Saturday, December 09, 2023
Friday, December 08, 2023
¡Felices 14 Campeonazo!
Desde aquel 8 de diciembre
nuestras vidas se iluminaron con el verde intenso de tus ojitos que contemplan,
descifran e interpretan el mundo con curiosidad infinita mientras tu voz cada
vez más ronca formula complejas teorías y nos hace interesantísimas preguntas.
¿En qué momento te hiciste grande? En hombros te cargué por mil y un caminos
pero hace tiempo rebasaste en estatura a tu mamá y estás a dos centímetros y
medio de rebasarme a mí. Eso sí, tus risos ingobernables son los mismos que destellan frente al sol de la
tarde en el eterno oscilar de tu querido columpio mientras me hablas de jugadas
imposibles y datos curiosos en países remotos. Nuestro Conejito adolescente de
mente matemática cómodamente instalado en el cuadro de honor, nuestro
muchachote amante del matcha y el wasabi. ¡Felices 14 Campeonazo! El mundo es
mucho más lindo y emocionante desde que tú llegaste. Te
amamos.
Tuesday, December 05, 2023
La mortaja de Wolfie
Ardiendo
en fiebre y con el cuerpo totalmente hinchado, Wolfang Amadeus Mozart expiró en
la helada madrugada del 5 de diciembre de 1791. Por alguna razón es una fecha
que suelo tener presente. Su fallecimiento sigue estando rodeado de misterios y
contradicciones. Tenía solo 35 años. Semanas antes de su muerte, paseando por
el Prater con su esposa Constanze, el ya maltrecho Wolfang se puso de repente a
llorar: “Sé que he sido envenenado y voy a morir pronto. En realidad el Réquiem
lo estoy componiendo para mí mismo”, le dijo a su mujer. Esta anécdota ha
alimentado las múltiples teorías de conspiración sobre el envenenamiento de
Mozart. Hay quien dice que lo castigaron sus hermanos de la logia por revelar
secretos masónicos en La Flauta Mágica, aunque la teoría más popular y
machacada es la que coloca como villano a Salieri, misma que no se le ocurrió a
Milos Forman en Amadeus. En realidad ese rumor persiguió siempre a Salieri e
incluso un rockstar ruso de la época, como fue Aleksandr Pushkin, la transformó
en libreto teatral en 1830. Ningún historiador serio sostiene o avala la teoría
del veneno, pero en realidad no hay aval científico de nada, porque nunca hubo
autopsia. Entre los pocos aspectos en que hay plenas coincidencias, es en lo
hinchado que estaba su cuerpo y en lo rápido que se descompuso, al grado que
tuvieron que velarlo de pisa y corre afuera de la Catedral de San Estefan. No
fue un sepelio multitudinario, pero tampoco es cierto que lo hayan echado a una
fosa común de vagabundo como retrata Amadeus. Sí hay versiones que sostienen
que murió con las partituras del Réquiem desparramadas en la cama, pero es
absolutamente falso que Salieri haya estado en su departamento la noche de su
muerte. Todas las versiones coinciden en que fue amortajado de acuerdo al
ritual masónico, con una capucha negra.
Hace
casi 20 años, en noviembre de 2004, Carol yo estuvimos bebiendo vino caliente
afuera de la Catedral de San Estefan. A la fecha la recuerdo como una de las
peditas más alucinantes y embrujadas de nuestras vidas. Era de noche, nevaba y
sin embargo el vino nos mantenía calientes y energéticos. Recuerdo que al pasar
por una calle cercana a la catedral, alguien nos dijo: aquí estuvo el
departamento donde murió Mozart. El edificio original fue demolido a mediados
del Siglo XIX. Creo recordar (o acaso soñé) que en el lugar había una tienda de
artículos masónicos. Hacía un frío demoledor en Viena y la única certidumbre,
es que esa noche bebimos muchísimo.
Filomeno Sickness
To FIL or not to FIL… that is the cuestion. Del gran aquelarre libresco tapatío uno se trae pepena editorial, hartos
encuentros, animadas charlas y alta carga viral. La de Guadalajara es una feria
que te cobra derecho de piso en las vías respiratorias. Será el sereno, pero la
pinche Filomena te enferma. Yo no sé si a ustedes les ha pasado lo mismo
colegas, pero siempre que he ido a la FIL regreso con premio en los pulmones. Unas más, otras menos, pero casi siempre agarro
un chingado bicho tapatío que se va de polizonte con los libros. Tal vez es por
la época del año en que se celebra y por los descomunales tumultos que convoca,
pero el caso es que solo la feria de Guadalajara te cobra este impuesto a la
salud. No soy una persona enfermiza y con otras ferias y eventos masivos llevo
la fiesta en paz, pero Jalisco nomás no perdona. Creo que los médicos ya
deberían clasificarlo: traes el catarro FIL o la bronquitis FIL. En cualquier
caso, si no te contagias, retornas de Guadalajara con la sensación de que te
pasaron varios trenes por encima. En mi
caso fue una especie de tos Blitzkrieg de dos días, una suerte de ataque viral
con panzers y aviones que derivó en una fiebre algo canija. Ya se me pasó, pero
quedas con la sensación de ser un campo bombardeado. La Feria de Guadalajara es
el sueño húmedo de cualquier bibliófilo, pero la neta debe ser una condena
rayana en la tortura estar forzado a pasarte ahí los nueve días enteros
regenteando un stand o armando la logística de los eventos sin tener
oportunidad de salir a tomar aire. Cuando me preguntan por qué carajos me he
bajado del barco de la vagancia libresca, mi cuerpo bombardeado tiene la
respuesta. Para acabarla de chingar, Volaris, siendo Volaris, canceló mi vuelo
a Tijuana sin decir agua va y de ello me enteré solo al momento de llegar en la
mañana a sala de abordar. Para solucionar la pifia, tuvieron a bien mandarme
por la tarde a La Paz, que al cabo es la misma península y queda rete cerquita de
mi Tijuas
Monday, December 04, 2023
Bernie y Sammy
Nuevo León y la silla
del águila no han sido nunca los mejores amigos. Con todo su poderío económico
a cuestas, mi estado natal no ha sido una tierra productora de presidentes. A
lo largo de 200 años de historia republicana, solo un hombre nacido en suelo
nuevoleonés ha ocupado la Presidencia de la República y les apuesto doble
contra sencillo, colegas, a que su nombre no les dice nada: se llama Valentín Canalizo
y gobernó dos brevísimos y turbulentos interinatos de meses entre 1843 y 1844. Sin
embargo, la historia de lo que pudo haber sido dice que el mejor gobernador de
la historia de Nuevo León (nacido paradójicamente en Jalisco), un tal Bernardo
Reyes, tuvo la mesa puesta para ser presidente de México en un momento clave de
la historia que acaso habría podido ahorrarnos un gran baño de sangre. Don Bernardo
gobernó Nuevo León por veinte prósperos años y en 1909 era el máximo e
indiscutible favorito para suceder a Porfirio Díaz, luego de que el oaxaqueño anunciara
que ya no se reelegiría. Reyes lo tenía todo: la edad, la popularidad, la
solidez, la experiencia. El partido reyista, fuerte en todo México, contaba con el respaldo pleno de los militares,
de la burguesía y la apenas naciente
casta industrial. Era su momento, su timing perfecto e inmejorable. Bernardo
Reyes habría llegado en caballo de hacienda a la Presidencia. Sin embargo, Porfirio
incumplió su promesa y decidió postularse una vez más y Reyes simplemente no
quiso enfrentarlo. Si Bernardo hubiera sido más bravo, ambicioso y tanatudo, pudo
haber presionado a Díaz para que no se postulara o de plano enfrentarlo en una elección
abierta, donde acaso le habría ganado. Pero Reyes, estoico y disciplinado como buen
soldado, no quiso enfrentar a su mentor y le dejó el camino libre a don Porfirio,
renunciando voluntariamente a la candidatura y yéndose a un autoexilio. La
tenía, era suya y la dejó ir. Se postuló
entonces un chaparrito espiritista de Parras llamado Francisco I. Madero y ya
sabemos colegas el merequetengue que se armó. Un año y medio después, cuando
don Porfi ya estaba desterrado en París y el chaparrón de la Ouija era presidente,
Reyes quiso regresar a México a recuperar los pasos perdidos e imaginó que sus
múltiples partidarios lo aclamarían, pero su tiempo había pasado. A lo bruto y
sin apoyo, intentó encabezar una sublevación en Lampazos, Nuevo León, pero
acabó rindiéndose y siendo aprehendido. Al ser un militar golpista, fue
condenado a muerte, pero Madero, siempre noble y magnánimo, le perdonó la vida
y lo mandó a la prisión de Santiago Tlatelolco en donde conoció a un tal Francisco
Villa. Poco después de un año, la madrugada del 9 de febrero de 1913, un golpe
militar encabezado por Manuel Mondragón (el papá de Nahuí Olín) liberó a Reyes
de la cárcel y lo puso al mando de las tropas. Don Bernardo llegó cabalgando dispuesto
a tomar Palacio Nacional y derrocar a Madero, pero la guardia leal al
Presidente encabezada por Lauro Villar no se rindió y rechazo el asalto a tiros.
Bernardo Reyes, el hombre que apenas tres años antes tenía la mesa puesta para
ser Presidente, murió acribillado a las puertas de Palacio como un golpista. El
papá de Alfonso Reyes no supo aprovechar su timing político ni supo interpretar
que éste ya había pasado. Una lástima, pues creo que habría sido un gran
presidente.
Exactamente 110 años después,
un gobernador de Nuevo León, de ínfima estatura política e intelectual si lo
comparamos con Reyes, sueña con la Presidencia de México, sin entender que, a
todas luces, este no es su momento. Por ciega ambición, por franca estupidez o
por oscuros pactos muy extraños, Samuel García quiso entrar como zapato a la
fuerza a la boleta electoral presidencial. Cuando se dio cuenta que sin
importar las artimañas que improvisara, el
Congreso elegiría un gobernador interino hostil a su proyecto, salió con que “dijo
mi mamá que siempre no” y decidió retornar a la gubernatura. Samuel puede ser
mamón, soberbio e insufrible, pero francamente no pensé que fuera políticamente
pendejo. Su patético sainete y la consecuente crisis de gobernabilidad que
trajo a Nuevo León, es el mayor ridículo político en la historia del estado. Vaya
manera de tirar a la basura un capital político en tiempo récord. Cierto, es
muy joven y tiene tiempo para volver a internarlo aprovechando que la memoria
del electorado es corta, pero este descomunal ridículo lo pinta de cuerpo
completo.