Si
algo me queda claro después de la elección estadounidense es que los conceptos
de izquierda y derecha tal como los conocíamos ya son el non plus ultra de lo
anacrónico, con mención honorífica a México, donde el diccionario de la ciencia
política está patas arriba. Hoy el mundo
parece dividirse claramente entre liberales y nacional-populistas. El combate
Trump vs Biden ha ayudado a poner las cosas en su lugar y a desenmascarar a
quienes aún insisten en promoverse como una opción de izquierda sin serlo. A
ver: ¿quiénes son los latinoamericanos envueltos en la bandera trumpista? Los
cubanos ultra-reaccionarios de Miami, los venezolanos pro golpe de estado, los
bolsonaristas brasileños, los pro vida
catolicoides o merolicos evangélicos que enaltecen a todo aquel que condene el aborto y defienda
a la “familia tradicional”. Ante estos
grupos, Biden representa un descarado acercamiento al socialismo y Trump su
barrera de contención. Las felicitaciones emitidas por los gobiernos de Cuba y
Venezuela refuerzan su paranoica teoría. En Estados Unidos parecen tenerlo un
poco más claro: los enemigos de Trump son los liberales. Punto. El “make liberals cry again” como eslogan de campaña
no deja mentir. El trumpismo no niega la cruz de su parroquia. Muchos de sus
seguidores se declaran abiertamente conservadores o derechistas. Grupúsculos
rayanos en el descarado nazismo como “aryan nation”, “make america white again”,
los “proud boys” y todos los seguidores de Breidbart News que se envuelven en
la bandera de la derecha alternativa, tienen muy claro lo que representan o lo
que defienden. México debe ser el único país del mundo donde un grupo en el
poder que se dice de izquierda se decanta abiertamente por el trumpismo. Los
defensores de la 4t siguen queriendo creerse la idea de que encarnan un
movimiento izquierdista progresista, pero su alineación y alienación con el
peor y más burdo payaso de la ultraderecha mundial los acaba por desnudar y
reflejar tal cual son. En los últimos días he leído twits y posts que ya son de
nivel psiquiátrico en donde nuestra “izquierda” presenta a Trump como un “enemigo
del Banco Mundial y de la Reserva Federal, un luchador anti- sistema y anti -élites
que es víctima de un fraude orquestado por las siniestras mentes del
neoliberalismo mundial encarnadas en la mafia
de los medios de comunicación que censuran al presidente y validan la farsa
electoral”. Por supuesto, tampoco faltan
los que hablan de la machacadísima conspiración sionista que nunca pasa de moda. Esa es nuestra “izquierda”, alineada (bajo el
falso amparo de la Doctrina Estrada) con el déspota que más burdamente nos ha
insultado a los mexicanos. México es el
único país en donde a los que celebramos la victoria de Biden nos llaman
conservadores y ultraderechistas, aliados de la mafia salinista-calderonista (y
agregue usted todos los “demonios” de su preferencia). Ya en serio: El chiste
se cuenta solo. ¿Quiénes son los conservadores aquí? Porque al menos, por lo
que a mí respecta, siempre he tenido claro que estoy del lado liberal.