Eterno Retorno

Tuesday, February 13, 2018

Uno de los momentos más emocionantes que depara la vida moderna es cuando el mensajero llama a la puerta de tu casa llevando en brazos un paquete proveniente de un lugar lejano. Para mí es una sensación muy parecida a lo que siente un niño con Santa. El timbre sonó esta mañana cuando yo me estaba bañando (sí, aunque no lo crean, también me baño muy de vez en cuando). Carolina, en medio de una llamada de trabajo, acudió a abrir entre los ladridos de Canica, que irremediablemente enloquece con los visitantes. Afuera estaba el hombre del traje amarillo DHL portando una ración de puro whisky colombiano. Puro bourbon con aguardientico es lo que me trajo. La nueva edición del licor narrativo destilado y envasado en Bogotá ha llegado a su madriguera tijuanense. Mi total gratitud con todo el equipo de Planeta y la Biblioteca Nacional. Vamos bautizando este barco de papel en una pila de Jim Beam.

Si lo tuyo es liberar palabras furtivas, la primera publicación es algo que no se olvida nunca. De pronto, el cuento que garabateaste en una libreta yace en letra impresa y se multiplica por mil en un libro. La Máquina de Escribir, el sello editorial que Federico Campbell echó a andar a principios de los setenta, fue el barco en el que zarparon las carreras de no pocos escritores mexicanos. En la Máquina debutaron Juan Villoro, David Huerta, Carmen Boullosa, Margo Glantz, Coral Bracho, Carlos Chimal, José María Espinoza, Fabio Morábito, Bárbara Jacobs, Álvaro Uribe entre otros. Federico no solamente editaba y financiaba la impresión del primer libro de estos jóvenes, sino que además les pagaba un anticipo de regalías. Un padrino de bautizo en todo el sentido de la palabra. Por ello no se me ocurre una mejor forma de recordar a un padrino tan querido, que esta extraordinaria idea de Vicente Alfonso, quien ha tomado la iniciativa de revivir La Máquina de Escribir con un volumen en donde un grupo de amigos rendimos tributo a Federico. Me emociona y me honra formar parte de esta cofradía. La compilación y edición corre a cargo de dos editores de cepa, dignos herederos de Federico, que son Vicente y Jaime Muñoz Vargas. Dado que el espíritu de la Máquina de Escribir era el libre fluir de las palabras, aquí les comparto la liga para que lo descarguen.https://www.dropbox.com/s/rc83w690m7monrm/Campbell%20maquina%20de%20escribir%20VA1.pdf?dl=0 PD- Y no olviden que este jueves se presenta en el cine Tonalá el documental Federico Campbell, Las claves de la memoria, elaborado por Felipe Parra y promovido por Eduardo Flores Campbell. Ahí estaremos.