La paz de la Niña Blanca
He leído que los rituales a la Santísima Muerte deben practicarse en soledad. Por ello he decidido no escribir aquí sobre el sueño que tuve la madrugada del jueves. Pensé en narrarlo en este blog, pero creo que será mejor conservarlo únicamente para mí, pues se que tiene un significado. Uno no puede tener esos sueños nomás porque sí. Sólo puedo decir que ha sido uno de los sueños más fuertes, alucinantes y redentores que he tenido en mi vida. Un sueño que me llenó de paz, de infinita paz y que confirmó el amor y la protección que me inspira la Niña Blanca.
Don Pollo
Ninguna seña particular distingue a Don Pollo de otros locales de la delegación La Mesa. Ubicado en la esquina de Díaz Ordaz y la Benton, la pollería se parece a cualquier changarro barato de Tijuana. Pero resulta que en Don Pollo, o por lo menos en el local que lo alberga, se han cometido siete asesinatos.
Hace unos 25 años, una mesera del restaurante era pretendida por un policía municipal de Tijuana. Cuando la pérfida fémina rompió el corazón del agente al dejarlo por otro hombre, el uniformado, ciego por la ira, acudió al lugar pistola en mano. Mató a la mujer y a dos de los clientes del restaurante, pero un vecino, propietario de un yonke, irrumpió armado y mató al enloquecido policía. El que a hierro mata...
Hace menos de cinco años, el señor Cristóbal Pizano, antiguo propietario de la pollería asesinó a su mujer Lorena Pizano y acto seguido, se suicidó sin dejar carta póstuma.
El nuevo propietario de Don Pollo, el señor Juan Pablo Sarabia Cervantes, fue acribillado ayer cuando salía de su negocio y abordaba su vehículo. Yo vi su cadáver ensangrentado minutos después de caer abatido por la cuatro balas que le disparó el profesional sicario y fueron los vecinos del lugar, quienes nos platicaron la negra historia de la pollería infernal.
Doña Hilda Orozco Rusell, dueña del local, dijo que no queda otra que traer un sacerdote a exorcizarlo o de plano abandonarlo para siempre. Y es que ese pollo apesta a sangre fresca.
Blog futbolero
La recomendación de un buen blog la agradezco tanto como la recomendación de un buen vino. Armando tuvo a bien recomendarme mi visión del futbol y desde ya soy fanático de ese espacio. Justo el blog que me hacía falta encontrar. Yo puedo pasar horas y horas viendo, hablando, leyendo y escribiendo sobre el más hermoso deporte del Universo y ese blog rifa. Gracias Armando por la recomen-dación. En verdad estoy agradecido.
Deseo no cumplido
Ningún hombre toma o deja el opio por lo que haya leído en algún libro- Thomas de Quincey.
Pues yo leí en mi adolescencia “Confesiones de un opiómano inglés” y desde entonces tengo una inmensa curiosidad y deseo por fumar el espíritu de la amapola. Mi deseo hasta ahora no se ha cumplido.
Cuba en Río
Justo a un costado de la Glorieta del Cuauhtémoc, en una de las cuatro esquinas del crucero entre Paseo de los Héroes y Cuatemochas, está El Circo, un negocio de pisos, azulejos y mármol. La particularidad de este changarro, donde Carol y yo compramos el piso de nuestra casa, es que a la hora del día que pases por ahí, sea en la mañana o en la noche, los empleados están oyendo salsa. Todas las veces que he ido o pasado por esa tienda, resguardada siempre por un trío de perros que yacen echados en los azulejos, suenan rolas salseras. Pura salsa. Jamás cumbias o norteñas. Salsa y ya. Son tan clavadotes en la tecla salsera como yo lo soy con el metal. Y uno siente el sol de Matanzas en plena Zona Río. Sólo les falta regalar mojitos y cerveza Bucanero para hacerme feliz.
He leído que los rituales a la Santísima Muerte deben practicarse en soledad. Por ello he decidido no escribir aquí sobre el sueño que tuve la madrugada del jueves. Pensé en narrarlo en este blog, pero creo que será mejor conservarlo únicamente para mí, pues se que tiene un significado. Uno no puede tener esos sueños nomás porque sí. Sólo puedo decir que ha sido uno de los sueños más fuertes, alucinantes y redentores que he tenido en mi vida. Un sueño que me llenó de paz, de infinita paz y que confirmó el amor y la protección que me inspira la Niña Blanca.
Don Pollo
Ninguna seña particular distingue a Don Pollo de otros locales de la delegación La Mesa. Ubicado en la esquina de Díaz Ordaz y la Benton, la pollería se parece a cualquier changarro barato de Tijuana. Pero resulta que en Don Pollo, o por lo menos en el local que lo alberga, se han cometido siete asesinatos.
Hace unos 25 años, una mesera del restaurante era pretendida por un policía municipal de Tijuana. Cuando la pérfida fémina rompió el corazón del agente al dejarlo por otro hombre, el uniformado, ciego por la ira, acudió al lugar pistola en mano. Mató a la mujer y a dos de los clientes del restaurante, pero un vecino, propietario de un yonke, irrumpió armado y mató al enloquecido policía. El que a hierro mata...
Hace menos de cinco años, el señor Cristóbal Pizano, antiguo propietario de la pollería asesinó a su mujer Lorena Pizano y acto seguido, se suicidó sin dejar carta póstuma.
El nuevo propietario de Don Pollo, el señor Juan Pablo Sarabia Cervantes, fue acribillado ayer cuando salía de su negocio y abordaba su vehículo. Yo vi su cadáver ensangrentado minutos después de caer abatido por la cuatro balas que le disparó el profesional sicario y fueron los vecinos del lugar, quienes nos platicaron la negra historia de la pollería infernal.
Doña Hilda Orozco Rusell, dueña del local, dijo que no queda otra que traer un sacerdote a exorcizarlo o de plano abandonarlo para siempre. Y es que ese pollo apesta a sangre fresca.
Blog futbolero
La recomendación de un buen blog la agradezco tanto como la recomendación de un buen vino. Armando tuvo a bien recomendarme mi visión del futbol y desde ya soy fanático de ese espacio. Justo el blog que me hacía falta encontrar. Yo puedo pasar horas y horas viendo, hablando, leyendo y escribiendo sobre el más hermoso deporte del Universo y ese blog rifa. Gracias Armando por la recomen-dación. En verdad estoy agradecido.
Deseo no cumplido
Ningún hombre toma o deja el opio por lo que haya leído en algún libro- Thomas de Quincey.
Pues yo leí en mi adolescencia “Confesiones de un opiómano inglés” y desde entonces tengo una inmensa curiosidad y deseo por fumar el espíritu de la amapola. Mi deseo hasta ahora no se ha cumplido.
Cuba en Río
Justo a un costado de la Glorieta del Cuauhtémoc, en una de las cuatro esquinas del crucero entre Paseo de los Héroes y Cuatemochas, está El Circo, un negocio de pisos, azulejos y mármol. La particularidad de este changarro, donde Carol y yo compramos el piso de nuestra casa, es que a la hora del día que pases por ahí, sea en la mañana o en la noche, los empleados están oyendo salsa. Todas las veces que he ido o pasado por esa tienda, resguardada siempre por un trío de perros que yacen echados en los azulejos, suenan rolas salseras. Pura salsa. Jamás cumbias o norteñas. Salsa y ya. Son tan clavadotes en la tecla salsera como yo lo soy con el metal. Y uno siente el sol de Matanzas en plena Zona Río. Sólo les falta regalar mojitos y cerveza Bucanero para hacerme feliz.