Farewell Canica, tú nos cruzarás el río
Canica ha dicho adiós con el invierno y mañana la
primavera más triste será huérfana de sus ojitos. Hasta el momento final su
mirada fue lo último que brilló, siguiéndonos, buscándonos. El cuerpo había
dejado ya de funcionar, sus patitas ya no la sostenían, pero los ojos
destellaron hasta el último instante para decir adiós. La vida es una vela
inmersa en la tempestad, una llamita débil que contra todo se niega a apagarse.
Paradojas del ciclo estacional y las cortinas del eterno retorno: Canica llegó
a nosotros en sábado el primer día del verano del 2008 y en sábado dice adiós,
en el último día del invierno de 2021. Nuestra perrita fue puro derroche de
fuerza, alegría y ganas de vivir. Un cuerpo muy pequeño para albergar tantísima
energía y tanto amor. Iker aún no sabe cómo es la existencia sin ella, pues
cuando él nació Canica ya tenía un año y medio en esta casa y ha vivido toda su
vida a su lado. Si nos fuera dado pedirle un deseo a la naturaleza, pediríamos
que los perritos vivieran a la par de los humanos. La primavera irrumpe con una
nueva estrellita en el horizonte. Alguien nos estará esperando para cruzar el río.