Eterno Retorno

Saturday, October 14, 2017

Me llamo Daniel Salinas Basave y soy una catástrofe, pura y vil esencia de derrumbe y desbarrancadero. Según la mirada y las circunstancias podrías concluir que mi vida es la apoteosis del desastre o el éxtasis místico de la realización. Ante tus ojos puedo representar la más mórbida estampa de la ruina pero también la sonrisa socarrona de quien ha empezado a ganarle partidas al destino. Cierto, la facha habla por sí sola y no es favorecedora: soy un gordo zarrapastroso, greñudo y barbón que carga a cuestas 43 años vividos a punta de letras y alcohol. Hay varios miles de cervezas y una tropa de botellas de whisky sonriendo con desparpajo desde mi anatomía. Hubo un tiempo en que el whisky fue malísimo pero desde hace algunos años es bastante bueno en realidad. No siempre he sido panzón, pero siempre he sido zarrapastroso. Claro, con el paso de los años mi vocación por los andrajos ha refinado. Mi imagen puede parecerte el non plus ultra de la decadencia, pero si miras bien podrás descubrir también elevadas dosis de libertad y libertinaje. Tal vez no me espera nada bueno con este peso y estos hábitos, pero eso sí: mal no la he pasado.

Thursday, October 12, 2017

Ya está aquí el Dejá Vu de otoño. Este amanecer lo he vivido infinitas veces y está poblado por mil y un fantasmas que te hablan al oído. Ninguna época del año tiene días tan embrujados como octubre y noviembre. Es como si el entorno entero estuviera infestado de espectros aferrados a mandar mensajes y jurarte que el Mito del Eterno Retorno existe. La sensación es omnipresente: este aire y esta luz son de otro día que transcurrió años atrás. En otoño suelen irrumpir como si nada las vueltas de tuerca y los radicales cambios en la dirección del viento. En Baja California brillan por su ausencia las hojas secas pintado de rojo los caminos, pero a cambio tenemos un cielo de petulante desnudez y atardeceres cómplices de las lunas más redondas.

Sunday, October 08, 2017

Blacamán era capaz de convencer a un astrónomo de que el mes de febrero no era más que un rebaño de elefantes invisibles y de que el whisky tijuanense no es tan malo. Tan milagroso es Blacamán que desfiebra a los palúdicos, desagua a los hidrópicos, visiona a los ciegos y logra que un reportero tijuano-regio se pueda colar a los cinco finalistas del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. Nos vamos a Colombia señores. Felicidades a Soledad Puértolas, Liliana Colanzi, Federico Falco y Alejandro Morellón. Nos vemos en Bogotá colegas. El triunfo es poder ir a un hermoso país que tanto le ha dado a la literatura y saber que Días de whisky malo estará en cada una de las bibliotecas públicas del territorio colombiano. Iker me dijo hace unos días si ya estaban listos los boletos para ir a Colombia. Carol y él nunca dejaron de creer que era posible. La fe de los míos mueve montañas y libros. Hoy en esta casa suena fuerte el vallenato y traigo bien puesto mi sombrero vueltiao. Es lo más bacán que nos ha pasado en este camino de letras. La furtiva narrativa de la Esquina Norte dice presente. Gracias por siempre Gabo. Vivimos para contarla.