Teniente Guerrero
Esta semana que pasó, muchos ilustres tijuanenses de gorda cartera y casa en San Diego, se acordaron o acaso se enteraron, de que en esta ciudad existe un parque en el Centro que se llama Teniente Guerrero. Un parque, cuyos diarios personajes son ancianos, marías, niños pobres y homosexuales, se llenó de políticos, empresarios y un sin fin de arribistas que arrastraron sus zapatos por una alfombra roja escarlata y deleitaron sus oídos con piezas de Verdi interpretadas por la Orquesta de la Policía del Estado Italiano. Pagaron 300 dolaritos por un plato de mouse de salmón, filete en salsa de tomatillo, ensalada de lechugas enanas y una buena dosis de Cetto reserva especial (que honestamente no es nada del otro mundo)
Pagaron 300 dolaritos por salir en todas las secciones de Sociales y hubieran estado dispuestos a pagar mil dólares de ser necesario con tal de que todo mundo diga, mira, ese es el jet set tijuanense, ellos pertenecen a él y son los dichosos invitados a la cena del señor Hank Rhon.
Ni falta hace decir que para colocar la alfombra roja y las mesas de manteles largos, fue preciso correr a los ancianos, a las marías, a los niños pobres y a los homosexuales, no fuera a ser que se los toparan de frente las ilustrísimas personas y su desarrapada presencia afeara la pulcritud de la velada. Quienes tuvieron derecho a entrar al parque la noche del domingo, fueron las personas que jamás en la vida lo visitan. Seamos realistas; una doña de la Chapultepec, de la Hipódromo de Playas no suele pasar sus fines de semana en el Teniente Guerrero. Vaya, me atrevo a decir que muchos de los que fueron a la cena, pese a ser habitantes de esta ciudad, no lo habían visitado nunca en sus vidas. Imaginen una doña de la Hipódromo ¿Cuándo carajos se meterá a esas callejuelas atiborradas de baches llamadas Centro? Para miles de tijuanenses la única ruta posible es de la Chapu a la Línea y de ahí a Fashion Valley o a Horton Plaza. Eso que llaman Centro, que ni siquiera es el centro geográfico de Tijuana, sino el Noroeste (en términos estrictamente cardinales, el centro actual de Tijuana vendría siendo el Parque Morelos o la 5 y 10), es una zona que no suele ser frecuentada por el jet set de esta ciudad
El Parque Teniente Miguel Guerrero es como de otra parte. Vaya, no se si me comprendan, pero no tiene una esencia muy fronteriza.
Cuando estoy en el Teniente Guerrero tiendo a alucinar que estoy en el parque una pequeña ciudad centroamericana. Las estructuras arquitectónicas viejas y salitrosas como su quiosco y su biblioteca, las palmeras, los infaltables ancianos jugando al ajedrez y la gran concentración de pobladores venidos de estados sureños, le dan al Teniente Guerrero una atmósfera de otro lugar y de otro tiempo. Su leyenda sobre niños que se prostituyen y venden una dosis de sexo oral tras los arbustos es de todos conocida. Coincido con mi colega Lomelí en que acaso alguno de los ilustres invitados a la cena de gala, haya ido en alguna ocasión a buscar un orgasmo furtivo en la boca de un niño de la calle. En serio, no me extrañaría en lo absoluto una historia así.
También son célebres los clubes de ajedrez y he visto ancianos que permanecen frente al tablero desde que amanece hasta que anochece.
Por cierto que desde que se anunció la celebración del concierto de gala, el tema del Parque Teniente Guerrero ha puesto de manifiesto una vez más el desconocimiento sobre historia de la ciudad que priva incluso en los círculos sociales que en teoría deberían estar más enterados.
Y es que cierto locutor de radio, sostenía que el parque debía su nombre a Vicente Guerrero, caudillo de la insurgencia y segundo presidente de México en 1829.
Grave error. El parque más viejo de Tijuana debe su nombre a Miguel Guerrero, militar sonorense que fue herido mientras defendía a Tijuana de la invasión filibustera de 1911.
Miguel Guerrero, quien era conocido en el Ejército Constitucionalista bajo el mote de ?El Tigre de Tijuana? murió en 1915 mientras combatía a los villistas en San Miguel el Alto y sus restos yacen sepultados en el Monumento a 1911 en el Bulevar Agua Caliente. Un poquito de historia nomás. Por lo demás, el jet set tijuanense suele ser como una bestia que metamorfea cada cierto tiempo. Hoy lo más cool, lo más inn, lo tope de lo tope y el último grito de la moda es tomarse la foto con Jorge Hank Rhon
Hace un año, las buenas conciencias de la ciudad no presumían su amistad. Hoy se pelean por sentarse junto a él. El jet set, señoras y señoras, es muy cambiante, máxime en una ciudad de fortunas rápidas y ascensos fugaces como esta Tijuana nuestra.