Eterno Retorno

Friday, January 24, 2025

La Madre Patria me ha adoptado entre sus hijos


 Colegas: Hoy toca ser feliz pues la Madre Patria ha tenido a bien adoptarme legalmente entre sus hijos. A partir de hoy soy oficialmente mexicano y español aunque sentimentalmente lo he sido siempre.

¿Qué es una nacionalidad? El derecho internacional lo define claramente, pero más allá de los documentos, para mí tiene que ver con sentirse cultural y emocionalmente ligado a un pueblo y en ese sentido España siempre ha estado presente en vida.
España eran los relatos de mi abuela sobre el Mediterráneo malagueño, la voz de la Faraona y los Churumbeles o los mil quijotes que adornaban la casa. Y España es también la historia de lo que pudo haber sido si la Constitución de Cádiz hubiese triunfado en 1812 formando una mancomunidad liberal hispánica en América, no con virreinatos sino con países independientes culturalmente unidos. Para mí las divisiones no existen, pues formamos parte de un mismo cuerpo.
En fin, ha sido un larguísimo camino que implicó conseguir el acta original de mi abuela en Málaga y apostillar infinidad de documentos y por ello hoy es tiempo de gratitud. Con Carol De Hoyos porque es la Maestra de la logística y la organización en los procesos complicados, con Ikercho, porque todas las mañanas me insistía y me daba ánimos para que acelerara el proceso y con mi amigo Luis Fernando Vazquez Bayod que desde hace muchos años me estuvo animando y asesorando para que diera el paso.
Y bueno, por si estaban con el pendiente, aclaro que no está en los planes emigrar. Somos muy felices en Baja California, amamos a esta tierra que ha sido tan noble con nosotros y la idea es seguir viviendo aquí, pero es lindo ser oficialmente reconocido como hijo de España.
Non Plus Ultra! Y estas alturas del día estoy seriamente tentado a descorchar un Rioja.

Thursday, January 23, 2025

Dejemos hablar al viento

 


 

Dejemos hablar al viento, mandó decir Juan Carlos Onetti y entonces el ventarrón dio un golpe de estado, derrocó a las lluvias de antaño y se proclamó amo y señor de este enero hostil.  Antes de que el clima de este planeta enloqueciera, esta solía ser nuestra temporada de diluvios, pero hoy a los dragones les ha dado por soplarnos en la cara. Esto apesta a distopía. De pronto imaginé que vivimos en un mundo apocalíptico donde un viento sequísimo y rabioso sopla a perpetuidad desatando mil fuegos a su paso mientras la diáspora del sueño roto yace frente a un muro fronterizo por donde cada noche deportarán a cientos de familias. Al otro lado de la barda retumba la perorata del odio y la oligofrenia sienta sus reales.  Aquí retumban las sirenas de los sufridos  bomberos y el olor a chamusque todo lo impregna mientras los cerros lucen sus coronas de lumbre y un pobre caballo arde en llamas ante miradas indiferentes. En la oscuridad brillan fuegos amenazantes y las columnas de humo surcan el cielo. Arde el aire con la danza a Pazuzu. Francamente no sé que carajos haya visto el apóstol San Juan en la isla de Patmos, pero sospecho que este enero se parece mucho a su Apocalipsis.

Tuesday, January 21, 2025

CUATRO OJOS

 


Al cabo de medio siglo de vida e infinidad de párrafos leídos en penumbra, he llegado a la conclusión de que mis ojos agradecen de mil amores la ayuda de unos lentes. No, nadie me ha diagnosticado nada ni he visto oculista alguno y de hecho ni siquiera creía necesitarlos, pero Carol me los prestó la otra noche y una nueva perspectiva espacial se desplegó ante mis ojos. Es como entrar de pronto a una nueva dimensión.  De pronto, las letras desfilaron impúdicamente claras.

Si las letras transpiraran podría ver sus gotas de sudor, las arrugas en sus cuerpos de tinta y las protuberancias en la blanca estepa del papel mientras Theodoros intenta conciliar la mirra y la sangre

¿Cuándo se inventaron los lentes?

Si bien, existen indicios de artefactos ópticos desde épocas tan remotas como el Antiguo Egipto, se atribuye al florentino Salvino D’Armato degli Armati la invención de las gafas modernas a finales del siglo XIII. El diálogo de Fray Guillermo de Baskerville y Nicola en El Nombre de la Rosa de Umberto Eco relata este acontecimiento:

Metió las manos en el sayo y extrajo sus lentes, que dejaron sorprendido a nuestro interlocutor. Nicola cogió la horquilla que Guillermo le ofrecía. La observó con gran interés, y exclamó:

– ¡Oculi de vitro cum capsula! ¡Me habló de ellas cierto fray Giordano que conocí en Pisa! Decía que su invención aún no databa de dos décadas. Pero ya han transcurrido otras dos desde aquella conversación.

– Creo que se inventaron mucho antes -dijo Guillermo-, pero son difíciles de fabricar, y para ello se requieren maestros vidrieros muy expertos. Exigen mucho tiempo y mucho trabajo. Hace diez años un par de estos Viteri ab oculis ad legendum se vendieron en Bolonia por seis sueldos. Hace más de una década el gran maestro Salvino degli Armati me regaló un par, y durante todos estos años los he conservado celosamente como si fuesen, como ya lo son, parte de mi propio cuerpo.

¿Terminarán siendo parte de mi propio rostro? No acabo de reconocerme, pero mis ojos parecen sentirse de maravilla explorando senderos de letras desde atrás de los cristales.