafóricas ganarán terreno al desarrollo de los hechos y se genera una falsa impresión de estar ante una novela estática y contemplativa.
Oralia, una mujer de 27 años, es mesera de turno nocturno en un restaurante chino de la Ciudad de México.
Su vida en apariencia monótona, se diluye entre leyendas de dragones y emperadores chinos que aparecen en las leyendas que les narra su patrón.
Pero de pronto las acciones se desarrollan con sorprendente rapidez cuando Oralia recibe un tele-grama dónde su madre le informa que está agonizando en Tampico y unos cuantos párrafos después Oralia ya está en su puerto natal, frente el lecho de muerte de su madre cancerosa.
Digamos que aquí Rentería abusó de una imagen demasiado machacada en películas y telenovelas, pues la madre solo tiene el tiempo suficiente para entregar a Oralia un papelito en donde aparece la dirección de su hermana gemela: ?Dile que me morí?, son sus últimas palabras.
Entonces empieza el dilema de Oralia que debe de ir a buscar a su gemela a las profundidades del desierto texano y al buscar a esa persona que es físicamente idéntica a ella aunque de personalidad radicalmente opuesta
El viaje de Oralia transcurre entre constantes incursiones de elementos de leyenda y figuras mágicas con las que el autor juega hábilmente.
Un walkman dónde escucha blues y un enigmático curandero navajo son sus compañeros en la in-cierta búsqueda de la gemela.
Al final, uno llega a la última página demasiado rápido aunque con un buen sabor de boca. Sí bien ?Cartografía de los animales celestes? no es un derroche de originalidad, la apuesta de esta primera y tardía novela de Rentería es más que favorable y consigue sorprender y convertir al lector e un fiel compañero de viaje.


Quieren que confiese una cosa: Mientras escribía la reseña de Reing in Blood escuchaba en los audí-fonos el Damage Done de los suecos Dark Tranquility, un death metal muy melódico en el que mis compas de Slayer sin duda se mearían por considerarlo demasiado fresa. Ustedes perdonarán

Discos irrepetibles
Un eterno baño de sangre

Reign in Blood
Slayer

Por Daniel Salinas Basave

Hay momentos en la creación humana que son irrepetibles. Instantes de inspiración en los que se logra una suerte de catarsis, un Carpe Diem absoluto.
Hay discos o libros que no solo marcan de por vida a un creador sino a todo un movimiento y que se transforman en una suerte de Biblia.
Así como una obra literaria, el Joven Werther de Goethe, fue el clímax del romanticismo alemán y un disco como Sgt. Peppers de los Beatles se convirtió en el icono de una generación y un movimiento, hay un album que es sin duda la piedra angular y la apoteosis de todo lo que huela a metal extremo: El Reign in Blood de Slayer.
Grabado en 1986 y producido por Rick Rubin, este álbum es el punto de referencia obligatorio para todo aquel que pretenda merodear en los terrenos de los géneros musicales pesados.
Menos de media hora de duración total repartida en 10 canciones, constituyen la obra maestra de Kerry King, Dave Lombardo, Tom Araya y Jeff Hanneman.
Un verdadero opus de furia, brutalidad y tinieblas, una epopeya del horror humano, un néctar con-centrado de las peores y más alucinantes pesadillas. Nazismo, satanismo, blasfemias, epidemias, ase-sinato en serie, constituyen la lírica de esta obra.
Con este disco se hacen pedazos todas las fronteras y es que digan lo que digan, cualquier fanático o músico del thrash, black, speed o death metal debe amamantar toda su leche materna del Reign in Blood, un álbum único, inmortal e irrepetible.
Los años pasan, nuevas bandas brotan, otras desaparecen y el Reign in Blood sigue sin conocer su fecha de caducidad.
El mismo Slayer ha sacado discos fenomenales posteriores a su obra maestra, como el Seasons in the Abyss o su actual God Hates Us All, pero lo cierto es que el Reign in Blood sigue siendo el sagrado (¿o deberíamos decir maldito?) altar de sacrificios
Un desgarrador grito de Tom Araya abre las puertas del Infierno y antecede, cual diabólico preludio, a la primera palabra de este museo de los horrores: Auschwitz
Hemos entrado a los dominios del Ángel de la Muerte, Joseph Mengele, a quién está dedicada la canción que pone en marcha la masacre.
Con sus casi cinco minutos de duración, Angel of Death es la rola más larga del álbum y se ha trans-formado en el himno de batalla de Slayer.
Terminada la overtura, entramos a un territorio de rapidez machacante y demencial en la que la ba-tería de Lombardo simplemente no tiene clemencia.
Piece by Piece, Necrophobic, la infernal Altar of Sacrifice y la sarcástica Jesus Saves transcurren co-mo una tormenta implacable.
El terremoto toma un breve respiro con el lento bataqueo que introduce a Criminally Insane, pero re-toma la velocidad, aún con mayor intensidad, en Reborn y Epidemic.
Entramos entonces a la recta final del álbum, que es a mi juicio la zona más contundente. La siniestra entrada de Postmortem es algo más que un orgasmo auditivo.
Confieso que me cuesta mucho trabajo elegir una, pero si alguien me pregunta cuál es mi rola favorita de Slayer, mi respuesta es Postmortem.
Una pieza cuyos primeros dos minutos mantienen un ritmo constante y semi lento que de repente, sin decir fuego va, desemboca en una catarsis demencial.
Esta apoteosis de brutalidad sólo puede concluir con el estallido de una tormenta. Justo cuando la batería parece a punto de destrozar las bocinas se escucha un trueno y sonar de una lluvia, que por supuesto no es de agua, sino de sangre.
El efecto de lluvia transcurre durante poco más de un minuto en el que apenas se escucha un inter-mitente tamborileo de fondo hasta que King da paso a uno de los riffs más celebres del metal, que in-troduce a la pieza final: Raining Blood.
Un repentino trueno, aún más fuerte que el anterior interrumpe drásticamente la canción en su punto catárquico. Luego de semejante orgía de caos y devastación, solo queda el arrullo de una lluvia que baña al mundo de sangre.

Tuesday, November 18, 2003

En torno al Festival de Literatura del Noroeste

He leído sobre lo poco concurrido que estuvo el Festival de la Literatura del Noroeste y lo desangela-do de las conferencias. Algunas voces señalan que eso refleja el nulo interés y atención que se la da a la literatura en Tijuana. Falso. No puedes medir el interés en la literatura de una sociedad por el nú-mero de personas que acuden a un acto de esos. A mí, por ejemplo, me interesa mucho esa cosa que llaman literatura y sin embargo no tengo el más mínimo interés en acudir a esas mamadas. La lite-ratura, el acto literario, consiste en leer y escribir. Así de sencillo. Paren ustedes de contar. Todo lo demás son una sarta de pendejadas prescindibles que nada reflejan sobre el estado de la literatura de una región o un país.
Yo soy el mejor ejemplo. Un adicto a los libros cuyo bolsillo contribuye en gran medida a las finanzas de las librerías locales, al que nunca verás aplastando el culo y cayéndose de sueño en un pinche evento de esos. Compro un promedio de dos a tres libros semanales y no exagero si digo que invierto 300 pesos cada semana en adquirir lecturas nuevas. En ese sentido, soy el mejor negocio de la Librería El Día y de las editoriales TusQuets y Anagrama principalmente. De esa manera apoyo a la litera-tura, además de recomendar los libros que leo en una columna semanal. Por fortuna no aparezco en el censo de los eventos culturales. No asisto a lecturas, foros y encuentros, lo que bajo esos crite-rios me ubica dentro del alto porcentaje de desinteresados en temas literarios.
Leo en las notas de mi colega periodista Paty Blake en torno al tema y veo que los escritores partici-pantes discutieron tópicos diversos, expusieron puntos de vista y se permitieron llegar a conclusio-nes. Ohhh, que interesante-
A ver, ya en serio, seamos realistas ¿De que me sirve a mí, lector de libros, escuchar las conclusiones de los escritores de la frontera? ¿En qué va a cambiar mi vida? ¿Me motivarán a leer más acaso? ¿Me revelarán alguna verdad? ¿Me harán disfrutar de otra manera la literatura? ¿De qué sirve que los escritores se encuentren? ¿De que sirve que platiquen? ¿Se irán a coger entre ellos a un hotel de paso cuando acaben de leer? Díganme por favor: ¿De que chingados sirve un encuentro literario, una lectura, una tertulia? Yo es fecha que no sé, en serio, no tengo ni idea. Chingón por la raza que acude y le sirve de algo escuchar a estos tipos o mínimo se la pasa bien. Que bueno. A mí no me aporta un carajo y la neta me aburro horriblemente.
La verdad siempre veo a los mismos tipos en las fotos y tienen una cara de insufrible aburrimiento. Siempre veo a ese barbón de Mexicali que la neta jamás he leído y por lo que he oído de sus títulos ni me interesa leer. Bajo mi humilde opinión, un escritor que se de a respetar o una persona que en verdad ame a la literatura no tiene porque perder el tiempo en esas cosas. Me da lástima por la gente que le pone entusiasmo a estos eventos, que le invierte tiempo y ganas, que hace un viaje de largos kilómetros y se decepciona al ver una nula asistencia. Pero las salas vacías son algo lógico. ¿A quién chingados le interesa escuchar a un tipo aburrido leyendo con extrema monotonía? A mí no. Tengo mejores cosas que hacer, la neta, como ver los juegos de los Tigres o leer los nuevos libros que he comprado.
Sí, yo sé muy bien que si me relacionara con esa gente y dijera palabras elocuentes o elogios solem-nes en las presentaciones de libros, tal vez ya habría amachinado un premio o una editorial guber-namental que hiciera una antología de Pasos de Gutenberg o una mamada por el estilo. Pero la neta yo prefiero quedarme leyendo en la tranquilidad mi bella casa e invertir lo que me pagan por hacer reportajes en hacer crecer mi biblioteca. Que otros resuelvan el futuro de la literatura, mientras yo soy feliz leyendo.


En defensa del Chango 100-

Quieran o no, pésele a quién le pese, el blog del Chango 100 tiene cada vez más lectores. Y lo mejor de todo es que sus más devotos visitantes, por lo que veo, son los más culturosos de los culturosos.
Lo se porque he leído una buena cantidad de críticas en diversos espacios y veo que hay gente que en verdad está enojada con sus comentarios. Eso sí que es de risa.
Ja, ja,ja. A mí para ser honesto el blog de mi colega me arranca las más honestas y espontáneas car-cajadas. La verdad es que me doblo de la risa con su sentido del humor. Ningún blog me pone de tan de buenas. No conozco a casi ni un culturoso de su Pitty list, pero aún así me río, pues me los imagino y me regocijo pensando en la cara de furia que ponen al leerlo.
Seamos realistas: Los culurosos necesitan al Chango 100 para mantener en equilibrio su mente. Todos en el mundo, (pero los culturosos más que nadie) necesitamos alguien que nos recuerde que to-das nuestras ínfulas y nuestras poses son ridículas, absurdas, insoportablemente pendejas.
De la misma forma que la literatura necesita de un Fernando Vallejo y el metal de un Cannibal Corpse.
Díganme ¿Qué culturoso resistiría la tentación de leer al Chango si él se toma la molestia de hacer una reseña destructiva de su blog o el de un amigo cultural? Ninguno. Su ego los acabaría por derrotar. Son tan densos los jugos narcicísticos de su estupidez, que no pueden aguantar las ganas de leer a quién se toma la molestia de romperles el culo. Antes existía el blog del Ángel Exterminador que se dedicaba a despotricar contra todos los blogs del mundo, aunque jamás dio la cara. Chango 100 en cambio tiene rostro y nombre: Se llama Manuel Lomelí, no se esconde de nadie y lo conocí cuando trabajó aquí en esta Redacción por ahí de noviembre de 2001. No tengo casi nada en común con su estilo de vida ni coincido con muchos de sus puntos de vista, pero me hace reír en exceso la forma que tiene de expresarlos y tiene innegable malicia y habilidad para escribirlos. Y lo que más me hace carcajear, en verdad al borde del llanto, es la seriedad y el dramatismo con que se lo toman algunas personas. Pocos tienen la sencillez y el buen sentido del humor de un Rafa Saavedra, que se permitió señalarlo entre sus blogs más leídos. Eso demuestra que el buen Rafa sabe reírse de esto y tomarlo como lo que es: Un pinche juego.
Pero por desgracia son muy pocas personas las que pueden presumir la sencillez de Saavedra. La ma-yoría de los culturosos se sienten paridos por un Dios del Olimpo que los dotó de sensibilidades artís-ticas inalcanzables para el común de los mortales. Y sucede que si en este mundo te das mucha im-portancia a ti mismo, acabas perdiendo el partido por goleada. Ahí está el Chango para hacerlo re-cordar a quién se le olvide.


PD- ¿Quieren definir la cultura? Por favor enmarquen en sus recámaras la caricatura de Calderón que aparece en FRONTERA y Reforma del domingo pasado. Eso, señores y no otra cosa, es lo que us-tedes llaman cultura.

- ¿Quieren leer un libro netamente anti culturoso? Lean Diario de un pendejo del jalapeño Fernando Nachón. Una obra que suelo releer varias veces al año y siempre me hace mear de risa. Nachón, por cierto, tiene un blog, pero para ser honesto es un espacio soso que no tiene ni el 10% de la chispa del Diario. Su último libro, Los niños bien, me pareció un soberbio fracaso para ser brutalmente honesto, pero con el Diario de un pendejo fue suficiente para que considerea Nachón como un autor de culto y uno de los ejemplares más apreciados de mi biblioteca.

Hace tiempo, un culturoso me recomendó ampliamente leer El miedo a los animales de Enrique Serna. Lo leí, me gustó y se lo recomendé a un culturoso policial, que a su vez se permitió escribir una reseña del mismo en Bitácora. ¿Porque será que a los culturosos les fascina tanto este libro que les rompe el culo tan bien y bonito?

Los países más visitados del Mundo según la Organización Mundial del Turismo

Soy un turista comercial- Por más que vocifere en contra de los tours y la idiota mentalidad gringoíde de salir a tomar fotos en monumentos turísticos acompañado de tu guía y traductor, lo cierto es que a lo largo de mi vida he visitado lugares muy convencionales. Eso sí, nunca con guía turístico, pues lo considero un insulto a la inteligencia. Si le hago caso a la lista de la OMT publicada en sección De Viaje de Reforma, de los 10 países más visitados del orbe, yo conozco 8.

Aquí va la lista-

1- Francia--- Sí, fui a tomarme mi convencional y ordinaria foto en la Torre Eiffel. La foto está frente a mí, aquí en mi escritorio. Día de mi cumpleaños, 21 de abril de 1999, Carolina y yo frente a Torre que marcaba 255 días en cuenta regresiva para el cambio de milenio. Esa fue mi segunda visita a la Galia. La primera fue en 1996. ¿Qué tendrá ese chingado símbolo fálico para atraer 77 millones de visitantes al año y juntar 32 mil 300 millones de dólares nomás de las carteras de los atarantados turistas?
2- España---En la madre...patria- 51 millones 700 mil visitantes al año- A huevo, aunque Eskor-buto diga: -este maldito país, es una gran pocilga- yo quiero mucho a España de donde provienen mis raíces familiares y mi herencia sanguínea y a huevo, tengo mi foto frente a la Puerta de Alcalá, en la Plaza Mayor y en la Sagrada Familia de Barcelona, aunque si me piden elegir un sitio, San Sebastián es el lugar más hermoso y en el que me quedaría a vivir por siempre. Puras buenas experiencias, incluida la macro borrachera de la noche de San Isidro.
3- USA—41 millones 900 mil visitantes- Ahí sí como dice The Exploited- Fuck The USA- Como nací en el Norte de México, estuve condenado a visitar este país desde muy temprana edad, como todo burguesete regio que va a Mc Allen y La Isla. Aunque me duela aceptarlo, es el país que más conozco después de México. Lo he recorrido en camión desde Boston hasta Laredo y en dos periodos de mi existencia he vivido ahí.
4- Italia- 39 millones de visitantes- La pura delicia- Aquí, frente a mí, tengo la foto: Carolina y yo frente a la Torre de Pisa, Carolina en la Plaza San Lorenzo de Florencia, Carolina y yo en el Coliseo. El mejor ambiente futbolero en el Olímpico de Roma, deliciosas pizzas, guapísimas mujeres...Uff, ahí le paramos.
5- China- 36 millones 800 mil visitantes y ahí sí me quedé como el chinino, nomás milando, porque no conozco China- Pero habrá tiempo de conocerla.
6- Reino Unido – 24 millones 200 mil visitantes- London Calling ¿O burning? Ahí se la dejo a mi compa Joe Strummer. A The Clash Londres le llamó y la hizo arder. A mí me llamó y dormí algunas cuantas noches en las calles de esa ciudad con afán de ahorrar feria. Escosia es la neta, la cerveza británica es elíxir de los dioses y recuerdo con especial nostalgia cuando Carol y yo nos pusimos tremenda peda en pleno Picadilly.
7- Canadá-20 millones de visitantes al año- El país más limpio que he visto en mi vida. Hasta te da no se qué ensuciar las calles con las suelas. Ahí festejé un Grito de Independencia mexicana en pleno centro de Toronto. La tarde del 15 de septiembre a la orilla del Lago Ontario tuvo mucho de magia.
8- México- 19 millones 700 mil visitantes al año- Nací al píe del Cerro de la Silla y he vivido en tres diferentes ciudades de este maravilloso y surrealista país. Salvo la Península de Yucatán y Quintana Roo (no conozco Cancún) he estado en todos y cada uno de los estados de esta suave patria. A mi no me cae el típico rollo patriotero de – mucho Europa pero no conoces tu país- pues si algo he hecho en mi vida es viajar por esta tierra de volcanes.
9- Austria- 18 millones 600 mil habitantes- Ni modo, no he ido todavía a tomar café a la casa de mi compa el Wolfang Amadeus en Salzburgo, que disque toca bien machín el piano según cuentan en el barrio. Me pasaría mucho caer a ese humilde tejabán llamado castillo de Schorbrünn, pero hasta ahora no ha habido chance. Ya les caeré.
10- Alemania- 18 millones de visitantes- Me pasa un chingo la vibra de ese país y tengo la firme intención de regresar en el 2006 para ver la Copa Mundial. Aquí en mi escritorio la romántica foto: Carolina y yo una tarde de mayo en el centro de Hamburgo bebiendo una Holstein. El St Pauli es la mejor zona roja del mundo. This is Hard Core y no mamadas-


Los países que más deseo conocer y que espero visitar próximamente nada más que tenga tiempo y lana-

- Argentina y Uruguay-
- República Checa-
- Suecia y Dinamarca
- Irlanda
- Turquía
- Brasil

Monday, November 17, 2003

El odio de Dios

Me gustó leer Malebolge. De inmediato te das cuenta cuando estás ante un escritor inteligente, un cabrón que te desafía, que juega contigo.
Además me hace pensar, cosa que de vez en cuando se convierte en uno de mis deportes favoritos.
Soler Frost es un escritor católico. Sus dilemas consiguen, por lo menos, perturbarme. En el fondo, disfruto el contacto con católicos de considerable estatura intelectual, que son muy pocos por cierto.
Dilemas del ser, la insuficiencia ontológica, el vacío, la nada. El viejo y trillado dilema de Dios que no me abandona. En el fondo, yo soy un ateo que piensa demasiado en Dios, un deicida que carga a cuestas el cadáver de su víctima.
Y sí, debo aceptar que el cadáver de Dios es un peso en mi espalda (¿sería muy cursi decir mi alma?)
Alguna vez, en medio del frío y la inmensidad de una Navidad en la Sierra de Chihuahua el padre Rafael me dijo que pese a mi radical ateísmo, yo soy una persona demasiado mística.
En México hay millones de católicos que acuden todos los domingos a misa y jamás piensan en Dios, al que sólo invocan para condenar el aborto y los conciertos de Marilyn Manson. Yo sólo creo en la nada, en el caos, en el vacío abismal y sin embargo siempre pienso en Dios, en su omnipresente cuerpo putrefacto. Pienso en Dios para odiarlo y pensar que me odia, pero pienso en él. En el fondo, dedico un mucho de mi tiempo a eso que llaman oración.
No puedo jurar que moriré en el ateísmo aunque considero muy difícil que vuelva a pertenecer a una religión. Pero el deicidio es también un acto de fe, mi único acto de fe. El deicidio es un sacramento. Me formé en un hogar católico y un día dije no a Dios y lo saqué a patadas de mi mente. Mi razón decidió sepultarlo. Primero blasfemé contra su iglesia pero a los 16 años decidí que aunque su representación humana fuera perfecta, la hipótesis de su existencia es inútil.
Necesitaría pasar algo muy duro en mi vida para que volviera a profesar un credo, algo que sacudiera mis estructuras, un auténtico terremoto espiritual. No digo que de esta agua no beberé. Mi reconversión sería la prueba de que el poder de Dios es infinito. La supervivencia de mi eterno deicidio la prueba de su inexistencia.

Bendita sea la Heineken

Bitácora del fin de semana: Solo tres latas Heineken compartidas con Carolina. Beber una Heneken fría en un vasito pequeño es uno de los mayores placeres que reserva la existencia. Aspirar su aroma, sentir ese frescor amargo en los labios. Cuando bebes Heineken puedes creer que todos los dioses de todas las mitologías son entes reales y corpóreos. Cuando bebes una caliente caguama Tecate en un antro de la Plaza Fiesta, recuerdas que el drenaje y los resumideros existen.


La frialdad de Sanlúcar

El sábado Carolina y yo acudimos a escuchar al guitarrista Manolo Sanlúcar al Cecut. Una experien-cia interesante y hasta ahí. Un músico ciertamente hábil, pero muy frío. Hubiera preferido un flamenco más caliente, más pasional. Hay que tomar en cuenta que de todo el festival, fue el único gui-tarrista que tocó puro material propio. Mucha demostración de habilidades en ejecuciones di-fíciles, innegable virtuosismo, pero una frialdad de hielo. Me hizo recordar esos discos de King Crimson u otras bandas progresivas ultraclavadas que parecen hechos para disfrute de expertos. Su acom-pañante Santiago Lara pareció por momentos descoordinado y para colmo el sonido falló varias veces. Aún así el público aplaudió con fervor, casi extasiados. Lo mejor , sin duda, la cantante Carmen Grilo y su educada voz. De cualquier manera, una experiencia interesante y enriquecedora.


Mis blogs favoritos

Llevo casi un año en la blogadicción y nunca he tenido un tag ni una lista de blogs preferidos. Tam-poco suelo dejar mensajes o recados en los blogs que visito. No tengo esa costumbre y no practico este deporte con afán de socializar. Pero ello no significa que no tenga un grupo de blogs a los que sea literalmente adicto. A veces, muy raras veces, lees un párrafo en un blog que de verdad te deja de a seis y puede producirte sensaciones que ni tu libro de cabecera en la página más inspirada. He querido mencionar aquellos blogs que en verdad me influyen, pero prefiero no hacerlo. Tal vez un día lo haga.
Sin embargo, creo que debo hacer una excepción con el blog Filtro Cerebral de Mayra Luna que me sorprende casi a diario, aunque el texto que leí hoy, titulado -Esperan que se llame como yo- en verdad es de antología. Un texto de esos que me dejan diciendo p-u-t-a m-a-d-r-e- ¿Cuál es la razón de mi sorpresa? ¿Qué esto de la vida como eterna sala de espera es algo que yo pienso todos los días y no había podido expresar como hizo Luna? ¿O que la reflexión me toca una llaga muy sensible? No me gusta recetar ni recibir cumplidos, pero el Filtro Cerebral se ha encargado de regalarme muchos de los mejores párrafos que he leído en el universo bloguero.

La serpiente bibliófila

Demasiado tiempo invertido en ver libros en El Día y el Cecut. La serpiente bibliófila de la tentación se me apareció y se enroscó fuerte en mi cuello. Y me decía la muy pe´rfida: Compra un libro, compra un libro. El problema es que deseaba unos 15. Al final acabé comprando el Sostiene Pereira de Tabucchi. Ya llevo leída más de la mitad de la Cartografía de animales celestes y no me he equivocado. Hasta ahora me parece una novela bastante buena.


Obrero maquilador

Son casi las 19:30. Tengo que escribir la columna política y mi mente y manos se niegan. Tengo una resistencia involuntaria y por ello me dedico en este momento al vicio del bloguear. Pero basta, el trabajo llama. Odio la política bajacaliforniana y odio escribir al respecto. Es el colmo del tedio, del aburrimiento, de la mediocridad. Y yo debo escribir en este preciso momento una columna amena sobre ello. Ni pedo, la maquiladora paga. Agua y ajo-

Un poquito de teorrea en torno a temas fronterizos y patrioteros-

Sobre el triunfo del spanglish

No me gusta como se escucha el spanglish y experimento una natural e involuntaria repulsión hacia lo pocho. Para ser honesto, no siento la más mínima identificación o solidaridad hacia la cultura chi-cana. Sus íconos, valores y clichés me resultan despreciables. Ya en otra ocasión he dicho que bajo mi opinión absorben lo peor de las dos culturas.
Sin embargo, estoy consciente que el spanglish, con todo el dolor de mi corazón, puede transformarse en una lengua hecha y derecha en un futuro no muy lejano. Una lengua con sus propias reglas y códigos de expresión y pronunciación. Las lenguas no nacen por designio divino ni proyecto intelectual. En ese sentido, el esperanto siguió los pasos contrarios al nacimiento de un idioma e hizo lo posible por suicidarse con prisas. Las lenguas existen en la medida en que un grupo de personas se valgan de ellas para comunicarse. Cuando una palabra deja de ser pronunciada y está ausente de la diaria conversación empieza a redactar su certificado de defunción.
Juan Ramón Lodares, uno de esos defensores a ultranza del idioma español, sostiene en su ensayo titulado Gente de Cervantes una interesante tesis en torno al nacimiento de nuestra lengua.
Según Lodares, el español fue una lengua de frontera. Un dialecto impuro, híbrido, utilitario, que nació como consecuencia de la mezcolanza de culturas. En el Burgos del Siglo X y XI, límite fronteri-zo de Castilla con el mundo árabe, el comercio impuso sus códigos lingüísticos.
Los parlantes de latín vulgar y de un romance protohispánico mezclaron sus palabras con los voca-blos mozárabes.
Las lenguas no se imponen por designio político ni divino. Las lenguas se imponen por necesidad económica.
No dudo que los habitantes del Burgos del Siglo XI hablaran como los pochos de San Ysidro o Chula Vista y no dudo que ante los puristas del latín, aquel dialecto anárquico e inculto sonara como el spanglish. Y muy poco tiempo después nació la Universidad de Salamanca y se escribió El Mío Cid. Pasará lo mismo con el spanglish? Espero no vivir para verlo.

Sobre la muerte del estado nacional

El derecho, la sociología y la teoría política, materias que machaqué hasta la saciedad en la Universidad, coinciden en partir de la familia como el núcleo de toda sociedad u organización, mientras que el estado nacional, sería la forma jurídicamente más acabada, compleja y perfecta de convivencia humana.
Me interesa este último punto. Por más anarquistas que nos declaremos, a menudo vemos el estado nacional como un ente casi divino, una figura superior que nos antecede y necesariamente nos trascenderá después de muertos. Ni modo, somos hijos del Siglo XIX.
Yo creo que el estado nacional morirá en este Siglo o por lo menos acabará de morir su supremacía. Esta muerte lenta comenzó desde el momento en que las firmas comerciales comenzaron a tener más influencia y poder que las instituciones políticas. Una transnacional tiene hoy en día mucho más capital, influencia y poder que muchos estados nacionales.
El estado nacional encuentra su cenit en el Siglo XIX y a principios del XX. Es un hijo natural de la ilustración. Hoy poco a poco se vuelve obsoleto. Las libertades y garantías consagradas por los pa-triarcas ilustrados, llámese Montesquieu, Voltaire o Diderot sirven de muy poco en la vida actual. Sí, es cierto, tienes derecho a elegir a tus gobernantes mediante el sufragio libre, tienes tu libertad de ex-presión, tus 29 garantías individuales, pero: ¿Tienes acaso voz y voto a la hora de elegir al consejo de administración de la Coca Cola, de la Toyota, del Mac Donalds o de Sony? ¿Puedes hacer algo cuando una de estas empresas decide cortar su planta laboral? ¿Puedes poner un alto a la fuga de capitales?
Esa figura decimonónica llamada estado nacional está en el otoño y ya parece tener fecha de caduci-dad. El México que defienden los patrioteros es una falacia nacida formalmente con la Constitución de 1824, convertida en una realidad social y cultural con la Revolución Mexicana y sus efectos y herida de muerte con la entrada al primer mundo por la puerta de la cocina.
Y sí, podrán surgir entonces las voces patrioteras pidiendo que defendamos lo mexicano y yo me pre-gunto: ¿Qué es lo mexicano? Cuánto durará México con su actual conformación republicana? No pienso entrar en dilemas de Laberinto de la Soledad ni invocar a Samuel Ramos o la meztizofilia de Andrés Molina Enríquez. Ya se ha disertado demasiado sobre ello y este blog no pretende reproducir sus teorías.
Un estado es algo falaz y efímero. Es más fácil matar un estado nacional que una religión, ni duda cabe. Aunque hoy es más fácil borrar del mapa muchos estados antes de pensar siquiera en fragmentar una transnacional. Vaya, es más fácil que muera Bolivia, Belice o Zambia, solo por memncionar un ejemplo, a que alguien haga quebrar la Ford ¿Cuántos estados europeos y africanos han muerto y nacido en el siglo que concluyó? ¿Dónde están Prusia y Sajonia? ¿Dónde el imperio Austrohúngaro? ¿Dónde Yugoslavia? Dónde Rhodesia o Zaire? No hay estados milenarios. Hay naciones milenarias, pero éstas son cada vez más híbridas. Los elementos que los defien como nación cada vez son más débiles. Nada más como ejemplo: Alemania e Italia nacieron como estado nacionales en 1870. El primero ha sufrido terribles modificaciones en muy poco tiempo. México y casi toda Latinoamérica conocieron la palabra República (sólo la palabra) entre 1810 y 1830- Hoy en día el mundo ya no es tierra fértil para la proclamación de la soberanía y supremacía del estado nacional. Estamos volviendo a la era del Imperio, el Imperio político y el Imperio comercial, capaces de imponerse a las voluntades e intereses de mayorías. El bien común, fundamento mismo del Estado y el Derecho, pasó hace un rato a segundo o tercer término. Vale más que nos aclimatemos de nuevo a vivir en el tiempo en que el mundo se dividía en imperios y bárbaros. ¿Resistir? Para qué, es inútil, mejor poner la cara del cerdo que en la fila espera en paz a que le llegue su turno en el matadero.


Sobre el texto de Yepez en El Ángel

Es cierto que no coincido con muchos de sus puntos de vista y me parece que en ocasiones abusa de la teorrea, pero ello no significa que no reconozca en Heriberto Yepez a una pluma sagaz, en extremo creativa y con altas dosis de malicia. Por ello me confieso un tato decepcionado por el texto que apa-rece ayer en El Ángel de Reforma sobre el comienzo de la ex patria. Me decepciona, pues la verdad esperaba mucho más de él. Realmente, y eso lo digo sinceramente, me da gusto que un escritor de Ti-juana se vuelva un huésped permanente de un suplemento que, queramos o no, es muy leído y en es-te y en el otro mundo el peso e influencia de una publicación se mide por su número de lectores. Pero en lo personal esperaba un texto más desafiante, más irreverente, con una buena dosis de inco-rrección política, algo que que les zorrajara una que otra nalgada a los culos parados de tanto inte-lectual chilango. Pero me encuentro a un Yepez light, bajo en grasas y calorías, diría hasta domesticado.
Los típicos clichés de la frontera: Migrantes muertos, Operación Guardián, muertas de Juárez, colo-nización cultural, pérdida de identidad, ideas que le he escuchado hasta la saciedad a un Víctor Clark, Claudia Smith, Raúl Ramírez Bahena y cualquier aspirante a defensor de derechos de los pollos. La perorata de la frontera: No al guardián - ni una muerta más. Repítase un millón de veces hasta el cansancio y después ponga punto final. ¿Hay frontera más allá de esa tediosa letanía? Pero comprendo a Yepez. Se lo que son las exigencias de los periódicos políticamente correctos y sus bonitos lectores. Alguna vez trabajé para los Junco y hoy trabajo para un diario de gente bien, donde uno no pude escribir improperios ni cosas feas y más de una vez me he tenido que morder un huevo.