Eterno Retorno

Saturday, December 11, 2021

náufragas borracheras proletarias

 


Bajo las sombras del puerto de Hamburgo, las furtivas luces rojas inmolaron el lastre de mi castidad. Entre náufragas borracheras proletarias y baratas dosis de lujuria no tan ampliamente recompensada, encontré algo parecido al hedonismo vedado a mi familia en Aalborg. Casi de inmediato debí pagar la venérea factura de mis correrías mientras recorría los puertos del Báltico. El pene me ardía, mis músculos se atrofiaban y los mil demonios del mal vodka me hablaban al oído en las insomnes madrugadas de tormenta.

 

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Hasta los 30 años fui un marinero pobretón sin  gloria ni hedonismo más allá de mis melancólicas veladas bañadas en alcoholes baratos y las furtivas incursiones  al barrio rojo de Hamburgo. La vida no me sonreía, las resacas del mal vodka letón eran infernales y mis deslices prostibularios cobraban su venérea factura. Un hombre en mis condiciones difícilmente habría podido vivir más de medio siglo y sin duda yo hacía méritos para una muerte temprana, hasta que en 1752 me embarqué por vez primera en una expedición cuya misión no era ir a vender arenque y comprar vodka en los puertos del Báltico. Era una misión cartográfica  cuyo objetivo era localizar los vestigios de las antiguas colonias vikingas en Groenlandia, una auténtica nave de los locos en donde a mí me tocaría hacerla de lacayo. La comandaba el capitán Peder Olsen Walløe.

Friday, December 10, 2021

St Francis

 


Lo que la lumbre se llevó. Extraña es la puntualidad del fuego a la hora de destruir reliquias tijuanenses. A cenizas fue reducido el Foreing Club en 1920, el Hipódromo de Johnny Alessio en 1970, pinturas Calette hace un lustro o el Chiki Jai en 2018. Anoche ardió el antiquísimo Hotel St Francis y un siglo de historia y fantasmas fueron polvo de noche. Sin duda pronto veremos ahí algún edificio con lofts hípsters e impagables cafés orgánicos. Solo una vez entré al Hotel St Francis. Hace unos cuantos años, allá por 2006 0 2007, un narrador noir angelino llamado Chuck Freadhoof me pidió (como mucha gente me pedía en ese entonces) que fuera su guía en la ciudad. Estaba escribiendo una novela que tenía Tijuana como escenario y quería impregnarse del aura negra de la ciudad. Aparte del predecible “paseo inmoral” por la Coahuila y la Plaza Santa Cecilia, Chuck estaba particularmente interesado en visitar el Hotel St Francis. Fingiendo ser potenciales huéspedes, pedimos que nos enseñaran una habitación a ver si la tomábamos. Freadhoof entró al cuarto, observó en silencio, se asomó por la ventana mirando a la calle Segunda y tomó algunos apuntes mientras imaginaba a su detective acostado ahí mismo en alguna turbulenta noche criminal. Pensé que pernoctaría en el lugar pero minutos después optó por irse. No volví a tener contacto con él e ignoro si la novela fue escrita y si acaso la habitación del viejísimo hotel fue escenario de su trama detectivesca. Desde ayer el hotel St Francis es puro vestigio carbonizado. Construido en Imperial Beach California en 1905 y transportado en partes a Tijuana, permanecía desde 1928 en su actual ubicación. Más allá de las mil y una leyendas sobre si alguna vez se hospedó ahí María Félix, si fue locación de películas (Borderland la última de ellas) y si había en sus habitaciones fenómenos paranormales, pienso en las infinitas historias que jamás conoceremos: el desbarrancadero ontológico del suicida, el idilio de los furtivos amantes, la catarsis del hedonista, la furtividad del prófugo. Hoy todo es ceniza, como seremos todos más temprano que tarde. Tijuana es una ciudad que se devora a sí misma y cambia de piel como las serpientes. La ciudad deglute e incinera cualquier vestigio de nostalgia. Tijuana no tiene pasado. Hoy muchos migrantes contemplaron por vez primera a Tijuana pero otros tantos no volverán a verla al amanecer, como no volvió a verla la mujer ejecutada de la portada, que expiró el mismo día que el St Francis y sus espectros.

Thursday, December 09, 2021

Nueva Tijuana

 


 

¿De verdad necesitas partir la ciudad en dos y crear un nuevo municipio? Mira, esta es la Tijuana que retrató Nonaka en 1924, justo en la época en que la ciudad multiplicó su población por vez primera. En 1921 tenía apenas mil habitantes pero para 1930 eran ya 12 mil. Desde entonces no paramos de crecer. En el censo de 2020 INEGI ubica a Tijuana como el municipio más poblado de México. Ya rebasamos a Iztapalapa y Ecatepec. En teoría, 1 millón 922 mil 523 personas habitamos en este villorrio, aunque tú y yo sabemos bien que en realidad somos muchísimos más. Este día están llegando varias decenas de personas a vivir a la ciudad y esta noche otras tantas serán deportadas por la garita. La única certidumbre es que los migrantes seguirán arribando y los más improbables e imposibles rincones de esta catástrofe topográfica se seguirán poblando. Ante esta situación, alguien ha tenido la idea crear un nuevo municipio - Nueva Tijuana- allende la 5 y10 y más allá. El naciente municipio se conformaría con las actuales delegaciones Cerro Colorado, Centenario, La Presa y Presa Rural. Todos sabemos que el gobierno municipal está rebasado (y el actual no me hace presagiar nada bueno). En cualquier caso, nada hace indicar que la creación de un nuevo ayuntamiento se traduzca en una administración más sana y eficiente mientras no se atiendan de raíz los históricos y cada vez mayores problemas de marginación, hacinamiento, carencia de servicios e inseguridad que enfrenta la zona Este (y también muchas partes de la Oeste). ¿En qué se traducirá un nuevo ayuntamiento? Se traducirá en tirar el presupuesto en más burocracia, en más politiquillos parasitarios, en más estructuras inútiles. El gobierno municipal es pura deuda y parálisis porque el grueso de su presupuesto se consume en mantener una nómina obesa e inoperante. Mira el organigrama municipal y pregúntate cuántas de las secretarías, direcciones y subdirecciones son realmente necesarias para el ciudadano tijuanense. El ayuntamiento debería concentrar todos sus recursos y sus esfuerzos en la seguridad, la limpieza y la movilidad de la ciudad. Párale de contar. El resto es politiquería. Necesitamos más trabajadores de limpia, más bomberos, más jardineros, más policías. No necesitamos más ridículos regidores con sus asesores y achichincles, ni más comisiones y subdirecciones rémoras que no sirven de un carajo. Nada te aporta crear un nuevo ayuntamiento si tu prehistórico transporte sigue en manos de mafias y si en cientos de kilómetros a la redonda no puedes ver un pedacito de área verde. En qué diablos te beneficia crear Nueva Tijuana si las calles siguen infestadas por miles de baches y una horda de carros chocolate. Qué bienestar te trae un nuevo cabildo parásito si la estructura de la ciudad sigue siendo enemiga del peatón y el ciclista. Estrenaremos ayuntamiento, pero mientras el gobierno federal no le entre con estrategia y voluntad al tema migrante, la calle y el río seguirán siendo el hogar de decenas de miles de deportados. Piénsalo: ¿de verdad necesitas un nuevo municipio? Yo tampoco.

Wednesday, December 08, 2021

12

 



¿En qué momento se nos fueron doce años? Hace no mucho teníamos un Conejito al que aún llevábamos en hombros a todas partes y de repente, en un abrir y cerrar de ojos, tenemos un muchachote que ya rebasó en altura a su mamá y que a este paso veloz no tardará en rebasarme a mí. Nuestro pequeñito ya está entrando a la adolescencia. Hasta su voz está cambiando. Esa vocecita que a diario formula infinitas preguntas, deducciones y conjeturas y que reinventa el mundo de mil maneras. Nuestra fuente de toda luz e inspiración, el solecito que da sentido a cada día de nuestra vida hoy cumple doce años