Eterno Retorno

Friday, March 28, 2003


Lo que es no estar actualizado. Hoy menciono en la columna Agua Caliente a la manifestación del TJBF como uno de los principales actos antibélicos que habrá el fin de semana. Solo hasta hace rato me enteré vía Paty Blake que el acto fue pos-puesto para el sábado. Bueno, pues los lectores de Agua Caliente, que modestia aparte son muchísimos, el TJBF se manifes-tará este fin de semana. Por cierto que cuando la Dirección me preguntó que era el TJBF, me limite a definirlo como una or-ganización cibernética alternativa.

Ayer estuve leyendo algunos blogs españoles de la lista que incluyó Rafa Saavedra. Me gusto Santa Maradona, Carpe Diem y Cecilia y la Música, si bien no leí muchos ni muy a fondo. Definitivamente, hay gente para la que un blog es algo tan serio como la página oficial de una institución.

La columna Pasos de Gutenberg que antes era quincenal será de ahora en adelante semanal. En un principio yo hacía esta columna haciendo comentarios sobre puras novedades editoriales. Pero dado que no tengo tiempo de leer tanta cosa nueva y la verdad no sobran delicias recién desempacadas, creo que tendré que empezar a hacer reseñas recomendando obras clásicas o rarezas editoriales de librería de viejo.

Thursday, March 27, 2003

Ángel Ruiz, editor de Frontera y Dj aficionado a la música electrónica retro y a Juan Rulfo estrena blog. angelopolis.blogspot.com. Valdrá la pena seguirle la huella.

Discos nuevos

Inevitable ir a San Diego y no comprar discos. Inevitable ir a San Diego y no quedarse con las ganas de comprar más discos. Pero mi contralor interno me impuso un límite. En un principio dije uno, solo uno y basta ya, pero al final fui condescendien-te y como vil drogadicto del metal me compré dos. En ocasiones despilfarradoras he llegado a comprar seis o siete, pero en esos casos ya ni disfruto los discos.
Dos es un buen número. Por fortuna mi elección parece haber sido buena en esta ocasión. A veces suelo arrepentirme. Discos que lucían prometedores acaban siendo auténticas decepciones. No en esta ocasión.

Estas son mis más recientes adquisiciones:

Blind Guardian--- A night at The Opera

El Guardián Cegatón son palabras mayores. De ser un grupo interesante de power metal a los que yo consideraba simples ahi-jados naturales de Helloween, estos alemanes han pasado a transformarse en uno de mis non plus ultra. Una propuesta musical y conceptualmente exquisita. Un metal melódico, bien ejecutado, limpio, sinfónico, épico y por momentos agresivo. Es verdad lo que señalan las revistas europeas especializadas en la materia que catalogan a Night at The Opera como el album del 2002. Ellos son los auténticos guardianes del metal. Una banda que musicalmente no dudaría yo en poner casi al nivel de Iron Maiden (hay que entender todo lo que una afirmación así conlleva)
Dos veces he estado cerca de ver al Guardián. La primera fue en 1996 en San Sebastián. Los Bardos habían tocado el día anterior a mi llegada. La segunda fue el pasado 14 de diciembre en 4 and B. Cancelaron de última hora por un accidente automovilístico. En julio se celebrará en Alemania el Blind Guardian Festival. Pura gran banda les acompañará. La verdad que me gustaría demasiado ir. Cambiaría mil ozz fests por un Blind Guardian festival.

In Flames---The Tokyo Showdown


Un disco en vivo de metal extremo siempre es una apuesta complicada y hay altas probabilidades de que se escuche mal. No es el caso de Las Flamas de Gotenburgo, que llevaron hasta tierras niponas la esencia misma del metal sueco. Los japoneses son bastante fans de este género, por cierto. Varias bandas metaleras han grabado discos en vivo en Japón. Maiden y Judas, han garbado un par de clásicos ahí. No es una recopilación de temas en vivo. Es un concierto completo en Tokio. El sonido es muy bueno y los temas son ejecutados con precisión. (de hecho las primeras rolas cometen el pecado de ser muy parecidas a la versión estudio)
Sin muchas interrupciones, En flamas (o inflamas tu vientre de chelas) ejecutan piezas de todos sus albums. Las primeras pa-labras habladas de Anders Frieden son pronunciadas hasta la quinta rola. El concierto va subiendo en intensidad y es de esos discos que se disfrutan a todo volumen. La gran virtud de los metaleros suecos es la capacidad de mantener un sonido limpio aún en el ritmo más atascado. Definitivamente, un buen concierto en mis audífonos.



Por Daniel Salinas Basave
El País de las últimas cosas
Paul Auster
Compactos Anagrama

Metafóricamente, es un recurso bastante común hablar de la urbe como una jungla. Jungla de asfalto o selva de neón, son frases por demás estereotípicas. La ciudad vista como un territorio en eterno conflicto. Un corral de seres donde coexisten depredadores, presas, carroñeros y parásitos, cuya única ley será por siempre la fuerza bruta y la supervivencia.
Y si bien la idea parece repetitiva, Paul Auster la ha llevado en superlativo y con muy buenos resultados a la literatura con El País de las últimas cosas, una obra de ficción a la que el término angustiante parece quedarle chico.
Otorgando la voz en primera persona a una chica llamada Anne Blume, Auster describe una ciudad que ni siquiera tiene nombre, cuyos habitantes se debaten entre un deseo permanente de muerte y extinción y un instinto de supervivencia comparable al de una rata de barco hundido.
La natural vocación suicida practicada por diversas sectas, la insignificancia de sus pobladores, la podredumbre del entorno y la opresión de un sistema invisible, hacen de esta urbe una suerte de averno de la posmodernidad.
La ciudad de Auster es como un cadáver en estado de descomposición. Un cuerpo que se desintegra rápidamente en donde cada persona y cada cosa parece ser la última de su especie.
“Estas son las últimas cosas”- escribe AnneBlume en el primer párrafo del libro. “Desaparecen una a una y no vuelven nunca más”.
Con estas palabras empieza lo que se supone es una larga carta que dirige a un antiguo novio. En ella empieza la descripción de la ciudad sin nombre, a donde llegó un día buscando a su hermano William, que tiempo atrás fue enviado a investigar la urbe como reportero y nunca más regresó.
Entre suicidas y carroñeros, entre cuerpos errantes que se desintegran en el viento, caminando por calles y casas que desaparecen, Anne Blume debe desafiar el hambre, el frío y la más absoluta depresión.
Pese a que en la ciudad reina el caos y sus habitantes sobreviven a su suerte, no gozan de un anarquismo libertario, pues una silente burocracia los oprime.
A la ciudad de Auster es posible llegar, pero es imposible salir. Una dictadura invisible y omnipresente a la vez, integrada por gobernantes cuyo nombre e identidad casi nadie conocen impiden abandonarla. La única vía de escape al mar es contenida por un muro y los caminos hacia los desiertos son laberínticos e inciertos.
La narración es densa, oscura, traumática. Imposible no evocar la desolada angustia de El Castillo o El proceso de Franz Kafka, si bien los motivos existenciales o la thanatología de algunas de las sectas que pueblan la urbe, recuerda algunos trabajos de Mario Bellatín.
Paul Auster es neoyorquino. Nació en la Gran Manzana en 1947 y luego de haber sido un marino, vivió tres años en Francia
La música del azar, La trilogía de Nueva York (Ciudad de cristal, Fantasmas y La Habitación cerrada) además de Leviatán y Tomboctú, son sus obras más célebres.
De autor estadounidense al fin, sobre El País de las últimas cosas se han escrito cosas de lo más diversas. La crítica del Washington Post califica a la ciudad de Auster como una metáfora del Infierno. La Vanguardia señala que con esta obra la literatura recupera su fuerza de sacrilegio para narrar la miseria.
En realidad, creo que más allá de infiernos y miserias, El País de las últimas cosas bien puede ser tomado en cuenta como una fábula de nuestro tiempo o caso como una advertencia.
Después de todo, no es ficticio afirmar que toda gran aglomeración humana trae con sigo el caos. Luego entonces toda urbe es caótica y el caos no tiene categorías.


Reflexiones sobre el México 1 Paraguay 1

Pocos equipos tan correosos y garrudos como Paraguay. Un centímetro o un segundo de libertad en el área, es igual a gol cuando se trata de José Saturnino Cardozo.

Borguetti y Bravo son los únicos centros delanteros natos y hasta cierto punto letales que puede presumir México, pero no son los grandes matones que necesita.

Ramón Morales fue el mejor jugador en la cancha, al menos en el primer tiempo. Dulio Davino comete pifias que pueden llegar a pasar una alta factura.

Había una seguridad propia de guerra afuera del estadio y sin embargo en la tribuna más de 10 aficionados se rompieron la madre bien y bonito, a putazo limpio y tuvieron tiempo de sacarse mucho mole antes que interviniera un policía red neck.

Ricardo La Volpe en el banquillo de la selección me generó a priori imágenes de marcadores abultados. Muchos goles a favor y pocos en contra. Ha sido todo lo contrario. Duelos cerrados, mucha pelea y goles a cuenta gotas. Las llegadas y los tiros de esquina se multiplican, pero la falta de definición es impresionante.

Sobre mi futbolera adicción

En Monterrey yo acudía al futbol cada sábado sin falta. También jugaba en un equipo de futbol. En la radio conducía un programa de futbol. En mis ratos libres, me dedicaba a ver futbol. Así fue mi vida durante muchos años (Siempre me quedaba tiempo para andar en bici, leer, escribir y escuchar metal).
En Tijuana cuento con los dedos de una mano los partidos a los que acudo en un año. Hace 15 kilos y 17 mil cervezas que no juego futbol y desde que estoy casado solo veo un partido a la semana, que es invariablemente el de los Tigres.
Será por eso que hoy aprecio más que nunca, cual si fuera un auténtico tesoro, acudir a un partido y si el Insurgentes no se embotellara tanto los viernes, acudiría más seguido a ver a Nacional TJ.

Futboleros compadrazgos

En el trolley encontré a un aficionado que conocí en LA y del que ni siquiera recuerdo el nombre. En este Mundo he hablado de futbol y gritado goles abrazado de miles de personas cuyos nombres nunca conocí. La cuestión es que el amigocho me hizo un paro cuando se subieron los tiras a revisar los boletos del trolley. Yo traía el mismo que había comprado en medio día y ya había expirado. Pero el compa en cuestión me pasó el suyo disimuladamente y asunto arreglado.
La cosa es que cuando vio mi gafete de prensa, el amigocho, cuyo nombre aún ignoro, decidió que yo era una persona influyente con la capacidad de colarlo sin problema alguno al palco de prensa. No fue fácil convencerlo de lo contrario. En realidad sí hubiera podio pasarlo, pero resulta que yo precisamente integro la Comisión de Ética de mi periódico y en nuestro código establecemos la prohibición de usar un gafete de prensa para hacer paros.
Lo que me da lástima es que la triste realidad es que tres cuartas partes de las personas que están en el palco de prensa no son periodistas ni van a trabajar. Son funcionarios del Ayuntamiento, hijos de directivos, empresarios y de más personajillos pa-cotillescos que se deleitan comiendo y bebiendo gratis viendo el partido cómodamente mientras la paisanada paga boleto.




Wednesday, March 26, 2003


Lector de la Nana

En últimas fechas me he transformado en fiel lector del blog de la Nana X. Si bien las historias cachondas suelen ser ya de por sí un gancho para atrapar lectores, la Nana es una narradora ágil y fluida. En su blog hasta las anécdotas de oficina parecen interesantes y divertidas.
Yo empecé a leer a la Nana cuando PG Beas lo mencionó entre sus blogs más leídos y la verdad que la agradezco la recomendación. Si las historias son reales o ficticias es lo de menos. Están bien narradas y eso es lo importante en este negocio.
Además me genera cierta nostalgia por la frontera tamaulipeca, que durante mi infancia y adolescencia crucé tantas veces. De hecho mi padre biológico y mis medias hermanas radican en esa región.
La frontera tamaulipeco- texana es bastante fea. En lo personal le voy por mucho a Baja California y California, pero eso no impide que me genere cierta nostalgia por las tardes en que fui feliz en el Zoo de Brownsville o en la Isla del Padre (yo conocí el mar en la Isla del Padre y es uno de los recuerdos más impactantes y antiguos de mi vida)
No es para nada cuestión de género, pero debo confesar que entre mis favoritos hay más blogs femeninos que masculinos. No es una diferencia abismal, pero hoy en día soy un poco más constante en mi lectura de los blogs escritos mujeres.
Ya he dicho que me gusta el blog de Nanilka y admiro su constancia y fidelidad a un estilo. También el de la Poeta Empí-rica, el Filtro Cerebral y las ideas de la Señorita Arquitecta han aportado párrafos memorables.

Camino al Imperio

En un rato más cruzaré a San Diego para intentar desahogar algunos pendientes laborales y por la noche acudiré a ver México vs Paraguay.
El momento más asqueroso del día será cuando el himno estadounidense sea tocado en el estadio. Haré esfuerzos para no escupir.
Casi todas las visitas sandieguinas concluyen con un disco en mis manos. No me gusta la idea de pagar taxas que irán derechito y sin escalas a los sueldos de la tropa en el Golfo Pérsico, así que me enfrentaré a un dilema. Me consuela que por ley de probabilidad, si me da tiempo de adquirir algo será de alguna banda europea.

Noticias metalebrias

Ya está listo el diseño del nuevo demonio para el Ozz Fest 2003- Es un diablejo que se ve un poco más anciano que su antecesor y aparece portando una guitarra.
Parece que ya se confirmó la presencia de la Cuna de Porquería como cabezas del stage número dos. Para mí es la máxima atracción. Korn abandera el cartel abajo de Mister Osbourne. Lo más jodido sin duda la presencia de un fantoche total como Marylin Manson. Desgraciadamente Cradle of Filth se ha marylinmansoneado un poco, pero sigue siendo Cradle y su humor británico los salva.
En fin, ya es bastante buena noticia que Ozzy no haya incluído a su pinche hija marrana en el cartel. Metaleros de vieja guardia como es el caso de los canadienses Voivod se darán cita en el festival además de Shadow,s Fall. De los Nu Metal lo mejorcito es Disturbed. Todo lo demás son ilustres desconocidos. Ojalá que ya estando en América, la Cuna de Porquería tenga a bien aventarse una gira en solitario, pues en media hora podrán mostrar muy poco.

Poesía gótica

Por cierto, Cradle of Filth es la única banda que incluye en su página una sección especial de poesía e incluso convoca a concursos. Después de todo se confiesan lectores de Stoker, Sheridan Le Fanu y el propio Byron.
Sus fans de todo el mundo envían cuentos o poemas oscuros de tema vampírico o demoníaco. En honor a la verdad, algunos son interesantes.
No hay que olvidar que las letras de la Cuna, están escritas en inglés antiguo y se preocupan al menos por darles un sentido de rima.

Tuesday, March 25, 2003

Ya escribí mucho de la guerra esta mañana. Por hoy es suficiente. Me basta reproducir las espontáneas palabras que pronunció anoche el director editorial:_"Guerra, no te acabes". Y es que los desmadres del señor matanza nos han disparado nuestro número de lectores. El periódico se vende como pan caliente. Y a mi nadie viene a buscarme para ver si bajo la manga tengo la nota de ocho columnas. El aprendiz de Hitler ha resuelto la bronca de todos los días. La nota de ocho está asegurada-


Cuando inicie con este blog, mi idea era publicar únicamente narrativa de ficción. No pensaba hablar de mi ni de mi vida cotidiana ni emitir comentarios sobre lo escrito en otros blogs. Eterno Retorno iba a ser impersonal. Un espacio donde publicaría cuentos y novelas. Después la vibra bloguera se me fue metiendo a la sangre y este espacio se volvió ahora sí un auténtico vomitorio dle diario vivir. Pero no está demás desintoxicarme de los temas bélicos y darle una revisada a mis siempre inconclusos temas narrativos.
Aquí van dos capítulos de Odiando a Dios en Tijuana:


VI
Fue el miedo. Para que chingados negarlo. Se te abrió gacho cuando viste como chingados estaba el pedo en realidad. Y es que siempre fuiste coyón. Digo, eras mierda, pasado de lanza, pero eras culo. Cuando veías putazos en serio mejor le zarpabas a ver a donde y aunque varias veces te rompieron tu madre bien bonito, la verdad es que te salvaste de que te dejaran frío y había muchos a los que no les faltaban ganas, empezando por tus hermanos. Fue como la décima vez que te fuiste a juramentar con la virgencita-; “Ora sí” le dijiste a tu amá, “a la chingada con la tomadera”.
Te ibas a ir a las trojes, con tus hermanos a traer algo para la familia, pagarles un poquito de lo mucho que siempre te dieron en tus largos año de mantenido. Te costaba el alma ponerte a jalar. Apenas agarrabas la pala y sentías la necesidad de aliviar la fatiga con un trago. Nomás no podías, no durabas, ni siquiera el ansia de poder ganar algo, aunque fuera para poder tomarte tus alcoholes sin pedir fiado. Pero ahí lo que te gano fue el miedo, hasta fue más grande que tu pinche hueva de siempre y mira que eso es mucho decir. Desde antes ya te sospechabas que tus hermanos se traían algo entre manos, porque siempre los veías hablando en secreto, diciendo las cosas sin decirlas y ya no sabías si era porque estaban hablando pestes de ti o porque de verdad se traían un asunto grande que a ni a tu amá se lo querían platicar. Claro, tu pensabas que andaban rateros y cuando desaparecía alguna mula o hasta un chingado guajolote pensabas que eran ellos porque no podía caber en tu cabezota que alguien pudiera ocultar algo que no tuviera que ver con transas. Fue hasta que te juramentaste delante de tu amacita, ¿te acuerdas? Aquella vez que hasta chillaste frente a toda la familia incluido tu padrino. Hasta tus hermanos como que se empezaron a compadecer de ti. Se compadecieron o pensaron de verdad que ahora sí ibas bien en serio, porque hasta te tuvieron un poquito de confianza y así como no queriendo mucho la cosa Eufemio te empezó a platicar. No te dijo mucho, pero tu sabías que te estaban calando para ver si podías entrarle a lo que traían oculto. No entendías bien o a lo mejor no querías entender, pero te dijo algo así como que habías de estar dispuesto a morir por lo que heredarías a tus hijos, que debías luchar, poner de tu parte para que a ellos no les tocara sufrir todo lo que la familia había sufrido. Como aguantar que cualquier escuincle que se pusiera de pronto malo de la panza acabara luego luego como angelito de la iglesia por no haber un centro de salud ahí cerca, te decía Eufemio y tu de repente hasta te imaginabas que se había hecho de los hermanos cristianos esos que no creen en la Virgen y que luego se te arrimaban nada más pare decirte que con leer la Biblia ibas a dejar la tomadera. Pero luego te empezó a hablar de que había que cuidarse de no platicar con los sardos, tenerle desconfianza a la gente que vieras que no es del pueblo, porque andaban ahí nada más para cazarlos y sí, alguna chingadera de eso habías oído. Sabías de los que andaban en la selva, quesque iban a empezar una guerra te dijeron una vez en la cantina pero pura madre que les creíste. Ya ni te asustabas de tantas cosas que oías de bocas de borracho como la tuya. Sabe que cuentos tu mismo contarías cuando andabas hasta tu madre con tal de que te invitaran la otra o ya de perdido para entretenerlos. Sabías que por ahí los sardos le daban piso a gente y de repente te enterabas que tal apareció patas arriba, con la cabezota agujerada o con la panza rajada a machetazos, pero así era la vida, al que se deja lo chingan ¿o no? Una deuda, una vieja o una pinche palabra de más en una cantina ¿qué le hacía? En tu pueblo estaban para matar o morir de lo que fuera, decías. Pero no, aquello no eran pleitos de borrachera, era algo más duro.- Te dabas cuenta porque los soldados siempre andaban buscando a los que eran menos borrachos y a la gente como tu ni le hacían caso.
Poco a poco, conforme miraban que no estabas ya tomando te empezaron a agarrar confianza, te platicaban cosas, pero faltaba un secreto por revelar, lo intuías, hasta que una vez Eufemio te dijo que lo acompañaras a su trabajo allá en la selva, a donde nunca te habías parado, en Los Altos, por ahí cerca de Las Margaritas y tu te preguntabas que jales se podrían hacer por allá, a como pagarían para que tu hermano caminara tanto entre los cerros para poder llegar. Y ahí fue que los viste a todos, serios, graves, con esa expresión de piedra que acababa por darte miedo. Había de tu pueblo y de los ranchos cercanos, pero a la mayoría no los habías visto nunca. Sentías que eran gente cabrona, que no estaba jugando, pero fueron amables, te hablaban bien. Te dijeron que había que trabajar duro, partírsela por el movimiento, no pensar no más en uno sino en toda la gente, en tu ama, en tus hijos, en tus abuelos, pensar en que todos ellos habían sufrido y sufrirían hasta que alguien no peleara, porque de los ricos y del gobierno no se podía esperar nada, ellos nunca iban a darte, tu tenías que quitar, algo así le entendiste, pero lo que te quedó claro es que ahí había que trabajar y sobre todo callarte el hocico, ser una piedra y no tener miedo, pero más temprano que tarde acabaste fallando en todo, como siempre. Lo primero fue el condenado trabajo. Tu no estabas hecho para eso y la hueva te dobló las patas muy pronto. Después fue el pinche miedo el que te ganó la carrera, cuando empezaste a oír las historias de los que morían torturados o cuando te diste cuenta de que algunos ya no volvían de sus encargos en el pueblo y aparecían luego colgados del pescuezo en una ceiba, nadie vio, nadie supo y ahí sí cachaste que estabas en algo bien pesado. Lo peor de todo es que ahí no había alcohol, ni una sola gota, tenían prohibido tomar y todos lo respetaban. Y eso a ti te calaba en el alma, porque según tu te juramentaste para yo no ir a la cantina, pero un traguito después de trabajar cualquier hombre honrado se lo echaba. Por eso te ofreciste para ir al pueblo a traer cosas que se necesitaban o a darles recados a las familias, ya estando allá quien te iba negar tu aguardiente. Así empezaste a hacerle, agarrando de lo poco que mandaban a sus familias para pagarte el trago, hasta que un día los viste, a esos tres de pelo corto y camiseta blanca que andaban detrás de ti en todas partes y entonces sí que te measte en los calzones, no había de otra, ya te andaban cazando, o a lo mejor eran de los mismos que te venían siguiendo para ver si cumplías bien con los encargos y te imaginaste que iban a partirte tu madre por transa nomás regresaras. Pero no, sorpresa que te llevaste cuando te los encontraste esperándote afuera de la cantina y te hablaron bien, como si fueran tus compadres del alma, amigazos de años, tanto que se conocían bien tu punto débil, porque pa pronto te jalaron “véngase que le invitamos unos buenos tragos, nada de aguardiente jodido, puro tequilazo del bueno, del que nomás los patrones toman, usted se lo merece” y te trataron a toda madre esos cabrones y te lograron soltar la lengua bien pronto, si hasta les saliste más barato de lo que pensaban. Ya cuando estabas bien pedo soltaste santo y seña de tus hermanos y de la gente rara esa que se juntaba allá en la selva y todavía les dices que es algo muy secreto, que no vayan a andar abriendo el hocico por allá y ellos casi se cagan de risa en tu cara, “no compadre, como cree, si nosotros no somos de esos chismosos” y todavía hasta te dejaron 50 pesos por sí se te ofrecía la caminera cuando volvieras para allá “y ya sabe no más que lo manden para acá otra vez, aquí está siempre invitado”, pero ya no hubo otra vez. La borrachera te duró hasta bien entrado el otro día y para cuando regresaste cargando la cruda ya no encontraste nada ni a nadie hasta que los viste, al fondo de una cañada y se te bajó todo el alcohol con la vomitada que echaste cuando descubriste que ahí estaban tus carnales, Eufemio y Santos, tirados patas pa arriba, con la boca abierta y la barriga reventada a plomazos y después no te explicaste ni de donde pudiste sacar fuerzas para correr así, como un loco, sin saber pa donde ni si era por el miedo de que a ti también te quebraran o porque no querías ver los ojos abiertos de los muertos diciéndote “borracho, miedoso y para acabarla ahora sales traidor, me cae que no te parieron... te cagaron. Tu eres menos que mierda”.


VII

El instante es masa plástica impregnada en tus poros. Eterno retorno de una desesperación incapaz de herir la piel del tedio. Aún no concibes como opera en tus venas esa anestesia que logra sacarte ocho horas del mundo, con tu mirada fija en un objeto inmortal que renace con los ciclos del ruido. Ahí están tus ojos, petrificados y prisioneros, ignorantes de un entorno igualmente inhumano. Ojos doloridos y calientes ¿A donde podrías voltear? ¿A donde huir si la imagen del universo se ha congelado? El único vestigio de vida en la encapsulada atmósfera de quien sabe que tantos químicos, es la pestilencia crónica de un sudor seco, recordándote de la presencia de esas otras almas que comparten tu soledad silenciadas por el rugir de la máquina. Pronto olvidas la fecha y te vuelves indiferente a la luz del día. No podrías precisar si esa primera semana se ha diluido en un minuto o ha sido un trepar por el muro de la eternidad con el cuerpo encebado. Ahí está el maná arrojado por el cielo del progreso que solo cubre esta tierra prometida. Tu primer sueldo, tu supervivencia grapada en una bolsa de plástico, contabilizando cada segundo que ha transcurrido dentro de esta condena. Ya podrás decirles en tu pueblo que has logrado exprimir alguna gota de la ubre plástica de la gran ciudad, gotas que se evaporan en tu búsqueda incesante de olvido y escape. No sabes porque pero piensas en tus hermanos, fundidos ahora en la tierra que trabajaron cada día de su existencia, materia siempre viva aún en su muerte, diluyéndose en las entrañas de larvas y zopilotes. Hermanos, tierra, marionetas del temporal, juguetes de los dioses de la selva. Aquí no hay sol a sol pues ni siquiera existe el aire y has olvidado lo que puede sentir tu pie descalzo al hundirse en el lodo o al quemarse al contacto de los terrones resquebrajados. Por momentos desearías mirar al cielo y angustiarte ante la amenaza de tormenta o sentir un escalofrío ante la serpiente que se arrastra entre tus pantorrillas, pero aquí los monstruos no tienen la sangre caliente. Solo existe la máquina y el ojo siempre al acecho de un supervisor sin rostro. La infinita misericordia tus patrones te concede un respiro de rigurosos 10 minutos que se ahogan en el frío de una lata de pepsi mientras a tu alrededor escuchas quejas, chismes y piropos. Y es ahí alrededor del azul neón de la máquina de refrescos enlatados donde surgen las historias, crónicas de dolor y esperanza inherentes a todo éxodo, pedazos de nostalgia y falsas expectativas de trascender las ruinas del futuro. Un millón de historias que son una, hermanadas en el sueño mutilado y en ese sentir que aunque el cielo está siempre ennegrecido, la vida aún depara algún tesoro oculto al final de un arco iris. En medio de ese fugaz oasis en el desierto de la jornada, cada una de esas manos que van y vienen, esa fuerza efímera y desechable tiene una voz que surge en bruto. Todas las voces remiten a una inmensa lejanía en donde se encuentra siempre el origen, de la esperanza y la tragedia, donde aguarda siempre un útero materno y un santuario. “Allá en mi tierra”, pero esa tierra es siempre irrecuperable y las ansias de regreso son solo un consuelo para mitigar el dolor. Del grupo de chiapanecos con quienes emprendiste la travesía en Tuxtla apenas quedan unos cuantos. A los demás no vuelves a verlos, la ciudad se los ha tragado al cabo de cinco días y se han diluido entre los desechos y las falsas esperanzas que pueden encontrarse en cada calle. Al final de la jornada todos los rostros, al igual que sus historias, son dolorosamente iguales. Tan solo las voces de los recién llegados remiten a un origen particular. Después, hasta el sonido se va impregnando de fragmentos asfálticos. Voz de lodo, silente y a un tiempo furiosa, aferrada al musical origen, rebanada por bélicos monosílabos. Y tu voz emerge insurrecta y desconocida, desafiando a ese dolor que quisiste volver hierático. Brota el sonido deforme y traidor arrojando tu historia al valle del olvido alcohólico mientras el aguardiente labra puntas de obsidiana en tus entrañas. Y ahí están junto a ti cinco sombras anónimas hermanadas por una botella de plástico que circula entre sus labios y de pronto ya está muerto el frío de la noche y esa peste perpetua a sudor y amoniaco, es solo aroma humano que recuerda el hambre de carne. El aguardiente riega el germen de las falsas esperanzas y de un momento a otro están frente ti los mismos palacios que construiste al abordar el camión que te sacó de Chiapas. El oro vuelve a ser posible y palpable y el horizonte enseña otra vez las torres de un edén abundante y prodigioso. Las palabras fluyen y el paraíso parece estar cada vez más cerca mientras madrugada y alcohol se consumen y sin saber porque deseas que la oscuridad se perpetué sobre el callejón y no vuelva a surgir el sol enemigo que volverá a arrojar luz sobre tu desgracia, dormida en las tinieblas y arrullada por el aguardiente.


Yo tenía la firme intención de no empantanar mi blog en el tema de la guerra, pero me es inevitable. Aveces la válvula del odio está más destapada que otros días.

De la indiferencia al odio

Tuve algunos días de hedonismo fatalista. Quise forzar mi indiferencia. Pero el odio está de regreso en mi alma. ¿Orar por la paz? No. Pelear por el juicio contra criminales de guerra-
Si en este momento se llamara a una invasión colectiva a Estados Unidos no dudaría en alistarme.
Quiero pensar que la humanidad es sensata. Quiero imaginar que habrá la cordura para poner a Bush, Powell y compañía en el lugar que les corresponde, al lado de criminales de guerra como Milosevic y Pol Pot,
Y contra criminales de guerra de esa calaña, simplemente no puede haber piedad-


La más aberrante forma de dictadura

Lo interesante es que el Mundo parece ser cada vez más consciente. Por lo menos creo que somos más los que nos damos cuenta de quien es Bush y que es lo que pretende hacer con esta masacre. Lástima que los gringuitos no se han enterado.
Si algún día debo ejemplificar ante un grupo de alumnos la manera tan vil y burda en que un grupo de medios puede manipu-lar la información, no dudaría en mostrar la cobertura que las cadenas estadounidenses le dan a al guerra.
Eso sí es jugar al titiritero. Eso sí es dictadura. Me recuerdan a Videla y Galtieri presumiendo la victoria en Las Malvinas o Fidel Castro dictando las noticias a sus reporteros de Granma
Como periodista esto me genera un inmenso asco. Sí, existe la digna de cobertura de algunos medios extranjeros, pero si a un gringuito le niegas la verdad en sus medios, lo dejas más aislado que a un cubano. Los pobres pendejos, no saben que exis-ten medios electrónicos y virtuales en otros países.
La Jornada es por mucho el medio mexicano que ha asumido una posición más firme y coherente en contra de la guerra. Eso es dignidad.-

No acostumbro reproducir textualmente documentos en mi blog, pero esta carta vale la pena leerla. Se publica hoy en La Jornada-


Estimado gobernador Bush*

George W. Bush

1600 Pennsylvania Ave.

Washington, DC

Estimado gobernador Bush: Así que llegó lo que usted llama "el momento de la verdad", el día en el que "Francia y el resto del mundo tendrán que poner sus cartas sobre la mesa". Me alegra saber que finalmente llegó el día, porque, debo decirle, habiendo sobrevivido 440 días de mentiras y maquinaciones suyas, no estaba seguro de aguantar más. Así que me alegra sa-ber que hoy es el Día de la Verdad, porque tengo algunas pocas verdades que compartir con usted:

1. Virtualmente no hay nadie en Estados Unidos (con excepción de chiflados de la radio hablada y de Fox News) que se sienta exaltado por la idea de ir a la guerra. Créame. Salga de la Casa Blanca, tome cualquier calle y trate de encontrar cinco per-sonas apasionadas por el deseo de matar iraquíes. ¡No las encontrará! ¿Por qué? ¡Porque ningún iraquí ha venido a matar a alguno de nosotros! Ningún iraquí ha amenazado con hacerlo. Ya ve, es como pensamos los estadunidenses típicos: si no percibimos que un tipo sea una amenaza para nuestras vidas, entonces, créalo o no, ¡no deseamos matarlo! ¡Qué raro!, ¿no?

2. La mayoría de los estadunidenses -los que nunca lo eligieron a usted- no es engañada por sus armas de distracción masiva. Sabemos cuáles son los temas reales que afectan nuestras vidas de todos los días -y ninguno comienza con I o termina con K. Vea qué nos amenaza: dos y medio millones de puestos de trabajo perdidos desde que usted subió al poder; el mercado bursátil, que se ha convertido en un chiste cruel; nadie sabe si sus fondos de pensión van a existir, la gasolina ahora cuesta dos dólares el galón -la lista sigue y sigue. El bombardeo de Irak no llevará a que algo de esto desaparezca. Sólo si usted desaparece mejorarán las cosas.

3. Como dijo Bill Maher la semana pasada: ¿cuánto daño tiene que hacer para perder una competencia de popularidad con Saddam Hussein? El mundo entero está en su contra, mister Bush. Cuente a sus compatriotas entre ellos.

4. El Papa dijo que esta guerra es errónea, que es pecado. ¡El Papa! Pero, lo que es peor, ¡las Dixie Chicks también se han pronunciado en su contra! ¿Adónde tendrán que llegar las cosas antes de que se dé cuenta de que usted forma un ejército de uno en esta guerra? Desde luego, es una guerra que no tendrá que librar personalmente. Igual que cuando desertó mientras los pobres eran embarcados a Vietnam en su lugar.

5. ¡De los 535 miembros del Congreso, sólo uno (el senador Johnson de Dakota del Sur) tiene un hijo o hija en las fuerzas armadas! Si usted verdaderamente quiere dar la cara por Estados Unidos, por favor envíe de inmediato a sus gemelas a Kuwait y deje que se pongan sus trajes para la guerra química. Y que cada miembro del Congreso con un hijo en edad militar también lo sacrifique para el esfuerzo de guerra. ¿Qué le parece? ¿No piensa igual? Bueno, ¿sabe qué?, ¡nosotros tampoco lo pensamos!

6. Para terminar, amamos a Francia. Sí, los franceses han armado algunos líos tremendos. Sí, algunos pueden ser bastante mo-lestos, pero, ¿ha olvidado que no tendríamos este país conocido como América si no fuera por los franceses? ¿Que fue su ayuda en la guerra de la independencia la que nos permitió vencer? ¿Que fue Francia la que nos dio nuestra Estatua de la Libertad, un francés el que construyó el Chevrolet y un par de hermanos franceses los que inventaron las películas? Y ahora están haciendo lo que sólo un buen amigo puede hacer: decirle la verdad sobre usted abiertamente, sin sandeces. Déjese de mear sobre los franceses y agradézcales que por una vez tengan razón. ¿Sabe?, usted debería haber viajado más (digamos una vez) antes de asumir el cargo. Su ignorancia del mundo no sólo lo ha llevado a parecer estúpido, sino que lo ha colocado en un rincón del que no puede salir.

Pero, anímese, hay buenas noticias. Si hace esta guerra es más que probable que termine pronto, porque me imagino que no hay muchos iraquíes dispuestos a sacrificar sus vidas para proteger a Hussein. Después de que usted "gane" esta guerra, goza-rá de un tremendo auge en las encuestas de popularidad porque a todos les gusta el vencedor -¿y a quién no le gusta ver una buena sentada de culo de vez en cuando? (¡especialmente si es un culo del tercer mundo!)

¡E igual que con Afganistán, nos olvidaremos de lo que le pase al país después de que lo bombardeemos porque es demasiado complicado! Así que haga lo que pueda por estirar esta victoria hasta la elección del próximo año. Por cierto, ¡falta bastante!, así que a todos nos presentarán un buen Hardy-har-har mientras vemos la economía bajando por el inodoro. Pero, bueno, quién sabe -¡tal vez usted encuentre a Osama días antes de la elección! Vea, ¡piense en eso! ¡No pierda la esperanza! ¡Mate iraquíes, tienen nuestro petróleo!


* Carta abierta del documentalista estadunidense Michael Moore (www.michaelmoore.com), quien ha causado gran revuelo en Estados Unidos tras la exhibición de Bowling for Columbine, galardonado con el Oscar en la categoría mejor documental




Lo único digno que ha hecho Vázquez Raña

Debo reconocer que el Sol de Tijuana, perteneciente a una de las más repugnantes empresas informativas que generó el priismo, tuvo a bien publicar en su edición de ayer, una impactante fotografía que habla más que mil palabras.
Una niña iraquí yace en brazos de un anciano con la pierna destrozada, en jirones. Esta fotografía destapó la válvula de mi odio.
La Jornada publica una fotografía de dos soldados iraquís asesinados con tiro de gracia. Recargada en una trinchera yace una bandera blanca.


Duda existencial

Me han pedido que me involucre más en el tema de la guerra y busque en San Diego a familiares de personas que están en el frente. Ya saben, la típica reseña humana de una doña que chilla porque su niño está en los campos de batalla.
Ojalá a la doña en cuestión no se le ocurra preguntarme lo que siento de todo esto porque en un ejercicio de brutal honesti-dad, tendré que responderle que si yo fuera iraquí y tuviera a unos gringuitos como prisioneros de guerra, no dudaría en ma-tarlos. Es lo más lógico y lo más honesto que se puede hacer. Hijos de puta, si ellos fueron los que se metieron a buscar bronca en la casa y ahora chillan porque el anfitrión les pega.

Himno repugnante

Mañana pienso acudir al Estadio Qulacomm a ver México vs Paraguay- Aún así, tengo una razón fuerte que me hace poner en duda mi asistencia- En los partidos internacionales que se juegan en territorio gringo, lo primero que se toca es el himno de Estados Unidos y me será muy difícil reprimir mi asco. De por sí es un himno que siempre me ha resultado repugnante. Y aunque estaré en el palco de prensa, no descarto que me salga algún espontáneo escupitajo.

Monday, March 24, 2003


Hay nuevo disco de Apocalyptica. Todavía no lo he comprado. Puros temas suyos y la participación de Dave Lombardo, ex bataco de Slayer.

Hoy caminé por las calles del centro de Tijuana. Mi propósito, cortarme el pelo o más bien dicho despuntarlo. Solamente unos milímetros imperceptibles.
En una empresa donde la calvicie parece ser un requisito para lograr ser tomado en cuenta para un ascenso, yo intento sobrevivir concediendo a mi cabello pleno ejercicio de su libertad de crecimiento.


La providencia me niega el derecho de todo ciudadano bien nacido a disfrutar de un buen concierto de metal. In Flames está ahora mismo en Estados Unidos, pero California no está incluido en la gira. Seis diferentes fechas en Texas y ni una sola por estos rumbos. ¿Porque carajos sucede esto?


Hoy visité la librería de viejo que se ubica en la Calle Mutualismo. Hacía un buen rato que no aparecía yo por esos rumbos. Compré el Santa Evita de Tomás Eloy Martínez, nuevo, en 40 pesos, edición de Joaquín Mórtiz. También De todo lo visible y lo invisible de Lucía Extebarria. Lo que no me pudieron vender fue un poco de tiempo para leerlos. Se suman a la larga fila de espera.

Había una bonita edición de Luz de agosto. Esos viejos encuadernados de Seix Barral que aquí en Tijuana sólo en esa librería he podido conseguir. La letra es muy pequeña, pero la edición es externamente más que apetecible.

Hoy al medio día venía escuchando el Balls to the Wall de Accept y la rola del mismo nombre me inspiró demencialmente. Ahora mismo escucho en los audífonos Lucifer over London de Rotting Christ, pero la inspiración no acude al llamado.


Tal vez me anime luego a leer la nueva novela de Saramago. Hubo un tiempo en que fui saramaguiano. Después se me fue quitando. Estos días, definitivamente, no ando saramaguiano.

Saramago ha escrito quizá el mejor de todos los artículos sobre el 11 de septiembre y la crisis que de él derivó: Se llama el Factor Dios y fue publicado en El País en septiembre de 2001, cuando ese periódico todavía no te cobraba por visitar sus páginas. Ese artículo es en verdad fuera de serie.

La nueva novela de Carlos Fuentes no pienso leerla. Simplemente no se me antoja en lo más mínimo. Algún día, por ahí de mis 18 o 19 años, fui un ávido lector de Fuentes. No podría precisar cuando ocurrió mi desencuentro con este autor, pero la última grata sorpresa de los tiempos modernos fue La frontera de cristal.


Mis padres piensan venir a Tijuana por ahí de abril para pasar conmigo mi cumpleaños. Poco o nada conocen de esta ciudad. Estuvieron aquí por primera y única vez en junio de 1999 para acudir a mi boda. A lo largo de cuatro años apenas si nos hemos visto un par de ocasiones. Realmente aprecio el detalle.


Por la ventana puedo ver un Zeppelin de plástico anunciando no se que cosa. La paranoia está tan desatada, que podría suges-tionarme pensando que es un misil que viene con la misión de reducir a cenizas la redacción de Frontera.

La razón por la que yo no trago en Mc Donalds es muy simple: Su comida se me hace un pedazo de mierda y por si fuera poco no hay bebidas alcohólicas en el menú. Con ese par de razones, los globalifóbicos pueden estar seguros de que jamás tragaré en esa cerda catedral del mal gusto culinario.


Oponerse a la guerra no es sinónimo de oponerse la violencia. Yo creo que el odio, la agresividad y la sed de venganza son sentimientos tan humanos como el deseo carnal, la ternura o el cariño. Pero en esta guerra impuesta y teledirigida no hay nada de espontáneo. Ni siquiera la fanática idiotez redentora inherente a todo cruzado occidental está presente. Al menos no con autenticidad.



El Mito del Eterno Retorno se consuma perpetuamente en lunes. Tras abandonar el mundo por 3 días, una pantalla y un teléfono me aterrizan de nuevo en el Universo-

Generalmente, la producción bloguita se multiplica en fin de semana. Eterno Retorno en cambio descansa en paz. Lo cual hace formular la siguiente hipótesis: En mis días laborales, yo medio que trabajo y medio que blogueo. El blog es mi mejor medicina contra la sobredosis periodística, que últimamente me afecta más. En cambio mis días de descanso son consagrados, en la medida de mis posibilidades, al más absoluto hedonismo. La computadora, salvo raras excepciones, nunca es encendida.

Resumen puente juarista:

Gozar de tres días libres de las cadenas periodísticas es un tesoro bastante atípico en esta profesión. Por supuesto se fueron como agua, pero en la medida de las posibilidades los disfruté y mientras miles de seres eran inmolados en Medio Oriente, yo logré descansar.

Jueves

El puente comenzó el jueves por la noche. Fui a recoger a Carolina a casa de unas amigas en La Mesa. El ambiente estaba animado y nos quedamos a trasnocharla un rato. Mientras repasábamos el anecdotario regio saltillense (los anfitriones son de Coahuila, hermana república norestense) Carolina y yo tomamos posesión del sonido- Primero, Piazolla (selección de ella) Después, Exploited (selección mía) que al no ser bienvenido, tuvo que mutar de inmediato en The Clash.
Más tarde, una de las amigas calló noqueada por Baco y acabó con la cabeza sumergida en las oscuras profundidades de la ta-za. Ni modo, no todo el mundo puede presumir nuestra resistencia. Retornamos a casa. Breve stop en los tacos de Polo y dado que el sueño aún no me visitaba, me quedé leyendo Perros de Riga hasta las 2:00 acompañado de un Santa Helena recién des-corchado.

Viernes- Reflexiones nihilistas, acciones hedonistas

Cuando la absoluta fatalidad se cierne sobre nosotros y la vibra nihilista se apodera de cada una de la mis neuronas, opera en mí una reacción descaradamente hedonista. Es un hedonismo fatal el mío, ciertamente compulsivo y a los ojos de mucha gente, odiosamente irresponsable.
Ante la sombra irremediable del holocausto, no queda más que disfrutar la vida al máximo, pues es en estos momentos cuando queda demasiado claro y sin ningún afán metafórico, que este puede ser tu último minuto y que lo único que puedes hacer es intentar gozarlo.
Sí, podría parecer odioso flojear, coger, beber y luego comer deliciosamente sobre una cama mientras la tele encendida muestra a seres humanos como tu o como yo mientras son inmolados por los misiles de la democracia. Personas concretas sacrificas en el altar de las ideas abstractas. El mundo se despedazará ante ti y tu ¿Que haces? Nada. Ser feliz y procurar el placer.
Señala Poeta Empírica que a los mexicanos se nos olvida la realidad inminente y que somos como Susanita de Mafalda diciendo: ¡ el mundo está taan lejos¡ En mi caso opera una reacción contraria. Como el mundo globalizado está taaaan odiosamente cerca y como estoy extremadamente consciente de que la fatalidad es tan real e inevitable y de que nuestros esfuerzos por evitarla no sirven de una chingada, lo único que puedes hacer es asegurarte el gozo inmediato, al que tal vez mañana no tengas acceso.
En este mundo eres polvo. Un accidente. Un absurdo total. Nada depende de ti. Una bomba puede borrar tu casa en un segundo y nada podrás hacer. Un loco genocida puede alucinar que hay armas de destrucción masiva ocultas bajo las faldas del Cerro Colorado y que el Maclovio Rojas es una célula terrorista dispuesta a volar la Casa Blanca y en cuestión de horas nos borrarían del mapa, sin importar lo que diga el derecho internacional y millones de pacifistas.
La empresa donde laboras te puede dar una patada en el culo después de largos años de trabajo y enviarte sin escalas a la calle sin que puedas decir pío, como sucedió con algunos compañeros míos en días pasados. . La cosa no depende de ti, otros lo decidirán. ¿Que puedes hacer? Ser feliz en este momento. No hay de otra. Garantiza ti placer inmediato, pues mañana es probable que ya no seas nada. No hay futuro, no hay futuro y si no hay futuro, como chingados puede haber pecado? Cuestionaría el buen Rotten el God save the Queen. Y Efectivamente no hay futuro, ni pecado. Tiene usted razón mister Lydon.
Sí, yo deseaba con toda el alma que el periódico me enviara a Medio Oriente como me envío a Nueva York en 2001. No hubiera pensado dos veces mi respuesta. Y no es demagogia si digo que no me preocupa gran cosa morir. Lo único que me dolería de perder la vida sería despedirme tan anticipadamente de Carolina, pero siempre ha sido mi sueño cubrir una guerra. Yo debería estar ahora mismo en Irak. Pero la respuesta es obvia: En el periódico no hay presupuesto para mandarme y no voy a usar mis ahorros en pagarme el viaje.
Esa era mi única trinchera activa de combate. Poder escribir desde el lugar mismo de los hechos y relatar en carne propia el holocausto al que nos ha condenado el criminal de guerra de la Casa Blanca. Aquí, no puedo hacer nada.
Y mientras nosotros, sobre nuestra cama aún destendida mirábamos a Bagdad arder, mi mente soñaba con una rebelión masiva en Estados Unidos. Sublevaciones de ciudadanos estadounidenses, (anglosajones y protestantes, para que luego no hablen de conspiraciones extranjeras) destruyendo oficinas gubernamentales, luchando contra el ejército y la policía, exigiendo a gritos un juicio político a Bush. Imaginaba que las embajadas de Estados Unidos en 20 países “aliados” fueran destruidas e incendiadas por la población Que ilusos mis sueños. ¿Que haría el guardián de la democracia si el Mundo entero, incluído su pueblo, le declara la guerra? ¿Destruiría el Planeta entero de un bombazo? ¿Nos esclavizaría a todos?
En fin. La mañana del viernes transcurrió con el televisor encendido y un ánimo de Carpe Diem mezclado con el olor de los nardos. Escuché un buen rato el disco de Mötorhead en Hamburgo y Wages of sin de Arch Enemy.

Tarde rosaritense

Al medio día fuimos a la playa. Tostadas de ceviche y cervezas Corona en el Terrazas Vallarta. Después agarramos camino para Rosarito y en plena Carretera Escénica la camioneta me envío un recordatorio de mi desidia recurrente a la hora de llevarla a afinar. Nada grave, pero la visita al taller fue impostergable. En Rosarito habíamos visitado a un mecánico del que solo recordaba su singular sobrenombre: El Diablo. Y así me dirigí a él cuando llegué con mi agonizante vehículo ¿Es usted el mismísimo Diablo? “Sí hijo mío, aquí estoy para que me vendas tu alma”, me habría respondido el siniestro Mephisto.
Pero los mecánicos son los seres más inexpresivos del mundo. Se limitan a asentir o negar si acaso con monosílabos ante mis cuestionamientos sobre la incomprensible naturaleza ontológica de los motores.
Como suele suceder, el diagnóstico arroja toda una saga de desperfectos, achaques y enfermedades terminales que de no ser atendidos en ese momento amenazan con dejarme odiosamente tirado en una oscura callejuela en el día menos pensado.
Entre cambios de aceite, filtros, carburación, la sustitución de una pieza cuyo nombre no recuerdo y la reparación de un tubito roto de aceite, desembolsé mil pesorrios-
Por la tarde comimos calamares, camarones, pescado al mojo de ajo y muchas cervezas en unos mariscos cuyo nombre no re-cuerdo pero cuyo precio era baratísimo.
Por la noche platiqué largo y tendido con mi suegro sobre la naturaleza del arte erótico. Él tiene la semana entrante una expo-sición temática y debe presentar siete cuadros eróticos y duda si debe llevar algo muy atrevido o explícito. Yo le aconsejé que sí, luego de hacer una disertación sobre la odiosa e inventada línea que divide la pornografía y el erotismo (yo soy defensor de la pornografía of course) y hasta me permití leer en voz alta el poema Nocturno de San Juan de Javier Villaurrutia.


Sabbath bloddy Sabbath

No se si amanecí crudo o mal dormido pero el hecho es que me costó trabajo iniciar el día. Por la mañana los últimos estira y afloja con los mecánicos. Después una tarde bañada en cerveza Heineken, la derrota de Tigres contra Morelia y por la noche el retorno a Tijuana. Rentamos una película: El Aro. Imaginé una noche escalofriante y si bien no fue una vasca absoluta como churro.com, tampoco fue la octava maravilla. Últimamente ya no se saben otra que no sean muertitos mal descansados que se dedican a joder al prójimo.



Sunday bloddy Sunday

Hasta ahora reparo en que sábado y domingo tienen sus respectivas canciones que les cargan el adjetivo de sangrientos, aunque no haya punto de comparación entre una rola y otra. Por supuesto, para mi Black Sabbath es infinitamente superior a U2.
Un domingo demasiado dominguero. No hay otra palabra. Bien descansado. Desayuno abundante, lectura de periódico, revistas y Perros de Riga. Supermercado por la tarde y por la noche una película australiana en el ciclo adulto del 22. Cruda, deprimente y muy realista. Fue inevitable que la personaje, una ninfómana pasada de peso, me recordara la idea del sexo que albergaba cierta ex novia. Y la forma compulsiva de fumar del personaje como una forma de curar sus ataques de asma, me recordó mis propias reacciones ante la fatalidad.