Eterno Retorno

Sunday, November 07, 2021

Siempre emocionante retornar a la austera austeridad

 

 


Retorno a la austeridad con una novela nada austera en páginas. Vaya mastodonte que ha escrito el Paul. 1033 paginitas nada más. De laaaargo aliento esta nueva lectura, La llama inmortal de Stephen Crane.  La mera verdad yo no tenía idea de quién fue ese tal Esteban Grulla. ¿Ustedes lo conocían? Yo no, pero parece que ahora lo voy a conocer a fondo. El Grulla   fue un precoz narrador de Nueva Jersey. Un   aventurero, náufrago, corresponsal de guerra y milusos que alcanzó a publicar doce  libros antes de que la tuberculosis se lo cargara en 1900,   a los 28  años de edad. La posteridad fue muy canija con él. Leído y admirado en su tiempo, poco a poco fue olvidado y borrado del canon gringo. A 120 años de su muerte y cuando ya nadie parecía recordarlo,  Paul Auster se obsesionó con él, lo llamó el Mozart de la literatura norteamericana y no dudó en considerarlo uno de los escritores más geniales de todos los tiempos. ¿Será? Por cierto,  Stephen anduvo por nuestro porfiriano México allá por 1895 y escribió una serie de relatos que fueron traducidos y editados con el título de Cuentos mexicanos por el Fondo de Cultura Económica. Habrá que pepenarlo. En cualquier caso es siempre emocionante retornar a  la austera austeridad, en la que viví inmerso en mis treinta. Irremediablemente, cual si se tratara de un designio superior a la propia voluntad, uno regresa a ciertos autores como un venado a su abrevadero. Ni modo, hay creadores  que generan adicciones incurables y el de Brooklyn es uno de ellos. Lo cierto es que a sus 74 añitos de edad al Paulino le sobra fuelle e inspiración para crear paquidermos. Ya les platicaré cómo me fue con Esteban Grulla.