Eterno Retorno

Friday, February 13, 2004

Hay días en que blogger anda en sus días. Cuando lo veas así, mejor ni le hables y espérate a que le acabe de bajar para que puedas pensar en postear. Hoy en uno de esos días.

Vientos de Santa Ana, alcahuetas noches, mañanas de claridad insoportable, las aguas del Pacífico como una laguna entre Playas de Tijuana y Bahía de Coronado. Sí, ya nadie puede ocultarlo, ahí viene dando saltos la primavera.

¿Había puesto ya esta melosa historia de amor llamada La alcahueta noche? Pos ahí va fragmento-



Los biógrafos del Zarra (o más bien dicho el único biógrafo que se conoce hasta ahora que es por cierto quien esto escribe) coinciden en que la etapa de teporochil vampirismo llegó a su fin la mañana en que Doña Catalina Dueñas llamó al cuchitril malamuertero en busca de una ayuda que jamás pudo obtener; ni ese día ni en los siguientes dos años y medio que el Zarra pasó a su lado dependiendo casi enteramente de su sueldo como administradora de un hotel para gabachos con delirios aristocráticos, en el corazón de Cabo San Lucas. Pero vamonos despacio. No nos adelantemos a las circunstancias. En aquella ocasión (y muchas después) Doña Catalina Dueñas pasó por alto el que Zarrapito fuese un consumado inútil para todo aquello que requirise un poco de practicidad. Por supuesto que componer un Jeep no estaba anotado en su estrecha lista de habilidades, pero por algún vestigio de olvidada caballerosidad, el Zarra acertó a ofrecerse como acompañante de Doña Catalina en su travesía en busca de una refacción que echara a andar su Jeep militar que según la leyenda narrada por el lotero que le vendió la chatarra en cuestión, había sido utilizado en Túnez por el Afrika Corps en el lejano 1941.
Por supuesto que al Zarrapaz le costó un trabajal enorme levantarse y acompañar a Doña Catalina en busca de un mecánico, no sin antes haber fingido que miraba con profesional atención en el interior del motor de la reliquía automotriz, únicamente para poner en evidencia que no sólo no sabía por qué conducto se le echaba agua a un carro sino que ignoraba incluso el que los carros llevaran algún líquido dentro. Pero las actitudes humanas obedecen a incomprensibles designios y Zarrapaztrozo Trimigesto accedió a sacrificar su jeta vampiril para acompañar a Catalina hasta Matehuala a traer un mecánico que le arreglara la transmisión a su jeep. Como carajos le hizo el Zarrapaztrozo para lograr ser invitado esa misma noche por Catalina a pasar la noche en un hotel bastante nice en Real de Catorce y posteriormente cogersela deliciosamente sobre el barandal del balcón que miraba al Cerro del Quemado, es algo que los o el biógrafo no se explica de manera racional.
Pero claro, hay que ponerse en el lugar de Doña Catalina Dueñas. El día en que tuvo la mala fortuna de llamar a lo que parecía fungir como puerta del malamuereto cuchitiril del velador de un huerto de hortalizas, Catalina cumplía 33 bien vividos años y 27 días de haber firmado el acta de divorcio con que daba el definitivo y legal patadón en el culo a su ex marido. De alguna manera, sus casi tres meses de ir y venir al juzgado familiar sin tener por ahí el menor escarceo sexual por temor a quedar como la piruja de la película, habían desatado un fervor uterino que el olor de rústico sudor que emanaba de las axilas de Zarra acabó por encender. Por lo que se refiere al Zarra, la única explicación de que esa noche no pusiera en evidencia la innata torpeza que se cargaba cuando de jugar al amante se trataba, son los nueve meses que llevaba sin tocar otra piel que no fuera la de su pito, siempre y cuando estuviera frente a él la imágen de las vaqueritas hustlerianas. Los lenguados besos pretenciosones, la voluntad de ser acróbata pese a los kilitos de más y la vocación cochinona que siempre mostró Catalina pusieron en punto comal los sentidos del Zarra. Claro, el acabose fue cuando el Señor Trimigesto tuvo la ocurrencia de patinar la yema de su dedo alrededor del culo de Catalina y pudo descubrir estaba embarrado de cagada de varios días. El hecho acabó de ponerlo cachondo y arremetió dentro de Catalina con una virilidad que Alejandra jamás experimentó en carne propia. Vale la pena aclarar que la cogida en cuestión fue en la cocina de una casa de huespedes sobre una mesa de madera astillada donde había un queso de tuna que acabó bajo las nalgas chocolateadas de Catalina. Y como toda mujer que intenta convencerse a sí misma de que está enamorada, Catalina se inventó una imágen del Zarra como un Tarzán del Wirikuta cuyo exotismo con olor a sudor petrificado echaba por tierra el patetismo de su ex marido, el contador público Jorge Arévalo.
Como habrá estado de antológica la cogida o al menos los efectos psicológicos que generó en Catalina, para que dos días después arriaira para su nuevo trabajo en Los Cabos con todo y el Zarra.
El Paz Trozzo debió presentar su renuncia con carácter formal e irrevocable ante el incrédulo Don Valdomero que solo acertó a pedirle a cambio la lámpara color naranja y el par de pilas que aún estaban a la mitad de su consumo total. De liquidaciones y aberraciones similares Don Valdomero no deseó ni siqiuera escuchar hablar y para ser sinceros, el Zarra no fue demasaido insistente. Algo le decía que Catalina tenía, al menos por ahora, lo bastante más que suficiente para hacerse cargo de su manutención.
El señor Trimigesto empacó sus chivas, incluído el pergamino de Hustler , y se trepó en un camión rumbo a la Gran Tenochtitlán, para posteriormente abordar un Mexicana de Aviación rumbo a La Paz y tres horas y media después otro camioncito hasta las inmediaciones de Cabo San Lucas, en donde al siempre austero Zarrapazz le fue imposible reprimir un sincero “no te pases de verga” al ver el lujo con que la aristocracia gabacha mal gastaba su anglosajona existencia en el hotel que en el que Doña Catalina acababa de ser contratada como gerente de ventas al mayoreo, llamado, ahí nomás pa’l gasto, Ventanas Paraíso.
Por lo que a Catalina Dueñas respecta, lo prudente sería aclarar que pasaba en ese entonces por una crísis odiosamente típica que la hacía sentirse por momentos demasiado vieja sin derecho a una gota de hedonismo y al mismo tiempo tan jovencita, que creía estar en posibilidades de deglutirse el mundo masticando con la boca abierta. El problema es que pese a su férrea voluntad de alucinar al Zarrapaz como una encarnación del salvaje desierto, bastaron unos meses para que aceptara ante si misma que haber traído a semejante inutil a colgarse de su existencia había sido, cuando menos, un tropiezo propio del desorden mental sufrido a raíz del divorcio, por no llamarle una cagazón de antología. Pero claro, para que ese momento de lucidez le llegara hubo de soportar unos cuantos meses de actitud parasitaria contaminada con uno que otro episodio de impotencia que acabó por derramar las últimas gotas en vasito de el cariño que aún le sobraba a Catalina.

Para estar a tono con lo amoroso del día, nada mejor que el Metal Dreams, la compilación de la Nuclear Blast Records que incluye todos los deslices románticos que hasta los más oscuros menateros suelen tener. En este momento en mi oídos, Dancing with an Angel, cantada a dúo por Udo (ex cantante de Accept) y Doro Pesch. Ambos alemanes. Los fineses Stratovarius se la rifan con A drop in the ocean, Hammerfall con Dreams come true y Helloween con Immortal y los corazoncitos laten.

Thursday, February 12, 2004

Victoria Secret

No puedo evitarlo. Invariablemente me cohíbo cuando entro solo y mi alma al Victoria Secret de Horton Plaza. Cuando voy acompañado de Carolina no hay problema, pues de una u otra forma su compañía justifica mi presencia. ¿Pero qué hace un hombre solo en una tienda de ropa interior para dama? Porque toda la clientela, obvia decirlo, es del sexo femenino. Luego entonces, debo verme un poco extraño seleccionando ropa de ese tipo. Pero resulta que debo ir solo, pues de otra forma el regalo para mi esposa no sería una sorpresa.
Y sí, anden, pueden decirlo: Ahí va este pinche consumista víctima de las campañas comerciales del Día de San Valentín. Y sí, resulta que para nosotros el 14 de febrero es una fecha en verdad especial que todos los años celebramos. Pero no porque los comerciantes nos hayan señalado que es el día del amor. Eso nos vale un carajo en realidad. Pero resulta que un 14 de febrero de 1999 empezamos a vivir juntos. No elegimos el día. Simplemente ese día nos entregaron nuestro depa ubicado en las céntricas calles de Zaragoza y Espinoza en Monterrey. Sin la más mínima ceremonia de despedida, saqué las cosas de la casa de mis padres y a partir de esa noche nunca más hemos vuelto a separarnos. Luego entonces, tenemos motivos de sobra para festejar. Para nosotros el 14 de febrero es el auténtico Día del Amor y como tal lo celebramos. Y ya se ha hecho tradición que previo a ese día, suelo comprar un re-galo de esa tienda, pagando el costo de verme rarísimo, despertando las sospechas de más de una doña mal pensada que sin duda dirá: ¿Y a poco este degenerado querrá la ropa interior para él?



Leo en el blog del Tiburón 3 su despedida de Monterrey, a la que abandona para retornar a su natal Veracruz. No puedo evitar una ráfaga de nostalgia. la historia de mi vida ha sido la de mis auto exilios de Monterrey. Dejar la ciudad, dejar atrás, decir adiós sin volver la mirada. Recuerdo la noche del 16 de diciembre de 1988 cuando un camión salió de la central de autobuses de Avenida Colón rumbo al Distrito Federal. Mi primer gran exilio de cuatro años para vivir mi adolescencia en la Gran Tenochtitlán. Y mi vida cambió. Recuerdo el 29 de junio de 1996. Trás una noche de excesos en Café Iguanas, Coco Loco y Esquizo, me fueron a dejar al aeropuerto y todavía ebrio subí al avión que que me llevaría a Houston y después a Boston. Un breve exilio de medio año que fue capaz de transformar para siempre mi existencia. Y como olvidar ese 18 de abril de 1999, cuando cargado de maletas, pendientes y olvidos que sepultaron la nostalgia me largué para siempre de ahí para venir a radicar a esta querida Tijuana. Y no, no digo de esta agua no beberé, pero todo hace indicar que el tercer exilio fue para siempre.

Pasos de Gutenberg

Con M de Marilyn

Rafael Ramírez Heredia

Punto de lectura

Por Daniel Salinas Basave

Todavía no llega el día en que una narración, sea cuento o novela, del tampiqueño Rafael Ramírez Heredia me haga sentir defraudado.
Este hábil narrador, ganador del Premio Juan Rulfo con su cuento “El Rayo Macoy”, siempre se las arregla para atraparme en sus páginas de la misma forma que una telaraña captura sus presas.
Entre más avanzo más atrapado voy quedando y lo único que me resta por aceptar es que me es imposible dejar sus libros hasta no llegar al punto final.
Aún así, tenía ciertas reservas a la hora de empezar a leer “Con M de Marilyn”, en gran medida por el poco interés que la rubia más célebre de Hollywood despierta en mí.
Tal vez muchos de los devotos de la Monroe hayan recurrido a esta obra buscando la revelación periodística sobre los últimos días de la actriz y la leyenda que gira en torno a su viaje a México.
Más de uno querrá saber detalles chismosos en torno a la relación de a diva con los Kennedy y su adicción a las drogas, temas que Ramírez Heredia aborda.
El mito cinematográfico de Marilyn, encarnizado en una mujer deprimida y llena de problemas llamada Norma Jean Mortenson y el mundillo del cine mexicano en los albores de los años sesenta, ambientado al más puro estilo Ramírez Heredia, un autor capaz de ponerle música y sabor a cada párrafo.
Pero independientemente de verdades periodísticas o ficciones literarias, yo prefiero tomar a “M de Marilyn” como una excelente novela de ficción.
Si hay algo de verdad o es sólo producto de la riquísima imaginación de Ramírez Heredia lo que en estas páginas se narra, es algo que no me preocupa averiguar.
En lo personal, debo confesar que Marilyn no es ni de cerca una santa de mi devoción. No la considero una gran actriz y me parece el símbolo más acabado de la mujer-objeto, prototípicamente boba y sin mayores aptitudes que la belleza física.
Pero es ahí donde reside la maestría de un señor narrador como Ramírez Heredia, que ha logrado capturar a un lector que confiesa no tener el más mínimo interés en el mito de la rubia.
Más allá del símbolo que representa Marilyn, la verdadera delicia de esta novela está en la malicia con la que el tampiqueño nos va conduciendo por un laberinto de conspiraciones que desembocan a cada momento en una sorpresa.
La novela comienza cuando José Baños, un cineasta marginal de la Ciudad de México, se entera de la visita de Marilyn Monroe al país
Baños, un hombre que rueda de matrimonio en matrimonio siempre en espera de realizar su obra máxima, es un devoto de Marilyn a quien llama la Diosa.
La sola evocación de la rubia y la posibilidad de poder conocerla en persona, s suficiente para transformar su vida.
Pero no solamente la vida de Baños se transforma con la noticia de la llegada de la Monroe; también el mundo de la farándula mexicana de mediados del Siglo pasado tiembla ante la sola posibilidad de su presencia.
Envidias femeninas y deseos masculinas, rumores de la prensa, expectativas de todo tipo anteceden su llegada.
Pero más allá de un mero acontecimiento farandulero, el arribo de Marilyn supone la punta de lanza de todo un complot y es ahí donde empieza la parte policíaca de la novela para que la Ramírez Heredia se pinta solo para agarrar al lector y no soltarlo hasta el punto final.


Según la encuesta de Reforma llamada aprendiz de pronógrafo (pueden contestarla en la página de Mural que no pide contraseña) esta es mi descripción después de contestar sus preguntas.

Disfrutas la representación del sexo explícito, tanto visual, como escrito y auditivo. Te sugerimos cuidar con quién compartes este gusto, ya que no a todas las personas están de acuerdo con éste.

Bien. Muy realista, salvo el caso del sexo auditivo, pues las hot line son una pérdida de tiempo de lo más estúpida. Tampoco soy muy afecto a los table. Por lo demás, las películas y las revistas me agradan, aunque al igual que sucede con casi todos los géneros extremos, son muy pocas las que realmente valen la pena y muchas las del montón. Por lo demás, los sex shops me agradan y creo que una dosis de porno le pone calorcito a una relación.

Wednesday, February 11, 2004


La imposibilidad de recuperar el español antiguo

Lanzo una pregunta sobre la mesa ¿Sería válido escribir en estos tiempos una novela utilizando el lenguaje, la estructura y las formas del Siglo de Oro español? ¿Habría autenticidad si de pronto un narrador contemporáneo se pusiera a escribir como Quevedo o Calderón?
Yo creo que no o por lo menos no sería una creación auténtica. Necesariamente estaríamos ante una narración pretenciosa o forzada. El lenguaje no fluiría de manera natural, puesto que siendo un autor contemporáneo, estaría forzando su escritura a una forma de expresión no vigente en el habla. Cervantes, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, reflejaban en su escritura el lenguaje de la época y al mismo tiempo se ajustaban a los cánones formales vigentes en su tiempo. Y aquí entramos a un añejo debate literario: ¿Debe la literatura necesariamente reflejar los usos y costumbres fonéticos de un lugar y una época? ¿Es válido ajustarla a una estructura en extremo formal que se aleje del lenguaje cotidiano? Tratar de comparar esa hipotética novela contemporánea al Lazarillo o el Buscón Don Pablos sería inútil por no decir odioso, pues la creación contemporánea habría partido de una búsqueda intencional de efecto. El resultado sería un bodrio wanabe surrealista como el Romeo y Julieta de Di Caprio y Claire Danes. Por ello, hay momentos en la literatura que son irrepetibles y aunque cualquier creador contemporáneo que se de a respetar debe, por mínima decencia literaria, haber leído aunque sea un poquito de los clásicos y reconocerles la paternidad, intentar imitarlos sería el colmo del absurdo.

Sobre la vigencia de la literatura de la Revolución

Siguiendo con el mismo tema de la vigencia de géneros y estilos literarios. Cuando intercambié ideas con Nacho Mondaca en torno a la literatura de la Revolución, me puse a pensar en torno a la posibilidad de escribir una novela revolucionaria en pleno 2004. Yo considero que no es posible. El verdadero néctar de la literatura de la Revolución surge de la casi contemporaneidad del conflicto armado y sus efectos con las vidas de los narradores.
Leí con interés la división que hace Menton de los autores de la Revolución. Sin embargo, pese a el respeto que siento por Menton (gracias a la vieja edición de uno de mis libros de cabecera como es el Cuento Hispanoamericano conocí en la adolescencia a autores como Revueltas, Arreola, Sinán y José Agustín entre otros) no coincido con él. De enterada, no puedo considerar a Vasconcelos un autor de novela de la Revolución. Pese a que este filósofo, (que leía Aristóteles sobre el caballo en los llanos de Chihuahua), fue un testigo presencial y activo del conflicto revolucionario, es imposible comprar Ulises criollo o La Tormenta con Los de abajo. También me parece inconcebible tratar de encuadrar obras de Carlos Fuentes como La muerte de Artemio Cruz o Gringo Viejo dentro de la literatura de la Revolución. Sí, coincido con Menton que hasta 1960, la narrativa mexicana siguió mamando directa o indirectamente de la ubre revolucionaria y que fue la generación de “La onda” de José Agustín y Parménides García Saldaña la primera que rompió de tajo y absolutamente con la tradición revolucionaria (literatura payasa llamó Rulfo a “La onda” en su momento). Pero la auténtica literatura re-volucionaria fue un fenómeno espontáneo y efímero. Vi hace poco una novela llamada Los colorados escrita por un chihuahuense que trata sobre la rebelión orozquista de 1912. Me parece excelente que se siga escribiendo literatura basada en la Revolución, sin duda una fuente inagotable, pero sería ocioso comparar ese libro con Se llevaron el cañón para Bachimba, de Rafael F. Muñoz, que trata sobre el mismo tema. La literatura de la Revolución, al igual que el punk, fue un fenómeno contundente, auténtico y deliciosamente efímero.

Hoy compré dos revistas: Hell Awaits número 33- La revista homónima de uno de los mejores álbumes de Slayer, siempre incluye un Cd en sus ediciones. En esta ocasión con material de Necrophobic, To Die For, Soilwork, Ordo Funebris y Before The Dawn entre otros. En la portada los suecos de Soilwork, una de esas bandas que al igual que lo nuevo de In Flames, casi coquetean con el nü metal. Aparece también una entrevista con los siempre polémicos noruegos de Dark Throne-

Milenio Semanal- En la portada un viejo conocido. Jorge Hank Rhon, La oveja negra al poder. ¿Autor del artículo principal? Otro viejo conocido que se llama Jesús Blancornelas, que ya escribe artículos exclusivos para Milenio que ni en Zeta se publican. Por razones éticas y profesionales me reservo el emitir un comentario sobre el artículo y sobre la persona de Hank, aunque estoy por caer en la tenta-ción de escribir aquí mi muy particular opinión sobre el caso Gato Félix-


Pero también hay libros nuevos, aprovechando que nuestros supermercados, concretamente la Comercial, siguen promoviendo atractivas oferta editoriales.



El hada Morgana de Jean Markale- Lo siento, pero a veces me es imposible no sucumbir a la literatu-ra wanabe caballeresca. (digo wanabe porque Markale es contemporánea y para caballeresco auténti-co sólo mi compa Amadís de Gaula, Tirante El Blanco y toda la palomilla) No espero un libro inolvidable, pero me costó 29 pesos y la figura de Morgana siempre me ha atraído.

Historia de una pasión argentina de Eduardo Mallea. Bonita colección de los 60 años de la Editorial Sudamericana que está siendo ofertada en la Comer por 39 pesos. Textos de Capote, Camus, Faulkner entre otros. Elegí a Mallea y nada más de leerme el prólogo de Francisco Romero y unas cuantas paginucas al azar, me hago una idea del sabor de la filosófica machaca. Romero compara la Historia de una pasión argentina con el Discurso del método de mi compa Descartes. Ahí nomás pa una idea de la calidad de la melcocha Abro al azar la página 56 y el autor diserta sobre William Blake, Kierkegaard y el buen e infaltable compa Nietzsche (faltaba más) Como siempre, al autor de ese blog no le falta que leer. Lo que le falta es tiempo. Una vacaciones por favor.

Ayer pasé por el Centro de Gobierno. El Movimiento Antorchista protestaba en apoyo a los eternos rebeldes de la Secundaria Planicie. Me cuesta trabajo creer lo redundantes que llegan a ser las pro-testas ciudadanas. No concibo la falta de imaginación e ideas de los agitadores populares. No es posi-ble que piensen trascender con clichés tan odiosamente machacados como EL- PUEBLO-UNIDO-JAMÁS- SERÁ- VENCIDO- . Unas cuantas doñas indiferentes siguen el coro de su líder con la monotonía de quien repite la lección de su maestro, mientras sus tepescuincles piojosones corretean entre las pancartas. Las notas de protestas ciudadanas las escribes con machote.
Yo estoy pensando seriamente en mandar una iniciativa al Congreso para que reformen el Artículo 6 de la Constitución. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito, perturbe el orden público y...aquí va la iniciativa de Daniel Salinas Basave NO MUESTRE UNA MINIMA DOSIS DE ORIGINALIDAD O CRATIVIDAD A LA HORA DE MANIFESTAR DICHAS IDEAS.
Para eso sirvió la Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre. Ya no hacen falta gases y macanas para reprimir una protesta. El total aburrimiento es la macana que acaba por romper la cabeza de los movimientos. La protesta ciudadana elevada a uno de los rituales más consumados del tedio. Unos cuantos infelices gritan una perorata insustancial que nadie escucha mientras los funcionarios, indiferentes, hablan por sus celulares con las amantes. He ahí la época moderna: La rebelión de las masas transformada en insufrible spleen.

En mis oídos en este preciso momento un clásico de clásicos, uno de esos discazos que nunca mueren: El mismísimo British Steel de Judas Priest. La rola que excita mis tímpanos es Rapid Fire.

Tuesday, February 10, 2004

At the Gates

En mis o?dos en este momento, el Slaughter of the Soul, la obra maestra de At the Gates, el gran padrino de las bandas de Gotenburgo, (de la misma forma que el Left hand Path de Entombed ser?a el padrino de las bandas de Estocolmo). El Slaughter of the soul es un disco fundamental, una piedra angular necesaria para comprender la esencia del death escandinavo. La obra maestra de Tomas Lindberg, Adrian Eralndsson, Aders y Jonas Bjorler y Martin Larsson. Inspirado, Eterno Retorno comparte con usted algunas estrofas de esta inigualable pieza de exquisita brutalidad-

Slaughter of the soul

Slaugter of the soul
Suicidal final art
Children born of sin
Tear your soul apart


Suicide Nation


Utopia- lost in chaos
As the sky turns black
Suicidal legacy
There is no turning back

Suicide nation
Mass appeal, death addiction
Dead but dreaming
Restrained by phobia, brainwashed into submission
Control-control

Suicide- jaws locked around your spine


Mis dilemas salubres

Desde que medio dejé de cubrir temas grillos y puercones para dedicarme de lleno a los temas de salud, sufro graves crisis de autocuestionamiento superyoíco y culpabilidad. Los políticos y los policías son tipos que no suelen cuidar sus cuerpos y cuyos hábitos, al igual que los míos, suelen ser insanos, pero ahora me la paso hablando con puro doctor que me hace sentir el ser más descuidado del Universo. Que si comer grasa es malo, que si el abuso del alcohol te convierte en un teporocho de Merlot, que las consecuencias del no dormir, que la dieta no balanceada. Putísima Madre. Sí, estoy jodido. Soy un caso prototípico de insalubridad, un ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer, un ser que camina hacia su autodestrucción física. Me dicen que el café en exceso es malo y yo no puedo iniciar el día sin café. Me retaco unas tres tasas antes de salir de casa y unas cuatro o cinco al llegar a la Redacción. Me dicen que el exceso de alcohol es malo y yo no exagero si digo que me retaco en promedio una botella de tinto al día (digamos que entre semana de media a una y en fin de semana de a dos o tres por día) Soy afecto a las carnes asadas, a los chorizos, a los alimentos pesados y ricos en grasas. Mi único hábito sano es que no fumo y eso porque no le encuentro el chiste al pinche tabaco aburrido. Y sí, me acuerdo cuando me gradúe de la Universidad, allá por 1996. Usaba pantalones talla 28 o 30. El 32 me quedaba flotando. Recorría cantidad de kilómetros al día en bicicleta, jugaba futbol y sí, también pisteaba en exceso, pero quemaba re bien esas calorías. Lo único que puedo decir en mi consuelo, es que cada kilo ganado (y mira que son muchísimos) ha sido a base de puras delicias que prepara mi esposa. Estoy casado con una mujer que tiene manos mágicas para la cocina y cuando no comemos sus manjares, lo hacemos por lo general en buenos restaurantes. Cada kilo en esta panza es el producto de un buen vino, de una buena pasta, de un rechoncho New York, de mu-chas cervezas Guiness, Heineken, Tijuana. Digo, malo que me la hubiera llevado a pura Lager y Tecate tragando papitas en los Oxxo, pero por fortuna puedo sentir que cada kilo ha sido bien ganado.
Y esos no va a quitármelos ninguno de los médicos que se han encargado de sembrar dilemas en mi cabeza.

Ya está: blogger recapacitó, pero fue menester ponerle unos chingazos-

Ahí va de nuez este pinche post. Odio repetir pero odio más los textos sin acentos. A ver si blogger no la jode otra vez-

El más conocido, el menos leído.

Hablar de un escritor muy conocido no es en absoluto sinónimo de un escritor muy leído. El mejor ejemplo, sin duda, es Octavio Paz. En realidad, demasiadas personas saben, tienen una vaga idea o por lo menos les suena el nombre del poeta de Mixcoac. Televisa se encargó de machacarlo tanto y llegó a tal grado la exacerbada promoción oficial de su imagen a raíz del superpremio de 1990, que hasta un consumado ignorante puede decirte que Octavio Paz es un guey que escribe bien cabrón. Vaya, su nombre es un símbolo, un cliché, un adjetivo para referirse al poetastro intelectual que no falta en ningún equipo humano. Sí, todo México sabe que Octavio Paz fue un escritor, pero... ¿Cuanta gente lo ha leído? Aún dentro de los círculos medianamente cultos, no se puede decir que Paz sea un autor que pueda presumir miles de lectores. Sí, digamos que de cajón te leíste (o hiciste la finat de que leías) El laberinto de la soledad y eso porque algún maestro necio te le encargó en la Universi-dad. Medio te acuerdas del rollo aquel del pachuco y las máscaras mexicanas. Pero de ahí en fuera, no se puede decir que la pluma de Paz influya tremendamente en as nuevas generaciones. Sí, ahí es-tarán sus fieles testaferros de de Vuelta INC. que desde su trinchera de Letras Libres y bajo la voz cantante del siempre agradecido Krauze, se encargan de rendirle loas cada cierto tiempo, pero siendo honestos amigos blogueros, preguntémonos: ¿Hace cuanto que no abrimos un libro de Octavio Paz? ¿Cuántos libros suyos hemos leído en realidad? ¿Nos ha influido en algo? Ojo, no significa esto que yo sea uno de los tantos detractores de Paz. Simplemente lo pongo como ejemplo perfecto de un escritor cuyo nombre es conocido y cuya obra es muy poco leída. En lo personal, hay dos libros de Paz que en verdad me han influido y considero, por así decirlo, mis favoritos: El arco y la lira y La llama doble. Y bueno, digamos que también es fundamental leer la trilogía El laberinto de la soledad, Posdata y Vuelta al laberinto de la soledad. De poesía, me quedo con Águila o Sol, aclarando que Paz no estaría ni siquiera en la hipotética lista de mis 20 poetas mexicanos más apreciados. Su gran aporte, bajo mi criterio, es como ensayista. Como poeta ocupa una un lugar en la media tabla. Y con todo el dolor de la tripa de Krauze y compañía, lo cierto es que Carlos Fuentes debe tener muchos más lectores efecti-vos que Paz. Si bien creo que deben contarse con los dedos los valientes que han tenido la paciencia de leer Terra Nostra o Cristóbal Nonato, lo cierto es que cualquier doñita intelectualona de Sanborns se pude leer sin problemas Los años con Laura Díaz o Instinto de Inez. Es más, no dudo que el mis-mo José Agustín y peligro hasta Enrique Serna tengan muchos más lectores efectivos que Paz (por efectivos me refiero a lectores que terminan el libro, no que tienen el libro arrumbado en su librero)
Ya no digamos los rockstars dinosáuricos del “boom”, llámese Vargas Llosa y García Márquez, o las matronas de la literatura doñil, léase Isabel Allende y Marcela Serrano que sin duda pueden presu-mir un racimo de lectores efectivos que el de Mixcoac, con todo su aparato publicitario, jamás tendrá.
Pese a ello, Octavio Paz es el escritor más conocido de México aunque está lejos, muy lejos de ser el más leído.

Bueno parece que recapacita mi amigo blogger.

Bueno, que pedo con blogger? Sigue con sus ???? A ver, cabrón, arpía. ón- ón ía- ía

El m?s conocido, el menos le?do.

Un escritor muy conocido no es en absoluto sin?nimo de un escritor muy le?do. El mejor ejemplo, sin duda, es Octavio Paz. En realidad demasiadas personas saben, tienen una vaga idea o por lo menos les suena el nombre del poeta de Mixcoac. Televisa se encarg? de machacarlo tanto y lleg? a tal grado la exacerbada promoci?n oficial de su imagen a ra?z del superpremio de 1990, que hasta un consumado ignorante puede decirte que Octavio Paz es un guey que escribe bien cabr?n. Vaya, su nombre es un s?mbolo, un clich?, un adjetivo para referirse al poetastro intelectual que no falta en ning?n equipo humano. S?, todo M?xico sabe que Octavio Paz fue un escritor, pero... ?Cuanta gente lo ha le?do? A?n dentro de los c?rculos medianamente cultos, no se puede decir que Paz sea un autor capaz de presumir miles de lectores. S?, digamos que de caj?n te le?ste (o hiciste la finta de que le?as) El laberinto de la soledad y eso porque alg?n maestro necio te le encarg? en la Universidad. Medio te acuerdas del rollo aquel del pachuco y las m?scaras mexicanas. Pero de ah? en fuera, no se puede decir que la pluma de Paz influya tremendamente en as nuevas generaciones. S?, ah? estar?n sus fieles testaferros de de Vuelta INC. que desde su trinchera de Letras Libres y bajo la voz cantante del siempre agradecido Krauze, se encargan de rendirle loas cada cierto tiempo, pero siendo honestos amigos blogueros, pregunt?monos: ?Hace cuanto que no abrimos un libro de Octavio Paz? ?Cu?ntos libros suyos hemos le?do en realidad? ?Nos ha influido en algo? Ojo, no significa esto que yo sea uno de los tantos detractores de Paz. Simplemente lo pongo como ejemplo perfecto de un escritor cuyo nombre es conocido y cuya obra es muy poco le?da. En lo personal, hay dos libros de Paz que en verdad me han influido y considero, por as? decirlo, mis favoritos: El arco y la lira y La llama doble. Y bueno, digamos que tambi?n es fundamental leer la trilog?a El laberinto de la soledad, Posdata y Vuelta al laberinto de la soledad. De poes?a, me quedo con ?guila o Sol, aclarando que Paz no estar?a ni siquiera en la hipot?tica lista de mis 20 poetas mexicanos m?s apreciados. Su gran aporte, bajo mi criterio, es como ensayista. Como poeta ocupa una un lugar en la media tabla. Y con todo el dolor de la tripa de Krauze y compa??a, lo cierto es que Carlos Fuentes debe tener muchos m?s lectores efectivos que Paz. Si bien creo que deben contarse con los dedos los valientes que han tenido la paciencia de leer Terra Nostra o Crist?bal Nonato, lo cierto es que cualquier do?ita intelectualona de Sanborns se pude leer sin problemas Los a?os con Laura D?az o Instinto de Inez. Es m?s, no dudo que el mismo Jos? Agust?n y peligro hasta Enrique Serna tengan muchos m?s lectores efectivos que Paz (por efectivos me refiero a lectores que terminan el libro, no que tienen el libro arrumbado en su librero)
Ya no digamos los rockstars dinos?uricos del ?boom?, ll?mese Vargas Llosa y Garc?a M?rquez, o las matronas de la literatura do?il, l?ase Isabel Allende y Marcela Serrano, que sin duda pueden presumir un racimo de lectores efectivos que el de Mixcoac, con todo su aparato publicitario, jam?s tendr?.
Pese a ello, Octavio Paz es el escritor m?s conocido de M?xico aunque est? lejos, muy lejos de ser el m?s le?do.

Me sucede a menudo; recuerdo frases, epígrafes, pasajes y olvido en dónde diablos fue que los leí. Desde hace un rato me baila en la cabeza la siguiente frase: “Muy pronto en nuestras vidas fue demasiado tarde”. La frase es de Simone de Beauvoir y viene como epígrafe de un libro que según yo, me gustó un chingo. El pequeño problema es que he olvidado cual es ese libro. Creo recordar, o acaso deduzco, que lo escribió una mujer. Pero he olvidado donde lo leí. Esto es sólo un ejemplo. En mi mente bailan frases textuales, incluso estrofas de rimas y poemas, pero he olvidado su procedencia.
Las páginas leídas, las ciudades visitadas, los kilómetros recorridos y la única herencia es un cúmulo de recuerdos difusos. La absoluta Historia Universal de un día se evapora en segundos, se diluye en la nada.

Monday, February 09, 2004

El beso de Judas

Hace unos dos o tres años, salió una película más o menos tonta llamada rock star. Palabras más, palabras menos, esa película recrea de una forma u otra la historia de Judas Priest. En la movie, un grupo inglés de heavy metal consagrado, llamado Steel Dragon, se pelea con su cantante, un maricón petulante y lo sustituye por un mocoso gringo que canta covers de la banda en un grupo de cantina pueblo.
En 1993, Rob Halford sale de Judas Priest luego de un álbum cabronsísimo y matador como el Painkiller. Halford salió peleado con el líder del grupo Glen Tippton y se dedicó a hacer sus proyectos en solitario, Fight y Halford, además de confesar públicamente su homosexualidad.
Y sucede que estos flemáticos británicos deciden sustituirlo por un joven gringuito llamado Tim “Ripper” Owens que cantaba rolas de Priest en un bar de poblaco red neck.
Con Ripper graban dos álbums, Juggulator y Demolition. Ripper canta bien cabrón. Yo tuve oportunidad de entrevistarlo previo a su concierto en Monterrey en septiembre de 1998. Un gran concierto por cierto, con muchos clásicos y un gran tipo el Ripper. Me cayó muy bien, en honor a la verdad. Sin embargo, pese a los tonos tan duros del jovencito, yo siempre seguí respetando a Halford. Sus proyectos en solitario me gustan muchísimo. Yo tuve la oportunidad de verlo en vivo en San Diego en septiembre de 2000 y la verdad son palabras mayores. El auténtico Metal God son palabras mayores. Vaya, para no ir más lejos, es el único artista gay que admiro y respeto en este mundo. Pues bien, esta es la gran noticia: Halford ha regresado a Judas Priest e inician este año su gira europea. Pura fecha en Europa por desgracia. Ver a Priest con Halford ha sido siempre uno de mis máximos sueños metaleros. Ojalá rolen por América y ahí estaré. Pero ¿Qué creen? Ripper Owens no se quedó desamparado y pronto agarró grupo. Desde hace poco es el nuevo cantante de Iced Earth. Putísima madre. Ya me imagino como ha de so-nar Iced Earth con el Ripper en las vocales. Esas son buenas noticias. Ya me anda por escuchar el nuevo material de Iced. ¿Cómo se escuchará Angels Holocaust con la perrísima voz del Ripper? Por lo pronto, tal vez podamos escuchar en vivo Screaming for Vengance con Halford al frente del Judas.

Anglosajón se escribe con acento y tu, mi amigo blogger, transformas ese acento en un despreciable ¿?, por lo que no niegas la cruz de tu anglosajona y protestante parroquia. Anglosajón e intervención, que para el caso son palabras complementarias, llevan acento, al igual que cabrón. Esto sólo es una prueba a ver si ya recapacitaste pinche blogger.

Blogger ha vuelto a las pinches andadas. Los acentos son ????- Mierda. Tan bien que ibamos. Bueno, espero que eso no sea pretexto para no tomar el pie de la letra las sabias recomendaciones sobre el vino.

Que conste que no lo dije yo...(nom?s escrib? la nota)

Beber un par de copas de vino tinto al d?a, es saludable para mantener una sana digesti?n y una alimentaci?n balanceada, adem?s de prevenir enfermedades cardiovasculares.
El nutri?logo V?ctor Manuel Caballero Solano, director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana, dijo que el equivalente a 50 mililitros de vino.
Dijo que una copa de vino, de preferencia tinto, es una mejor opci?n para el organismo que tomar refrescos o bebidas alcoh?licas de mayor graduaci?n.
Para efectos de la digesti?n, el vino ayuda a la producci?n de jugos g?stricos por una arm?nica composici?n de amino?cidos que tonifican el torrente sangu?neo.
Adem?s de favorecer el proceso digestivo, dijo el nutri?logo, dijo que algunos componentes del vino como los taninos y flavonoides, act?an como antioxidantes y ayudan a limpiar el colesterol de las paredes arteriales... A ver a ver. Escuch? bien? Dijo dos botellas verdad? Con eso de que estoy medio sordo, pero yo tomar? su recomendaci?n al p?e de la letra mi amigo nutri?logo. Lo que para algunos son dos copas, para m? se traduce en dos botellas. Es un proceso de simple conversi?n monetaria. Dos botellucas de vino al d?a para alegrar la digesti?n y la vida entera. Eso s? es salud. Eterno Retorno hace p?blica la recomendaci?n.

Encuestocracia

Es propio de los tecnócratas y los empresarios “modernos” arrodillarse ante el becerro de oro de la encuestocracia. El resultado que arroje una encuesta es ley o mejor dicho, divino mandamiento. El mundo de hoy se rige por las encuestas y ello no significa en lo absoluto que sea más tolerante o democrático. Te encuestan no porque tu opinión valga para apoyarte a tí o a los tuyos, sino para ver de que manera te pueden engañar más fácil para venderte cosas o hacerte caer en patrañas políticas. Para no andarnos con rodeos, yo no creo en las encuestas. De entrada, las encuestas parecen olvidar algo tan humano como es la mentira. ¿Qué acaso creen que todos los que contestan dicen la verdad? ¿O acaso se instituirá la obligatoriedad de contestar con absoluta veracidad toda miserable encuesta so pena de ser acusado de perjurio?
En un mundo donde toda cifra o porcentaje de preferencia u opinión se mide por un sondeo, yo puedo presumir haber sobrevivido casi 30 años sin haber sido nunca encuestado. De verdad, a mí nunca nadie me ha encuestado para un carajo. Y yo sí he encuestado gente. A mis 17 y 18 años le tuve que entrar de encuestador los fines de semana, pues nomás no había feria. Me di cuenta entonces que de las miles de trampas que hacen los encuestadores para ganar tiempo y ahorrar esfuerzos
El encuestador, o sea, el vehículo más importante de este negocio, es a menudo un jovenzuelo muy mal pagado que si es nada más un poquito mañoso, se dará cuenta de lo fácil que es llenar las encuestas él mismo. Todos lo hacen así. Yo mismo lo hice. ¿Para qué andarnos con mamadas? Sin embargo, el resultado de esa "encuesta profesional", puede definir una campaña publicitaria o una estrategia política. Si algún día alguien me encuesta, yo simplemente mentiré por mero deporte.