La vida nunca había tenido tanto sentido como ahora. La vida, simplemente, merece la pena ser vivida. Todo esto tiene el alma y el olor de lo onírico. Aùn temo pellizcarme, despertar y decirle a Carolina: Sabes lo que soñè, que estaba de viaje en China y tù me anunciabas que tendríamos un hijo y yo me emocionaba tanto, que no podía mantenerme dormido y despertaba repentinamente. Sì, esto se parece mucho a la duermevela. Sueño que sueño, pero frente a mì hay una ventana, a menos de un metro del escritorio, desde donde veo las luces de Shangai a las 2:00 de la mañana y miro al cielo y solo pienso que allà del otro lado del mundo un corazoncito està aprendiendo a latir.
Friday, April 03, 2009
Thursday, April 02, 2009
El cielo bajò hasta mì esta tarde. Las cosas màs grandes de la vida, aquellas que te dejan un tatuaje en el espíritu, las intuyes, las sabes, las revela algo que yace en lo màs profundo de tu ser. Creìa, sabìa que recibirìa esta noticia, pero no imaginè que me sacudiría de esta manera, que me provocarìa semejante terremoto en el alma. Tuve que vivir casi 35 años y venir hasta el otro lado del mundo para recibir la noticia màs hermosa. Hace un momento sentí que debía llamar a Carolina. Era una necesidad extrema, sobrenatural. Estoy lejos, demasiado lejos en realidad, viajando en un autobús de Kunshan a Nanjing, en China. Pedì un celular prestado a un compañero de viaje y entonces recibì la noticia y tardè un par de segundos antes reaccionar y acaso las lagrimas fueron màs rápidas que la razón, que las ideas y la absoluta conciencia de que la vida a partir de este momento es otra y tiene sentido.
La travesìa comenzó al atardecer del dìa 29 de marzo, un helado domingo prófugo del invierno en plena primavera.
El punto de partida fue el estacionamiento de Palacio Municipal de Tijuana; el destino: el aeropuerto de Los Ángeles donde a la 1:40 de la madrugada despegò el vuelo 440 de Air China rumbo a la ciudad de Beijing.
El dìa 30 de marzo apenas existió para nosotros y transcurrió por entero dentro de ese espacio límbico e irreal que es todo avión en vuelo intercontinental.
Partimos en la primera hora del lunes americano y llegamos a China a las 5:40 de la madrugada del martes oriental.
A lo largo de casi 13 horas dimos vuelta a la mitad de la circunferencia de la tierra sin ver jamàs la luz del dìa a través de la ventanilla.
Un helado amanecer con 0 grados de temperatura nos recibió en Beijing, capital de la Repùblica Popular China, una urbe cuya cara fue sometida a intensa cirugía para organizar los Juegos Olìmpicos del 2008.
Nuevas autopistas, una moderna tercera terminal en el aeropuerto e imponentes rascacielos, contrastan con las viejas construcciones y los multifamiliares obreros de la época de Mao.
Con màs de 2 mil años de historia a cuestas, esta ancestral metrópoli es el centro del poder político de la economía màs pujante y agresiva del Siglo XXI.
Quien crea que estas giras son sinónimo de vacaciones està muy equivocado, pues apenas hubo minutos disponibles para cambiarse de ropa antes de iniciar a las 8:00 de la mañana con la primera cita del dìa, un desayuno con el Embajador de Mèxico en la Repùblica Popular China Jorge Guajardo.
La sorpresa de la mañana para doce desmañanados tijuanenses víctimas del jet lag, fueron los suculentos chilaquiles preparados por la chef Adriana Barrio, hija del ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio.
La jornada apenas comenzaba y sin tiempo que perder nos trasladamos a la sede del mayor inversionista de fondos chinos fuera del país, una compañía que supervisa inversiones en 45 naciones del mundo.
El viaje apenas comenzaba y por la tarde ya estábamos de nuevo rumbo al aeropuerto para tomar un vuelo rumbo a la ciudad de Changchun, al Norte de China, una helada ciudad que posee el mayor cluster automotriz de Asia.
El jet lag hacìa de las suyas y nosotros yacíamos dentro de otro avión rumbo al Norte.
El punto de partida fue el estacionamiento de Palacio Municipal de Tijuana; el destino: el aeropuerto de Los Ángeles donde a la 1:40 de la madrugada despegò el vuelo 440 de Air China rumbo a la ciudad de Beijing.
El dìa 30 de marzo apenas existió para nosotros y transcurrió por entero dentro de ese espacio límbico e irreal que es todo avión en vuelo intercontinental.
Partimos en la primera hora del lunes americano y llegamos a China a las 5:40 de la madrugada del martes oriental.
A lo largo de casi 13 horas dimos vuelta a la mitad de la circunferencia de la tierra sin ver jamàs la luz del dìa a través de la ventanilla.
Un helado amanecer con 0 grados de temperatura nos recibió en Beijing, capital de la Repùblica Popular China, una urbe cuya cara fue sometida a intensa cirugía para organizar los Juegos Olìmpicos del 2008.
Nuevas autopistas, una moderna tercera terminal en el aeropuerto e imponentes rascacielos, contrastan con las viejas construcciones y los multifamiliares obreros de la época de Mao.
Con màs de 2 mil años de historia a cuestas, esta ancestral metrópoli es el centro del poder político de la economía màs pujante y agresiva del Siglo XXI.
Quien crea que estas giras son sinónimo de vacaciones està muy equivocado, pues apenas hubo minutos disponibles para cambiarse de ropa antes de iniciar a las 8:00 de la mañana con la primera cita del dìa, un desayuno con el Embajador de Mèxico en la Repùblica Popular China Jorge Guajardo.
La sorpresa de la mañana para doce desmañanados tijuanenses víctimas del jet lag, fueron los suculentos chilaquiles preparados por la chef Adriana Barrio, hija del ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio.
La jornada apenas comenzaba y sin tiempo que perder nos trasladamos a la sede del mayor inversionista de fondos chinos fuera del país, una compañía que supervisa inversiones en 45 naciones del mundo.
El viaje apenas comenzaba y por la tarde ya estábamos de nuevo rumbo al aeropuerto para tomar un vuelo rumbo a la ciudad de Changchun, al Norte de China, una helada ciudad que posee el mayor cluster automotriz de Asia.
El jet lag hacìa de las suyas y nosotros yacíamos dentro de otro avión rumbo al Norte.
Wednesday, April 01, 2009
Esto es Jet Lag y no chingaderas. Son las 6 35 de la mañana y ahora caigo en la cuenta de que la Ciudad de la Furia son estos mil y un edificios que miro desde la ventana de un piso 31. Metropoli infinita, esto que contemplo se llama Shangai.
Tuesday, March 31, 2009
La vida suele dar grandes sorpresas, enormes sorpresas, y a veces te habla en chino. En este momento, traigo a cuestas todos los viajes de Marco Polo. Seguiremos informando.