¿Quedará también impune la muerte de Margarito?
Desolador enterarme hace unos minutos del artero
asesinato del colega Margarito Martínez Esquivel. Desde que yo daba mis
primeros pasos como reportero en Tijuana en el 99, Margarito ya estaba ahí y
parecía haber estado siempre, con su cámara al hombro, la radiofrecuencia
siempre encendida y ese don de la omnipresencia que le permitía multiplicarse y
estar en varios sitios a la vez. Iba a todas y a toda hora. La oscurísima noche
tijuanense era suya. Al célebre 4-4 lo recuerdo como el perfecto soldado de trinchera,
un auténtico trabajador de la información. Me atrevo a afirmar que nadie en
esta ciudad fotografió tantos hechos delictivos como él. Lo recuerdo también
apoyando a su madre, la veterana periodista Eglantina Esquivel o cubriendo el
turno nocturno en Frontera. A diferencia de lo que ocurrió recientemente con
algunos oscuros y pestilentes personajes que se hacían llamar “periodistas” sin
serlo, de Margarito me consta que era un verdadero obrero de la prensa cuya
única labor era informar. Sin información oficial hasta el momento, parece ser
que su muerte es producto de un pleito vecinal en la colonia Camino Verde, pero
por supuesto tengo demasiadas dudas y ninguna certeza. Bueno, en realidad tengo
una única certidumbre: que aquí en Baja California (y casi en cualquier lugar
de México) morirás el día en que alguien decida matarte porque le resultas
incómodo o le caes mal, pues no hay estado derecho ni imperio de la ley que
proteja. En Tijuana se cometen un promedio de 2 mil asesinatos al año, un promedio
de seis al día. Margarito retrató muchos de esos crímenes y ahora su homicidio
se suma a esa vergonzante estadística que su cámara tantas veces reflejó con
crudeza. Por cierto, la única constante de esos asesinatos, es que en la
mayoría triunfa la impunidad. ¿Quedará también impune la muerte de Margarito?
Hay certidumbres que hieren y dan rabia.
Descanse
en paz 4-4.