Eterno Retorno

Friday, March 29, 2019

La novela generacional de los setenteros-

Los nacidos en los años setenta no tenemos un libro que nos represente generacionalmente. No existe una sola obra referencial que nos hermane a miles de setenteros y que en su momento hayamos podido comentar entre nosotros sabiendo que todos la habíamos leído. Los que fueron jóvenes en los años sesenta se identificaron con Rayuela (y fueron retratados por José Agustín en La tumba o De perfil o por Parménides García Saldaña en Pasto Verde). La generación anterior tuvo a Sartre y a Camus (otros más místicos y hippies se identificaron con Herman Hesse). Los millenials tuvieron su Harry Potter y coincidieron por miles en la presentación de George R. Martin en la FIL o hacen largas filas para que Benito Taibo les firme Persona normal, pero yo nunca vi a una multitud de setenteros congregados en una presentación libresca o en una firma de libros. ¿Cuál es nuestro libro insignia? ¿Trainspotting de Welsh? Lo dudo. Somos huérfanos.

Thursday, March 28, 2019

Ahora estoy a punto de… Así se llamaba el libro usado que pepené en esa improbable feria sandieguina (¿Era la UCSD en La Jolla?) Un libro grande, de páginas tamaño póster, de pasta dura café, bastante maltratado. Libro colectivo escrito aparentemente por mujeres, aunque de eso tampoco estoy tan seguro. En la caja deseaba pagar con morralla de dólar y tarjeta mexicana y creo haber estado verdaderamente ilusionado con mi compra. “Ahora estoy a punto de…” La frase tiene esencia #hashtag. ¿Qué carajos estoy a punto de hacer? Me acompaña Hilario y su hija que me llevarán de regreso a Tijuana previa parada en WalMart. Hay prisa, pero yo no puedo evitar mirujear a ojo de pájaro un lote de Siruela (Italo Calvino y esas cosas) que se vende a 35 pesos, aunque después un tramposo vendedor de chilanga estirpe agrega uno o dos ceros a la cuenta y advierte que 350 es lo menos. Me resigno a que mi única compra será “Ahora estoy a punto de…” y la tarde de marzo es una plancha de cemento y deseo conjurar el despertar para resolver lo de la forma de pago, y asegurar que traeré ese libro a casa, que lo leeré y escribiré al mismo tiempo.

Monday, March 25, 2019

Parece ser que el presidente de México le ha escrito una carta al rey de España en la que lo insta a ofrecer disculpas por los atropellos cometidos durante la conquista. Yo creo que lo más coherente, para que esa carta tenga una dosis de credibilidad, es escribirla en náhuatl o en alguna de las más de cien lenguas que se hablaban en Mesoamérica cuando hizo su arribo la expedición de Hernán Cortés. Que elija alguno de los dialectos mesoamericanos y no la lengua que el conquistador “impuso a sangre y fuego”. Podría escribirla en la lengua que hablaban los chontales de su natal Tabasco, dialecto de la familia lingüística mayense, muy distinta de la uto-nahua que se hablaba en el Altiplano. Si tan ofendido está, que deje entonces de usar el castellano, que se cambie el Andrés Manuel por un nombre chontal y que deje de practicar el cristianismo y de citar compulsivamente la Biblia, que también entraron por la espada y forman parte de ese histórico agravio. Ahora bien, bajo los mismos argumentos podría escribirle una carta al gobernador de Tlaxcala para que se disculpe con la Ciudad de México, por aquello de que en la caída de Tenochtitlán por cada soldado europeo había diez tlaxcaltecas combatiendo a los mexicas. A su vez, los veracruzanos podrían exigir que la CDMX les pida perdón por los elevados tributos que Tenochtitlán le imponía a Cempoala y por la cantidad de doncellas sacrificadas. También los habitantes de Tlatelolco podrían exigirle disculpas a Azcapotzalco por aquello que de los tepanecas de Tezozómoc tenían sojuzgados a los mexicas hasta que éstos se liberaron y voltearon los papeles. Que todas las regiones de este territorio que 300 años después se llamó México se pidan perdón entre sí, pues Mesoamérica no era precisamente un oasis de paz y concordia. Sería divertidísimo si de pronto Macron le escribe a Conte para pedirle que Italia se disculpe con Francia por aquello que los romanos sometieron toda la Galia en los tiempos de Julio César y Vercingetorix o que Isabel de Inglaterra le exigiera a los gobiernos de Suecia, Noruega y Dinamarca que pidan perdón por las conquistas vikingas, o que España misma (o Andalucía) le exija un mea culpa a Marruecos (o a Argelia o Túnez) por ocho siglos de dominación mora. En Europa morirían de risa. Habla el presidente de la gran reconciliación entre México y España. ¿Significa eso que estamos peleados? ¿Acaso hay algún rencor mutuo? ¿Los brazos abiertos de Lázaro Cárdenas al exilio republicano no contaron? ¿La histórica hermandad cultural ha sido ficción pura? Sería en todo caso más coherente que el tabasqueño le escribiera una carta a Trump en donde lo conminara a disculparse por el robo cometido durante la guerra de 1847. A diferencia de lo que ocurrió en 1521, cuando ni México ni España existían como países, aquí sí estamos hablando de una guerra entre dos naciones que ya se llamaban Estados Unidos y México. ¿Se atrevería a escribir esa carta? Yo apuesto que no. La historia de las culturas brota de la guerra, del comercio, de la migración, de la esclavitud. Muchos pueblos del mundo somos hijos de uno o varios choques sangrientos pero a su vez enriquecedores. Si a guerras ancestrales nos vamos, sería bueno que los homo sapiens pidamos disculpas a los extintos neandertales por exterminarlos en la era de las cavernas. Pensemos tan solo en el mundo occidental. Las catorce lenguas romances (entre ellas el español) son hijas del latín, que a su vez fue exportado por las conquistas romanas. Las guerras emprendidas por el Imperio Romano costaron no poca sangre y los pueblos sometidos debieron pagar tributo al César, pero a su vez la Europa actual no sería concebible sin esa primera gran integración. ¿Significa eso que la actual Italia (nacida con Garibaldi a finales del Siglo XIX) deba pedir disculpas a todos los europeos por la sangre derramada 2 mil años antes por los legionarios romanos? En Gran Bretaña había bretones, celtas y caledonios que guerreaban entre sí y que después fueron invadidos por romanos y más tarde por sajones y después por vikingos y normandos. Siglos después, Gran Bretaña sería a su vez poblada por los habitantes de las antiguas colonias de su imperio (India, Pakistán, Jamaica etcétera). Un británico del Siglo XXI es una mezcla de todo eso. ¿A quién exactamente debe exigir y ofrecer disculpas Gran Bretaña? Dentro de la gran liturgia chaira (y chairo es sinónimo de resentido y acomplejado), azuzar el complejo de la conquista es un acto sacramental. El perfecto idiota latinoamericano revuelve una y otra vez sus traumas contra Hernán Cortés y compañía. Es un rasgo distintivo, casi una declaración de principios. La mayoría de las basuras populistas que han contaminado Latinoamérica, empezando por Huguito Chávez y compañía, han tratado de echarle leña al fuego revolviendo los traumas y los complejos no resueltos por la conquista. Si de verdad el mancuspano tiene un compromiso con los pueblos originarios,, que vaya a la Selva Lacandona e intente ser aceptado por el Consejo Nacional Indígena, el Consejo de los Pueblos, por el EZLN que se niegan a reconocerlo y se oponen a su depredador tren maya. Digo, un poquito de coherencia no viene mal por estos rumbos.

Sunday, March 24, 2019

El paraíso lowryano-

Malcolm Lowry concibió la idea de emular a Dante y escribir una monumental obra dividida en infierno, purgatorio y paraíso. El infierno fue (obvia decir) Bajo el volcán y fue el único que vio la luz de manera íntegra. Paradójicamente el purgatorio ardió en llamas cuando se incendió su cabaña en la Columbia británica el 7 de junio de 1944. Su esposa Margerie logró salvar de la quemazón el manuscrito del Volcán, pero el borrador de En lastre hacia el mar blanco, su novela purgatorio, fue consumido por las llamas. Malcolm nunca superó la pérdida. Muchos años después de la muerte de Lowry, su primera esposa, Jan Gabrial, entregó a la imprenta un primer e inconcluso borrador del mar blanco conservado en Nueva York, pero es apenas un esbozo de la obra quemada. La novela paradisiaca nunca fue escrita ¿Habría sido México el escenario o acaso Oaxaca y Cuernavaca solo eran posibles como recintos infernales?