Playa furtiva, playa prófuga. Cigarro clandestino. Ni un cangrejo, solo ardillas. Mar aborregado, azul desnudez del cielo de noviembre. Un cielo que hiere, un cielo afilado. Luz de noviembre, cielo desmembrado. Mar fragmentado, promesas de amor en la arena. Narrativas de probeta, bicéfala aeronave, playas de luz moribunda. Libre asociación traidora. Playa pacheca: dícese de mí que me gusta el tequila.
Las irrupciones de pechito amarillo no son ni siquiera un mensaje subliminal, sino una orden clarísima y tajante: póngase a escribir por una chingada pedazo de huevón. ¿Eso es lo mejor que puedo hacer? Sí, eso es lo mejor que arroja el bajón postpremio. Pechito amarillo sigue ahí y aletea como un colibrí. Su amarillo amor es un torrente que busca llevarme hasta cumbres nunca alcanzadas de escritura. Anoche tuve deseos de fumarme un tabaquito. A ver si el Pacífico cumple con arrancarme lo pinche Bartleby.
Saturday, November 07, 2015
Friday, November 06, 2015
La triste historia de un paletero. Playa pordiosera. La tristísima campana del paletero. Playa alcahueta y la dulce pinta de un niño en su furtivo jueves d noviembre. Playa tacaña. El paletero es fritero-botanero. Playa vía muerta. Mamá y sus hijos emprenden escalera arriba la retirada. Playa malquerida. Las sombras de la gaviotas surcan el pozo seco de mi cabeza. Playa chapuza. El paltero ha hecho la cruz con mamá y sus hijos. Playa antesala. Hay un viejo donde yacen mil y un soledades. Playa presagio. En hora las gaviotas reclaman su feudo. Playa reincidente. De rosa va la pequeña descalza (también escaleras arriba) (impertinente y mórbido vello en la pierna de la madre) Playa derrumbe. La sombra del ave es la sombra de mi muerte. Yaciente playa sin oficio ni tabaco. Playa ceniza. Tecate al mediodía. Camiseta e rojo-pirata de la selección. Caguamamas lésbica escaleras abajo. Playa desbarrancadero. (xxx)
Thursday, November 05, 2015
El 7 de julio de 1777 nació Abigail Lafey. Siete jinetes desgarran la noche, una flor se marchita, una cuna vacía se mece entre las sombras. El espíritu de Abigail yace en nuestras entrañas.
Llámalo otoñal nostalgia, pero en mi memoria vive la tarde en que compré mi casete de Abigail en el bazar de Lomas Verdes siendo un quinceañero. Sí, juro que lo compré y no lo robé como era mi costumbre. Lo escuché una y mil veces al llegar a casa y esta noche, más de un cuarto de siglo después, King Diamond me ha traído a San Diego el concierto completo. Una de las más alucinantes obras maestras del Metal de todos los tiempos tocada en forma íntegra. Abigail vive. Ha llegado el momento de daros las buenas noches.
Wednesday, November 04, 2015
Ser un lector omnívoro tiene sus ventajas. Como suelo devorar de todo y no le niego la capacidad de sorpresa a casi nadie, siempre está latente la posibilidad de esa lectura matadora y rompemadres que desde el librero te acecha lista para saltar sobre ti. Quizá lo que alimenta este irrenunciable vicio de tecato bibliófilo, es intuir la permanente cercanía del libro que te volará la cabeza. Más de una vez he cedido a la tentación de creer que las mejores lecturas de mi vida llegaron hace tiempo y que el futuro solo depara repeticiones y redundancias, pero al final mi apetito y mi curiosidad sin límites echan por tierra esa idea. El hambre es insaciable. El motor que me lleva a no estar nunca satisfecho y desear pepenar siempre un libro nuevo, es la sospecha de que hay una lectura alucinante esperándome en algún lugar. Por lo pronto, la fila de libros con la que despediré el 2015 luce más que prometedora. Entre estos amigos de papel y tinta hay por lo menos uno que me hará volar muy alto. ¿Cuál será? Hagan sus apuestas.
Tuesday, November 03, 2015
¿Ella es el menor él es normal? No. Ella es una Siouxie de Johanebourg, ojos entre plata y miel. Blanquísima hasta el derroche, dueña de sí misma hasta la petulancia, canta con esa ronca voz de suficiencia y Charly la abraza desde la espalda, mientras ella le regala fulminantes ojos de estate quieto. Ella tiene hermosas y largas piernas, pero eso lo sabemos por cultura general. En el video irrumpe su rostro y la voz masculina de los coros no es Charly García sino un güero de bigote, más afrikáner que el racismo y en su video (¿cómo carajos viste el video, si solo tenías un vinil en la mano?) no aparecen negros fuera de un trío de meseros caminando a lo lejos en un baldío. Y todo empezó por alguna escenita de celos o un corazón roto protagonizado por la incierta novia cuya furia ante la diva afrikáner fue paliada con un vinil del Clis Modernos y una versión más ácida de Nos siguen pegando abajo. ¿Y ella? Ella sonaba al cruce entre Siouxie y Annie Lenox y tenía cara de no tocarse el corazón para patearte los huevos.
Monday, November 02, 2015
En el inventario de la otredad (ante los ojos de quien acecha al mundo con mil ojos de mosca) yo caigo irremediablemente en la casilla de extranjero. Inventario de naufragios escriturales ¿cuántas palabras he arrojado la vacío?
Noviembre y su negro amanecer; Noviembre y las mil y un nostalgias no consumadas.
Noviembre y sus velas moribundas, su lluvia traidora (¿cuál?) su luz prófuga.
Noviembre sin tintas ni conjuros
Noviembre y su resaca sin sueño, su sábado estepario, su oscuridad a la fuerza
Noviembre…salto al vacío
Nadie niega la cruz de su parroquia. Nadie es capaz de renunciar al estereotipo en donde tu absurda ropa y tu absurda cara te han colocado.
América verde y sus cordilleras, rugosidades continentales; volcán y desfiladero. Improbabilidad. Improbabilidad no conjurada y la inmensidad del absurdo más absoluto, la certidumbre materializada en lágrima delatora. Ne tengo derecho a decirle a un sobreviviente de plataforma petrolera que tú siempre puedes arreglártela en esta vida.
Sunday, November 01, 2015
Todo empezó con ese metal core, pasado rabioso, pasado de adolescente. Él invoca la monstruosidad interior en el espejo y los demonios cumplen con llegar amodorrados. El veinteañero del puesto de viniles, que tan bien me conoce, cumple con responder a mi pegunta: Between the Bury and Me y entonces reparo en que sabe de mis gustos y más interesante que el púber metalcorerito le parece hablarme de Charly y la sudafricana y sobre mi mesa coloca algún cerrito de improbables vinilos y miro algún disco blanco con dibujos a lápiz de la Guzmán justo cuando aparece el greñas con su actitud de “qué gustitos” y aquello está en la Plaza San Martín o en la Morelos y tiene atmósfera de La prueba de Aira.
Mañaneros domingos resacosos, de chela caliente y mosh jarcorero;
Slameamos con el Kreador y la Muerte, el Eskorbuto y los Sepultureros
Sangre, sudor, caguamas en bolsa, portazo y moshpit fueron mis andanzas;
A patada feroz irrumpen mil demonios, en la catedral del Metal, arena Tlanepantla