Saturday, April 03, 2004
Blogger es un judio. Lo sospecho porque santifica el Sabbtah como el mas ortodoxo de Polanco. Hoy nomas no quiere trabajar el muy canijo.
Una mañana de abril
El Camino
Y ellos continuaban avanzando, sin saber, atravesando el vino de la primera misa, la lucha por el pan de cada día, la ignorancia y la necedad.
Avanzaban alegres, distraídos, pocas veces dudando, tan inocentes, relajados o tiesos, hacia el hoy final hacia la última palabra. Tan seguros comunes, callados, recitadores o imbéciles....
En general discutían planes y hablaban del futuro y del futuro de sus hijos y de las pequeñas y grandes revoluciones que sostenían en libros clavados en las axilas. Alguno movía los brazos mientras divagaban sobre recuerdos de amantes y flores mustias que llevaban el mismo nombre.
Juan Carlos Onetti
Cerca la bala
Ayer nos íbamos a dar en la madre bien y bonito y de una forma espantosa. Eran las 7:30 de la mañana, veníamos bajando por la Internacional con el tremendo vuelo que te da la pendiente en descenso, cuando en eso... ZAS, el carro de adelante se frena. La causa: Uno de esos atasques repentinos que se generan en Tijuana después de las lluvias a consecuencia de baches tamaño cráter lunar o pequeños oceanos en medio del pavimento. Pisé el freno hasta las más abismales profundidades que nunca había pisado cerrando los ojos ante la inminencia del soberano chingazo. Sólo escuché la llanta derrapar en el pavimento mojado y el jalón cuando el carro quedó detenido a unos centímetros de la defensa de adelante, que no alcanzó ni a besar. Ufffff. Cerca la bala. Hubiera sido en verdad un macroputazo marca “chillarás”. Pero nos salvamos. A veces creo que aparte de buenos frenos y reflejos, tengo a mi lado un ángel de la guarda al que le vale madre mi ateísmo y hace a menudo una chamba de primera. Quien quiera que seas, espíritu protector, GRACIAS.
¿Un post sobre los ebrios al volante? Suena interesante. Debo confesar que dos o tres veces en mi vida he manejado realmente ahogado en los placeres de Dionisio, pero en todas las ocasiones el espíritu que me cuida se puso a chambear horas extras y salí ileso.
También he manejado bicicleta en la madrugada luego de una noche de excesos y he salido bien librado. No deseo que vuelva a suceder. Una de las cosas en las que me considero responsable es en lo que se refiere al volante y aunque no he abusado de los cuidados de mi ángel o demonio guardián, lo cierto es que sí lo he puesto de copiloto o de piloto automático. Tal vez esa es una de las razones por las que nuestra vida nocturna ya no es tan activa. Nuestra casa está lejos de todo, en medio de la carretera y retornar de cualquier lugar significan unos cuantos kilómetros de autopista. Si algún día la providencia o mi ardua labor me transforman en un hombre rico (lo cual es absolutamente improbable mientras me dedique al periodismo) sólo un lujo burgués me consentiré: Contrataré un chofer y así podré retornar a casa en el estado que me plazca. Siendo más jovenzuelo, jamás me preocupaba por como volvería a casa, pues al no traer carro, siempre sería otro quien iría al volante y las más de las veces era un abnegado taxista quien tenía que soportarme al salir de los antros. De cualquier manera, hoy en día pienso que el mejor lugar parar beber en Tijuana es la sala de nuestra casa, en donde yo suelo ser el Dj y pongo excelente música como el Black Sabbath que suena en este preciso instante (Heaven and Hell ligado con The Sign of the Southern Cross para ser preciso) Elm problema es que Tijuana es un hervidero de ebrios manejando. Miles de personas hasta la madre de alcohol, coca y cristal deambulan por las calles de Tj la noche de un sábado y cualquier triste día se impactan contra tu inocente humanidad y te hacen pedazos. Pero hasta en de eso nos ha sabido cuidar el chambeador espiritu protector que nos asignaron desde el cielo. Es por ello que tengo muchas ganas de prometer que nunca volveré a hacerlo.
Deep Sabbath
Dado que el periódico ya me pagó la compensación prometida por el premio Rogelio Lozoya, lo celebré dándome un par de regalitos: ¿A que no adivinan qué? Faltaba más, un par de discos, dos clásicos conciertos de dos de los padres de esta criatura rockanrollera que tanto me motiva: El Made in Japan de Deep Purple, grabado en 1973, clasicazo entre los clasicazos, consideado el primer gran disco en vivo de la historia. 77 minutos para siete rolitas de lo más célebres del Púrpura Profundo.
Y el LiveEvil de Black Sabbath, grabado en 1982, en la época de oro de Dio en las vocales.
Siento una atracción especial hacia los discos en vivo. Hoy por la mañana me puse a hacer un censo de mis discos de conciertos y resultó que tengo 23 cds de bandas tocando live, sin contar tapes y los vinilos, que los tengo en Mty. Me gusta demasiado la vibra de los conciertos y es por ello que nunca resisto la tentación de comprar los discos en vivo de las bandas que me pasan. En este momento me encuentro en la sala escuchando Sabbath (Iron Man cantada por Dio y no por Ozzy) El de Purple son palabras mayores. El Backmoore poniéndole a las cuerdas de su lira como los dioses. Además el Púrpura se avienta unas versiones larguísimas de todas las rolas, de la misma forma que hace Zeppelin en How The West Was Won, un discazo triple de aquellos. Las bandas de aquella época no escatimaban a la hora de reinventar sus propias rolas en las tocadas y alargarlas hasta lo imposible. Algo similiar sucede con Rainbow On Stage. Es más, al rato me avantaré un top ten de discos en vivaracho. ¿Y a quién chingados le interesa pregunta una voz interior? Pos nomás a mí, respondo.
Cumpleaños
Un 3 de abril de 1992, en algún lugar del Sur de Monterrey, nació un cachorrito indefinido entre french y maltés que llevaría el nombre de Morris y dice la historia que seis años depués emigró a Baja California y que hasta la fecha ha llevado una vida mucho más satisfactoria y llena de mimos y atenciones que la de muchos niños mexicanos. Felicidades.
El Camino
Y ellos continuaban avanzando, sin saber, atravesando el vino de la primera misa, la lucha por el pan de cada día, la ignorancia y la necedad.
Avanzaban alegres, distraídos, pocas veces dudando, tan inocentes, relajados o tiesos, hacia el hoy final hacia la última palabra. Tan seguros comunes, callados, recitadores o imbéciles....
En general discutían planes y hablaban del futuro y del futuro de sus hijos y de las pequeñas y grandes revoluciones que sostenían en libros clavados en las axilas. Alguno movía los brazos mientras divagaban sobre recuerdos de amantes y flores mustias que llevaban el mismo nombre.
Juan Carlos Onetti
Cerca la bala
Ayer nos íbamos a dar en la madre bien y bonito y de una forma espantosa. Eran las 7:30 de la mañana, veníamos bajando por la Internacional con el tremendo vuelo que te da la pendiente en descenso, cuando en eso... ZAS, el carro de adelante se frena. La causa: Uno de esos atasques repentinos que se generan en Tijuana después de las lluvias a consecuencia de baches tamaño cráter lunar o pequeños oceanos en medio del pavimento. Pisé el freno hasta las más abismales profundidades que nunca había pisado cerrando los ojos ante la inminencia del soberano chingazo. Sólo escuché la llanta derrapar en el pavimento mojado y el jalón cuando el carro quedó detenido a unos centímetros de la defensa de adelante, que no alcanzó ni a besar. Ufffff. Cerca la bala. Hubiera sido en verdad un macroputazo marca “chillarás”. Pero nos salvamos. A veces creo que aparte de buenos frenos y reflejos, tengo a mi lado un ángel de la guarda al que le vale madre mi ateísmo y hace a menudo una chamba de primera. Quien quiera que seas, espíritu protector, GRACIAS.
¿Un post sobre los ebrios al volante? Suena interesante. Debo confesar que dos o tres veces en mi vida he manejado realmente ahogado en los placeres de Dionisio, pero en todas las ocasiones el espíritu que me cuida se puso a chambear horas extras y salí ileso.
También he manejado bicicleta en la madrugada luego de una noche de excesos y he salido bien librado. No deseo que vuelva a suceder. Una de las cosas en las que me considero responsable es en lo que se refiere al volante y aunque no he abusado de los cuidados de mi ángel o demonio guardián, lo cierto es que sí lo he puesto de copiloto o de piloto automático. Tal vez esa es una de las razones por las que nuestra vida nocturna ya no es tan activa. Nuestra casa está lejos de todo, en medio de la carretera y retornar de cualquier lugar significan unos cuantos kilómetros de autopista. Si algún día la providencia o mi ardua labor me transforman en un hombre rico (lo cual es absolutamente improbable mientras me dedique al periodismo) sólo un lujo burgués me consentiré: Contrataré un chofer y así podré retornar a casa en el estado que me plazca. Siendo más jovenzuelo, jamás me preocupaba por como volvería a casa, pues al no traer carro, siempre sería otro quien iría al volante y las más de las veces era un abnegado taxista quien tenía que soportarme al salir de los antros. De cualquier manera, hoy en día pienso que el mejor lugar parar beber en Tijuana es la sala de nuestra casa, en donde yo suelo ser el Dj y pongo excelente música como el Black Sabbath que suena en este preciso instante (Heaven and Hell ligado con The Sign of the Southern Cross para ser preciso) Elm problema es que Tijuana es un hervidero de ebrios manejando. Miles de personas hasta la madre de alcohol, coca y cristal deambulan por las calles de Tj la noche de un sábado y cualquier triste día se impactan contra tu inocente humanidad y te hacen pedazos. Pero hasta en de eso nos ha sabido cuidar el chambeador espiritu protector que nos asignaron desde el cielo. Es por ello que tengo muchas ganas de prometer que nunca volveré a hacerlo.
Deep Sabbath
Dado que el periódico ya me pagó la compensación prometida por el premio Rogelio Lozoya, lo celebré dándome un par de regalitos: ¿A que no adivinan qué? Faltaba más, un par de discos, dos clásicos conciertos de dos de los padres de esta criatura rockanrollera que tanto me motiva: El Made in Japan de Deep Purple, grabado en 1973, clasicazo entre los clasicazos, consideado el primer gran disco en vivo de la historia. 77 minutos para siete rolitas de lo más célebres del Púrpura Profundo.
Y el LiveEvil de Black Sabbath, grabado en 1982, en la época de oro de Dio en las vocales.
Siento una atracción especial hacia los discos en vivo. Hoy por la mañana me puse a hacer un censo de mis discos de conciertos y resultó que tengo 23 cds de bandas tocando live, sin contar tapes y los vinilos, que los tengo en Mty. Me gusta demasiado la vibra de los conciertos y es por ello que nunca resisto la tentación de comprar los discos en vivo de las bandas que me pasan. En este momento me encuentro en la sala escuchando Sabbath (Iron Man cantada por Dio y no por Ozzy) El de Purple son palabras mayores. El Backmoore poniéndole a las cuerdas de su lira como los dioses. Además el Púrpura se avienta unas versiones larguísimas de todas las rolas, de la misma forma que hace Zeppelin en How The West Was Won, un discazo triple de aquellos. Las bandas de aquella época no escatimaban a la hora de reinventar sus propias rolas en las tocadas y alargarlas hasta lo imposible. Algo similiar sucede con Rainbow On Stage. Es más, al rato me avantaré un top ten de discos en vivaracho. ¿Y a quién chingados le interesa pregunta una voz interior? Pos nomás a mí, respondo.
Cumpleaños
Un 3 de abril de 1992, en algún lugar del Sur de Monterrey, nació un cachorrito indefinido entre french y maltés que llevaría el nombre de Morris y dice la historia que seis años depués emigró a Baja California y que hasta la fecha ha llevado una vida mucho más satisfactoria y llena de mimos y atenciones que la de muchos niños mexicanos. Felicidades.
Thursday, April 01, 2004
Primavera
Las lluvias y los ventarrones traen consigo su recompensa: las colinas aledañas a la casa se han cubierto de unas pequeñas flores amarillas que han brotado por miles. Todo el entorno luce como la bandera brasileña, verde-amarella. Por las mañanas, la niebla desciende sobre las colinas e imagino que estamos rodeados por una suerte de bosque embrujado cubierto por los verdes senderos en los que se desarrolla eternamente una leyenda céltica. La Primavera ha llegado a Tijuana. Abril ya llegó, otra vez, a nuestras vidas.
Las lluvias y los ventarrones traen consigo su recompensa: las colinas aledañas a la casa se han cubierto de unas pequeñas flores amarillas que han brotado por miles. Todo el entorno luce como la bandera brasileña, verde-amarella. Por las mañanas, la niebla desciende sobre las colinas e imagino que estamos rodeados por una suerte de bosque embrujado cubierto por los verdes senderos en los que se desarrolla eternamente una leyenda céltica. La Primavera ha llegado a Tijuana. Abril ya llegó, otra vez, a nuestras vidas.
Sobre-ruedas
Uno de los inconvenientes viales que debe sortear todo tijuanense, es la aparición de los mercados sobre-ruedas ciertos días de la semana.
Los miércoles se instala el mercadito del Guaycura y debo sortearlo con toda la prisa del mundo cuando voy a llevar a Carolina a su trabajo por las mañanas.
La llegada de un sobre-ruedas implica cierre de calles y las más de las veces dejan abierto nomás un carril, de ida y vuelta, así que si otro carro quiere ir sentido contrario, chingose, o habrás de ganar tu lugar peleando con tu oponente como hacían los caballeros medievales en las justas
Lo catastrófico de los mercaditos es que atraen a cierto espécimen de doña, las más de las veces rechoncha, que deambula por la calle como la res en su pastizal. He llegado a sospechar que estas doñas de los sobre-ruedas son seres fantasmales, pura sustancia espiritual que se diluye en los vientos de la mañana y que si por accidente llegara a tocar sus carnes con el carro, traspasarían la materia cual si fueran cuerpos gaseosos. Sospecho esto por el desparpajo con que se cruzan frente a al vehículo andando, sin el menor asomo de preocupación por ser atropelladas.
Ciertamente los sobre-ruedas son un desafío a una ciudad que pretende ser moderna y un estorbo a su falso progreso panista. Pero con todo y eso, yo apoyo a los sobre-ruedas pues son una de las pocas, poquísimas formas de economía alternativas que recogen una ancestral tradición humana y resisten al dominio omnipotente de los inhumanos supermercados macrocefálicos. Las doñas dicharacheras que venden sus verduras en los sobreruedas se permiten reir, maldecir y decidir si aceptan los regateos insistentes sobre sus productos. De no existir esta alternativa, estarían condenadas a ser cajeras en algún Calimax, vestidas con un ridículo delantal azul, obligadas a sonreírte con falsedad y preguntarte si encontraste todo lo que deseabas mientras pasan los productos por el lector de código de barras. Ahí no se permite regatear, ni conversar, ni bromear con el cliente. Todo es impersonal, parco, falso, marcado por plásticos y códigos de barras. La pobre cajera se debe conformar con el sueldo de hambre que le pague un capitalista como Fimbres y su día no ofrece mayores satisfacciones, que desear que el reloj corra y se agote la jornada de ocho horas.
Por ello yo apoyo la supervivencia de los sobre-ruedas en donde también hay explotación y cacicazgo, pero diferente. Guadalupe Vázquez Iglesias, zar de los sobre-ruedas de Tijuana y Rosarito, se ha hecho rico con las cuotas que pagan sus agremiados. Los puesteros de mercados son un gremio muy socorrido en tiempos de elecciones, pues para los políticos son muy importantes como fuerza de choque y apoyo en mítines. Vázquez Iglesias ha sabido negociar bien estos apoyos y luego de ser ferviente priista, acabó poniendo a sus agremiados al servicio de los azules. Pero los sobre-ruedas son de esas cosas que aunque estorbosas, le ponen en la madre al capitalismo.
Uno de los inconvenientes viales que debe sortear todo tijuanense, es la aparición de los mercados sobre-ruedas ciertos días de la semana.
Los miércoles se instala el mercadito del Guaycura y debo sortearlo con toda la prisa del mundo cuando voy a llevar a Carolina a su trabajo por las mañanas.
La llegada de un sobre-ruedas implica cierre de calles y las más de las veces dejan abierto nomás un carril, de ida y vuelta, así que si otro carro quiere ir sentido contrario, chingose, o habrás de ganar tu lugar peleando con tu oponente como hacían los caballeros medievales en las justas
Lo catastrófico de los mercaditos es que atraen a cierto espécimen de doña, las más de las veces rechoncha, que deambula por la calle como la res en su pastizal. He llegado a sospechar que estas doñas de los sobre-ruedas son seres fantasmales, pura sustancia espiritual que se diluye en los vientos de la mañana y que si por accidente llegara a tocar sus carnes con el carro, traspasarían la materia cual si fueran cuerpos gaseosos. Sospecho esto por el desparpajo con que se cruzan frente a al vehículo andando, sin el menor asomo de preocupación por ser atropelladas.
Ciertamente los sobre-ruedas son un desafío a una ciudad que pretende ser moderna y un estorbo a su falso progreso panista. Pero con todo y eso, yo apoyo a los sobre-ruedas pues son una de las pocas, poquísimas formas de economía alternativas que recogen una ancestral tradición humana y resisten al dominio omnipotente de los inhumanos supermercados macrocefálicos. Las doñas dicharacheras que venden sus verduras en los sobreruedas se permiten reir, maldecir y decidir si aceptan los regateos insistentes sobre sus productos. De no existir esta alternativa, estarían condenadas a ser cajeras en algún Calimax, vestidas con un ridículo delantal azul, obligadas a sonreírte con falsedad y preguntarte si encontraste todo lo que deseabas mientras pasan los productos por el lector de código de barras. Ahí no se permite regatear, ni conversar, ni bromear con el cliente. Todo es impersonal, parco, falso, marcado por plásticos y códigos de barras. La pobre cajera se debe conformar con el sueldo de hambre que le pague un capitalista como Fimbres y su día no ofrece mayores satisfacciones, que desear que el reloj corra y se agote la jornada de ocho horas.
Por ello yo apoyo la supervivencia de los sobre-ruedas en donde también hay explotación y cacicazgo, pero diferente. Guadalupe Vázquez Iglesias, zar de los sobre-ruedas de Tijuana y Rosarito, se ha hecho rico con las cuotas que pagan sus agremiados. Los puesteros de mercados son un gremio muy socorrido en tiempos de elecciones, pues para los políticos son muy importantes como fuerza de choque y apoyo en mítines. Vázquez Iglesias ha sabido negociar bien estos apoyos y luego de ser ferviente priista, acabó poniendo a sus agremiados al servicio de los azules. Pero los sobre-ruedas son de esas cosas que aunque estorbosas, le ponen en la madre al capitalismo.
Cajeras
Ya que andamos en el tema, debo decir que últimamente pienso mucho en el triste oficio de los cajeros y cajeras. De todos los infiernos que nos reserva el capitalismo, este es uno de los más crueles.
Últimamente, cuando voy al super , me dedico a observar la labor de los cajeros. Vaya crueldad de vida. He ahí a la cajera, las más de las veces poco agraciada físicamente, encerrada en un espacio milimétrico, obligada a llevar un ridículo delantal de color chillante, atendiendo un río humano que nunca deja de comprar y comprar. Una marabunta humana que consume y consume, como si en eso se le fuera la vida está siempre delante de ella y pos sus manos pasan miles y miles y miles de pesos que jamás serán suyos y a menudo una sola compra supera su sueldo quincenal. Por si fuera poco, debe estar bien al tiro, con los billetes que recibe, los cambios que otorga, monedas, billetes, de cien, de doscientos, dólares, pesos. Puta madre, eso es estrés y no mamadas. Si yo cuando compro algo siempre me quedo con dudas de si me dieron bien el cambio, imagínate repetir la acción diez veces, cien veces en un día, durante ocho horas, en chinga, dando y recibiendo la feria que nunca tendrás y cuidado y se te pierda algo, que te lo cobran bien cobrado. Si señores, he descubierto el Infierno. La cajera que observo mientras aguardo mi turno con mi carrito atiborrado de vinos y licores y que me sonreirá por obligación y me dará las buenas tardes y se cagará cuando yo saque la tarjeta para pagar y llamará al supervisor cuando el lector de barras no reconozca el Casillero del Diablo. Y ahí van, 500 pesos, y la familia de atrás, con escuincle chillón y pediche y doña malhumorada, se gastará mil pesos y faltan seis horas para el tueno de salida y cuatro días para recibir el salario mínimo de hambre que el señor capitalista paga a las personas por cuyas manos pasan los millones que han engordado su fortuna. Pero para los señores amantes del universo empresarial, de los números, las tablitas, las cifras porcentuales y las corbatas ese es el universo deseado. Un frío supermercado lleno de promociones, que atraiga miles de clientes a los que inducirá a gastar el dinero que no tienen. Pues si por los capitalistas fuera, tendrían robots en vez de empleados. Un día, al menos un día de mi vida, quisiera vivir un arranque de furia popular al estilo toma de la Bastilla, algo así como la Revolución de marzo de 1917 en Rusia, cuando los obreros, cagados de frío y hambre, asaltaron las panaderías. Sí, como dijo la Polla Records: “Arrasaremos vuestras cosechas y vuestros supermercados. Matadnos, en marcha, queremos nuestra parte”.
PD-
Quiero escribir la historia de una cajera de super. Una cajera de super que se llama Alana, que trabaja en un Calimax del Florido o Villa Fontana. El mundo visto a través de sus ojos. Desde hace rato traigo esa idea y la voy a concretar.
Ya que andamos en el tema, debo decir que últimamente pienso mucho en el triste oficio de los cajeros y cajeras. De todos los infiernos que nos reserva el capitalismo, este es uno de los más crueles.
Últimamente, cuando voy al super , me dedico a observar la labor de los cajeros. Vaya crueldad de vida. He ahí a la cajera, las más de las veces poco agraciada físicamente, encerrada en un espacio milimétrico, obligada a llevar un ridículo delantal de color chillante, atendiendo un río humano que nunca deja de comprar y comprar. Una marabunta humana que consume y consume, como si en eso se le fuera la vida está siempre delante de ella y pos sus manos pasan miles y miles y miles de pesos que jamás serán suyos y a menudo una sola compra supera su sueldo quincenal. Por si fuera poco, debe estar bien al tiro, con los billetes que recibe, los cambios que otorga, monedas, billetes, de cien, de doscientos, dólares, pesos. Puta madre, eso es estrés y no mamadas. Si yo cuando compro algo siempre me quedo con dudas de si me dieron bien el cambio, imagínate repetir la acción diez veces, cien veces en un día, durante ocho horas, en chinga, dando y recibiendo la feria que nunca tendrás y cuidado y se te pierda algo, que te lo cobran bien cobrado. Si señores, he descubierto el Infierno. La cajera que observo mientras aguardo mi turno con mi carrito atiborrado de vinos y licores y que me sonreirá por obligación y me dará las buenas tardes y se cagará cuando yo saque la tarjeta para pagar y llamará al supervisor cuando el lector de barras no reconozca el Casillero del Diablo. Y ahí van, 500 pesos, y la familia de atrás, con escuincle chillón y pediche y doña malhumorada, se gastará mil pesos y faltan seis horas para el tueno de salida y cuatro días para recibir el salario mínimo de hambre que el señor capitalista paga a las personas por cuyas manos pasan los millones que han engordado su fortuna. Pero para los señores amantes del universo empresarial, de los números, las tablitas, las cifras porcentuales y las corbatas ese es el universo deseado. Un frío supermercado lleno de promociones, que atraiga miles de clientes a los que inducirá a gastar el dinero que no tienen. Pues si por los capitalistas fuera, tendrían robots en vez de empleados. Un día, al menos un día de mi vida, quisiera vivir un arranque de furia popular al estilo toma de la Bastilla, algo así como la Revolución de marzo de 1917 en Rusia, cuando los obreros, cagados de frío y hambre, asaltaron las panaderías. Sí, como dijo la Polla Records: “Arrasaremos vuestras cosechas y vuestros supermercados. Matadnos, en marcha, queremos nuestra parte”.
PD-
Quiero escribir la historia de una cajera de super. Una cajera de super que se llama Alana, que trabaja en un Calimax del Florido o Villa Fontana. El mundo visto a través de sus ojos. Desde hace rato traigo esa idea y la voy a concretar.
Chingazos
Mi nave tiene un par de chingazos en su carrocería. Ambos se los puse en situaciones harto similares. No estaba borracho, ni fue en una acción temeraria en medio del tráfico pesado. Y mira que he manejado ahogado de ebrio y suelo cruzar por vías complicadas a diario como la 5 y 10 y la Internacional pero el destino me tenía reservadas otras sorpresas. Y es que ambas abolladas se las he hecho en estacionamientos. Una fue contra un poste y otra contra un árbol. En ambos casos había quedado encajonado por ambos lados con carros estaban a centímetros y por estar vigilando no ponerles un raspón, choqué con esos malditos que se interpusieron en el camino. Ese inoportuno poste y ese estorboso árbol que se les ocurrió llegar en el momento menos indicado y colocarse justo ahí.
Mi nave tiene un par de chingazos en su carrocería. Ambos se los puse en situaciones harto similares. No estaba borracho, ni fue en una acción temeraria en medio del tráfico pesado. Y mira que he manejado ahogado de ebrio y suelo cruzar por vías complicadas a diario como la 5 y 10 y la Internacional pero el destino me tenía reservadas otras sorpresas. Y es que ambas abolladas se las he hecho en estacionamientos. Una fue contra un poste y otra contra un árbol. En ambos casos había quedado encajonado por ambos lados con carros estaban a centímetros y por estar vigilando no ponerles un raspón, choqué con esos malditos que se interpusieron en el camino. Ese inoportuno poste y ese estorboso árbol que se les ocurrió llegar en el momento menos indicado y colocarse justo ahí.
Inquieta compañía
Carlos Fuentes
Alfaguara
Por Daniel Salinas Basave
Cuando se lee el nuevo libro de un autor cuya obra está por cumplir los 60
años de vida, es inevitable sucumbir al vicio de elaborar cartografías
literarias.
Sin quererlo, uno se pone a dibujar figuras geométricas y a trazar mapas
con la ruta del escritor.
En el caso concreto de Carlos Fuentes, da la impresión de que su más
reciente creación, Inquieta compañía, está cerrando un círculo. Pareciera que con estos inquietantes relatos, que hacen los honor al título
del libro, Carlos Fuentes deseara volver a abrevar en sus orígenes.
Si Instinto de Inez fue un retorno, no muy afortunado por cierto, a la
mística de Aura, la oscura ficción de Inquieta compañía nos recuerda una
obra aún más antigua: Los días enmascarados.
Atrás ha quedado el extremo barroquismo de Terra nostra y Cristóbal Nonato,
cuando Fuentes jugó a transformarse en una suerte de Thomas Mann del Nuevo
Mundo.
Ahora nos encontramos un Carlos Fuentes casi, casi gótico, que recrea o
rinde homenaje a esa tradición literaria iniciada con el Castillo de Otranto
de Walpole, que encuentra su primavera en Melmoth el errabundo y su punto
culminante en el Drácula de Stoker.
Desde luego que Carlos Fuentes no se está estrenando en literatura de
fantástica, pero Inquieta compañía me resulta su obra más emparentada con
los cánones de un Poe, si bien jamás deja de tener una esencia muy a lo
Fuentes. Al menos esa es la impresión que me deja una apurada primera
lectura de los seis relatos que componen el libro, hermanados todos ellos
por el elemento fantástico y la intuición constante de la sombra de lo
oculto.
El amante del teatro, La gata de mi madre, La buena compañía, Calixto Brand,
La bella durmiente y Vlad, completan el sexteto de Inquieta compañía. En
cinco de los seis relatos Fuentes opta por la primera persona. En todos
encontramos una aproximación a lo fantasmagórico, si bien algunos no están
exentos de cierto elemento de sarcasmo social.
Y si bien la estructura total de la obra nos recuerda en algo las
Narraciones extraordinarias de Poe, la vibra Fuentes se hace presente desde
el primer cuento.
El autor sigue sin poder evitar empaparnos con disertaciones eruditas sobre
tópicos diversos, como ocurre en el amante del teatro, una suerte de
tergiversación macabra del Hamlet, en donde dedica una buena parte del
tiempo a disertar sobre la tradición de las artes escénicas británicas. Pero también hay espacio para esa crítica recurrente de Fuentes a los
delirios aristocráticos de la sociedad mexicana, como sucede en “La gata de
mi madre”, donde juega con el vocablo despectivo que se utiliza en México
para nombrar a las empeladas domésticas, además de recobrar una figura que
se ha vuelto común en la literatura, como es la de una madre autoritaria que
ni aún muerta deja de ejercer su despotismo.
En La buena compañía nos encontramos con esa recurrente obsesión de Fuentes
por los árboles genealógicos mexicanos, cuyas ramas son cercenadas por
exilios y pesadillas revolucionarias.
En el caso de Vlad el título es más que explicativo aunque Fuentes
sorprende efectivamente al lector al elaborar una bien lograda versión
mexicana del clásico de Stoker y ofrecer una interesante meditación en torno
a la romántica figura del vampiro.
Aunque la vena de esta obra de literatura fantástica, Fuentes no deja
escapar pinceladas que ubican los relatos en tiempos y escenarios muy
precisos e incluso actuales.
En el amante del teatro, por ejemplo, se permite señalar que el narrador
acude a ver el Calígula de Camus justo en los días de Primavera en que
Estados Unidos inicia la invasión a Iraq, episodio que Fuentes criticó
duramente.
De cualquier manera, da la impresión de que Fuentes apuesta ahora por una
estructura narrativa sencilla y sin demasiados retos para el lector. No hay laberintos estructurales ni desafíos narrativos a la concentración
del lector, por lo que Inquieta compañía resulta bastante apto para todo
tipo de público, aunque sin duda los habituales detractores de Fuentes, que
están a la “vuelta” de la esquina, se encargarán de despezar la obra. Al final, puedo decir a manera de conclusión que Inquieta compañía es, de
las nuevas obras de Fuentes la que me ha dejado más satisfecho. Luego de decepcionarme con Los años con Laura Díaz y quedarme con un
incómodo “sin embargo” después de leer Instinto de Inez (confieso que ni
siquiera se me antojó leer La silla del Águila), Inquieta compañía ha
logrado recordarme que algún día, no hace muchos años, Fuentes estaba entre
mis plumas más apreciadas.
Carlos Fuentes
Alfaguara
Por Daniel Salinas Basave
Cuando se lee el nuevo libro de un autor cuya obra está por cumplir los 60
años de vida, es inevitable sucumbir al vicio de elaborar cartografías
literarias.
Sin quererlo, uno se pone a dibujar figuras geométricas y a trazar mapas
con la ruta del escritor.
En el caso concreto de Carlos Fuentes, da la impresión de que su más
reciente creación, Inquieta compañía, está cerrando un círculo. Pareciera que con estos inquietantes relatos, que hacen los honor al título
del libro, Carlos Fuentes deseara volver a abrevar en sus orígenes.
Si Instinto de Inez fue un retorno, no muy afortunado por cierto, a la
mística de Aura, la oscura ficción de Inquieta compañía nos recuerda una
obra aún más antigua: Los días enmascarados.
Atrás ha quedado el extremo barroquismo de Terra nostra y Cristóbal Nonato,
cuando Fuentes jugó a transformarse en una suerte de Thomas Mann del Nuevo
Mundo.
Ahora nos encontramos un Carlos Fuentes casi, casi gótico, que recrea o
rinde homenaje a esa tradición literaria iniciada con el Castillo de Otranto
de Walpole, que encuentra su primavera en Melmoth el errabundo y su punto
culminante en el Drácula de Stoker.
Desde luego que Carlos Fuentes no se está estrenando en literatura de
fantástica, pero Inquieta compañía me resulta su obra más emparentada con
los cánones de un Poe, si bien jamás deja de tener una esencia muy a lo
Fuentes. Al menos esa es la impresión que me deja una apurada primera
lectura de los seis relatos que componen el libro, hermanados todos ellos
por el elemento fantástico y la intuición constante de la sombra de lo
oculto.
El amante del teatro, La gata de mi madre, La buena compañía, Calixto Brand,
La bella durmiente y Vlad, completan el sexteto de Inquieta compañía. En
cinco de los seis relatos Fuentes opta por la primera persona. En todos
encontramos una aproximación a lo fantasmagórico, si bien algunos no están
exentos de cierto elemento de sarcasmo social.
Y si bien la estructura total de la obra nos recuerda en algo las
Narraciones extraordinarias de Poe, la vibra Fuentes se hace presente desde
el primer cuento.
El autor sigue sin poder evitar empaparnos con disertaciones eruditas sobre
tópicos diversos, como ocurre en el amante del teatro, una suerte de
tergiversación macabra del Hamlet, en donde dedica una buena parte del
tiempo a disertar sobre la tradición de las artes escénicas británicas. Pero también hay espacio para esa crítica recurrente de Fuentes a los
delirios aristocráticos de la sociedad mexicana, como sucede en “La gata de
mi madre”, donde juega con el vocablo despectivo que se utiliza en México
para nombrar a las empeladas domésticas, además de recobrar una figura que
se ha vuelto común en la literatura, como es la de una madre autoritaria que
ni aún muerta deja de ejercer su despotismo.
En La buena compañía nos encontramos con esa recurrente obsesión de Fuentes
por los árboles genealógicos mexicanos, cuyas ramas son cercenadas por
exilios y pesadillas revolucionarias.
En el caso de Vlad el título es más que explicativo aunque Fuentes
sorprende efectivamente al lector al elaborar una bien lograda versión
mexicana del clásico de Stoker y ofrecer una interesante meditación en torno
a la romántica figura del vampiro.
Aunque la vena de esta obra de literatura fantástica, Fuentes no deja
escapar pinceladas que ubican los relatos en tiempos y escenarios muy
precisos e incluso actuales.
En el amante del teatro, por ejemplo, se permite señalar que el narrador
acude a ver el Calígula de Camus justo en los días de Primavera en que
Estados Unidos inicia la invasión a Iraq, episodio que Fuentes criticó
duramente.
De cualquier manera, da la impresión de que Fuentes apuesta ahora por una
estructura narrativa sencilla y sin demasiados retos para el lector. No hay laberintos estructurales ni desafíos narrativos a la concentración
del lector, por lo que Inquieta compañía resulta bastante apto para todo
tipo de público, aunque sin duda los habituales detractores de Fuentes, que
están a la “vuelta” de la esquina, se encargarán de despezar la obra. Al final, puedo decir a manera de conclusión que Inquieta compañía es, de
las nuevas obras de Fuentes la que me ha dejado más satisfecho. Luego de decepcionarme con Los años con Laura Díaz y quedarme con un
incómodo “sin embargo” después de leer Instinto de Inez (confieso que ni
siquiera se me antojó leer La silla del Águila), Inquieta compañía ha
logrado recordarme que algún día, no hace muchos años, Fuentes estaba entre
mis plumas más apreciadas.
Wednesday, March 31, 2004
Fuentes
Pues no, no está nada mal el nuevo librito de Carlos Fuentes si he de ser sincero. Hasta ahora el rockstar no me ha defraudado.
El Fuentes gótico transformado en el Stoker mexicano del Siglo XXI hablando de una Ofelia fantasma y un Hamlet tiránico, de un Vlad mexicanazo y claro, de gatas odiadas y familias que arrastran maldiciones. Nada mal el libraco.
Aunque tampoco creo que vaya a transformarse en un libro inolvidable, sí supera Instinto de Inez y Los Años con Laura Díaz, lo cual ya es ganancia.
Hola
Una revista de frivolidades y estupidez llevadas a niveles en que superlativo queda chico, se ha decidido solidarizar con el dolor. En lugar de una glamurosa princesa europea, la revista nos presenta una portada negra con un corazón roto como muestra de solidaridad con las víctimas españolas del 11 de marzo. Pero eso sí, no puede evitar en el interior sacar una secuencia de fotos de la futura princesa Letizia profundamente consternada al visitar los enfermos en el hospital. Frívolos hasta en la desgracia. Uno no niega la cruz de su parroquia ni en los peores momentos de crisis.
En cámara rápida
En chinga se nos fue la cuarta parte del año. El viento sopló y ya se nos acabó marzo. A tiro por viaje y al rato será Navidad de nuevo. ¿Cuando fue que Dios o el Diablo le apachurraron al botón de FF a la existencia? Ya ni la chingan, me hago viejo, pongan un rato de cámara lenta por favor.
Euro en puerta
Ya me estoy preparando emocional y espiritualmente para junio, mes en que se celebrará el evento deportivo más esperado por mí: La Copa Europea de Naciones. Con todo respeto para la Copa América, este es el evento de mayor nivel y calidad futbolítica del orbe.
Para ser honesto, me gusta más que el Mundial. Y es que en las copas del mundo es más el desmadre de ver los ya meritos aztecas, pero lo cierto es que ves muchos partidos prescindibles entre selecciones jodidonas y las grandes empiezan a dar el nivel hasta la segunda ronda, mientras que en la Euro casi todos los encuentros son de gran nivel. Como olvidar Alemania 88 con la Naranja Mecánica de Gullit y Van Basten sorprendiendo al Mundo, o Suecia 92, con la Dinamarca de los Laudrup dando la gran campanada e Inglaterra del 96, con la máquina teutona Klinsmann y Bierhoff eliminando al equipo de la Rosa en Wembley y Holanda- Bélgica 2000, con esos juegazos que dio Portugal y al final la coronación de la Francia de Zidane. Que partidos, que recuerdos. Ya me anda-
¿Qué nos depara Portugal 2004? Mucha emoción sin duda y a mi ya me emociona la cercanía.
Pues no, no está nada mal el nuevo librito de Carlos Fuentes si he de ser sincero. Hasta ahora el rockstar no me ha defraudado.
El Fuentes gótico transformado en el Stoker mexicano del Siglo XXI hablando de una Ofelia fantasma y un Hamlet tiránico, de un Vlad mexicanazo y claro, de gatas odiadas y familias que arrastran maldiciones. Nada mal el libraco.
Aunque tampoco creo que vaya a transformarse en un libro inolvidable, sí supera Instinto de Inez y Los Años con Laura Díaz, lo cual ya es ganancia.
Hola
Una revista de frivolidades y estupidez llevadas a niveles en que superlativo queda chico, se ha decidido solidarizar con el dolor. En lugar de una glamurosa princesa europea, la revista nos presenta una portada negra con un corazón roto como muestra de solidaridad con las víctimas españolas del 11 de marzo. Pero eso sí, no puede evitar en el interior sacar una secuencia de fotos de la futura princesa Letizia profundamente consternada al visitar los enfermos en el hospital. Frívolos hasta en la desgracia. Uno no niega la cruz de su parroquia ni en los peores momentos de crisis.
En cámara rápida
En chinga se nos fue la cuarta parte del año. El viento sopló y ya se nos acabó marzo. A tiro por viaje y al rato será Navidad de nuevo. ¿Cuando fue que Dios o el Diablo le apachurraron al botón de FF a la existencia? Ya ni la chingan, me hago viejo, pongan un rato de cámara lenta por favor.
Euro en puerta
Ya me estoy preparando emocional y espiritualmente para junio, mes en que se celebrará el evento deportivo más esperado por mí: La Copa Europea de Naciones. Con todo respeto para la Copa América, este es el evento de mayor nivel y calidad futbolítica del orbe.
Para ser honesto, me gusta más que el Mundial. Y es que en las copas del mundo es más el desmadre de ver los ya meritos aztecas, pero lo cierto es que ves muchos partidos prescindibles entre selecciones jodidonas y las grandes empiezan a dar el nivel hasta la segunda ronda, mientras que en la Euro casi todos los encuentros son de gran nivel. Como olvidar Alemania 88 con la Naranja Mecánica de Gullit y Van Basten sorprendiendo al Mundo, o Suecia 92, con la Dinamarca de los Laudrup dando la gran campanada e Inglaterra del 96, con la máquina teutona Klinsmann y Bierhoff eliminando al equipo de la Rosa en Wembley y Holanda- Bélgica 2000, con esos juegazos que dio Portugal y al final la coronación de la Francia de Zidane. Que partidos, que recuerdos. Ya me anda-
¿Qué nos depara Portugal 2004? Mucha emoción sin duda y a mi ya me emociona la cercanía.
Tuesday, March 30, 2004
Puestos de revistas
Desde que era un niño estoy demasiado aferrado al vicio de la contemplación de revisterías y puestos de periódicos. Me es inevitable no detenerme a ver las portadas y si es posible hojear los ejemplares cada que estoy frente a uno de estos comercios.
Y claro, si la revistería en cuestión no es de las que se opone a que le des una hojeada a su producto, se me pueden ir las horas ahí.
Cuando estoy de viaje, no puedo evitar dedicar parte de mi tiempo a leer la prensa local del país que visito, aún sin importar que no entienda el idioma en que está escrita.
Para mí, el visitar una ciudad, cualquiera que sea, implica necesariamente leer sus periódicos y si es posible guardarlos. Y hasta en días de descanso me cuesta trabajo resistirme a la tentación de leer al menos los encabezados de los medios locales, por más predecibles y timoratos que resulten.
Y el colmo de este vicio es que desde hace más de ocho años vivo de trabajar en un periódico-
Revistas de mujeres
Cuando me encuentro en un Sanborns parado frente al estante de las revistas femeninas, no dejo de sorprenderme por la preservación de esta añeja costumbre de poner siempre una mujer en la portada. Los años pasan y la Vogue, Vanidades, y un largo y estéril etc, etc, etc, siempre llevarán una mujer que nos mira desde su calabozo de papel. En el estante hay por lo menos 20 revistas femeninas distintas y en todas aparece el rostro de una mujer y el mes que entra veremos otros veinte rostros de mujeres. Dueñas de una ausencia que de tan frívola es casi etérea, las mujeres nos miran desde el altar de la revistería, donde serán princesas y sacerdotisas por una quincena, acaso un mes para ser sustituidas por otras, dueñas de esa misma mística frivolidad
El rostro de esas mujeres imposibles siempre será abismalmente diferente al de la mayoría los rostros realistas y carnales de las miles de lectoras de esas revistas. En toda portada habrá en promoción una dieta mágica que promete eliminar esos incómodos kilitos en cuestión de días y algún artículo sexual titulado: “vuélvelo loco en la cama”, “como descubrir si te engaña”. “conviértete en una amante felina en diez pasos”, “cuidado con los romances en el trabajo”. Tal vez debí hacer un ejercicio: Tomar hace 10 años la foto de un estante de una revistería. Tomar la foto en el mismo lugar cinco años después y tomarla ahora ¿Cambiaría algo? Tal vez hay nuevas revistas en el mercado, tal vez los artículos son más “calientes”, pero seguiremos viendo básicamente lo mismo: Rostros de mujeres que representan el ideal estético y la envidia de las lectoras, intentos infructuosos de poner a prueba la fuerza de voluntad con esa dieta que jamás pasa de una semana y un espacio para hablar de temas cachondos. Thats It. La vida no cambia. Es un ciclo. Si algún día quiero explicar el mito del Eterno Retorno, ensañaré las fotos que jamás he tomado del estante de las revisterías.
Paris Hilton
Y ya que hablamos de revistas, últimamente veo demasiado el rostro de Paris Hilton sonriéndome desde mil portadas diferentes. Debe estar de moda la chica, cuya gracia es ser insultantemente millonaria. Ello le confiere a la expresión de su rostro una vibra de cachondería aderezada por esa frivolidad llevada hasta los extremos más groseros. Nada hace parecer que la joven pretenda fingir humildad, espiritualidad o inteligencia. Y la expresión de su rostro sólo puede inspirar imaginarla como una puerca princesa que se revuelca lacerada en miasmas orgiásticos.
Desde que era un niño estoy demasiado aferrado al vicio de la contemplación de revisterías y puestos de periódicos. Me es inevitable no detenerme a ver las portadas y si es posible hojear los ejemplares cada que estoy frente a uno de estos comercios.
Y claro, si la revistería en cuestión no es de las que se opone a que le des una hojeada a su producto, se me pueden ir las horas ahí.
Cuando estoy de viaje, no puedo evitar dedicar parte de mi tiempo a leer la prensa local del país que visito, aún sin importar que no entienda el idioma en que está escrita.
Para mí, el visitar una ciudad, cualquiera que sea, implica necesariamente leer sus periódicos y si es posible guardarlos. Y hasta en días de descanso me cuesta trabajo resistirme a la tentación de leer al menos los encabezados de los medios locales, por más predecibles y timoratos que resulten.
Y el colmo de este vicio es que desde hace más de ocho años vivo de trabajar en un periódico-
Revistas de mujeres
Cuando me encuentro en un Sanborns parado frente al estante de las revistas femeninas, no dejo de sorprenderme por la preservación de esta añeja costumbre de poner siempre una mujer en la portada. Los años pasan y la Vogue, Vanidades, y un largo y estéril etc, etc, etc, siempre llevarán una mujer que nos mira desde su calabozo de papel. En el estante hay por lo menos 20 revistas femeninas distintas y en todas aparece el rostro de una mujer y el mes que entra veremos otros veinte rostros de mujeres. Dueñas de una ausencia que de tan frívola es casi etérea, las mujeres nos miran desde el altar de la revistería, donde serán princesas y sacerdotisas por una quincena, acaso un mes para ser sustituidas por otras, dueñas de esa misma mística frivolidad
El rostro de esas mujeres imposibles siempre será abismalmente diferente al de la mayoría los rostros realistas y carnales de las miles de lectoras de esas revistas. En toda portada habrá en promoción una dieta mágica que promete eliminar esos incómodos kilitos en cuestión de días y algún artículo sexual titulado: “vuélvelo loco en la cama”, “como descubrir si te engaña”. “conviértete en una amante felina en diez pasos”, “cuidado con los romances en el trabajo”. Tal vez debí hacer un ejercicio: Tomar hace 10 años la foto de un estante de una revistería. Tomar la foto en el mismo lugar cinco años después y tomarla ahora ¿Cambiaría algo? Tal vez hay nuevas revistas en el mercado, tal vez los artículos son más “calientes”, pero seguiremos viendo básicamente lo mismo: Rostros de mujeres que representan el ideal estético y la envidia de las lectoras, intentos infructuosos de poner a prueba la fuerza de voluntad con esa dieta que jamás pasa de una semana y un espacio para hablar de temas cachondos. Thats It. La vida no cambia. Es un ciclo. Si algún día quiero explicar el mito del Eterno Retorno, ensañaré las fotos que jamás he tomado del estante de las revisterías.
Paris Hilton
Y ya que hablamos de revistas, últimamente veo demasiado el rostro de Paris Hilton sonriéndome desde mil portadas diferentes. Debe estar de moda la chica, cuya gracia es ser insultantemente millonaria. Ello le confiere a la expresión de su rostro una vibra de cachondería aderezada por esa frivolidad llevada hasta los extremos más groseros. Nada hace parecer que la joven pretenda fingir humildad, espiritualidad o inteligencia. Y la expresión de su rostro sólo puede inspirar imaginarla como una puerca princesa que se revuelca lacerada en miasmas orgiásticos.
Monday, March 29, 2004
Ríos de Casillero y tango
Nada mejor que los planes de fin de semana orquestados por la aleatoriedad. El factor aleatorio me llevó a encontrar (y por ende conocer personalmente) a PG Beas en el Terrazas Vallarta, el primer restaurante de Latinoamérica en donde Carolina y yo bebíamos unas bohemias luego de disfrutar un sushi la tarde del sábado. Sorpresas te da la blogósfera- Una combinación de Casillero del Diablo en abundancia, música de tango (con sutiles toquecitos electrónicos) a cargo de Gotan Project, una amena charla que incluyo una cátedra tanguera, lounge, jazzística y eventuales lecturas a volúmenes bastante apetecibles de Pessoa, sólo puede dar como resultado una excelente velada.
Claro, la factura que pasó la cruda en el caluroso domingo también fue de antología y sólo unas Tijuana rubias y unas tostadas de ceviche bien picosas pudieron a medias mitigar.
Nada mejor que los planes de fin de semana orquestados por la aleatoriedad. El factor aleatorio me llevó a encontrar (y por ende conocer personalmente) a PG Beas en el Terrazas Vallarta, el primer restaurante de Latinoamérica en donde Carolina y yo bebíamos unas bohemias luego de disfrutar un sushi la tarde del sábado. Sorpresas te da la blogósfera- Una combinación de Casillero del Diablo en abundancia, música de tango (con sutiles toquecitos electrónicos) a cargo de Gotan Project, una amena charla que incluyo una cátedra tanguera, lounge, jazzística y eventuales lecturas a volúmenes bastante apetecibles de Pessoa, sólo puede dar como resultado una excelente velada.
Claro, la factura que pasó la cruda en el caluroso domingo también fue de antología y sólo unas Tijuana rubias y unas tostadas de ceviche bien picosas pudieron a medias mitigar.
Inquieta compañía
En mis manos Inquieta compañía, la nueva novela de Carlos Fuentes- Traigo un poco de cruda moral por haber comprado ese libro. Me siento culpable por gastar en un rockstar de la literatura y dejar mi dinero a una compañía como Sanborns que pertenece al cerdo de Slim. Me debatí entre comprar Amberes de Roberto Bolaño y la nueva obra de Carlitos. Ganó el pinche Fuentes y ahora me siento culpable. Tengo un altero de libros en fila para leer y este no estaba en mis planes. La serpiente sueryoíca de Adán y Eva me persigue cada que estoy en una librería y me ofrece frutos prohibidos. Confieso que me sedujo un poco leer que tal rifa Fuentes en su nueva fase gótica (¿Ann Rice mexicano?) Me llama más la atención o por lo menos excita mi morbo un Fuentes escribiendo de brujas y vampiros que escribiendo malas parodias políticas (La Silla del Águila ni por la cabeza me pasó leerlo) Me había mantenido con un efectivo antídoto contra los rockstars literarios. No leí el libro de Vargas Llosa sobre Flora Tristán, tampoco el bodrio de Volpi en el que psicoanaliza a Castro y a Salinas. Pero caí en la tentación de leer al pinche Fuentes, que hace mucho rato que no me regala una satisfacción. En fin, le meteré diente crítico y lo reseñaré en Pasos de Gutenberg-
En mis manos Inquieta compañía, la nueva novela de Carlos Fuentes- Traigo un poco de cruda moral por haber comprado ese libro. Me siento culpable por gastar en un rockstar de la literatura y dejar mi dinero a una compañía como Sanborns que pertenece al cerdo de Slim. Me debatí entre comprar Amberes de Roberto Bolaño y la nueva obra de Carlitos. Ganó el pinche Fuentes y ahora me siento culpable. Tengo un altero de libros en fila para leer y este no estaba en mis planes. La serpiente sueryoíca de Adán y Eva me persigue cada que estoy en una librería y me ofrece frutos prohibidos. Confieso que me sedujo un poco leer que tal rifa Fuentes en su nueva fase gótica (¿Ann Rice mexicano?) Me llama más la atención o por lo menos excita mi morbo un Fuentes escribiendo de brujas y vampiros que escribiendo malas parodias políticas (La Silla del Águila ni por la cabeza me pasó leerlo) Me había mantenido con un efectivo antídoto contra los rockstars literarios. No leí el libro de Vargas Llosa sobre Flora Tristán, tampoco el bodrio de Volpi en el que psicoanaliza a Castro y a Salinas. Pero caí en la tentación de leer al pinche Fuentes, que hace mucho rato que no me regala una satisfacción. En fin, le meteré diente crítico y lo reseñaré en Pasos de Gutenberg-
Tatoo
La leyenda dice que el primer estudio profesional de tatuaje que existió en México registrado legalmente para realizar esa actividad fue el Centavo de Oro Tatoo Shop en Tijuana, que fue fundado allá por 1981-
En la actual gestión Regulación Sanitaria tiene registrados a Tinta Distinta, Last Temptation, Darkness y The Crow Tatoo Studio. Todos ellos cuentan con las medidas higiénicas exigidas por Regulación Sanitaria y son atendidos por profesionales del tatuaje.
Mi primer tatuaje me lo hice algún día de octubre de 1990 a los 16 años de edad. El tatuador fue Alberto Carro “El Araña”, natural de Ensenada. Fue un trabajo casero y básico, por cierto totalmente gratuíto, pues el Araña hacía sus pininos como tatuador en aquel entonces. Al tatuaje le tengo cariño por ser el primero, pero sentimentalismos aparte, es un tatuaje feo. El dibujo es un diablito bastante simple. Yo era un menor de edad y la Secretaría de Salud aún no promulgaba sus leyes estúpidas, así que nadie me obligó a ir con mis padres a que firmaran su autorización.
La leyenda dice que el primer estudio profesional de tatuaje que existió en México registrado legalmente para realizar esa actividad fue el Centavo de Oro Tatoo Shop en Tijuana, que fue fundado allá por 1981-
En la actual gestión Regulación Sanitaria tiene registrados a Tinta Distinta, Last Temptation, Darkness y The Crow Tatoo Studio. Todos ellos cuentan con las medidas higiénicas exigidas por Regulación Sanitaria y son atendidos por profesionales del tatuaje.
Mi primer tatuaje me lo hice algún día de octubre de 1990 a los 16 años de edad. El tatuador fue Alberto Carro “El Araña”, natural de Ensenada. Fue un trabajo casero y básico, por cierto totalmente gratuíto, pues el Araña hacía sus pininos como tatuador en aquel entonces. Al tatuaje le tengo cariño por ser el primero, pero sentimentalismos aparte, es un tatuaje feo. El dibujo es un diablito bastante simple. Yo era un menor de edad y la Secretaría de Salud aún no promulgaba sus leyes estúpidas, así que nadie me obligó a ir con mis padres a que firmaran su autorización.
El Aleph
El concepto Aleph me obsesiona. No por ser una letra del alfabeto hebreo sino porque es el único término que ha tratado de abarcar material y filosóficamente el todo.
Leí el Aleph de Borges cuando estaba en primer año de prepa. Pocos cuentos han llegado a influirme tanto como ese.
Como suele suceder en casi todo Borges, más allá del parámetro meramente anecdótico el aspecto conceptual trajo dando vueltas a mi cabeza durante mucho rato (digamos que es fecha que sigo pensando en el Aleph a cada momento)
Desde antes de leer ese cuento, siempre he tenido alguna fijación especial a la meditación en torno a las naturales limitaciones humanas para concebir la eternidad (o en su defecto los límites) del Universo. En caso de haber finitud en el Universo (dejamos el debate para más tarde) existe una totalidad que puede, al menos de manera empírica, ser abarcada por un ojo todo poderoso. 8imaginemos el hipotético ojo de un Dios) ¿Qué es el todo? ¿Dónde están sus fronteras? ¿Sería posible de concebir por la mente humana? ¿O existen seres y naturalezas para los que nusetro inabarcable todo no es más que un átomo? La mayor aproximación a este dilema la encuentro en el Aleph borgeano. Es por ello que difiero de la crítica de Humphery Bloggart la cual reproduzco textualmente:
“El cuentillo El Aleph de Borges fue un intento por desentrañar el gran misterio pero, ¡Dios lo sabe!, falló miserablemente porque no pudo lograr ni una solución artística, ni un planteamiento científico riguroso sobre el problema que planteaba. ¿Carlos Argentino dueño del aleph?, por favor ¡viva la casualidad! Y no vengan con cuentos, fue Borges el que decidió meterse en esta discusión. Nosotros no los forzamos”.
Sobran teorías que tratan de explicar los motivos borgeanos. Yo creo (o quiero creer) que Borges no busco solución artística alguna. Mucho menos creo que haya intentado una solución científica, lo cual no es ni ha sido nunca la búsqueda de la literatura de ficción. En cambio le concedo el beneficio de la duda a un posible sarcasmo del escritor hacia los filósofos y hombres de ciencia. El Aleph se encuentra en físicamente en el sótano de la casa de un ser patético, prototipo del falso poeta pretencioso como es Carlos Argentino Danieri. Es decir, no hace falta bucear en los abismos de la filosofía. El Todo yace en cualquier lugar, sólo es cuestión de desear verlo. También me parece un ejercicio de mínimo realismo dentro de tamaña ficción, el hecho de que Borges (me refiero al Borges narrador en primera persona del cuento) reconozca que su mente no puede retener la visión del Aleph (La obsesión de relojero del narrador de visitar la casa de Carlos Argentino el día del cumpleaños de Beatriz Elena me parece una interesante parodia del Mito del Eterno Retorno por cierto) O acaso todo el cuento no sea más que una forma de decirnos que el Aleph es inaprensible y que de nada valen los escarceos científicos y filosóficos que buscan enjaularlo. Y buno, solo un argentino se puede permitir el egocentrismo de pensar que el Todo está escondido precisamente en una casa de Buenos Aires. Había de ser-
El concepto Aleph me obsesiona. No por ser una letra del alfabeto hebreo sino porque es el único término que ha tratado de abarcar material y filosóficamente el todo.
Leí el Aleph de Borges cuando estaba en primer año de prepa. Pocos cuentos han llegado a influirme tanto como ese.
Como suele suceder en casi todo Borges, más allá del parámetro meramente anecdótico el aspecto conceptual trajo dando vueltas a mi cabeza durante mucho rato (digamos que es fecha que sigo pensando en el Aleph a cada momento)
Desde antes de leer ese cuento, siempre he tenido alguna fijación especial a la meditación en torno a las naturales limitaciones humanas para concebir la eternidad (o en su defecto los límites) del Universo. En caso de haber finitud en el Universo (dejamos el debate para más tarde) existe una totalidad que puede, al menos de manera empírica, ser abarcada por un ojo todo poderoso. 8imaginemos el hipotético ojo de un Dios) ¿Qué es el todo? ¿Dónde están sus fronteras? ¿Sería posible de concebir por la mente humana? ¿O existen seres y naturalezas para los que nusetro inabarcable todo no es más que un átomo? La mayor aproximación a este dilema la encuentro en el Aleph borgeano. Es por ello que difiero de la crítica de Humphery Bloggart la cual reproduzco textualmente:
“El cuentillo El Aleph de Borges fue un intento por desentrañar el gran misterio pero, ¡Dios lo sabe!, falló miserablemente porque no pudo lograr ni una solución artística, ni un planteamiento científico riguroso sobre el problema que planteaba. ¿Carlos Argentino dueño del aleph?, por favor ¡viva la casualidad! Y no vengan con cuentos, fue Borges el que decidió meterse en esta discusión. Nosotros no los forzamos”.
Sobran teorías que tratan de explicar los motivos borgeanos. Yo creo (o quiero creer) que Borges no busco solución artística alguna. Mucho menos creo que haya intentado una solución científica, lo cual no es ni ha sido nunca la búsqueda de la literatura de ficción. En cambio le concedo el beneficio de la duda a un posible sarcasmo del escritor hacia los filósofos y hombres de ciencia. El Aleph se encuentra en físicamente en el sótano de la casa de un ser patético, prototipo del falso poeta pretencioso como es Carlos Argentino Danieri. Es decir, no hace falta bucear en los abismos de la filosofía. El Todo yace en cualquier lugar, sólo es cuestión de desear verlo. También me parece un ejercicio de mínimo realismo dentro de tamaña ficción, el hecho de que Borges (me refiero al Borges narrador en primera persona del cuento) reconozca que su mente no puede retener la visión del Aleph (La obsesión de relojero del narrador de visitar la casa de Carlos Argentino el día del cumpleaños de Beatriz Elena me parece una interesante parodia del Mito del Eterno Retorno por cierto) O acaso todo el cuento no sea más que una forma de decirnos que el Aleph es inaprensible y que de nada valen los escarceos científicos y filosóficos que buscan enjaularlo. Y buno, solo un argentino se puede permitir el egocentrismo de pensar que el Todo está escondido precisamente en una casa de Buenos Aires. Había de ser-
Mi profesional hipocresía
Hace poco, precisamente el día de la marcha por Angélica Aguilar Navarro, escribí un post en el que hablé de como mis cursos de debate y oratoria me enseñaron a defender con vehemencia causas en las que no creo. Dicho en otras palabras y para no andar con rodeos, puedo y suelo ser un profesional de la hipocresía en el desempeño de mi labor periodística.
¿Por qué escribí de esa manera tan lagrimera la nota de la marcha? Porque quien les lleva a los tijuanenses lo sucedido es el periódico, no yo y por ende debo respetar su criterio editorial. En ese caso yo soy sólo un vehículo, un hombre con una camiseta puesta. No es este medio el espacio editorial para que Daniel Salinas se ponga a decirle al mundo lo que piensa y lo que siente en realidad. Para eso está Eterno Retorno. ¿Qué pienso de la marcha y de todo el fenómeno mediático que rodea a Angélica? Creo que no le quito ni un punto ni una coma a lo que han escrito al respecto Chango 100 y Burgués. Coincido absolutamente con ellos y no es necesario que yo agregue algo más.
En defensa de la fauna
Del proyecto de Chevron Texaco lo que más me preocupa no es una posible explosión, lo cual no deja de ser un accidente improbable, sino el daño absoluto e irremediable a la fauna marina y la alteración del ecosistema, lo cual es un hecho que sucederá. La explosión es una catástrofe que tiene pocas probabilidades de de ocurrir, pero los derramamientos de petróleo, la destrucción del habitad marino y la deformación del ecosistema es un hecho que ocurrirán, con o sin explosión y es por ello que me opongo al proyecto. Me repugna la idea de que un delfín o un lobo marino deban morir por la codicia de estos cerdos petroleros, sean gringos o mexicanos. Respecto a la soberanía, sólo puedo decir que me vale soberanamente madre.
La rola en mis audífonos: The man that Follows HELL de Down. Cualquier semejanza conmigo es mera coincidencia-
Hace poco, precisamente el día de la marcha por Angélica Aguilar Navarro, escribí un post en el que hablé de como mis cursos de debate y oratoria me enseñaron a defender con vehemencia causas en las que no creo. Dicho en otras palabras y para no andar con rodeos, puedo y suelo ser un profesional de la hipocresía en el desempeño de mi labor periodística.
¿Por qué escribí de esa manera tan lagrimera la nota de la marcha? Porque quien les lleva a los tijuanenses lo sucedido es el periódico, no yo y por ende debo respetar su criterio editorial. En ese caso yo soy sólo un vehículo, un hombre con una camiseta puesta. No es este medio el espacio editorial para que Daniel Salinas se ponga a decirle al mundo lo que piensa y lo que siente en realidad. Para eso está Eterno Retorno. ¿Qué pienso de la marcha y de todo el fenómeno mediático que rodea a Angélica? Creo que no le quito ni un punto ni una coma a lo que han escrito al respecto Chango 100 y Burgués. Coincido absolutamente con ellos y no es necesario que yo agregue algo más.
En defensa de la fauna
Del proyecto de Chevron Texaco lo que más me preocupa no es una posible explosión, lo cual no deja de ser un accidente improbable, sino el daño absoluto e irremediable a la fauna marina y la alteración del ecosistema, lo cual es un hecho que sucederá. La explosión es una catástrofe que tiene pocas probabilidades de de ocurrir, pero los derramamientos de petróleo, la destrucción del habitad marino y la deformación del ecosistema es un hecho que ocurrirán, con o sin explosión y es por ello que me opongo al proyecto. Me repugna la idea de que un delfín o un lobo marino deban morir por la codicia de estos cerdos petroleros, sean gringos o mexicanos. Respecto a la soberanía, sólo puedo decir que me vale soberanamente madre.
La rola en mis audífonos: The man that Follows HELL de Down. Cualquier semejanza conmigo es mera coincidencia-