El Quijote criollo o el Buscón virreinal-
Es sabido que tanto Miguel de Cervantes como Francisco de Quevedo (cada uno en su momento) desearon embarcarse a América e incluso solicitaron licencia a la Corona, misma que en ambos casos fue negada (en los siglos XVI y XVII se requería una autorización real para embarcarse a las Indias).
Por pura ley de probabilidad, si Cervantes o Quevedo hubieran vivido en la Nueva España se habrían inspirado para escribir una obra con temática americana. Tal vez un entremés, alguna novelita picaresca o (por qué no) una obra mayor.
El 7 de febrero de 1582, Cervantes - recién liberado de su cautiverio en Argel- escribió al Consejo de las Indias (concretamente a Antonio de Eraso) una carta en donde le solicitaba licencia para embarcarse al nuevo mundo. La solicitud fue denegada. Volvió a intentarlo en 1590 y nuevamente encontró una negativa. Las grandes deudas que arrastraba fueron el impedimento para viajar. En cualquier caso, ambas solicitudes fueron hechas mucho antes de 1605, fecha en que se publicó la primera parte del Quijote. De haber recibido el permiso para ir a América, el Quijote no habría sido escrito en la cárcel de Sevilla. ¿Sería posible imaginar un Quijote novohispano?
Alonso Quijano pudo ser un criollo que cabalgara con su rocinante al pie de los volcanes y se indignara ante las injusticias de la sociedad virreinal y el Buscón don Pablos de Quevedo habría sido un pícaro en las calles de la Ciudad de México. Tal vez la primera gran novela mexicana pudo anticiparse por dos siglos de Fernández de Lizardi y su Periquillo.