En mi cabeza una rola de Hermética: Se me cumple, hoy el sueño pendejo de ayer y fue por rebelde que al Metal pesado me aguanté. Claro, también podría apostar por una rola de Yngwie Malmsteen y cantar Be Careful What You Wish For. Se me cumplen sueños por los que he trabajado muy duro. No quiero sonar como una mierda de superación personal, pero esto lo construyes todos los días, con una buena dosis de huevos y de fe. Se trataba simplemente de aceptar y decir “sé lo que quiero y tengo idea de cómo conseguirlo”. Y una vez que lo has conseguido, a otra cosa mariposa. Recorro una ciudad caótica y desquiciada a bordo de dos ruedas que muevo con mis piernas. Atravieso Insurgentes, bajo por Avenida Nuevo León en La Condesa, volteo en Sonora, cruzo Reforma y el Circuito. Me juego la vida cada segundo y la vida, sepan ustedes, vale la pena ser vivida, inmensamente. Amanezco con la nota de El Economista que ha firmado mi colega Jorge Daniel Camarena, un entrevistador particularmente agudo y bien informado. Imaginé un tipo que se expresaría en lenguaje de Cetes y Udis y me encuentro con un literato cuya tesis de licenciatura en Letras Inglesas es sobre la figura del héroe byroniano, que escribe haikus y sonetos. A las tres de la tarde llego a Sanborns de Insurgentes y Parque Hundido. En una caja, junto a la primera edición de La Broma de Milan Kundera en TusQuets que presentan como novedad (obvia decir que tengo la edición de La Broma en Seix Barral desde hace más de 20 años) está La Liturgia del Tigre Blanco de un tal Daniel Salinas Basave. Mi libro está siendo desempacado de las cajas y colocado en la mesa de novedades. Al atardecer entrevista con Fernanda Tapia en MVS. Por la noche llego a Gandhi en Mazarik, amarro la bici en un poste, llego a la mesa de novedades y ahí está mi libro. Uno de los mayores vicios de mi vida es ir a librerías. Me ha pasado la vida entera desparramando las horas en esos santuarios. Si sumo todas las horas de mi existencia que han transcurrido dentro de una librería (pues has de saber que cuando entro a una me paso unas tres horas, siempre y cuando no esté en Buenos Aires, donde se va la tarde o la noche entera) supongo que tiene algún significado entrar por vez primera a una Gandhi y ver que en la mesa de bienvenida, dándote el saludo, está un pinche libro escrito por mí. ¿Sueño cumplido? No lo sé. Es tan simple e intenso como ha sido ver Mitos del Bicentenario en la Librería El Día durante dos años, porque si hay una librería a la que tengo cariño es El Día en Sánchez Taboada. La diferencia es que este libro lo vas a ver en todo México, pero al final es lo mismo. Ahora mismo estoy en El Péndulo de Pasaje Polanco a donde he venido de urgencia para conectarme, pues tengo un trabajo que atender y nadie de los que me rodean imaginan lo que he estado haciendo. Rodeado por mil y un libros, siento que si vengo aquí todas las tardes, van a nacer mil y un mitos, réquiems y liturgias. Y ahora mismo posteo este desvarío y me retiro a bordo de la bici a perderme en las calles de la capital pensando que esta vida ha valido la pena ser vivida y aunque me la paso escribiendo sobre la Muerte, quiero que sepas que le he pedido a mi amiga y protectora que me deje otro rato, porque esto apenas comienza, porque hay un millón de letras por desparramar y porque esto es solo el principio, porque tengo mil y un sueños y proyectos en la cabeza y esto apenas comienza y lo festejo como siempre, en soledad y feliz. ¿Sabes una cosa? Yo nací para esto. ¿Y sabes otra cosa? Lo que más deseo en el mundo en este momento es estar con Iker y Carolina.
Friday, May 18, 2012
Thursday, May 17, 2012
Qué carajos haces de tu vida cuando llueve a cántaros un medio día de Mayo y tú yaces frente a la mesa de mantel de plástico rojo de un viejo mercadito chilango en donde por 24 pesos has comido tremendas quesadillotas con tortilla recién hecha y sientes el fragor de la lluvia retumbar en el techo de lámina tan atiborrado de goteras y piensas, mientras lees las últimas páginas de Los Living de Caparrós, en la naturaleza improbable de tu existencia. He dicho una vez más improbable. El Rudy dice que Improbable es una palabra muy mía y que la repito hasta el hartazgo y tiene razón. Improbable es todo lo que tiene que ver conmigo. Improbable, aleatorio, deidad, dosis. Improbable es estar en un mercadito del DF bajo la furia de un Tlaloc de mil perros esperando a que escampe mientras alguno se pregunta si soy un pinche gringo perdido desafiando a la venganza de Moctezuma. Improbable es mi computadora, paseada en parajes errabundos sin que nadie acierte
a sospechar siquiera lo que contiene. Improbable es correr por Insurgentes a bordo de una bici desafiando un ejército de estresados automovilistas. Improbable estar aquí, justamente aquí y preguntarme una y otra vez qué carajos hago. Improbable despertar y preguntarme si de verdad yo soy ese tipo al que le escriben todos los días decenas de personas para felicitarlo o mentarle la madre y desearle la muerte por un par de artículos escritos hace ya casi seis meses que circulan como epidemia por la red. Improbable ser actor y espectador de una obra teatral absurda y dramática, cómica y triste. Absurdo es jugar a la política como adolescentes en videojuego y lanzar mensajes al mundo como quien arroja un pedazo de carne sangrante a un río infestado de pirañas. Improbable sentarse a esperar en el cruce de caminos la caricia de la aleatoriedad y la Muerte. Improbable que leas este compulsivo desparrame y te preguntes quién carajos es este lunático que en algún lugar libera los monstruos producidos por el sueño de su sinrazón.
Tuesday, May 15, 2012
New book about Jorge Hank Rhon is being published
A revealing investigation detailing the myths and facts of the businessman.
http://www.sandiegored.com/noticias/25072/New-book-about-Jorge-Hank-Rhon-is-being-published/
“The Liturgy of the White Tiger”, that’s the title of the book published by Ocean Publishing detailing the life and myths of 56 years old businessman Jorge Hank Rhon, who was mayor of Tijuana from 2004 to 2007.
The research from the book’s author, Daniel Salinas Basave, will relate from his arrival to the border city, to his most recent scandals, such as when he was arrested in June 2011 for alleged possession of weapons at his residence inside the Agua Caliente Racetrack.
The book, whose first chapter is now available via the Internet, refers to "a society that fears him and wishes him, that detest him and acclaim him," as described by Salinas Basave.
Jorge Hank Rhon, the son of Carlos Hank Gonzalez who was governor of the State of Mexico from 1968 to 1975, has become an emblem of his political party, Partido Revolucionario Institucional (PRI) in this border; after ending his term as mayor of Tijuana, he sought the State governorship in 2007, which lost to Jose Guadalupe Osuna Millan.
"In this city, the legend of Jorge Hank Rhon is a favorite. The difference between Tijuana and Jorge Hank is that Tijuana struggles every day to remove his dark past, while Jorge Hank does not seem to be bothered by it, or at least he never expressly denies it," recounts the author.
It will be on May 31st when the author, Daniel Salinas Basave, will present his work within the ‘Feria del Libro de Tijuana’ (Tijuana Book Fair).
Porque La Región Más Transparente marcó una frontera en mi forma de entender la literatura mexicana; porque a la fecha no supero el vicio por la segunda persona de Aura; porque la imagen final del cuento La Frontera de Cristal vive tatuada en mi mente; porque El Espejo Enterrado me ayudó a escarbar y reconciliar las profundidades de mi origen; porque fue, te guste o no, el Gran Novelista Mexicano del Siglo XX, esta muerte sí me afecta.
Justamente anoche comentaba con mi amigo Rodolfo Cruz sobre la forma en que los años se manifiestan en algunos personajes y ambos coincidimos en la dignidad el aplomo con que Carlos Fuentes pasea por el mundo sus 83 y su impresionante lucidez. Un escritor que escribía, que sin duda dejó papeles inacabados y a quien sólo me resta darle las gracias.
El fuego creador de Carlos Fuentes
Escribo estas palabras instantes después de enterarme de la muerte de Carlos Fuentes. Escribo, con plena conciencia de que su lugar en la literatura mexicana no será ocupado. La dimensión de su obra y su tiempo hacen imposible que Fuentes tenga un heredero o sucesor. Fuentes queda en la historia como el gran novelista mexicano. Si bien su obra ensayística es notable, -con mención honorífica para El Espejo Enterrado- Fuentes fue sumo sacerdote en el arte de la novela; de la novela ambiciosa, la novela total, la que busca aprehender un macrocosmos. En la Región más Transparente, por ejemplo, el gran personaje es una ciudad, una sociedad y una época. El México del alemanismo se desdobla e inmortaliza en cada página, de la misma forma que La Muerte de Artemio Cruz es la sinfonía de la revolución institucionalizada en la figura del viejo caudillo que ha aprendido a salir triunfador en el campo de batalla de la corrupción. Lo que más duele de la muerte de Carlos Fuentes, es saber que su obra se interrumpe de golpe y porrazo. A diferencia de otras vacas sagradas que se dedican únicamente a cosechar loas y recibir premios sin escribir una sola línea en su madurez, Fuentes, a sus 83, era un escritor activo y vital, tal vez mucho más que muchos narradores jóvenes. Fuentes escribía todos los días y aunque son sus obras del siglo pasado las que se han inmortalizado, su producción en el Siglo XXI es vastísima y de lo más diversa. Desde el muy actual Adán en Edén o su visceral compilación Contra Bush, hasta los cuentos góticos de Inquieta Compañía. Al leer una de sus últimas entrevistas en el diario El País, queda claro que a este señor de 83 años le sobraba vida y ganas de vivir: Mi sistema de juventud es trabajar mucho, tener siempre un proyecto pendiente. Ahora he terminado un libro, Federico en su balcón, pero ya tengo uno nuevo, El baile del centenario, que empiezo a escribirlo el lunes en México. La escritura, lo sabía bien Fuentes, es antes oficio que inspiración divina y el escritor, como el carpintero, debe trabajar todos los días. Me levanto por la mañana y a las siete y ocho estoy escribiendo. Ya tengo mis notas y ya empiezo. Así que entre mis libros, mi mujer, mis amigos y mis amores, ya tengo bastantes razones para seguir viviendo. Razones para vivir, razones para escribir. Sobran los modernos minimalistas empeñados desde hace años en leer el acta de defunción de la novela. Sus palabras se las lleva el viento. Yo estoy chapado a la antigua y soy de los que disfruta de la novela más clásica por encima de los bodrios contemporáneos y si por improbables azares del destino llegara a vivir demasiados años, mi único deseo sería tener ese fuego creador capaz de motivarme a liberar palabras insurrectas cada nueva mañana de mi vida. Por Daniel Salinas Basave