Eterno Retorno

Saturday, August 13, 2005

Eterno Retorno, siempre emocionado de poder compartir con usted sus lecturas, le ofrece en exclusiva algunas frases y párrafos subrayados con pluma bic sobre las páginas de El telón, la nueva creación del hijo pródigo de Brno, el checo afrancesado Milan Kundera. Chutáoslo pues.


¿No es precisamente la insignificancia uno de nuestros grandes problemas?


(teoría ágil y placentera; porque así es como teoriza un novelista; conservando celosamente su propio lenguaje, huyendo como la peste de la jerga de los eruditos)

La prosa: esta palabra no sólo significa un lenguaje no versificado; significa también el caracter concreto, cotidiano, corporal, de la vida. Decir que la novela es el arte de la prosa no es , pues, una perogrullada; esta palabra define el sentido profundo de ese arte.


(Descripción: compasión por lo efímero; rescate de lo perecedero)


En el arte de la novela, los descubrimientos existenciales y la transformación de la forma son inseparables.


Aún comprendiendo la profundidad de su tristeza, el suicidio de Ana (Karenina of course) sigue siendo un enigma.


Balzac, unos 80 años más tarde, transformó a los lectores en espectadores que miraban una pantalla (una pantalla de cine antes de tiempo) en la que su magia de novelista, les mostraba escenas de las que no podían apartar los ojos.


...el reloj de la Historia se puso a dar la hora en voz alta, por todas partes, incluso en el interior de las novelas, cuyo tiempo quedó inmediatamente medido y fechado.

Una historia de la literatura, contrariamente a la Historia a secas, debería consistir sólo en nombres de victorias, ya que en ella las derrotas no son una victoria para nadie.

...y por encima de todo, el olvido que no termina de extender su inmenso cementerio donde, a lado de los no valores, yacen valores subestimados, desconocidos u olvidados. Esta inevitable injusticia hace que la historia del arte sea profundamente humana


Pienso en Islandia. En los siglos XIII y XIV nació ahí una obra literaria de muchos miles de páginas: las sagas. Ni los franceses ni los ingleses crearon en esa época una obra en prosa semejante en su lengua nacional. Medítenlo bien, hasta el fondo: el primer gran tesoro de la prosa europea se creó en su país más pequeño, que, incluso hoy, cuenta con menos de 300 mil habitantes.


Así como la Historia, la de la humanidad, puede tener el mal gusto de repetirse, la historia del arte no soporta las repeticiones.


Vulgar viene de vulgus, pueblo; es vulgar lo que gusta al pueblo; un demócrata, un hombre de izquierda, un luchador por los derechos del hombre está obligado a amar al pueblo; pero es libre de despreciarlo altivamente en todo aquello que le parece vulgar.

Así es como se enfanga el cerdo, con una especie de voluptuosidad insolente para el espectador

Fue entonces cuando los herederos de Rimbaud comprendieron algo inaudito: hoy, la única modernidad digna de ese nombre es la modernidad antimoderna.


Kafka, Musil, Broch, Gombrowicz ¿Forman acaso una escuela, un grupo, un movimiento?
No; eran unos solitarios. En varias ocasiones les he llamado la pléyade de los grandes novelistas de Europa Central y en efecto, como astros de una pléyade, estaban rodeados de vacío, cada uno alejado de los demás...eran todos poetas de la novela, es decir, apasionados por la forma y por su novedad...hostiles a la transformación de la novela en confesión personal; alérgicos a todo ornamento de la prosa; concentrados por entero en el mundo real. Concibieron todos la novela como una gran poesía antilírica.

A medida que envejece, la modernidad se vuelve indispensable para ella como único sustituto de la juventud.

La aceleración de la Historia tuvo consecuencias: mientras que antaño, el hombre vivía en el mismo escenario de una sociedad que se transformaba lentamente, llegó el momento en que, de repente, empezó a sentir que la historia se movía bajo sus píes como una cinta transportadora: el statu quo se ponía en movimiento. De gole, estar de acuerdo con el statu quo fue lo mismo que estar de acuerdo con la Historia que se mueve. Al fin se pudo ser a la vez progresista y conformista, bienpensante y rebelde.


El hombre alérgico al kitsch topaba con el hombre alérgico a la vulgaridad.


Los que conocieron la tiranía secular de kitsch sienten una irritación muy particular contra el velo rosado arrojado sobre lo real, contra la exhibición impúdica del corazón incesantemente emocionado, contra el pan sobre el que habían vertido perfume (está última es de Musil)

Pasos de Gutenberg

Trilogía de las Cruzadas II
El caballero Templario
Jan Guillou

Por Daniel Salinas

Hace unas cuantas semanas, en este mismo espacio, hablamos del primer volumen de esta Trilogía de las Cruzadas, escrita por el sueco Jan Guillou.Luego de concluir con la lectura del segundo volumen, sólo resta pronosticar que apenas un director de Hollywood se entere de la existencia de esta obra, se la llevará directo y sin escalas a la pantalla grande. Vista la situación, sólo resta desear que no vaya a hacerla pedazos como suele sueceder cuando los cineastas toman en sus manos la buena literatura.Y es que la obra de Guillou está escrita en la mejor tradición de la novela épica y romántica. En un mundo poblado por antihéroes y empapado en las aguas del relativismo, encontrar un héroe chapado a la antigua como el caballero Arn de Gothia acaba por volverse extravagante. Vaya, Arn es un personaje caballeresco de píes a cabeza que sin duda hubiera sido admirado por Don Alonso Quijano. Si bien no hay magos y dragones a su alrededor, pues el trabajo de Guillou se ajusta ante todo al rigor de la novela histórica, su espíritu es el de un Amadís de Gaula o Tirante el Blanco. Una historia de guerra y heroísmo, de amor cortés y sentimientos místicos. Una historia simplemente bella que vale la pena leer.En el primer volumen, Guillou nos narraba la infancia de Arn a orillas de los helados lagos suecos, su formación en el monasterio de los monjes cistercienses, el romance con Cecilia y la tragedia que lo condena a exiliarse a Tierra Santa como combatiente en Las Cruzadas.Este segundo volumen, da comienzo 10 años después de la partida de Arn de su Suecia natal, en el año 1177, en una desértica llanura en Gaza.Para entonces Arn tiene 27 años de edad y es todo un señor caballero templario encargado de proteger la ciudad de Gaza de los ataques de los sarracenos.El punto de partida de la novela es el típico resultado de esa licencia literaria que pueden permitirse los creadores de novela histórica.Arn de Gotia, el caballero templario, salva la vida del máximo caudillo del Islam, del peor enemigo de los cristianos, el temible Saladino, que está a punto de ser asesinado por unos salteadores de caminos. Horas antes del rompimiento de la tregua entre cristianos y musulmanes, bajo la luna del desierto, Arn y Saladino comparten el pan. Días después, se enfrentarán en sangrienta batalla frente a los muros de Gaza.Por fortuna, la pluma de Guillou es lo suficientemente ambiciosa como para dibujar un contexto de lo que las Cruzadas significaron para la historia de la humanidad.Más allá de la guerra y el fanatismo religioso, de la ambición comercial disfrazada de misticismo y de Jerusalén como el botín más codiciado, las Cruzadas significaron una transformación social y cultural sin precedentes en el mundo medieval de principios del segundo milenio y por fortuna el narrador sabe reflejarlo. También nos sumerge en los cotidianos usos y costumbres de esa machacada leyenda llamada caballeros templarios de los que tantas patrañas se han escrito. En definitiva, una obra no recomendable para quienes gustan de las novelas experimentales, los antihéroes y las basuras humanas bukowskianas, pero si usted es un amante de las narraciones épicas y románticas más tradicionales y además gusta de la Historia, esta Trilogía será un deleite. A mí me ha conquistado por completo. Y aún falta la tercera parte.

Thursday, August 11, 2005

Música para sus oídos

Eterno Retorno, siempre preocupado por recomendarle a usted la más selecta música para sus oídos y por mero afán de ocio, se permite trasmitirle una pequeña lista comentada de los discos que su autor trajo dentro de una bolsita de pan para escuchar esta tarde en la redacción y hacer más amena la escritura de las notas. Lo viejo y lo nuevo, la melodía y el atasque conviven, en estos devastados oídos. Ahí va una probadita-

Sound Track del Día

Soilwork: Stabbing The Drama- Un bastante potable (¿Nu?) Metal de Suecia cuyo sonido limpio y pesado coquetea con las atmósferas nu metaleras americanas, aunque sin caer en los niveles tan ñoños que se escuchan por este continente. Haga usted de cuenta que son un hermanito gemelo de la nueva versión de sus paisanos In Flames. Ustedes perdonen, pero es casi un clon.


Corrosion of Conformity: In The Arms of God- Ya alguna vez escribí sobre este disco, sin duda uno de los cinco mejores que he comprado este año. Estos veteranos le siguen cerrando un ojito al hard core y al crossover, pero dentro de una atmósfera cada vez más sabbathiana y que por momentos hasta juega al puro estilo lirero de Jaimito Page. Un piche discazo corrosivo.


System of a Down: Toxicity- Simplemente el mejor disco que ha hecho esta banda, a la que acabo de ir a escuchar en vivo el sábado pasado al Sports Arena de San Diego con altas dosis de cerveza Samuel Adams drenando en mis venas. Un disco que creo será insuperable para ellos y quedará marcado como el primer gran álbum del Siglo XXI.

Black Sabbath: Sabbath Bloddy Sabbath- Dios y Satanás no necesitan tarjeta de presentación ante la humanidad. Me limito a comentar que este es uno de los discos sagrados que tiene su lugar asegurado en la isla desierta a la que algún día me desterrarán.

Dead Kennedys: Give Convenience or Give Me Dead- Últimamente me ha renacido el romance con Biafra y su pandilla. Uberalles California y HolyDay In Cambodia me ponen de buen humor en cualquier circunstancia.

Arch Enemy: Doomsday Machine- Cuando conoces y escuchas demasiado a una banda, te tardas más en digerir sus nuevos trabajos. Como de Arch Enemy tengo todo lo habido y por haber, me ha costado un poco digerir la crudeza de este disco, con letras compuestas casi en su totalidad por la señorita Angela Gossow cuya voz suena más a lo Carcass y las liras de los carnales Amott siguen en plan virtuoso

Motörhead: Inferno- Si crees que todo se agotó en Ace of Spades u Overkill estás muy equivocado. Estos señorones veteranos siguen megarifando. Su nuevo álbum, Inferno, es junto con el Pray de Tiamat, el mejor disco que he comprado este año. De verdad es un pinche discazo. ¿Algo nuevo? No, nada nuevo, eso es precisamente lo mejor. Puro, simple y sencillito rock and roll crudo y aguardientozo. Que triste sería si Lemmy y sus compas hicieran otra cosa. Escuchar Motörhead es tan chingón como tomar un trago pelón de Jack Daniels directo de la botella. Así de bien me pone esta banda.

Turbonegro: Scandinavian Leather- Esperaba mucho más de esta banda. Buen rock and roll, agradable para una noche de parranda en carro, pero no me gustan las bandas que coquetean con la putería (Ayer por cierto me dijeron homófobo) No me pasan las bandas de putos. Al único que tolero es a Mister Rob Halford y eso porque es el Metal God. Este disquito de los noruegos Turbonegro está bien como soundtrack de una exposición de Tom of Finalnd. Con eso les digo todo.

Godsmack: Awake- Estos tipejos de Boston me caen bien. Sin llegar a lo extraordinario ni a lo novedoso, tienen una fórmula alquímica entre Metallica, Sabbath y un riff muy suyo ya bastante identificable que casi siempre cae tan bien como una cerveza Samuel Adams.

Wednesday, August 10, 2005

Desde el orwelliano y heavymetalero año de 1984 he mantenido un diario escrito de mi vida. Ese vicio ya lo he confesado muchas veces. Aunque no es exactamente lo mismo, esta adicción del blogueo vino a sustituir en gran medida mi antigua forma de escribir la bitácora de mi existencia y pensamientos. Desde el año 2002 en que escribo con regularidad en este cibernético espacio, he relegado a un triste olvido mi diario en papel y pluma.
Dos contrastes, dos extremos de una cuerda sin duda, pues mi viejo diario era incomprensible dada mi pésima caligrafía y nadie absolutamente podría leerlo ni entenderlo. Este diario en cambio lo puede leer todo aquel que tenga una máquina con internet y aunque no lo lea nadie, pues al igual que su antecesor en papel no es ni pretende ser interesante, la diferencia estriba en que la letra es comprensible y aquel ocioso que tenga la paciencia, puede bucear por estos rumbos.
La realidad es que prácticamente no me he limitado ni he censurado en modo alguno lo que narro en este espacio. Escribo lo primero que se me viene a la cabeza y jamás me he callado algo o he publicado algo por compromiso.

Sin embargo, por primera vez este blog no está cumpliendo su función de recipiente de mis desahogos y desvaríos mentales. Por razones prácticas y de absoluta discreción, no puedo hablar en este espacio del tema que más ha ocupado mis pensamientos y mis acciones en este último mes. Es un asunto que por ahora no puedo hacer público y ello me impide desparramar aquí todas mis dudas, mis planes y mis incertidumbres. No suelo clasificar la información entre pública y privada, pero por desgracia este asunto sí que es de carpeta secreta y sólo con Carolina y con la gente directamente interesada he hablado al respecto.

Si los Deja Vu existen, este verano ha sido lo más parecido a eso. Haga usted de cuenta que estoy viviendo la Primavera de 1999. Carajo, hasta mi nuevo corte de pelo es igual al de ese año y bueno, ciertamente debo admitir que mi cambio de imagen no es desinteresado ni obedeció a un impulso. Como los presidentes mexicanos, parezco estar dando el cerrojazo a un sexenio. En la Primavera de 1999 tomé las decisiones que definieron el estado actual de mi existencia. Una de ellas fue la decisión más trascendental, sabia y feliz de mi vida, que fue casarme con Carolina. En esa misma Primavera decidí cambiar de ciudad y también de trabajo. Fueron buenas decisiones. Seis años después, sigo en la ciudad y en el trabajo que elegí. Y sí, soy feliz. Pero... Bueno, por ahora todo sigue igual. Tal vez siga igual muchos años más o tal vez cambie radicalmente. Que la aleatoriedad, la naturaleza o mis dioses paganos me ayuden a tomar la decisión más sabia.