Eterno Retorno

Monday, November 17, 2008

Tengo una cabeza que pese a los esfuerzos no pude olvidar el todo que pasa por encima de ella.
Una suerte de Aleph maléfico se posa encima de ella.

Es tarde
Los tiempos muerden

God hates us all,
God hate us all
You know its true,
God hates this place
You know its true
He hates this race
Homicide- suicide Hate heals, you should try it some time
Strive for peace with acts of war


La siniestra paz de un día feriado, la absoluta oscuridad de las 17:30. La noche irrumpe de golpe y los días se transforman en polvo de viento santaanero. Los días de noviembre con tanta prisa por acabar como la vida misma. En noviembre suelo estar fuera de la ciudad, pero al menos por ahora estoy aquí, sólo para darme cuenta que tanto otoño me contagia, que la desolación tiene piel y alma, está a nuestro alrededor y podemos tocarla. Tarde de asueto en la redacción, tarde de silencio y murmullos, tarde de infinita tristeza. Si algo se es medirle la temperatura a este recinto. Tiene vida, estado de ánimo, podría hasta decir que un rostro expresivo. Lo conocí desde que era una obra negra de varilla y cemento y creo que en diez años he visto todas sus caras. La redacción en silencio sepulcral, donde sólo se escucha el golpear de mis dedos en las teclas. La redacción en ebullición, en tardes de nota grande, en madrugadas de elecciones, en días de Diablo suelto y Muerte de parranda. La redacción en la mañana de un lunes y en una noche de viernes. La redacción de corbatas y la de jeans con Converse. La redacción sepultada en lutos de última cena, subida en el tren de los tiempos tristes, mordiendo el polvo de los tiempos duros. Sí, esta cara ya la conozco, la he visto muchas veces, aunque acaso nunca fue tan triste como ahora.

Esta tarde hasta el caos de las patrullas en la Vía Rápida nos ha dejado huérfanos. No hay ruido, pero sí furia y sobre todo Muerte, mucha Muerte. ¿Cuántos muertos van en el día? ¿Siete? ¿Ocho? Ayer tan sólo fueron diez y a veces me llaman del DF y me preguntan si es verdad que este día hubo seis muertos en Tijuana y yo les digo que esa información muy pronto se vuelve obsoleta, pues para esta hora ya son nueve y ayer fueron quince. “Aquí, que tampoco es la vida real, Aquí que no es un Infierno”