Eterno Retorno

Thursday, December 06, 2012

Que sus múltiples fans me perdonen por la brutal honestidad, pero lo considero un escritor sobrevaloradísimo, una moda contracooltural de aspirantes poetastros malditos y no sé si carcajearme o sorrajar un chingazo cuando escucho que Detectives salvajes es la novela que Borges hubiera deseado escribir. Un escritor que ha escrito más libros muerto que vivo y a cuyos editores les vino de maravilla su acta de defunción. Estoy seguro que en los diez años que han transcurrido desde su muerte, se han vendido diez veces más libros de los que vendió estando vivo. Aun así, confieso que he leído y leo a Roberto Bolaño y en cierta forma lo disfruto. Vaya, tampoco es malo. Sucede tan solo que han querido transformar en genio a un buen narrador de media tabla.

Al final, entre un inclemente bombardeo de novedades editoriales, uno acaba siempre buscando cada cierto tiempo el abrazo de los clásicos y eso suele pasar al llegar el invierno. Estos libros, publicados por editorial Prensa Española hace unos 50 años, son una mezcla de biografía, antología y ensayo sobre los meros meros masters killers y los he ido encontrado como pequeños diamantes en las montañas de carbón apolillado de ancestrales librerías moribundas. No se puede decir por cierto que ande yo leyendo cosas muy modernas en este diciembre. Durante el día leo a Flaubert, la eterna Emma Bovary, en la ágil traducción de Carmen Martín Gaite en TusQuets. Por la noche, alterno entre el Macbeth shakespeareano y los ensayos de Montaigne (sobre la muerte y la amistad) ¿El híbrido ensayístico sin ataduras es una criatura moderna? Ni madres; lo inventó Miguel de la Montaña hace más de 450 años.

Tuesday, December 04, 2012

Antenoche me soñé escribiendo la biografía de Argemiro Montaño. En mi sueño escribía e investigaba con tal fluidez y soltura, que por un momento creí estar por fin dando forma a mi eternamente postergada novela nonata. Sí, en mi sueño la escritura era hedonismo puro, un verdadero arrebato inspirador, pero aquello no era ficción ni poesía, sino una historia real, hecha y derecha, trabajada con mi riguroso método de biógrafo serio. La nitidez y el realismo del sueño eran tales, que al despertar dudé si no habría estado yo antes en Nacozari, o en ese poblado que mi subconsciente representa como Nacozari, a donde viajé para entrevistar a unos cuantos viejos que conocieron a Argemiro Montaño en su infancia y adolescencia. Tan completo fue mi sueño, que me representé en mi fase de investigador, recogiendo testimonios y hurgando en documentos del registro civil del poblado, pero también hubo tiempo para verme a mí mismo escribiendo sin descanso en el cuarto de un hotelucho a un lado de una vieja mina de cobre. Tal vez la única diferencia con lo que creo es la realidad, es que hasta ahora sólo he escrito biografías de personas vivas que se han pasado horas frente a una grabadora contándome su vida (o lo que ellas quieren que se narre o se recuerde como su vida). La de Argemiro Montaño, en cambio, es, o será, mi primera biografía donde el libro termina con la muerte del personaje. Es también la primera biografía en donde yo juego un rol fundamental y si bien aún puedo contar con los dedos de una mano las veces que vi en mi vida a Argemiro Montaño, la realidad es que soy un personaje insustituible en su historia. Vaya, digamos que por vez primera en una biografía tengo algo realmente revelador que contar, aunque me alegro de haberlo contado solo en mi sueño.

OCHO REFLEXIONES EN TORNO A LA EUFORIA XOLOITZCUINTLE Por Daniel Salinas Basave

1- El futbol, dice Juan Villoro, es lo más importante de lo menos importante. El futbol, al igual que el buen rock y los buenos vinos, ha hecho deliciosa mi vida. Sí, es un juego, un deporte espectáculo, un negocio y estoy consciente de ello, pero su poder hechizante hace que al menos durante 90 minutos olvidemos todo eso. 2- El ascenso de Xoloitzcuintles a la Primera División y la conquista de su primer campeonato apenas un año y medio después, son ya un hito, un fenómeno social y económico en la historia de Tijuana. Minimizarlo, restarle méritos o hacer como que no existe no tiene sentido. 3- Xolos, por ahora, es una moda y a sus seguidores les falta mucho para poder ser una verdadera afición. En este momento es un fenómeno comparable al de los patrioteros que cerveza en mano se envuelven en la bandera cada que México juega el mundial, aunque en los siguientes cuatro años se olviden del futbol y de la patria. Solo el tiempo dirá si la de Tijuana es una verdadera afición. 4- Tijuana pedía a gritos un equipo profesional exitoso. Queramos o no, el deporte espectáculo crea vínculos de orgullo e identidad y en ese sentido Xolos ha venido a llenar un vacío histórico en la ciudad. Vaya, siempre me pareció triste ver a los tijuanenses intentando identificarse con cuadros tan patéticos como Chargers o Padres. 5- Tan ridículo es desearle la derrota a Xolos por fobias u odios políticos, como ridículo es sentir que alguien que no se pone la camiseta no es orgullosamente tijuanense y no ama a la ciudad. Ridículo es boicotear informativamente al equipo y pretender que no existe o no es un fenómeno social, como ridículo es creer que envolverse en la bandera rojinegra es enaltecer el espíritu tijuanense y sus valores. Hay muchas formas de querer a Tijuana y trabajar por ella que son mucho más trascendentes que ponerse la camiseta del perrito azteca. 6- Aunque por supuesto se puede ser aficionado xolo sin ser hankista, quien niegue o minimice el matrimonio entre futbol y política es alguien que no conoce la historia de este deporte. Mussolini, Franco, Videla, Milosevic, Ceausescu y Berlusconi, son solo unos cuantos ejemplos de jefes de estado que se catapultaron y afianzaron en el poder gracias al uso político que dieron a las glorias futboleras. En sus consejos para conquistar y conservar el poder, Maquiavelo olvidó incluir el poseer un equipo de futbol popular y exitoso. Innegable que Lazio en Italia es el equipo de los fascistas y Livorno el de la ultra izquierda, que el St Pauli es el cuadro de los punkies anarquistas en Alemania Real Madrid el cuadro histórico de los falangistas y Barcelona el de los republicanos el Boca el de los neo peronistas en Argentina y un largo, largo etcétera. Por cierto, aclarando un comentario anterior: Pablo Escobar fue un fiel aficionado de Independiente de Medellín, pero nunca fue su dueño. En cambio, Gonzalo Rodríguez Gacha “El Mexicano” si invirtió en la compra de Millonarios de Bogotá 7- Ojalá toda esa gente que es capaz de acampar afuera del estadio y pagar en tiempos de recesión boletos sobrevaluados en precios insultantes, apoyara con igual entusiasmo al deporte bajacaliforniano cuando las madres de jóvenes atletas salen a vender chocolates a los cruceros para poder llevar a sus hijos a olimpiadas nacionales. Ojalá impulsaran y practicaran con el mismo entusiasmo el deporte amateur en sus comunidades. Ojalá los esfuerzos y humillaciones que soportan para poder sentarse en el estadio Caliente o viajar hasta Toluca y beberse el sueldo en cerveza, se vieran reflejados en algo realmente productivo para la ciudad. 8- Se puede cambiar de partido político, de bandera, de religión, pero un verdadero aficionado no cambia su equipo de futbol. Tijuana es mi ciudad adoptiva, es la ciudad donde nació mi hijo y me considero un tijuanense hecho y derecho, pero yo nací, crecí y me voy a morir siendo Tigre y la euforia pasajera de un equipo de moda no va a hacerme cambiar mis colores. A Xolos solo puedo desearles con cierta simpatía que les vaya bien, pero mi piel y mi sangre son de Tigre.