Eterno Retorno

Friday, January 17, 2003


Mis discos favoritos de metal

Aquí sí que me la ponen más difícil, pues tengo demasiados discos y todos o casi todos me gustan así que la distinción siempre será injusta.

Pero acá vamos

En categoría de deidades

Iron Maiden ----- Todos y cada uno de los discos de esta banda son absolutamente chingones y puedo escucharlos infini-tamente sin cansarme. Fuera de la notable baja vocal que tuvieron en los dos discos que canta Balze, X Factor y Virtual XI, todos tienen un excelente nivel.
Pero si tuviera que hacer una tabla diría que Powerslave, Number of the Beast, Live After Death, Seventh Son y Fear of the Dark son los que llevaría a la puta isla desierta en donde no me han dicho si hay tocadiscos. Los dos de Paul Di Anno, Iron Maiden y Killers, se cuecen aparte y en un mismo paquete, me gustan mucho, les tengo un cariño especial, pero la escencia de Maiden es con Bruce Dickinson.

Black Sabbath----Esta es la otra deidad de mi Olimpo metalero y el padre de todas las criaturas. El problema es que como patriarca fue muy inconstante. La faltó mantener su autoridad y darse a respetar. Eso provocó que haya muchos discos pres-cindibles de Black Sabbath, lo que no ocurre con Maiden.
Aquí yo mismo tengo un debate interno, pues si bien me late mucho más el estilo vocal de Dio que el de Ozzy, el Sabbath osbourniano es el que refleja más fielmente el espíritu de la banda, si bien los cuatro discos con Dio están entre mis favoritos.
Pero bueno, si tuviera que largarme de nuevo esa pinche isla desierta, que debe ser la Coronado, los elegidos serían Black Sabbath, (el primer disco padre de todas las criaturas), Paranoid (obviamente) Sabbath Bloddy Sabbath, Heaven and Hell y Dehumanizer (el mejor de la época moderna sin duda alguna) El concierto de la Reunión es muy bueno y el sonido es exce-lente, aunque Live Evil no le pide nada y de nuevo, la voz de Dio es muy superior a la de Ozzy, a quien la necesidada de agenciarse unos centavos lo llevó a transformarse en un payaso de mal gusto.

En categoría de semidioses
(el orden de los factores no altera el producto)

Mercyful Fate--- Melissa--- Para invocar a Satanás, nada mejor que este corto álbum de siete canciones que jamás me he cansado de escuchar.

Slayer-----Raing in Blood---Coincido con todos los doctores metaleros que lo nombran el mejor álbum de metal extremo. Un álbum corto y contundente con un flamazo de fuego infernal en los huevos.

Judas Priest--- Pain Killer---- El último disco de Rob Halford resume toda la grandeza de esta banda. Aunque Brtish steel y screaming for vengance le darían dura batalla, el matador de dolor es el mejor hijo del Padre Judas.

Helloween----Keeper of the Seven Keys II------Los dos guardianes de las siete llaves son los padres de eso que hoy llaman power metal. Gloria eterna a las calabacitas germanas.

Blind Guardian----Nightfall in the Middle Earth----Los herederos del trono de Helloween que instrumentalmente superaron al maestro y nos pusieron a leer a Tlokien años antes que el cine.

Kreator-----Extreme Agression ----Cuando uno quiere vomitar odio y agarrarse a patadas con el mundo, el Kreador germa-no es una muy buena ayuda. La esencia del thrash europeo está aquí.

Samael----Ceremony of the oposites---La frontera entre el black metal puro y el experimento industrialziado, arrojó un tra-bajo de oscuridad limpia y paganismo delicioso.

Metallica----Ride the Lightning- No importa que se hayan transformado en unos viles prostitutos, algún día fueron gran-des. Aunque el And Justice es otra obra maestra, el cabalgador del rayo contiene mis tres rolas favoritas de la banda.

Emperor---In the night side eclipse---- Para impregnarse del espíritu del black metal noruego en su estado más puro, el Emperador es el maestro. Apto para prenderle fuego a una iglesia.

Morbid Angel-----Altars of Madness-----Death puerco y blasfemo que hizo escuela en América. Aunque es una gran ban-da, yo me quedó con su primer trabajo

Death---Spiritual healing----Metal muerte limpiecito, puro, con su lento guitarreó incounfundible. La esencia. Ellos o más bien dicho Chuck...QEPD, son los papás de este pedo llamado detah metal. El Sound of perseverance, último álbum de estu-dio de Chuk, es igual de bueno.

Ángeles del Infierno—Pacto con el Diablo---Esto es heavy metal, el mejor álbum de heavy en español seguido tal vez de Diabólicca, de ellos mismos. Los años pasan y este disco nunca me aburre.

Y aquí le voy parando, que ya me tengo que poner a jalar.

Por Daniel Salinas Basave

Thursday, January 16, 2003

Reflexiones sobre la putería- (Rob Halford es la neta)
Descubrí un blog que se llama Carlos por error y por lo menos me ha logrado entretener, aunque intuyo que su autor no sería mi amigo, además de resultarme algo difícil creer que sus testimonios son realmente autobiográficos. Su lectura me ha hecho pensar en ciertas cosas. (Y dale con mis putas reflexiones justo cuando debo entregar mis notas y hacer mi columna sobre el Presidente) Pero en fin, esto del blogueo me vuelve odiosamente reflexivo y lo que reflexioné fue lo siguiente: Jamás he tenido arraigado el cáncer de la homofobia, pero la mayoría de las veces los gays no me simpatizan. No por el hecho de ser gays, sino por el hecho de ser demasiado pretenciosos con su imagen y sobre todo con su actitud. Tienen demasiada sed de llamar la atención. Me pasa algo similar con los escritores o los que se dicen amantes de la literatura. Casi nunca me suelen caer bien.
La única figura declaradamente gay a la que he profesado admi-ración es Rob Halford, el ex cantante de Judas Priest, el auténtico Metal God. Mis respetos. Sus preferencias sexuales me valen un carajo, como me valen las preferencias del mundo entero. Halford sigue cantando poca madre. Gay o no gay, en Judas, Fight o de so-lista. Ese guey me cae bien. Por lo demás, Morrisey también me-rece mi respeto. Me parece la encarnación moderna de Oscar Wil-de. Fuera de ese par de británicos, (uno de Birmingham y otro de Manchester), todas las figuras gay, sean artísticas o reales, tienden a generarme por lo menos cierta desconfianza, en el mejor de los casos. Ah, olvidaba a la Agrado, personaje de Todo sobre mi ma-dre. Ese sí que es de puta madre. Ojalá que todos los travas y drag del mundo tuvieran ese sentido del humor.



Se supone que debería estar escribiendo sobre la gira del Presi-dente pero me dio por hacerle al ocioso.

He aquí los grandes discos punkteos que me llevaría a la isla desierta:

Sex Pistols----Never mind the Booloks....A huevo, este sí que no puede faltar. No hacen falta más palabras.

La Polla Records—No somos nada o Ellos dicen mierda- La Polla marca un parteaguas en mi existencia. Nunca he cantado tan-to a una banda.

Eskorbuto- Antitodo y Las más macabras de las vidas. Cuando me convierto en sacerdote de la Iglesia de la Eutanasia y me pongo a leer a Fernando Vallejo, esta es mi banda sonora.

The story of The Clash 1 y 2. Para no andarme peleando entre Combat Rock y London Calling mejor la selección.

The Exploited--- Let start a war, aunque le encimaría rolas del Horror epics y el Troops of tomorrow.

Crass- Diría que el Penys Envy o el Feeeding the 5000, pero mejor me llevo el Best Before. A ellos les debo que pese a mi dia-ria convivencia entre políticos, nunca haya caído en la tentación de creerles También mis más selectos escupitajos a la religión tienen su influencia.

Agnostic Front ---Live at the CBGB---Imposible oír Victim in pain y no hacer slam contra la pared. Doctor Martínez con cintas rojas y un patadón seco en el culo.

Bad Religion- Generator o No control- Cualquiera de los dos. Hard core melódicamente correcto para cuando la melancolía le gana al coraje.

Kortatu—El estado de las cosas—Cuando uno se pone en plan bélico y nacionalista a recordar las historias que mi abuela me contaba sobre la Guerra del 36.

Masacre 68- Un escupitajo con moco y vómito en la boca del sistema político mexicano. Hoy en día me genera una terrible nos-talgia.

Me faltan muchos, muchísimos. Una recopilación argentina llamada Invasión 88, Sick Of It All, Operation Ivy, Sub Humans, pero debo ponerme a trabajar. Además, mi isla desierta, es mi es-critorio y ninguno de esos discos está aquí con migo.

La discografía metalera, que es más extensa, se publicará des-pués.

Cuando un punketo muere
La rola Divisiones absurdas del grupo Atóxxxico mostró con ingenio lo estúpido que resulta esa clásica y añeja rivalidad o rece-lo entre el punk y el metal. “Yo necesito de ti, tanto como tu de mi, dejémonos de pendejadas, basta ya de agredir”.
En lo personal me pasa un poquito más el metal que el punk, aunque entre mis discos de cabecera, los típicos de la isla desierta, están incluidas varias bandas de hard core punketo.
Aún así, creo que al Punk le sobran publicistas y al metal detrac-tores. Los punkies se colaron en el museo del rock y apartaron su sitio en la enciclopedia. El metal, o por lo menos el metal subte-rráneo, se quedó como una simple expresión de lo grotesco y ca-cofónico.
Joe Strummer, se murió y mal que bien, tuvo una buena cantidad de epitafios. En verdad se los merecía, jamás podría decir lo con-trario.
Chuck Shulinder y Paul Boloff dejaron de existir el año pasado y no merecieron lágrima alguna fuera de su infernal círculo.
Mi periódico le dedicó una nota a Strummer. Más de uno la-mentó sinceramente su fallecimiento. Cuando les dije que murió Chuck Shulinder, el gran padrino del death metal, nadie fue capaz de hacerlo en el mundo.
En fin. Toda esta serie de pendejas reflexiones brotaron en mí luego de ver que la revista Milenio le dedicó un extenso y por cier-to recomendable artículo al músico de corazón furioso, Joe Strum-mer que ahora mismo tengo frente a mi.
Creo que The Clash siempre hará eco en la banda sonora de mi existencia, pero Death y Exodus estuvieron a punto de fracturar mi cuello en más de una ocasión.

Tuesday, January 14, 2003


Zappa y Pitol, mis grandes incomprendidos

A los graduados en Letras les suele gustar Sergio Pitol. Yo estoy apenas aprendiendo a leerlo. Alguna vez dije que no
Sí, ya leí El tañido de una flauta, Domar la divina garza y el Vals de Mephisto, pero siempre quedo con la sensación de que no es para tanto. Está bien, pero no se me hace como para ser un autor de culto, aunque empiezo a descubrir algo. Mal que bien lo sigo leyendo.
Adhiero a la lista a Javier Marías. Me lo han vendido como la octava maravilla de la Madre Patria y yo me permito colgarle la cruz de lo aburrido. Todas las almas está bien, pero Negra espalda del tiempo me reveló un autor que de tan introvertido llega a ser tedioso. También pueden sumar en la lista a Álvaro Mutis y Jorge Volpi.
En terrenos rockeros me pasa lo mismo con Frank Zappa. Muchas de las mentes más ilustres en la doctrina de la nueva música clásica le levantan un monumento a todo lo que tenga que ver con Mothers of Invention y yo cometo la blasfemia de decirles que no se me hace nada del otro mundo. Con King Crimson, U2 y Queen me pasa algo muy parecido, aunque en los dos últimos casos comprendo plenamente las razones de su comercialidad.
¿Estaré solamente mostrando mi falta de sensibilidad o ignorancia o simplemente soy demasiado sincero?
Tal vez mi mente no alcanza a comprender expresiones tan elevadas o acaso soy como el niño de la fábula El traje del rey, que se atrevió a reírse de su desnudez, cuando todos lo admiraban.


Muy pronto, las librerías de la ciudad se darán cuenta que he dejado de cubrir las notas diarias del Ayuntamiento y he vuel-to a los reportajes de investigación.
Aunque la responsabilidad es mayor, el tiempo no es tan restringido como antes e inevitablemente doy rienda suelta a mi vicio de sumergirme en librerías.
No puedo controlarlo. Soy un adicto a repasar estantes, leer contraportadas, comparar ediciones. Según yo, este día fui en busca de El príncipe de Federico Andahazi con la firme intención de comprarlo.
Dado que en ninguna sucursal de El Día había podido dar con él, decidí buscarlo en el Cecut. No lo encontré, pero la por-tada de un típico engendro comercial de Alfaguara estuvo a punto de seducirme. Era un autor boliviano de apellido Paz y el libro se llamaba algo así como Donde habita el deseo. Una novela de traición política y amorosa. Las mujeres demacradas suelen atraerme y la de su portada casi, pero casi logra ligarme. Pero hace falta mucho más que eso para que desembolse 167 pesos en un libro del que mi única referencia es la lluvia de elogios de la contraportada y claro, la pinche rubiecita. El ligue no se consumó.
A veces, muchas veces, compro libros a ciegas. Algunas veces los resultados son sorprendentes. De hecho así conocí a Mario Bellatin. Compré Poeta ciego en 1997, sin tener referencia alguna del autor, solo por el cuadro de Julio Galán que apa-recía en la portada, pero el texto superó mis expectativas y desde entonces me dediqué a rastrear toda su obra. Así compré también El arma en el hombre de Castellanos Moya y Entre hombres de Germán Margiori solo peor mencionar las buenas elecciones.
En fin. Luego del frustrado ligue con el autor boliviano, sentí unas ganas irresistibles de llevarme a casa Otras inquisicio-nes de Borges. De hecho me leí ahí mismo el relato inicial de la Muralla china y decidí que ya era mío, pero cuando ya estaba por sacar la tarjeta, algo me dijo no, debes esperar al viernes.
Me marché. Fui a la Librería de Cristal y no tenían El príncipe, aunque como suele sucederme siempre que estoy en los es-trechos pasillos de esta librería, tuve un fervor repentino por atiborrarme de ediciones baratas de clásicos. Ya traía en mi ma-no El jugador y el Extraño caso de Doctor Jekyll y Mister Hide y nuevamente me detuve. Algo me dijo que hoy no era el día para comprara esos libros.
Hice entonces algo poco común. Fui a la librería y papelería México, una tienda con aires escolares cuya vitrina está reta-cada de juventudes en éxtasis, Paulos Cohelos, tarots eróticos, horóscopos cachondos, y dietas mágicas. Di por hecho que en esa montaña de basura jamás encontraría nada y sorpresa, ahí estaba El príncipe. Pero, una vez que tuve en mis manos el li-bro de Andahazi, decidí que ya no lo quería o que este no era el momento. Todo quedó en un simple hoy no.




Monday, January 13, 2003

Notese que no tengo mucho que hacer, así que ahí va una escena de La alcahueta noche, la fenomenal novela que algún perro día se dignará a ser concluída. La noevla me concluye a mí, no yo a ella. El primer párrafo, es el que se refiere a la puta y alcahueta noche. Este es solo un escarceo cachondete.

Cómo carajos le hizo el Zarrapaztrozo para lograr ser invitado esa misma noche por Catalina a pasar la noche en un hotel bastante nice en Real de Catorce y posteriormente cogersela deliciosamente sobre el barandal del balcón que miraba al Cerro del Quemado, es algo que los o el biógrafo no se explica de manera racional.
Pero claro, hay que ponerse en el lugar de Doña Catalina Dueñas. El día en que tuvo la mala fortuna de llamar a lo que parecía fungir como puerta del malamuereto cuchitiril del velador de un huerto de hortalizas, Catalina cumplía 33 bien vividos años y 27 días de haber firmado el acta de divorcio con que daba el definitivo y legal patadón en el culo a su ex marido. De alguna manera, sus casi tres meses de ir y venir al juzgado familiar sin tener por ahí el menor escarceo sexual por temor a quedar como la piruja de la película, habían desatado un fervor uterino que el olor de rústico sudor que emanaba de las axilas de Zarra acabó por encender. Por lo que se refiere al Zarra, la única explicación de que esa noche no pusiera en evidencia la innata torpeza que se cargaba cuando de jugar al amante se trataba, son los nueve meses que llevaba sin tocar otra piel que no fuera la de su pito, siempre y cuando estuviera frente a él la imágen de las vaqueritas hustlerianas. Los lenguados besos pretenciosones, la voluntad de ser acróbata pese a los kilitos de más y la vocación cochinona que siempre mostró Catalina pusieron en punto comal los sentidos del Zarra...continuará.


Sobre todo...y sobre todas las cosas, tiendo a imaginar epígrafes ideales y palabrejas que puedan sonar tan inmortales como en lugar de La Mancha, pero por ahora prevalece un ánimo lúdico del que no es cosa fácil deshacerme. Así las cosas, lo que salga parido de este bodrio de preocupación y nostalgia inmune a cualquier borrachera, es responsabilidad de terceros o cuartos. Yo me limitó a estar atando Cabos pero aún no logro atarlos.

La noche. La puta y alcahueta noche se hizo para dormirse, pero Zarrapaztrozzo Trimigesto cayó en la cuenta de que acababa de violar los últimos vestigios de su inocencia infantil cuando intentó imaginar la cifra aproximada de días que llevaba sin abandonar su cuchitril de la peor muerte sin que en el horizonte hubiera algún vestigio de eso que llaman luz del día...continuará...

Pocas veces me da por llegar a tal nivel de ocio, pero se me ocurrió traducir una rola de Arch Enemy con la que me identifico de sobremanera. Dado que el blog tiene crisis de creatividad, creo que es bueno iniciar la semana con tan lindos deseos.

Enemy within

Pensamientos oscuros se trepan, profundo en tu mente,
El asesinato de la esperanza, el final ha comenzado

La puerta cerrada de tu psyco se ha caído abajo
La bestia respira libertad y fuego

Soplan, sangrientos pensamientos dentro de tu mente
Los demonios te dicen ¡Comete Suicidio¡

Maldito es tu cuerpo, desamparada tu alma
La Bestia destruye lo que serás
Deja nada exepto un fósil vacío.

Tu auto destrucción marca el camino
Tus armas se vuelven contra tí
Cortando mientras te van matando
En una espiral hacía abajo, las sombras de la bestia acaban triunfando.

La sombra de la bestia llama, tu enemigo está ahí, en ti mismo.


Valdría la pena decir que uno puede inspirarse endemoniadamente mientras escucha gritar a Angela Gossow que el enemigo está ahí, dentro de uno, trepándose lento a la mente, matando poco a poco, mientras una corte de demonios y cheneques integrada por ti mismo dice que te mates a la chingada.
¿O no? El corazón de las tinieblas es el que escucho latir ahora mismo. 24 de octubre, merece cuando menos un condenadito homenaje, de perdida conteniendo ciertas porquerías dentro del cuerpo o dejándolas salir en señal del más honesto homenaje. Que te parece? Aprecirán mi pequeño tributo?