Eterno Retorno

Thursday, October 28, 2004

ADIOS

Bueno, pues me marcho ahora sí.

Digamos que sería muy pintoresco hacer de este blog un diario de viaje, atiborrarlo de contemplaciones bucólicas y todas esas ideas que suelen asaltar una cabeza cuando anda uno de trotamundos. Alguna vez he pensado que sería interesante elaborar un blog de mochila. Sin embargo, considero que es mejor cortar amarras y dejarlo por la paz. Pese a la universalidad del Internet, este blog no va dentro de mi mochila y se queda a descansar en Tijuana.
Muchas personas ven como algo muy cómodo la posibilidad de estar conectados siempre y en todo lugar con su mundito cotidiano y llevar en el bolsillo las toneladas que pesa su vida diaria.
Yo soy de la idea de que viajar es desprenderse. Sí, ya se que en este entorno global uno ya no puede viajar como Marco Polo, Colón o Magallanes. Ya no existen aquellas despedidas en las que el viajero sabía que su partida podía ser para siempre y que por lo menos pasaría años sin tener noticias de los suyos.
Hoy en día uno viaja con su nextel y su lap top y se asegura de no cortar jamás las ligas que lo atan a su palacito de cotidianidades.
Yo quiero cortarlas por completo, al menos por unas cuantas semanas. El celular se queda sepultado en Tijuana y el correo electrónico también. Pienso desprenderme por completo. La blogósfera es sin duda una de mis irrealidades favoritas, la ficción más descarada de mi diario existir. Me gusta chapotear en este espacio, pero forma parte de mi vida cotidiana y en este momento no quiero nada cotidiano a mi lado. Además, interrumpir un paseo para meterme a la cárcel de un café internet a postear aquí las incidencias, le rompería la madre al espíritu del viaje. Este viaje fue planeado hace mucho. Me voy de la ciudad, del país y del continente y si de algo quiero liberarme, es de tener una pantalla frente a mí todos los días.
Si un diluvio sepulta Tijuana bajo un océano de lodo y agua puerca, no me enteraré. No pienso consultar periódicos en línea ni preguntar noticias. Tampoco conoceré la decisión del Tribunal Federal Electoral sobre la impugnación del proceso en Tijuana. Es un tema del que he publicado hasta la saciedad, pero ya me enteraré a mi regreso si Hank Rhon gobierna nuestra ciudad o si los panistas han conseguido la anulación.
Vaya, para que vean que tan enorme será mi desapego, les diré que ni siquiera consultaré los resultados de los Tigres y mira que vienen partidos clave. A mi regreso me enteraré si estamos calificados a la liguilla.

Sólo me enteraré del resultado de Kerry vs Bush y eso sólo porque es una noticia universal de la que uno no podrá escapar ni el último lugar del planeta. Por lo demás, prefiero no saber nada.

A lo largo de sus dos años de existencia, este blog ha sido constante y escribo en él casi a diario. Su mayor periodo de alejamiento fue durante las vacaciones de Navidad del 2003 y no excedió de una semana.
La que viene será la mayor interrupción de publicaciones en Eterno Retorno. En fin, a veces son sanas y necesarias ciertas separaciones. Lo más posible es que a mi regreso retome las publicaciones en este blog. O quién sabe. En 1996, cuando me fui de Monterrey para viajar por el mundo, me dolió separarme de mi novia de aquel entonces y sin embargo, al estar fuera, me di cuenta que la separación me sentaba muy bien y ya nunca volví con ella. Tal vez soy un esclavo del blog y de pronto descubro que en realidad necesitaba liberarme de él. No lo creo. En realidad he sido feliz dentro de este universo y pienso que lo retomaré apenas vuelva a pisar Tijuana. El adiós no es definitivo.

Por ahora lo único que me resta es darles las gracias a los improbables lectores que por algún error se hayan parado en esta página alguna vez y a todos los que han retroalimentado con sus comentarios y críticas.

Un abrazo a todos y salud con buen tinto

DSB

Wednesday, October 27, 2004

Megadeth

Me había resignado a no ver a Megadeth. Desde hacía varias semanas habíamos solicitado acreditaciones para cubrir el concierto, pero no obteníamos respuesta. Dado que me encuentro a la víspera de un largo viaje, estoy cuidando cada centavo de mi bolsillo y por lo tanto descarté la idea de pagar los 30 dólares de la entrada, mismos que puedo llegar a extrañar del otro lado del charco, donde la vida no es precisamente barata.
La cuestión es que ayer eran las 18:00 y yo ya había matado toda posibilidad de acudir a la tocada. Estaba concentrado en escribir una serie de reportajes que debo dejar terminados a como de lugar para efectos de que haya material publicable en mi ausencia. Me encontraba cansado y ya con ganas de irme a casa a dormir, cuando recibimos un correo electrónico de parte de los promotores de House of Blues, en donde se nos notificaba que mi colega fotógrafo Armando Santibáñez y yo estábamos formalmente acreditados para cubrir a Megadeth en el 4&B de San Diego. Putísima madre. Uno tiene que estar preparado mentalmente para un concierto, no que se la dejen ir así de bocajarro cuando ya ha caído la noche, es un día de entre semana y hay un chingo de trabajo.
Para acabarla de cagar, yo no traía mi visa, pues la había dejado en casa y mi hogar no se encuentra precisamente a la vuelta de la esquina. Tampoco contábamos con la camioneta del periódico a la mano. Sin embargo, mi metalero corazón me ordenó: Lánzate cabrón. Así que ahí tienes que voy en chinga loca hasta la casa a agarrar la visa (ya no me la juego como antes que simplemente cruzaba diciendo american citizen sin que nunca un migra dudara de mi honestidad anglosajona) El Armando pasó por mí al canturrial como a las 20:45 y ahí vamos quemando llanta hasta el Centro de San Diego. Por fortuna no hubo un carajo de fila para cruzar y llegamos al 4&B justo cuando Megadeth estaba empezando a tocar. El malísimo pedo fue que me perdí al grupo abridor que eran nada menos y nada más que los legendarios thrashers de Exodus. No todo puede ser perfecto. Con una diferencia de menos de 60 horas entre el concierto de Misfits en Tijuana y el de Megadeth en San Diego, pude palpar más que nunca la diferencia abismal de ambientes. Punk y metal, Tijuana y San Diego. Siempre hay una sensación de más frialdad en las tocadas en el gabacho, como que tarda más en caldearse el ambiente, pero una vez que se ha puesto a temperatura correcta, ya no hay quien lo pueda enfriar.
Al final de la tocada tuvimos acceso a cotorrear un rato con los integrantes de Megadeth. Yo a Dave Mustaine lo había entrevistado seis años antes en Monterrey previo a su concierto con Judas Priest en el Teatro Fundidora. Tipos muy agradables y tranquilos estos de Megadeth por cierto. Retornamos a Tijuana pasada la media noche. Hacía un frío de puta madre y estaba empezando a llover La nota fue que, aunque usted no lo crea, no tomé una gota de cerveza en todo el concierto. Pura sobriedad para escuchar los elegantes riffs del Mustaine.

Y por cierto, grandes conciertos vienen a la región: Cuando yo esté ausente, los argentinos de Rata Blanca se pararán por Tijuana, mientras que una horda de deathmetaleros encabezados por Cannibal Corpse, Napalm Death y los polacos de Vader irán al Canes de SD.
Pero en contra parte Therion y Tristania estarán en París el 15 de noviembre y ocho días antes, los suizos ex blackmetaleros y ahora industriales de Samael harán lo propio.

El 24 de noviembre los rockstars de Metallica y Godsmack harán su descarga en Sports Arena (78 dolaritos cobran las divas compadre) Y el 27 de noviembre el HeadBangers Ball Festival con Cradle of Filth y Arch Enemy como cabezas de serie hará pedazos el Soma. Ya en fechas navideñas, el 16 de diciembre, Slayer pondrá un cerrojazo de brutalidad extrema acompañado por Mastodon y Killswich Engage, también en el Soma.
Y para cerrar el año, el 28 de diciembre, el virtuoso Joe Satriani viene a celebrar el aniversario de mi blog con una dosis de buen guitarreo.

Así las cosas, no habrá reposo para los tímpanos en lo que resta del año.

-Por lo pronto, ahí les va la crónica oficial de la tocada de Megadeth-

Por Daniel Salinas Basave

En medio de la Guerra Santa, cuando el hermano mata al hermano, alguien pone en venta la paz, pero ¿Quién la compra? Al final, sólo queda una sinfonía de la destrucción, que fue la interpretada por Megadeth durante la fría noche del martes, en el 4&B, en el corazón de San Diego.
La renovada pandilla, integrada por el incansable Dave Mustaine y tres nuevos músicos, está de regreso en la carretera para llevar a sus hordas de fanáticos descargas decibélicas de ese metal que en su extrema potencia jamás pierde su estructura ni tecnicismo.
A 48 horas de haber visto a Misfits en Tijuana, el ambiente en un concierto sandieguino puede resultar harto distinto y de entrada hay una cierta sensación de frialdad.
Cualquier cantidad de camisas negras, tipos altos, melenas rubias, cerveza en mano, cuya edad promedio raya en la treintena, aguardaban tranquilos el inicio de la descarga, que en este caso tuvo abridor de lujo, una auténtica leyenda resucitada de los violentes años del thrash metal sanfransicano: Exodus.
Luego de la triste muerte de su líder Paul Baloff, víctima del cáncer, los renovados thrashers del área de la Bahía han contraatacado con un nuevo material titulado Tempo of the Damned, que recuerda sus tiempos más rudos del Bonded by Blood
En un martes en la noche con viento helado, se necesita una dosis de muy buen thrash metal para empezar a caldear los ánimos, con clásicos del calibre de Lessons in Violence, Toxic Waltz y Bonded by Blood y en ese sentido, Exodus cumplió con creces su cometido. Ahora tocaba el turno a Megadeth.
Antes de las 21:30, muy temprano para ser banda estelar, Dave Mustaine y sus tres amigos salieron al escenario.
La gran duda era ver el estado físico de Mustaine, quien hace apenas dos años había anunciado la disolución de la banda como consecuencia de una enfermedad en los nervios de su mano.
Tal vez tuvo un gran terapeuta o acaso todo era estrategia publicitaria, pues sus dedos estaban en excelente forma y demostró que sigue siendo el gran guitarrista que siempre ha sido.
Aunque la gira presenta el nuevo álbum titulado de The System Has Failed, fueron cortes clásicos como Killing Road y My Darkest Hour los que empezaron a mover las melenas de la concurrencia.
Para cuando se escuchó el inconfundible riff de Reckoning Day, ya la gente estaba entregada, y la noche le pertenecía a Mustaine y los suyos cuando interpretaron Tout Le Monde y Tornado of Souls, aunque por supuesto, el momento de euforia máxima se alcanzó con la llegada del mega clásico Hangar 18.
Un gran momento se vivió con la interpretación de Trust y Train of Consequences, antes de decir el primer hasta luego, que no adiós, con Symphony of Destruction. En el ambiente se respiraba que aún faltaba lo mejor.
Después de un breve encore, Megadeth reapareció en escena y sin dar tregua descargo Sweating Bullets y como si ello no hubiera sido suficiente, remató con el más antiguo de sus clásicos, la emblemática Peace Sells, But Whos Buying, una célebre canción de cierre.
Pero Megadeth aún estaba en deuda y le debía a sus fanáticos una auténtica Guerra Santa. Deseo concedido: Después de un segundo encore un poco más largo, Mustaine reapareció con magistral solo de guitarra que antecedió la entrada de Holy Wars.
Semejante himno salió al aire a finales de 1990, cuando en el mundo se respiraba el inminente estallido de la Guerra del Golfo Pérsico.
Catorce años después, el tema, que habla sobre la estupidez de las guerras que pretextan el fanatismo religioso y patriótico para justificar grandes negocios, parece más actual que nunca.
Megadeth lo descargó en San Diego con absoluta energía y la noche fue un mar de melenas al viento y brazos alzados que pusieron el sello a una gran velada, en la hora más oscura, cuando todo el recinto era la sucursal de un hangar poblado de naves enloquecidas.

Monday, October 25, 2004

Bueno, debo admitirlo: El Punk ganó la batalla. A veces uno sólo necesita sentirse alegre y para ello, los riffs sencillotes y básicos de toda rola punketa se pintan solos. Cuando vas a una tocada de punk no te puedes andar con críticas mamonas y apreciaciones de sonido o virtuosismo musical. Las virtudes déjenlas para mi compa Yngwie Malmsteen. Digamos que cuando acudo a tocadas heavys soy un poco más exigente en el plano musical. Con el punk sólo deseo divertirme y echar un poco de desmadre. El sábado por la noche fuimos a ver a un trío integrado por fundadores de Misfits, Ramones y Black Flag y digan lo que digan, no creo que la banda que vimos en Tijuana, difiera mucho en estilo y calidad que la fundada en 1977 por Jerry Only y Glenn Danzig. La mera verdad, nos divertimos muchísimo.

El sábado fue un día agitado. Al medio día nos lanzamos a San Diego a hacer una serie de compras necesarias para el viaje (botas nuevas by the way) Previo a la tocada, bebimos unos deliciosos tequilitas en el bar del Sanborns de La Ocho mientras escuchábamos a uno de esos desoladores músicos de penumbra cantinera interpretar rolas de José José que inevitablemente te contagian una vibra nostalgiosa. Después cruzamos la calle y entramos al Jai Alai. Misfits rompió madres. Acá abajo incluyo la crónica que aparece publicada en el periódico de hoy. La galería de fotos que tomó mi colega Armando Santibáñez puede ser consultada en www.frontera.info

Saliendo de ahí nos fuimos corriendo al Hard Rock Café para ver si alcanzábamos a ver a Tierra Santa y oh sorpresa, la tocada se había cancelado (ahí les encargo la pinche formalidad del changarro) Ya me latía. De cualquier manera, mis oídos estaban más que complacidos después de 20 Eyes, Die My Darling y Death Comes Ripping. Nada más para rematar la velada un par de cervezas en el Turístico y a dormir.



Por Daniel Salinas Basave


Un, dos, tres, cuatro: El grito pronunciado por el bajista Jerry Only, se escuchó más de 30 veces la noche del sábado en el Foro del Jai Alai. La guitarra, la batería y el bajo sonaron prácticamente sin interrupción alguna, el slam no tuvo un minuto de calma y Misfits regalaron 60 energéticos minutos del mejor punk rock.
Pero aunque en el papel la banda que se presentaba era Misfits, el
espíritu que contagió la noche fue el de Ramones.
La presencia en la batería de Marky Ramone, el único sobreviviente de la legendaria banda del distrito de Queens en Nueva York, trajo como
consecuencia que más de la cuarta parte del concierto fueran canciones de Ramones.
Para aquellos que piensen que el punk ha muerto, quedó más que demostrado que la batería trepidante y los riffs corrosivos y sencillitos siguen
contagiando a las nuevas generaciones, pues más del 70% de la concurrencia en el concierto eran adolescentes que nacieron por lo menos 10 años después del mítico 1977, año en que Jerry Only y Glenn Danzig fundaron Misfits en New Jersey.
Eran las 20:45, el Foro Jai Alai poco a poco se iba llenando, cuando se apagaron las luces y Torno, la banda abridora, tomó posesión del escenario. Con una batería potentísima, que es sin duda el aporte más fuerte del grupo y algunas muestras de virtuosismo en los solos de guitarra, Torno empezó a caldear el ambiente con canciones como Dama seductora, Table dance, La última oportunidad y Diablo trivial.
El cierre fue una interesante y bien ejecutada versión del clásico de Led
Zeppelin Communication Breakdown, tema que sacó a los asistentes de la apatía y los puso a moverse por primera vez en la noche.
Las luces volvieron a encenderse mientras decenas de jóvenes seguían
ingresando al Foro cuya área delantera estaba para entonces prácticamente abarrotada.
Faltaban tres minutos para las 22:00 horas, cuando las luces volvieron a apagarse y el trío más célebre de horror punk subió al escenario y sin mayores preámbulos, abrieron la descarga con su clásico Hybrid Moments. A partir de ese momento, el Foro no volvió a conocer la calma y todo el
entorno se transformó en un mar de euforia y locura.
Sin demasiados diálogos ni interrupciones, Misfits no concedió tregua ni descanso a sus cientos de seguidores y siguieron recetando una buena dosis punketa.
Clásicos como Attitude, Turn to a Martian y el coreadísimo Astro Zombies, fueron subiendo la temperatura del recinto.
Pero luego de viente minutos del mejor material de Misfits, Jerry Only presentó a su baterista Marky Ramone y dio comienzo el primer ser de Ramones.
Auténticos himnos punkies como I just wanna have something to do, Havana affair, The KKK took my baby away, Beat on the bratt y Shenna is a punk rocker, contagiaron el espíritu de Ramones a la concurrencia. Así continuó la tocada alternando canciones de Misfits con las de Ramones
sin que el slam cesara en ningún momento.
Himnos de Misfits como Skulls o el siempre celebrado Die my darling sonaron eufóricos.
Dos minutos después de las 22:00, llegó el momento de la despedida, cuando Jerry Only pronunció el grito de guerra que se ha transformado en un himno generacional: Hey, Ho, Lets Go.
Blitzkrieg Bop, el gran clásico de Ramones, despidió la velada,aunque
todavía hubo tiempo para rematar con la metalera Death Comes Ripping que puso el cerrojazo a la velada.

Tragedia en las Torres de Tijuana

La máxima de Don Juan Matus revelada a Carlitos en Viaje a Ixtlán, recomienda tener a La Muerte como consejera. Tener a La Muerte como consejera significa estar consciente de que en todos y cada uno de los momentos de nuestra existencia, Ella camina a nuestro lado y en cualquier momento, cuando Ella lo decida, puede tocar nuestro hombro y llamarnos a su lado.
A mis 18-20 años fui un asiduo lector de los libros de Castaneda. Ya no lo soy y creo que luego de los cuatro primeros libros publicados en el FCE, mucha dosis de charlatanería y afanes lucrativos se colaron en la obra castanediana.
Sin embargo, lo relativo a lo revelado por Don Juan en Viaje a Ixtlán (por mucho el mejor libro de Castaneda) en torno a La Muerte, es algo que he guardado como máxima. Todos los días tengo plena conciencia de la omnipresencia de La Muerte y sí, en efecto, la he tomado como consejera.
Cuando a unos pasos de ti ocurren tragedias absolutamente improbables, totalmente absurdas, inimaginables, es cuando tomo una mayor conciencia de que La Muerte no suele avisar.

Los lectores de tijuanenses sin duda ya han escuchado la horrible historia ocurrida el viernes 22 de octubre en las Torres de Tijuana, pero los externos acaso no sepan que dos niños encontraron un espantoso final en uno de los elevadores de los edificios más altos de nuestra ciudad.

La mañana del viernes, yo me encontraba en la primera torre, cubriendo el foro binacinal de energía. El accidente ocurrió en la segunda torre. Mientras yo hablaba con la gente de Chevron Texaco en una de las mesitas del lobby y me fumaba un relajador purito, empecé a ver un movimiento inusual de gente; ambulancias, bomberos, gritería. Lo primero que pensé es que se traba de un incendio y ya me imaginaba a todos los jerarcas de las empresas gaseras evacuados del Grand Hotel. Cuál sería mi sorpresa al saber lo que sucedió: Un niño, una niña y una señora cayeron al vacío, pues en donde se suponía que debía estar un elevador, sólo había un abismo. El elevador llegó algunos segundos tarde y degolló al niño que estaba sujetándose del borde. La niña cayó tres pisos y murió. La madre quedó malherida. Es increíble la cantidad tan enorme de versiones que puedes escuchar cuando acaba de suceder una tragedia. En medio del caos y la histeria la gente te dice cualquier cosa: Hay muchas personas atrapadas en el elevador, una familia completa murió aplastada, entró por el sótano, entró por el lobby. Todo en unos cuantos segundos. Mi celular no tenía crédito, fui corriendo a comprar una tarjeta y en eso vi llegar a mi colega Said Betanzos que como buen policiaco venía a toda velocidad a cubrir la nota. A menudo experimento ese placer tan propio de todo comunicador de estar en la punta del grito en el lugar de los hechos y en el momento preciso. En esta ocasión no fue así. Agradecí a todos los dioses de mi pagano universo que mi colega Betanzos haya llegado. Simplemente no me hubiera gustado nada hacerme cargo de esa nota, hablar con los familiares, conseguir las fotos en vida de los pequeños. Me fui de ahí, a seguir cubriendo el foro binacional. A la hora del la comida clausura, los zares de la energía comían con cierto desgano y acaso repulsa su delicioso platillo de salmón ahumado. En los pasillos de las Torres de Tijuana ya nadie hablaba de crisis energética y de Islas Coronado, sino del un par de niños muertos en un elevador. Soy demasiado frío ante las tragedias, pero cuando los niños sufren no puedo evitar poseerme por la melancolía.


Bueno, debo admitirlo: El Punk ganó la batalla. A veces uno sólo necesita sentirse alegre y para ello, los riffs sencillotes y básicos de toda rola punketa se pintan solos. Cuando vas a una tocada de punk no te puedes andar con críticas mamonas y apreciaciones de sonido o virtuosismo musical. Las virtudes déjenlas para mi compa Yngwie Malmsteen. Digamos que cuando acudo a tocadas heavys soy un poco más exigente en el plano musical. Con el punk sólo deseo divertirme y echar un poco de desmadre. El sábado por la noche fuimos a ver a un trío integrado por fundadores de Misfits, Ramones y Black Flag y digan lo que digan, no creo que la banda que vimos en Tijuana, difiera mucho en estilo y calidad que la fundada en 1977 por Jerry Only y Glenn Danzig. La mera verdad, nos divertimos muchísimo.

El sábado fue un día agitado. Al medio día nos lanzamos a San Diego a hacer una serie de compras necesarias para el viaje (botas nuevas by the way) Previo a la tocada, bebimos unos deliciosos tequilitas en el bar del Sanborns de La Ocho mientras escuchábamos a uno de esos desoladores músicos de penumbra cantinera interpretar rolas de José José que inevitablemente te contagian una vibra nostalgiosa. Después cruzamos la calle y entramos al Jai Alai. Misfits rompió madres. Acá abajo incluyo la crónica que aparece publicada en el periódico de hoy. La galería de fotos que tomó mi colega Armando Santibáñez puede ser consultada en www.frontera.info

Saliendo de ahí nos fuimos corriendo al Hard Rock Café para ver si alcanzábamos a ver a Tierra Santa y oh sorpresa, la tocada se había cancelado (ahí les encargo la pinche formalidad del changarro) Ya me latía. De cualquier manera, mis oídos estaban más que complacidos después de 20 Eyes, Die My Darling y Death Comes Ripping. Nada más para rematar la velada un par de cervezas en el Turístico y a dormir.



Por Daniel Salinas Basave


Un, dos, tres, cuatro: El grito pronunciado por el bajista Jerry Only, se escuchó más de 30 veces la noche del sábado en el Foro del Jai Alai. La guitarra, la batería y el bajo sonaron prácticamente sin interrupción alguna, el slam no tuvo un minuto de calma y Misfits regalaron 60 energéticos minutos del mejor punk rock.
Pero aunque en el papel la banda que se presentaba era Misfits, el
espíritu que contagió la noche fue el de Ramones.
La presencia en la batería de Marky Ramone, el único sobreviviente de la legendaria banda del distrito de Queens en Nueva York, trajo como
consecuencia que más de la cuarta parte del concierto fueran canciones de Ramones.
Para aquellos que piensen que el punk ha muerto, quedó más que demostrado que la batería trepidante y los riffs corrosivos y sencillitos siguen
contagiando a las nuevas generaciones, pues más del 70% de la concurrencia en el concierto eran adolescentes que nacieron por lo menos 10 años después del mítico 1977, año en que Jerry Only y Glenn Danzig fundaron Misfits en New Jersey.
Eran las 20:45, el Foro Jai Alai poco a poco se iba llenando, cuando se apagaron las luces y Torno, la banda abridora, tomó posesión del escenario. Con una batería potentísima, que es sin duda el aporte más fuerte del grupo y algunas muestras de virtuosismo en los solos de guitarra, Torno empezó a caldear el ambiente con canciones como Dama seductora, Table dance, La última oportunidad y Diablo trivial.
El cierre fue una interesante y bien ejecutada versión del clásico de Led
Zeppelin Communication Breakdown, tema que sacó a los asistentes de la apatía y los puso a moverse por primera vez en la noche.
Las luces volvieron a encenderse mientras decenas de jóvenes seguían
ingresando al Foro cuya área delantera estaba para entonces prácticamente abarrotada.
Faltaban tres minutos para las 22:00 horas, cuando las luces volvieron a apagarse y el trío más célebre de horror punk subió al escenario y sin mayores preámbulos, abrieron la descarga con su clásico Hybrid Moments. A partir de ese momento, el Foro no volvió a conocer la calma y todo el
entorno se transformó en un mar de euforia y locura.
Sin demasiados diálogos ni interrupciones, Misfits no concedió tregua ni descanso a sus cientos de seguidores y siguieron recetando una buena dosis punketa.
Clásicos como Attitude, Turn to a Martian y el coreadísimo Astro Zombies, fueron subiendo la temperatura del recinto.
Pero luego de viente minutos del mejor material de Misfits, Jerry Only presentó a su baterista Marky Ramone y dio comienzo el primer ser de Ramones.
Auténticos himnos punkies como I just wanna have something to do, Havana affair, The KKK took my baby away, Beat on the bratt y Shenna is a punk rocker, contagiaron el espíritu de Ramones a la concurrencia. Así continuó la tocada alternando canciones de Misfits con las de Ramones
sin que el slam cesara en ningún momento.
Himnos de Misfits como Skulls o el siempre celebrado Die my darling sonaron eufóricos.
Dos minutos después de las 22:00, llegó el momento de la despedida, cuando Jerry Only pronunció el grito de guerra que se ha transformado en un himno generacional: Hey, Ho, Lets Go.
Blitzkrieg Bop, el gran clásico de Ramones, despidió la velada,aunque
todavía hubo tiempo para rematar con la metalera Death Comes Ripping que puso el cerrojazo a la velada.



Tragedia en las Torres de Tijuana

La máxima de Don Juan Matus revelada a Carlitos en Viaje a Ixtlán, recomienda tener a La Muerte como consejera. Tener a La Muerte como consejera significa estar consciente de que en todos y cada uno de los momentos de nuestra existencia, Ella camina a nuestro lado y en cualquier momento, cuando Ella lo decida, puede tocar nuestro hombro y llamarnos a su lado.
A mis 18-20 años fui un asiduo lector de los libros de Castaneda. Ya no lo soy y creo que luego de los cuatro primeros libros publicados en el FCE, mucha dosis de charlatanería y afanes lucrativos se colaron en la obra castanediana.
Sin embargo, lo relativo a lo revelado por Don Juan en Viaje a Ixtlán (por mucho el mejor libro de Castaneda) en torno a La Muerte, es algo que he guardado como máxima. Todos los días tengo plena conciencia de la omnipresencia de La Muerte y sí, en efecto, la he tomado como consejera.
Cuando a unos pasos de ti ocurren tragedias absolutamente improbables, totalmente absurdas, inimaginables, es cuando tomo una mayor conciencia de que La Muerte no suele avisar.

Los lectores de tijuanenses sin duda ya han escuchado la horrible historia ocurrida el viernes 22 de octubre en las Torres de Tijuana, pero los externos acaso no sepan que dos niños encontraron un espantoso final en uno de los elevadores de los edificios más altos de nuestra ciudad.

La mañana del viernes, yo me encontraba en la primera torre, cubriendo el foro binacinal de energía. El accidente ocurrió en la segunda torre. Mientras yo hablaba con la gente de Chevron Texaco en una de las mesitas del lobby y me fumaba un relajador purito, empecé a ver un movimiento inusual de gente; ambulancias, bomberos, gritería. Lo primero que pensé es que se traba de un incendio y ya me imaginaba a todos los jerarcas de las empresas gaseras evacuados del Grand Hotel. Cuál sería mi sorpresa al saber lo que sucedió: Un niño, una niña y una señora cayeron al vacío, pues en donde se suponía que debía estar un elevador, sólo había un abismo. El elevador llegó algunos segundos tarde y degolló al niño que estaba sujetándose del borde. La niña cayó tres pisos y murió. La madre quedó malherida. Es increíble la cantidad tan enorme de versiones que puedes escuchar cuando acaba de suceder una tragedia. En medio del caos y la histeria la gente te dice cualquier cosa: Hay muchas personas atrapadas en el elevador, una familia completa murió aplastada, entró por el sótano, entró por el lobby. Todo en unos cuantos segundos. Mi celular no tenía crédito, fui corriendo a comprar una tarjeta y en eso vi llegar a mi colega Said Betanzos que como buen policiaco venía a toda velocidad a cubrir la nota. A menudo experimento ese placer tan propio de todo comunicador de estar en la punta del grito en el lugar de los hechos y en el momento preciso. En esta ocasión no fue así. Agradecí a todos los dioses de mi pagano universo que mi colega Betanzos haya llegado. Simplemente no me hubiera gustado nada hacerme cargo de esa nota, hablar con los familiares, conseguir las fotos en vida de los pequeños. Me fui de ahí, a seguir cubriendo el foro binacional. A la hora del la comida clausura, los zares de la energía comían con cierto desgano y acaso repulsa su delicioso platillo de salmón ahumado. En los pasillos de las Torres de Tijuana ya nadie hablaba de crisis energética y de Islas Coronado, sino del un par de niños muertos en un elevador. Soy demasiado frío ante las tragedias, pero cuando los niños sufren no puedo evitar poseerme por la melancolía.