¿Libro o película?
¿Libro o película? El debate es añejo y casi siempre estéril, pero hay
ocasiones en que el filme pierde por goleada contra la novela. Tal es el caso
de Me estás matando Susana, que se queda apenas en un esbozo de Ciudades
desiertas, una de mis novelas favoritas de José Agustín. Sí, ya sé que la
película no es nueva, que salió hace unos cinco o seis años, pero yo apenas la
vi ahora que la encontré en Netflix. Ciudades desiertas se presta a las mil
maravillas para ser adaptada al cine. Vaya, no es una novela filosófica o
conceptual que represente un crucigrama para el guionista y sin embargo, Me
estás matando Susana se quedó cortísima. La verdad es que Gael carga en hombros
todo el sentido de la película. Casi parece un monólogo. El resto de los personajes son apenas sombras
o pretextos. La actriz española que caracteriza a Susana está guapísima pero
cae mal. Su interacción es mínima y resulta un tanto chocante. Cero chispa y
simpatía. Una lástima, porque la novela de José Agustín precisamente comienza
narrándote la historia desde el punto de vista de Susana: el ofrecimiento de la
beca por parte de Gustavo Sainz, su llegada a Arcadia, la personalidad de cada
uno de los becarios, su fallida noche con el israelí, su primer encuentro con el
polaco. Ya después irrumpe la mirada de Eligio, que en la película es la
única. Habría sido mucho más rico que la
película presentara los dos planos, pero aquí estamos hablando de Gael rodeado
de unos cuantos extras que ni siquiera parecen tener nombre o personalidad como
para ser considerados personajes. Por ejemplo, en la novela los becarios juegan
su rol y tienen sus características propias, pero aquí se borran por completo. Mucho menos entiendo la omisión de la parte road novel, que es sin duda la mejor, cuando
Eligio se va con Irene viajando por freeways de todo el país desde Chicago
hasta Nuevo México. También pienso que habría sido un acierto mostrar la época
de la novela y no adaptarla a los tiempos actuales. La novela de José Agustín transcurre en el primer periodo de Reagan en 1982,
no en 2016. Ciudades desiertas se
prestaba a las mil maravillas para hacer una muy buena película, pero al final
todo quedó en una versión muy millenial
de los personajes joséagustinianos y una adaptación muy superficial y sesgada de una novela muy
chingona. Lástima.