Morfeo FC. Papeles bañados de saliva fungen como planos balones, debidamente colocados en el punto penal para iniciar la tanda. Pateamos penales a garnuchazos en porterías de secos mezquites o en bodrios digitales. A la hora de tirar soy Tigre y puma a la vez, soy portero y tirador a dos manos (aunque quien ataja parece ser siempre Nahuel). La serie va a 2-2. Yo me limito a festejar cada beso a la red. Según Morfeo FC, la Euro 96 fue sudaquísima, eterno retorno del Italia vs Argentina del 90, con triunfo albiceleste por gol de visitante a partido único. Gago (o algún porteñito ojo claro con complejo de guapo) se burla de mi uso del plural. En el otro frente Gary se traga sus palabras. No siempre gana Alemania. La Inglaterra de Seeman y Scherer gana en penalitis la semifinal del 96. ¿Inglaterra vs Argentina la final europea? Apa manjarcito. Quiero volver a dormer.
Saturday, December 30, 2017
La rola irrumpía en una tienda de discos a la antigua. El riff me arrancaba un headbangueo casi inmediato. Era inocultable: estaba bien prendido. La voz y la guitarra me recordaban al Metal Health de Quiet Riot pero conforme avanzaba la rola iba tomando un tono heavy germánico al estilo Grave Digger. De pronto, por una estrofa de descarada autopromoción, reparaba en que estaba escuchando Grim Reaper. La rola llamaba Chase in Black. En la tienda había una única mujer como los audífonos puestos entre un montón de hombres. Lo melómano es una condición masculina. Había un negro alto y varios ciruelos eléctricos. La chica melómana era una prófuga de la serie Vikings (la nueva amiga de Lagertha). La escena me parecía digna de una historia de Nick Hornby, un pasaje de Alta fidelidad en afán de parodiar la melomanía como un rasgo de infantil machismo. Pensaba entonces que de haberme coronado campeón, Chase in Black sería el soundtrack de mi triunfo.
Friday, December 29, 2017
Dust to dust. El polvo al polvo y toda la polvareda del mundo habita en Rosarito. Playas de Rua Barrena, palmeras teporochas de soles enfermos. ¿En qué reciente cuento hablé yo de la borrachera palmeril? Borrachas de alegría y peste, de vientos de plaga. En las cercanías una gringa vieja, pasita anglosajona con desbarajuste neuronal. Desafía los tragos de polvo, remueve la porquería del plástico de su silla, pero aquello es puro y vil arado en el mar. Lavar el carro, asquerosa utopía, conjurar el último diciembre y adolecer doliente y delirante.
Lírica maldita de autolavado, tragos de vida real. Sí, eso falta estos días: atáscate de vida real, embriágate de perra existencia, ponte bien borracho de malquerencia. Disfruta la orgía del puño cerrado. Seré lavacoches, seré viene-viene, seré un divino derrumbe, pura esencia paria y teporocha. Un jaipo espectral retozando en la podrida habitación de un hotel oxidado. Rosarito: la mórbida historia de una alucinación de nuevo rico. Hace 20 años qué lindo era. ¿Recuerdas Titanic? Ahora suena el soundtrack de la podredumbre. ¿Caso de grosera dislexia poBredumbre?. Un cuarteto de perros piojosos, un vil gerifalte del narco, días rosaritenses.
Wednesday, December 27, 2017

Sunday, December 24, 2017
