Eterno Retorno

Thursday, January 08, 2009

Israel, la gran mosquita muerta de la Historia, el chantajista sentimental de la humanidad, el sanguinario Goliat que nos vende cada día su imagen de inocente David. Prohibido criticarlos, dudar de ellos, ponerlos en tela de juicio. Ellos pueden matar niños, violar las reglas del derecho internacional, consumar una y otra vez un genocidio. Nada de lo que hagan importa, pues tú estarás obligado a callar. Ni pensar en ponerlos en tela de juicio. En la antigüedad patentaron la condición de pueblo elegido. Hoy han patentado su papel de víctima eterna. En esta obra de teatro serán siempre los buenos. No habrá nunca en Hollywood películas que hablen de niños palestinos muertos, de escuelas bombardeadas, de civiles mutilados. El Holocausto de Palestina no existe. Está prohibido pensar en él. No debes siquiera insinuarlo. El pueblo elegido tiene derecho a derrumbar murallas en Jericho, a ahogar pueblos en el Mar Rojo, a enviar ángeles exterminadores a matar primogénitos. Acuérdate que Yaveh, tan cruel y celoso como siempre, está de su parte, porque ellos son los elegidos y Yaveh no dudará en desparramar su cólera infinita contra el pueblo palestino hasta borrarlos de la tierra. Por algo son el pueblo elegido. Pero, por favor no lo olvides ni te confundas: pase lo que pase, ellos siempre serán las víctimas. Prohibido dudar de ello. Es un dogma de fe.

Predicar es un acto aberrante. Lo más detestable de la religión no es el hecho de que exista, sino el que sus devotos siempre gastan demasiada energía en tratar de atraparte en su club, vendiéndote suscripciones en cómodas mensualidades y sin pago de inscripción para que accedas a su paraíso. Si el fanático no es capaz de asumir su insuficiencia ontológica y hacerse cargo de su deseo, pues que mitigue sus traumas rezando en silencio. El problema es que sus dioses, o más bien dicho el dios ese monoteísta que tan mal me cae, les impone la labor de evangelizar para llevar más suscriptores al club. La sola idea de tratar de convencer a alguien para que cambie su vida me parece repugnante y es por ello que nunca me verás por ahí predicando mis ideas. Vaya, nunca voy a llegar a tocar a tu casa pare decirte “hola, te voy a contar un secreto: dios no existe, vuélvete ateo y serás más feliz”. Sin embargo, debo confesar que hay días en que amanezco más radicalmente ateo que de costumbre y hasta me dan ganas de ir caminando por la calle gritando “dios no existe ni ha existido”. Siendo adolescente, una de mis máximas diversiones era molestar testigos de jehová, evangelistas o alimañas similares. Me producía un inmenso placer responder con blasfemias cuando intentaban acercarse a mí. Después me transformé en adulto y me contagié de eso que llaman tolerancia, respeto, esa adulta manía de ser políticamente correcto hacia las creencias de los demás. Pero como les digo, a veces amanezco más ateo que de costumbre y me dan ganas de gritarles a los demás que somos huérfanos de dioses. Sueño con la idea de un futbolista que anota el gol del campeonato en la final de la Copa del Mundo y al celebrar su anotación mirando a la tribuna y a la cámara que lo conecta con cientos de millones de espectadores, se levanta la playera de su selección para enseñar abajo una camisa donde se lee “DIOS NO EXISTE”. Es tal vez por ello que me sentí inmediatamente identificado con esta nota que leí en el Diario Clarín. Les juro que yo pondría dinero de mi bolsa para que los camiones en México tuvieran un anuncio así. De verdad ¿Por qué en este país no apostamos un día por esta clase de anuncio?


Reproduzco íntegra la nota de Clarín:


"Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida", es el slogan que circula en unos 800 vehículos. La campaña se financió con contribuciones voluntarias.

Los europeos han encontrado un modo muy civilizado de hacerse la guerra de religiones. "Probablemente no hay dios, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida". Es el eslogan que defiende el ateísmo en 800 colectivos de Londres, con un éxito rotundo, un fuerte debate y que ya empieza a exportarse, principalmente a España. Los ciudadanos de Barcelona ya han podido ver en circulación algún vehículo de transporte público con mensajes semejantes y la iniciativa pronto se extenderá a Madrid. Además, en la capital española tendrá su contrapartida: otra campaña financiada por grupos cristianos que aseguran la existencia de dios y la posibilidad de disfrutar la vida con él. Hace casi dos meses que un micro con ese eslogan recorre la región de Madrid. En Australia se prohibió una campaña similar con un eslogan más sutil y a la vez tentador: "Ateísmo: dormir las mañanas de los domingos". Pero en el Reino Unido es donde mejor se lo han tomado e incluso la Iglesia Metodista dijo que le parecía bien porque animaba a debatir sobre dios. Los organizadores de la campaña londinense, que esperaban recaudar 8.000 libras para empezarla, reunieron 150.000 en sólo cuatro días y ya van por más de 200.000. Con lo recaudado, ampliarán el alcance de la campaña colgando 1.000 carteles la próxima semana en los subtes de la capital británica, con frases pro-ateístas de personajes célebres como Emily Dickinson, Albert Einstein o Katherine Hepburn. Todas estas campañas están financiadas con contribuciones voluntarias de ciudadanos y su origen está en el periodista del diario The Guardian Ariane Sherine, a quien se le ocurrió después de leer en una web cristiana que los ateos tenían como destino "pasar la eternidad en el infierno y ardiendo en un lago de fuego". La campaña británica no ha tenido grandes problemas de censura y sólo se ha visto obligada a incluir la palabra "probablemente" para ser acorde a las normas que regulan la publicidad en el Reino Unido, aunque los organizadores hubieras preferido excluirla para evitar que se les confunda con agnósticos y se menoscabe su convicción atea, según explicó a Reuters Tim Bleakley, director de la compañía publicitaria encargada de gestionar la campaña en el sistema de transportes londinense. Londres vio el nacimiento de la iniciativa, pero Madrid se podría convertir en su apogeo por las previsibles protestas de sectores religiosos y porque las líneas de colectivos urbanos son de propiedad municipal y tanto el Ayuntamiento como el Gobierno regional madrileños están gobernados por dos de los más pujantes líderes del Partido Popular, ambos católicos confesos. Aunque la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, ya dijo, al respecto, que "vivimos en un país libre" y el Ayuntamiento ha delegado la responsabilidad en la empresa que gestiona la publicidad de los autocares.

La Novela de Perón
Tomás Eloy Martínez
Alfaguara

Por Daniel Salinas Basave
dsalinas@frontera.info

Si hay un tipo que sabe jugar al filo de la navaja entre la literatura y el periodismo para después sacarle la lengua a los dos y sorprender a todos con gambetas estilísticas capaces de volver locos a los puristas, ese es Tomás Eloy Martínez.
Dentro de ese machacadísimo y a menudo falso cliché del periodismo que parece o pretende parecer literatura, son muy pocos los que logran crear un auténtico híbrido, un Golem con vida propia nacido a partir de la fusión y confusión del reportero con el creador de ficciones. “La novela de Perón” comienza a ponernos trampas desde el título mismo. La novela... ¿es de verdad tal? Los amigos de lo simple sin duda apostarían por la definirla como una novela histórica o una biografía novelada. Pero ¿vale la pena dejar esta obra en semejante cortedad de conceptos? Biografías noveladas de políticos y militares nos bombardean todos los meses y les juro que nada se parece a esta sui generis criatura llamada “La novela de Perón”. No creo, como dice el paraguayo Augusto Roa Bastos, que Borges y Cortázar hubieran dado su brazo derecho por escribir algo así, pero sí creo que dentro de la gran tradición literaria inspirada por dictadores y caudillos latinoamericanos, jamás se había escrito algo semejante.
¿Es Juan Domingo Perón el personaje principal de esta novela? Sí y no. Cierto, el libro gira en torno a su figura, pero es también la historia de la obsesión y alucinación de un pueblo, el absurdo de un pasado que muta a conveniencia, de un sueño que envejece y metamorfea en monstruo. La “novela” alterna diversos planos, tiempos y formas narrativas. Se da gusto brincando de la primera a la tercera persona sin desdeñar por momentos la segunda. En una página estamos ante un alucinado creador de ficciones que bucea profundo en el pozo de eso que llaman realismo mágico y más tarde nos encontramos con un meticuloso reportero que reconstruye una historia como un rompecabezas. Un plano de la obra se eterniza en un solo día, el más corto del año 1973 en el hemisferio austral. Un anciano Juan Domingo Perón abandona Madrid acompañado de su esposa Isabel y su inseparable lacayo y consejero, el “Brujo” López Rega, para volver a Buenos Aires luego de 18 años de exilio. Perón viaja en un avión de Aerolíneas Argentinas, mientras abajo, en Ezeiza, más de dos millones de personas, la multitud humana jamás congregada, aguardan su llegada en medio de una trifulca entre Montoneros y adeptos al Brujo. Al mismo tiempo, Perón dicta sus memorias a López Rega y juega con el pasado, con sus frases e ideas, reconstruyendo la historia no como fue, sino como debió haber sido. De forma paralela, un reportero indaga en los primeros tiempos de Perón entrevistando a las figuras más representativas de su juventud e infancia. El autor mismo es por momentos un personaje de la crónica, aunque su propia figura se confunde con la de un personaje ficticio. La realidad se torna mutante, anfibia, es un mono de plastilina, es el mito etéreo y la deidad leprosa, los cuatro mil ojos de una mosca porteña volando en el invierno austral.

Wednesday, January 07, 2009

El luto se ha vuelto la regla y no la excepción en la Policía Municipal de Tijuana, una corporación en la que los funerales de compañeros forman parte de la vida cotidiana de los agentes.
Toque de silencio, salvas al aire, lágrimas de la viuda cayendo sobre el ataúd de caoba, forman parte de una escena muchas veces repetida en la explanada de Palacio Municipal.
Alrededor del féretro, rostros de angustia y resignación de cientos de oficiales que saben bien que el de su compañero no será, por desgracia, el último sepelio.
El 2 de enero, le pregunté a Julián Leyzaola si sería un sueño guajiro creer que el 2009 pudiera terminar con saldo blanco, sin un solo policía ejecutado. Eché la sal. Esa misma noche mataron al primero.
Llevamos siete días de enero y ya van cuatro policías muertos. Hoy desayunamos con cuatro adolescentes decapitados. Hasta esta hora van 24 ejecutados en total. La parranda de la Muerte no conoce de propósitos de año nuevo.

Serena y majestuosa, sentada en el trono de su altar al que nunca faltará una veladora encendida, la Santa Muerte contempla el desfile de sus devotos que acuden al Mercado del Popo en busca de la última esperanza.
Son tiempos rudos y en el futuro se observan nubarrones de tormenta, pero cuando todas las esperanzas se han perdido, siempre quedará la llama de la vela a los píes de la Niña Blanca.
Mientras las casas de empeño aún no lucen las largas filas que esperan tener por la cuesta de enero, las hierberías pueden presumir una buena cantidad de clientes que van en busca de ese milagro capaz de enderezar la fortuna en el 2009.
La gente empieza el año con propósitos de enmienda y progreso y en estos días suelen comprar muchas veladoras, polvos y amuletos, comentó Juan Manuel Vásquez, quien trabaja como guardia en el Mercado del Popo en la Calle Segunda.
Las ventas suben en esta época del año, pues la gente hace promesas o busca transformar su vida, comentó Vásquez.
La Santa Muerte, la Divina Providencia, San Judas Tadeo, Jesús Malverde y San Martín de Porres aguardan silenciosos a quienes desean iniciar el 2009 encomendándose a su manto protector.
A su lado conviven budas panzones con ojos escarlata y trolls noruegos, que comparten el espacio con mágicos polvos para atraer a la mujer amada o conjurar los males de ojo.
Antes de recurrir a empeñar el reloj o el viejo radio, el pueblo apuesta a sus santos como los mejores guardianes para enfrentar la larga noche.