Ganamos el Revueltas 2015 con ensayo sobre el gran Federico Campbell
¿Ven a ese barbón de la foto? Se llama José Revueltas y este día procede arrojar un alacrán güero duranguense dentro de un caballito de mezcal, tequila o aguardiente y brindar a la salud de este señor y de Federico Campbell. Ha transcurrido casi un cuarto de siglo y aún recuerdo las circunstancias exactas del anochecer otoñal en que leí las primeras palabras de Dios en la Tierra: "La población estaba cerrada con odio y con piedras. Cerrada completamente como si sobre sus puertas y ventanas se hubieran colocado lápidas enormes, sin dimensión de tan profundas, de tan gruesas, de tan de Dios".
Pues bien, así como 25 años después recuerdo la lectura de aquella primera frase que me supo a pólvora mojada en pendenciero aguardiente y convirtió al canijo barbudo en terco y omnipresente compañero en mi camino de vida como lector, acaso dentro de muchos mañanas (si es que estoy vivo) recordaré el día de octubre en que estando con Iker y Carolina en un paseo escolar en el zoológico de San Diego, recibí una llamada de Mauricio Montiel Figueiras, director de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, para decirme que soy el ganador del Premio de Ensayo José Revueltas 2015. Lo más significativo de este reconocimiento y lo que más contento me pone, es que la obra premiada es El Lobo en su Hora. La Frontera Narrativa de Federico Campbell, un ensayo dedicado a la obra de un escritor que ha sido una influencia fundamental en mi vida. Así como recuerdo mi primera lectura de Revueltas, recuerdo la mañana de 1998 en que pepené Tijuanenses en la extinta librería Bronte de Monterrey e inició mi camino como lector del gran Federico. Mi agradecimiento total a Eduardo Flores Campbell, Sarina Campbell Quiroz, Federico Campbell Peña, Vicente Alfonso, Jaime Chaidez, Beatriz Aldaco, Rosina Conde y a todas las personas que aportaron sus testimonios para realizar este libro que hoy llega a buen puerto. Un abrazo colegas. El escorpión ya flota en mezcalito.