Sin duda habrían sido acérrimos opositores de Putin si vivieran en estos tiempos
1- Entre las no pocas ridiculeces que aborrezco del
espíritu de la época actual, la expresión “cancelar” es la que me parece más
estúpida y detestable. Hoy a los políticamente correctos les ha dado por “cancelar”
la cultura rusa, el deporte ruso, la gastronomía rusa. Caray, sin duda la paz
mundial se vio quebrantada por los
vodkas que bebí anoche. A ver colegas: la
cultura de un país siempre será mucho más trascendente, duradera e importante que su dictadorzuelo en turno. Gógol,
Tolstói, Dostoievski y Chéjov seguirán siendo leídos dentro de muchísimos años,
cuando del detestable Putin no quede más que un patético recuerdo. Además, no
reparan en que Dostoievski, Marina Tsvietáieva, Bulgákov o Ajmátova sin duda habrían sido acérrimos opositores de
Putin si vivieran en estos tiempos, así que no los metan en el mismo saco. Por
cierto, si cancelas a Gógol, Bulgákov o Ajmátova estás cancelando a escritores
nacidos en Ucrania. Pd- A menudo cuando pensamos en literatura rusa nos
limitamos a su prolífico Siglo XIX, pero poco hablamos de Vladimir Makanin,
matemático de formación militar nacido en los Urales en 1937 cuya novela Asán,
un clásico de la Rusia postsoviética, narra con crudeza y desparpajo la guerra en
Chechenia. Makanin murió en 2017 y en verdad me habría gustado leer cómo
retrataría la guerra en Ucrania.
2- De acuerdo, jamás me verás
cayendo en esa ridiculez de “cancelar” la cultura rusa, pero más ridículo me
parece el aferre de la piara chaira de hacerle el juego a Putin. En su afán de
supuestamente desenmascarar la
hipocresía de la OTAN y la información manipulada del bloque occidental, acaban
convirtiéndose en apologistas de la invasión argumentando que los “nazis
ucranianos del comediante Zelensky tenían aterrorizados a los pobres rusos del
Donbás”. Yo no sé si es una trasnochada nostalgia bolchevique o una ilusa
esperanza de revivir el bloque eslavo socialista, pero en verdad se ven
patéticos dándole por su lado a un dictadorcete. Que Zelensky está haciendo su
juego y administrando su teatro a conveniencia es muy posible, pero me la
pongas como me la pongas, la invasión a
Ucrania no es defendible ni justificable desde ningún punto de vista y aquí no
caben relativismos ni asegunes y ustedes se ven muy mal como apologistas de
esta carnicería. No se hagan bolas mis
chairetes: Putin no es ni será nunca un abanderado de la izquierda. Es un
mojigato ortodoxo ultraconservador y homófobo que deberá ser juzgado como el
criminal de guerra que es.
3- Me da mucha risa cada que
escucho a la chairada teorreica perorando la muerte o la agonía del
neoliberalismo. No mis galeanitos, yo a su demonio favorito lo veo respirar con
muy buena salud. Esta guerra no la van a ganar las armas sino la macroeconomía global,
esa a la que ustedes consideran culpable de todos nuestros males. Hace un siglo
este conflicto se habría traducido en trincheras y baño de sangre por toda Europa, pero hoy será la macroeconomía
la que le tuerza el brazo a Putin y lo ponga de rodillas. Ni toda su testosterona
de machito alfa la bastará al dictadorzuelo si las fuerzas del neoliberalismo y
las finanzas globales lo acorralan y lo convierten en un paria. Puedes intentar
resistir Vladimir, pero tarde o temprano acabarás como un Corea del Norte y
antes de que eso suceda, el mismo pueblo ruso te derrocará. Tal vez el
neoliberalismo ha dejado unos cuantos damnificados alrededor del mundo, pero al
final del cuento su saldo es más positivo que negativo y hoy seráN las finanzas
y no las bombas las que inclinen la balanza en esta guerra a favor de OTAN y
las democracias liberales. Sad but true mis galeanitos.