Eterno Retorno

Saturday, October 26, 2013

¿Cuándo carajos se supone que se fueron los moros de España?

En el año 711 de la era cristiana, los guerreros del Islam cruzaron el Estrecho de Gibraltar y depusieron al último y malogrado rey visigodo de España, el pobre Rodrigo, predestinado a la tragedia. Casi ocho siglos después, el 2 de enero de 1492, los reyes católicos entraban en Granada y expulsaban al último bastión musulmán de la península ibérica (no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre le recetó su madre al pobre Boabdil al contemplar por última vez Granada, me narraba mi abuela andaluza) Los reyes católicos decretaron la expulsión de moriscos y judíos. España para los españoles biennacidos y católicos. Cinco siglos después, en la devaluada España de 2013, el principal producto de exportación del país que presume su 25% de desempleo, es su clásico Barcelona vs Real Madrid. En todo el pinche planeta estamos pendientes de azulgranas y merengues. Las personalidades hollywoodenses de Mourinho y Guardiola le pusieron sabor al caldo. No han pasado ni siquiera dos años y al Guardiola vs Mourinho ya le veo cara de años dorados. El Barca vs Madrid es hoy en día lo tope de lo tope, el auténtico non plus ultra del futbol espectáculo. Hubo un tiempo en que ese juego pudo interpretarse como republicanos contra monárquicos, anarquistas contra falangistas, Castilla contra Cataluña, Cara al Sol contra No Pasarán. Nostalgia de 1936. Que hoy vemos a dos selecciones planetarias dentro de la cancha es una obviedad. Un estratega argentino y un italiano improvisan con una constelación de vedettes donde hay portugueses, franceses, brasileños argentinos, galeses, croatas, chilenos. Futbol global. Cuando yo empecé a ver jugar a Real Madrid los dos extranjeros eran Hugo y Valdano. Pare usted de contar. El resto eran españolitos. Pero más allá de esa obviedad universal (el britaniquísimo Arsenal ha jugado con oncenas en donde no hay un solo inglés) lo que me llama la atención son las camisetas: Fly Emirates y Qatar Airlines. ¿De verdad expulsaron a los moros de España? ¿De verdad derramó lágrimas Boabdil? A la virginal e inmaculada camiseta catalana le llegaron al precio los jeques petroleros, que compraron también el artificial Mundial del 2022. Primero la Unicef, luego una fundación muy linda y filantrópica financiada por Al Qaeda y ahora de plano la línea aérea. Como Iberia yace en la quiebra, los pocos europeos que pueden viajar lo hacen en las mejores líneas aéreas del mundo, que son las del Medio Oriente. Y mientras tanto, los hijitos de Mahoma se apropian del futbol europeo. Arsenal, Manchester City, París Saint Germain, Emirate Stadium, Ethiad Stadium. Los gaurdianes del Corán se apropian de los paraísos vacacionales, de los complejos turísticos, de los Yates, de sus vírgenes y de sus jóvenes promesas futbolísticas. Muy europeo. Ricardo Corazón de León y el Cid Campeador estarían muy orgullosos. Pero cuando miras un quiebre y un pedazo de gol como el que hizo Alexis, lo único que puedes concluir es que volverás a ver mil y un clásicos y que un gol de esos te ilumina la mañana del sábado.

1-Tijuana no tiene todavía una verdadera afición y creo que está a años luz de tenerla. Xoloitzcuintles es una moda, un pasatiempo, una manera de pasar el rato y echar desmadre, pero no una afición. Me da la impresión de que les daría lo mismo que sobre esa cancha artificial hubiera lucha libre, monster trucks o morras del Adelitas. De plástico es el pasto y de plástico es la afición. Para el tijuanense el futbol sigue siendo un pretexto. He acudido a partidos de liga en siete diferentes países y créanme que es posible distinguir lo que es una verdadera pasión futbolera de un simple entretenimiento. Tan simple como que en Argentina y en la mayoría de los países europeos no se vende licor en los estadios. La gente va a ver futbol, a seguir un encuentro, a apoyar a su equipo. Tan solo me pregunto: ¿cuánta gente iría a ver a Xolos si no se vendiera cerveza en el Caliente? El tijuanense es grande en muchas cosas, pero no se distingue precisamente por su cultura futbolística. 2- El Tigres vs Xolos engrosa ya la inmensidad del archivo de la total intrascendencia. En el engaño de mis recuerdos sobreviven veinte o treinta partidos elevados a la categoría de poema épico y más de un millar inscritos en el absoluto spleen baudeleriano. La intrascendencia pura, el tedio elevado a ritual. Lo increíble es que con tantas toneladas de intrascendencia a cuestas, el futbol siga siendo un aliciente en mi vida. No concibo aún cómo es que dos equipos para los que el empate significa la muerte, decidan negociar lo que menos conviene a ambos. Con los partidos de futbol y con los libros me pasa algo muy similar: desde los primeros párrafos y desde los primeros toques de balón puedo intuir lo que me espera y (desgraciadamente) casi nunca me equivoco. La mala literatura suele desnudarse desde la primera página. La inocencia, la falta de malicia y el poco kilometraje en lecturas se revelan de inmediato. Me ha sucedido con cierta frecuencia que una novela con un inicio prometedor se derrumbe a la mitad, pero es casi imposible que un texto con un inicio mediocre sea capaz de enderezar el camino o sorprenderme. Con el futbol me sucede lo mismo. Desde el momento en que ves cómo se para un equipo, su manera de trotar, de moverse sin balón, puedes adivinar su declaración de principios e intenciones. No necesitas ver una genialidad a lo Messi o lo Ronaldo o una cagada monumental para empezar a sacar conclusiones. Desde el instante en que miras la forma en que se para y se mueve una oncena, puedes intuir lo que te espera. Por fortuna con los vinos puede ocurrir lo contrario. Hay vinos que en el primer trago pueden parecerte mediocres, pero los minutos de respiro y el decantador hacen milagros. Vinos que han tenido un inicio regular acaban teniendo un final alucinante. Eso casi nunca ocurre con el futbol y con los libros. Bueno, con la literatura opera otra clase de magia, aunque no suele ser tan frecuente. Cuando te topas con un narrador verdaderamente chingüengüenchón, el hechizo suele producirse casi de inmediato. Las palabras te jalan las patas y te recetan un par de honestos chingazos y de pronto, te queda claro que no podrás soltar ese libro hasta que agotes la última página como un borracho sediento. 3- Reparas en tu condición de viejo lobo cuando sumas tu anecdotario futbolero y con horror descubres la facilidad y la exactitud con la que recetas hazañas ocurridas hace casi 30 años. El lugar donde estuvimos en el estadio Caliente era realmente privilegiado. Sentado a unos metros de donde estaba parado el Tuca Ferreti (que nunca se sentó ni paró de hacer corajes) medité con horror que a ese señor malhumorado, al que ya se considera como un director técnico veterano, lo vi jugar un clásico contra Tigres defendiendo la inmunda camiseta rayada en 1986. También puedo decir (o más bien presumir) que yo estaba en el Estadio Olímpico México 68 aquel 7 de junio de 1991, cuando Tuca Ferreti anotó el último gol de su carrera, ese magistral tiro libre con el que le rompió la red y el alma a Adrián Chávez y coronó a los Pumas de Mejía Barón campeones ante el odiado América. La mitad del camino de mi vida hace tiempo que ha quedado atrás.

Tuesday, October 22, 2013

LA TENTACIÓN DEL SECESIONISMO BAJACALIFORNIANO--- Por Daniel Salinas Basave

Esta manía de querer crear repúblicas norteñas como respuesta a nuestra frustración e impotencia frente a la ceguera de la Gran Tenochtitlán, no es nada nueva. Cada que los tlatoanis capitalinos se sacan de lo más profundo de su manga un decreto centralista que nos perjudica, brota en nuestros norteños corazones la comprensible tentación del secesionismo. Aunque estamos furiosos y deseos no nos faltan de mandar al diablo a este inequitativo pacto federal, en el fondo sabemos que no es una idea seria e intuimos que para crear una república independiente se necesita algo más que 10 mil firmas en Facebook. Ya en serio, vamos a poner las cartas sobre la mesa: ¿cuál es el primer paso para crear una República Bajacaliforniana? ¿Levantar firmas en Facebook acaso? ¿Convocar a un plebiscito o una consulta pública donde habrá 85% de abstencionismo como sucedió con el “municipio” de San Quintín? ¿Que el gobernador entrante Francisco Vega acepte convertirse en presidente, primer ministro o emperador del nuevo estado nacional? ¿Iniciar una guerra de independencia tomando a sangre y fuego las aduanas, campos militares y dependencias federales? Ya en serio ¿Cómo vamos a hacerle? En el fondo, tú y yo sabemos que eso no es viable, que es una alucinación; un buen deseo, sí, pero finalmente irreal. Caray, no hemos sido capaces siquiera de mantener con éxito un nuevo municipio, o si no vean al pobre Rosarito, que cinco ayuntamientos después no tiene un centavo partido por la mitad en tesorería y yace en las garras de sus caciquitos y señores feudales, dependiendo de las limosnas del gobierno estatal. ¿Cuál sería nuestra moneda bajacaliforniana? ¿Cuál sería nuestra forma de gobierno? ¿Cuál sería nuestra conformación territorial? El imperfecto embrión del pacto federal mexicano, nació como un zapato a la fuerza en la Constitución de 1824. Quisimos apostar por un amorfo Frankenstein federalista copiado de la Constitución estadounidense de 1789 y la Constitución española de Cádiz de 1812. Una constitución muy liberal la de 1824, tanto, que sólo toleraba la religión católica. Nuestro feto federal tardó muchos años en aprender a caminar y en el intento acabó mutilado. De hecho, creo que a la fecha no sabe caminar correctamente. Con una tradición centralista de tres siglos, en donde la sumisión absoluta al monarca español era la norma, el federalismo se convirtió muy pronto en “feuderalismo”. Mi paisano Fray Servando Teresa de Mier se lo advirtió a tiempo a Ramos Arizpe y a Lorenzo de Zavala, promotores del Frankenstein federal. En los primeros años de vida independiente, nuestra república pudo acabar desmembrada como un cuerpo leproso y perderse en mil y un republiquitas como le sucedió a Centroamérica, que vio naufragar el sueño unificador de Francisco Morazán. Yucatán se separó e incorporó dos veces, tuvo su bandera y su constitución (de hecho fue en la Constitución Yucateca donde nació el Juicio de Amparo). Chiapas llegó a formar parte de Guatemala; Tabasco tuvo tres intentos separatistas; Texas fue república nueve años e incluso dentro del territorio texano existió la efímera República de Fredonia, mientras que Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila crearon la República del Río Bravo en 1840, como respuesta a la constitución centralista de las Siete Leyes. La historia del secesionismo en México es muy larga. Vaya, sin ir más lejos, una facción de la revuelta magonista de 1911 llegó a plantear la creación de la República de Madero e izar una bandera secesionista que apenas duró unos días en el territorio de la Baja California.Por supuesto, no hay punto alguno de comparación entre el pretendido secesionismo mexicano, con las profundas raíces históricas y socioculturales de los nacionalismos vasco y catalán en España. Mucho menos con el separatismo balcánico que desembró una artificial Yugoslavia formada por naciones antagónicas con lenguas y religiones distintas (serbios ortodoxos y eslavos; croatas católicos y occidentalizados; bosnios con mayoría musulmana etc). Es obvio que no se puede hablar de un nacionalismo bajacaliforniano. No hay elementos de raza, religión o lengua que nos hagan distintos del resto de los mexicanos, si bien tenemos valores, costumbres y estilos de vida que contrastan con el centro. Lo interesante es que el sentimiento existe y se manifiesta en ese inigualable canal de expresión que son las redes sociales. Sin embargo, creo que en lugar de estar promoviendo la formación de republiquitas imposibles que nunca van a existir, tomemos otro tipo de medidas más aterrizadas y viables. De entrada, creo que si una ganancia se ha obtenido de esta gran guerra anti homologación del IVA, es que le hemos enseñado el músculo bajacaliforniano a Los Pinos y a San Lázaro. Empresarios como Karim Chalita, Ariosto Manrique, Juan Manuel Hernández Niebla entre otros, están haciendo lo correcto, lo que corresponde a un ciudadano mexicano libre y consciente de sus derechos: exigirlos frente a quien toma decisiones, acampando en la Secretaría de Hacienda y San Lázaro. Al final, es muy posible que perdamos la batalla contra la homologación del IVA y que la basura humana marca Chris López se salga con la suya, pero al final nos queda la dignidad y la consciencia de que ejerciendo la presión adecuada, se pueden lograr algunos cambios. Esa es una gran enseñanza y una gran lección para el futuro; mostrar unidad como ciudadanos bajacalifornianos, tener memoria, no dejar que el olvido y la conformidad lo impregnen todo.

¿Cómo se sentirán en su fuero interno los diputados bajacalifornianos que votaron a favor de homologar el IVA en la frontera? ¿Se habrán ido a dormir con la conciencia tranquila? ¿Tendrán cara para mirar a los ojos del ciudadano que los mantiene? ¿Qué sigue para ellos a partir de este momento? Podrán perorar mil y un argumentos vacíos, recitar la falacia de que esta reforma ayuda a los que menos tienen. Podrán intentar nadar de muertito, manejarse con bajo perfil hasta que llegue el momento de venir a pedir el voto para otro cargo. Podrán hacer lo que quieran, pero su dedo sumiso votando a favor de esta inequitativa reforma recaudatoria quedará marcado como un mal tatuaje en sus caras. Una marca indeleble que los perseguirá por el resto de sus carreras. La marca de la traición, del servilismo, de la prostitución; la marca de lo abyecto; la marca que los certifica como basura humana.

Daniel Salinas Basave diseño rojinegro TEDxZona Río Daniel Salinas Basave TEDXTIJUANA