Eterno Retorno

Thursday, April 08, 2010

Iker cumple cuatro meses este día. Su mundo poco a poco se llena de rostros que reconoce, de voces que identifica, de cosas que puede agarrar en sus manitas y que supongo son muy sabrosas, pues siempre se las lleva a la boca. Iker saborea el mundo y descubre que aparte de la leche materna, hay un poco de platanito. También demuestra que sabe ser un niño serio en el portabebé si su madre va conduciendo sola con él por la carretera. Sus oídos identifican El día especial y el Hoky Poky, pero en su caso no es todo lo que hay que hacer, pues cada vez exige entretenimientos más variados. Cuatro meses y contando. Este Conejito tiene prisa por crecer.


El día se acerca y la guerra de nervios es insoportable. Lo peor es no poder sufragar y tener que ser mero espectador de este drama en donde sólo me queda aportar toda mi fe en que la Tijuana en Positivo es posible.

Algo respiré ayer por la tarde. Sentí el momento preciso en que entraba a mi nariz. No era un olor, ni un gas, pero era un algo fantasmal y maldito que sentí entrar a mi organismo. Nada del otro mundo, pero la salud me ha traicionado este jueves.

Ser adulto significa, ante todo, ser un hipócrita. Perfeccionar al nivel de obra maestra el complicado arte de quedar bien con todo mundo. Aceptar alguna dosis de mierda sin enojarse demasiado y aprender a negociar. Si algo me queda claro, es que el que se enoja pierde.

A estas alturas de la vida ¿Alguien duda que Messi es el mejor jugador de este planeta? Llevo casi un cuarto de siglo viendo futbol todos los días y les juro que desde Maradona no veía a una deidad bajar al campo de juego.

Monday, April 05, 2010


Cuando el Armagedón tenga a bien venir a saludarnos, yo no me habré dado por enterado. El Fin del Mundo tomará asiento entre nosotros, los caballos de los cuatro jinetes apocalípticos llegarán a comer pasto a nuestro jardín y yo me enteraré al leer la noticia un par de horas después en el portal de algún medio sudamericano donde estaría rastreando el último resultado de Chacarita Juniors o un texto inédito de Ernesto Sábato. Sólo entonces me enteraré de que el mundo en el que vivo se ha acabado.

La tierra bajacaliforniana tembló el Domingo de Pascua. Durante mi infancia este día era sinónimo de salir a buscar huevos pintados repletos de confeti, ocultos en la inmensidad del jardín de Río San Juan. Dicen que una Coneja los escondía. El pincel de mi madre hacía de cada huevo una obra de arte y al romperlos en la cabeza del prójimo uno sentía que estaba atentando contra un patrimonio cultural. Hace mucho, muchísimo que no rompo un huevo de Pascua, pero este domingo la que se rompió fue la yerma tierra mexicalense.

No sentimos el temblor. Nos pasó simplemente desapercibido. A la hora en que ocurrió íbamos por la carretera retornando del supermercado en Rosarito. Era una tarde hermosa y el Pacífico se engalanaba con un horizonte de nube discreta y azul profundo. En la carretera el único temblor que sentimos fue la furia de Iker, a quien ofende en lo más profundo de sus sentimientos ser colocado en el portabebé. Iker sostiene que su voluntad está por encima del reglamento de tránsito. Él adora la idea de salir a pasear en carro, pero siempre y cuando viaje en los brazos de su madre, pues eso de ser colocado en un portabebé le parece degradante e inaceptable. Así las cosas, mientras Iker nos exponía furioso los motivos por los que no considera correcto ni propio ser colocado dentro de ese inmundo artefacto que lo aprisiona y exigía ser llevado en brazos, la tierra bajacaliforniana tembló.


Cuando entramos a la colonia había un montón de gente en la calle, pero no nos quedó claro lo que estaba sucediendo. Un Domingo de Pascua, una tarde hermosa, la gente está alegre y ha salido al parque, supusimos. Minutos después nos llamó la madre de Carolina para preguntarnos dónde nos había agarrado el temblor. Caray, pues no sentimos nada y sin embargo su escala fue tan ruda como la de Haití. Pobre Mexicali. Esa ciudad está tocada por el dedo del Diablo, pero me queda claro que si algún día el epicentro es en Tijuana las consecuencias serán mucho peores para nosotros. Mexicali es plano como una mesa de billar hecha de arena y aburrimiento. Tijuana es el caos cósmico jugando a ser ciudad. Hay tantas dosis de Fin del Mundo en el entorno y tal sensación de irrealidad en estos días, que acaso voy cabalgando en ancas de un caballo de jinete apocalíptico y yo aún juro que estoy patinando sobre algo que se parece a un arcoíris sobre el Pacífico.

Sunday, April 04, 2010


Los Mitos del Bicentenario versión audiovisual lleva seis diferentes videos que se han estado trasmitiendo de manera aleatoria y constante en Síntesis TV. La próxima semana debo grabar por lo menos tres más. Bienvenidas sugerencias. Por lo pronto, les dejo aquí el video número seis sobre Agustín de Iturbide http://www.youtube.com/watch?v=f0j2d9Hx4JA y el número cinco, dedicado a Zapata. http://www.youtube.com/watch?v=nn1eaccsdLg


Hace un año estaba en China y en un trayecto carretero entre Kunshan y Nanjing me enteré de la inminencia de la llegada de Iker. En aquel entonces era sólo una promesa, una intuición, un sueño. Hoy, sus casi ocho kilitos, su voz que intenta comunicarte algo a cada momento y su cuerpo que ya no cabe en la bañera aportan su dosis de realidad a un sueño del que no he despertado del todo. Sí, a veces no me la creo todavía. Supongo que todos los padres se enamoran de sus hijos, pero creo que aún en el amor hay dosis de objetividad. Pues bien; apelando a esa visión objetiva, no creo ser un papá cuervo si afirmo que Iker es simplemente hermoso, por encima de nuestro mejor sueño. Sin duda lo mejor que hemos hecho en nuestras vidas.


Marzo transcurrió largo e intenso, profundamente irreal. El mes del espejismo, de la alucinación workaholica, de la ficción Homo Videns. Marzo, el mes de la pantalla y los mil y un futuros posibles. ¿Sobredosis de TV? Si no escribí demasiado aquí no fue, se los juro, por dormir la mona o algo parecido. La Semana Santa irrumpió como un oasis de falsa quietud. El jueves, por primera vez en mucho tiempo, no crucé la puerta de casa, no tuve algo extra urgente que concretar y me sentí infinitamente extraño. Sí, lo admito, temo al aterrizaje forzoso que abril puede traer consigo, el conjurado down to earth, el despertar de un alucinaje nacido imposible.


Los libros sirven, entre otras cosas, para amueblar paisajes. En los libros busco calles, ciudades, atmósferas. Al leer busco viajar. No me gustan los libros sin geografía. La lectura de los días santos fue Oscura Monótona Sangre de Sergio Olguín. Lo leí en un par de días o en día y medio. De Olguín ya había leído Lanús, que compré hace año y medio en Parque Rivadavia, pero este sin duda lo supera. Un recorrido por Buenos Aires marginal, por una cartografía que por momentos me parece estar palpando. Avenida Alcorta, Pueyrredón, Puerto Madero, los cartoneros en la noche, los porteros en los edificios de Recoleta. La psicología del personaje es lo mejor. Me recuerda en algo al Camargo del Vuelo de la Reina de Tomás Eloy Martínez si bien la referencia obvia tendría que ser Lolita de Nabokov versión marginal y oscura, aunque la obsesión es casi idéntica. Las débiles fronteras que nos separan de la pobreza, la frágil línea que nos aleja de la demencia absoluta, el corral de papel donde yace nuestra bestia interior.



Hace once años, cuando decidí venir a vivir a Tijuana, la familia y los amigos en Monterrey me advertían con horror sobre los peligros de venir a habitar un lugar tan inseguro. Hoy día, puedo afirmar que me siento mucho más seguro en Tijuana. Monterrey es el Infierno mismo materializado en ciudad con disfraz de pujante. Pésimo clima, gente cagante y ahora aparte insegura. Cuando pienso que hubo un baño de sangre en la esquina de Petrarca y Anillo, un sitio por el que caminé despreocupado a lo largo de siete años. Sí, a veces, pero sólo a veces extraño un poco esa dosis de primermundismo, esa cultura de trabajo, la visión de los atardeceres en las montañas y claro, esos sabaditos futboleros, pero caray, sostengo que Tijuana es simplemente un mejor lugar para vivir que Monterrey.