1- Entre Iker en Toys R Us y yo en la FIL no hay diferencia alguna. Es más, a estas alturas creo que mi pequeño se modera un poco más con los juguetes. Yo de plano pierdo la batalla con los libros. Aun así, juro que me he contenido. La FIL me arroja una frase lapidaria a la cara: “No puedes tenerlo todo. Puedes desearlo todo, pero saldrás de ahí con mil y un deseos bibliófilos insatisfechos, torturándote por ese ejemplar único y carísimo que no compraste cuando te diste cuenta que aún si hicieras magia, ya no queda resquicio en la mochila”. La FIL puede ser terriblemente cruel.
2- A Alicia en el País de las Maravillas se le apareció un conejo blanco. Pues bien, a mí me ha aparecido un canijo Zorro Rojo y ese animalejo ha sido mi perdición. Para mí los Libros del Zorro Rojo son el gran hallazgo de la FIL. Obras de Kafka, Piglia, Auster, Sábato, Roth, Calvino en ediciones artesanales que uno acaba deseando de la misma forma que un tecato anhela su cura de heroína. Lo verdaderamente alucinante del asunto, son las dedicatorias del artista argentino Luis Scafati, ilustrador de La Ciudad Ausente de Piglia, El Informe sobre Ciegos de Sábato o La Metamorfosis de Kafka traducida por Aira. Acuarela en mano, Scafati te hace un dibujo dedicado en la primera página del libro. Mi hermano Adrián dice que estas ediciones artesanales son el futuro del libro y creo que tiene razón.
3- Un agasajo haberme colado a una conferencia exclusiva por bibliotecarios impartida por el mismísimo Alberto Manguel. Otro agasajo la mesa redonda sobre lectores encabezada por Vila-Matas. Un gusto haber estado aunque sea un ratito en la presentación de Pandora de Lilina Blum y en la de Campeón gabacho de la jovencísima Aura Xilonen. Es padre encontrar en los pasillos a tantos colegas de oficio y compañeros de correrías librescas. Chingón haber topado con mis colegas de la siempre activa coalición sudacaliforniana. Me siento contento de haber podido convivir el fin de semana con mi hermano Adrián e infinitamente agradecido con mis anfitriones, el doctor Martín Vargas y su brazo derecho Antonio Vargas de la U de G. Nunca me habían tratado tan bien.
4- Cuando estoy en la FIL quisiera ser una especie de santísima trinidad o una criatura con don de omnipresencia. Tienes tres presentaciones de libros exactamente a la misma hora, las tres te interesan muchísimo, aprecias a los autores pero sucede que exactamente en ese momento se da la oportunidad de hablar con el editor al que andabas buscando y entonces te las pierdes todas. Esta vagancia libresca me está matando. Seguiremos informando.