Eterno Retorno

Friday, June 18, 2004

La ciudad más tolerante de México

Este intercambio de ideas sobre la tijuanología y la metafísica de lo fronterizo me ha servido para meditar una serie de conceptos.
Creo que la conformación social de Tijuana es el espejo o el adelanto de lo que serán las grandes urbes en el futuro inmediato. Con la migración universal como gran detonante de la cultura humana, en el futuro serán cada vez menos las ciudades con una base social nativa mayoritaria.
Las urbes que se jactan de sus aristocracias locales, sus apellidos, sus feudos de poder e influencia serán contadas y en cambio cada vez veremos más ciudades llenas de gente venida de todas partes , de quiensabedonde, que aprenderá a convivir, e intercambiar costumbres y valores.
Tijuana es la única gran ciudad de México que no tiene delirios aristocráticos. A diferencia de Guadalajara, Puebla, Ciudad de México y Monterrey, Tijuana no tiene que padecer una aristocracia local.

En el Siglo XVII Amsterdam se convirtió en la capital de la tolerancia de Europa, pues la gran capital de Flandes recibía por igual judíos, protestantes, católicos o musulmanes. Hoy en día, Amsterdam sigue siendo la ciudad más tolerante del Mundo.
No creo exagerar si digo que Tijuana es la ciudad más tolerante de México. Aquí tu origen social y tu apellido valen madre.
La influencia de la religión católica es mínima, lo que se refleja en la enorme penetración de sectas diversas (las cuales en lo personal considero tan o más nocivas, pero bueno, Voltaire dijo que hay que ser tolerante), aunque también en una muy respetable aceptación de culturas sexuales o familiares diversas.
Tijuana es tolerante y noble con el diferente, con el forastero, con el librepensador. Aquí uno puede ser soletero, casado, divorciado, viejo, joven, heterosexual u homosexual y no encontrará rechazo. En otras ciudades, si eres mayor de 27 años y no estás casado, cuidado. Yo en honor a la verdad he sido feliz en Tijuana y por ello detesto a quienes hablan mal de esta ciudad.
Un buen termómetro para medir el nivel de delirio aristocrático de las ciudades, son las secciones de Sociales de los periódicos.
Les pongo este ejemplo: El radical ascenso de El Norte en Monterrey se debió a la creación de la Edición Sierra Madre, una especie de Revista Hola que retrata a los aristócratas de San Pedro Garza García en pleno derroche de frivolidad. Esos suplementos son un éxito total. Todos los sectores urbanos de Monterrey tienen su propio suplemento. Son muchísimas páginas que sólo retratan fiestas, bautizos, bodas y de más parafernalia social propia del católico.
Los regios necesitan verse retratados, admirados, envidiados. Aman sus apellidos, sus árboles genealógicos, su historia personal. Sí, es cierto, las universidades, concretamente el Itesm, están llenas de foráneos, pero los regios son los regios y su sociedad es intocable. ¿Es de la colonia? Esa típica expresión se refiere a si vives en San Pedro Garza García. No necesitan decir ni aclarar de qué colonia. Tu apellido y tu background lo es todo.
En Guadalajara y Puebla, según entiendo es mucho peor.

Epílogo

En efecto, soy un out sider. Pero Tijuana entera es una ciudad de out siders.
Pongo nada más como ejemplo el microcosmos donde me desenvuelvo. Aquí en mi equipo somos nueve reporteros: Tres de Sinaloa, dos del DF, dos de Tijuana, un sonorense y un regiomontano. Esta conformación refleja un promedio más o menos aproximado de la forma en que se distribuye cualquier equipo humano en Tj
Yo quiero que encuentren una oficina, una cuadrilla, un salón de clases donde todos sus integrantes sean nacidos aquí. Es más, todavía no conozco la primera persona que me diga, yo nací en Tijuana y mi papá y mi mamá también nacieron en Tijuana. ¿Alguien levanta la mano?


Thursday, June 17, 2004

(Yo soy fronterizo, pues por si no lo saben, trabajo en Frontera).

Me he tratado de mantener al margen del debate en torno a la metafísica de lo fronterizo, primordialmente porque lo considero estéril. Buscar definiciones, estereotipos y clichés propios de esta región me parece por demás absurdo. Lo que define a esta región es ante todo su diversidad y tratar de meter lo diverso en el estrecho corral de una clasificación es infructuoso.
A ver: Vamos a juntar en un cuarto a un gringo habitante de San Antonio del Mar en la Carretera Escénica, un mixteco que habita en la Obrera, un chilango que renta un depa en Playas, un nayarita que vive en el Pípila, un sinaloense que regentea una marisquería en El Florido y un natural born Tj de La Cacho o la Hipódromo. Todos ellos viven, trabajan, comen, cogen y duermen en esta ciudad aunque tengan poco o nada en común. En teoría no habría demasiados temas de conversación entre ellos y sin embargo respiran el mismo aire. Hay mucha gente de Playas que jamás en su vida se ha parado en el Mariano y no por ello es menos tijuanense. Conozco muchísimas personas en esta ciudad que no tienen visa y nunca en sus vidas han cruzado al otro lado, cosa que se supone todo tijuanense hace o debe hacer.
Tijuana va a cumplir 115 años. Es una ciudad adolescente, puberta. Por favor, no quieran imponer definiciones a una ciudad que aún no es adulta y por fortuna no tiene un estereotipo de Tijuana Style of Life. Tomen este ejemplo. ¿Saben por qué es tan difícil para un periódico tijuanense captar lectores? Por que aquí nadie es igual. No hay borergadas ni mayorías. No hay masa. Por eso los equipos profesionales no arraigan. En Monterrey, El Norte se permite tirar 80 mil o 100 ejemplares por la razón de que hay más de 100 mil familias regias que comparten intereses, valores, religión, aspiraciones y apellidos. Tigres y rayados se dividen la afición. La religión católica es ama y señora. El trabajo y el progreso económico son los únicos valores. Lo que está fuera de ahí es minoría. Lo mismo sucede en Hermosillo y me atrevería a decir incluso en Mexicali. Hay ciudades que tienen una base de población absolutamente homogénea. Monterrey, por ejemplo, es norteña, tiene una enorme influencia de la cultura texana y sin embargo no tiene muchos puntos de comparación con Tijuana. De hecho son muy diferentes. El comportamiento y destino de los estratos sociales regios es por demás predecible. El de los tijuanenses No. Aquí hay de todo y para todos. Conozco gente que vive en esta ciudad y no sabe cómo se llama el alcalde o el gobernador y le vale madre enterarse. Gente que vive aquí y si acaso alguna vez agarró el periódico, fue para checar el clasificado. Gente que va a cumplir 20 años de rentar una casa que nunca acaba de tomar forma y jamás se ha preocupado por saber lo que es ser o no ser tijuanense o fronterizo. Y sin embargo vive aquí muy feliz de la vida. Por eso Tijuana es bello. Por lo inmensamente diversa.

A ver, aquí está mi humilde ejemplo: Soy nacido en Monterrey, casado, 30 años de edad, ejerzo el periodismo, me gusta la literatura el futbol y el metal. No se como se juega el beisbol, no hablo en spanglish, puedo contar con los dedos las veces que he ido a la Coahuila, nunca en mi vida he ido a Dinsney ni a Las Vegas ni me interesaría ir nunca. ¿No tengo derecho a ser llamado tijuanense? En esta ciudad trabajo, en esta ciudad hemos comprado nuestra casa, posiblemente vivamos aquí toda nuestra vida. Recorro esta ciudad todos los días del extremo Oeste hasta el Este. Todos los días. A lo largo de cinco años he conocido gente y lugares de esta urbe que mucha gente nacida aquí jamás ha conocido ni le interesa conocer.
En Tijuana el estereotipo se va a la chingada. También las paranoias nacionalistas. Por eso amo a esta ciudad.

Pasos de Gutenberg

Lotería. Retratos de compinches
Vicente Leñero
Joaquín Mortiz. Contrapuntos

Por Daniel Salinas Basave

Lotería. Retratos de Compinches es tal vez el libro menos conocido de Vicente Leñero. Frente a la celebridad de obras como Los albañiles o Los periodistas, Lotería parece destinado a ser una rareza editorial de pocos ejemplares.
Retratos de compinches es un subtítulo que puede resultar un tanto engañoso para este libro y que de entrada me hizo desconfiar un poco.
Una vez concluida su lectura, me queda claro que el prejuicio puede generarse dependiendo del concepto que el lector pueda tener del término compinche.
Confieso que imaginé encontrar una suerte de homenaje cálido y simpático de parte de Leñero a sus colegas, pero lo cierto es que el autor de Estudio Q no fue en absoluto condescendiente con sus retratados.
La verdad cuesta trabajo encontrar dentro de la cartografía cultural actual un autor de la estatura y honestidad intelectual de Leñero.
En Lotería podemos encontrar lo mismo la sui generis semblanza de autores consagrados como Juan José Arreola, Rodolfo Usigli, Ricardo Garibay y José Emilio Pacheco, la crítica a una agente literaria como es Carmen Balcells y el brevísimo retrato de un periodista como Julio Scherer.
También hay espacio para hablar de José Donoso, del argentino Manuel Puig y de la maestra de la novela negra estadounidense Patricia Highsmith.
Con esa pluma fácil que transforma cada página de Leñero en la voz de un agradable conversador y con su honestidad prueba de fuego, el autor nos regala algunas anécdotas bastante peculiares que involucran a algunas vacas sagradas de la elite intelectual.
Un García Márquez furioso porque interrumpieron su siesta en un hotel de Alemania, un José Donoso internado en un hospital a causa de una misteriosa crítica aparecida en La cultura en México, una Carmen Balcells que promueve libros que jamás ha leído son sólo algunas de las casillas de esta rara lotería.
Concluida la lectura de este libro de tan sólo 130 páginas, uno se queda con algunos chismes sabrosos y la certeza de que Leñero parece odiar sobre todas las cosas el virus de la pedantería que afectó a muchos de sus amigos apenas ganaron unas migajas de fama.


Wednesday, June 16, 2004

Mi bloomsday (Ulises Salinas Basave)

16 de junio de 2004. Ufff. Vaya que ha sido largo mi Bloomsday. No sé si podría escribir mi Ulises particular sobre este día, pero vaya que ha tenido páginas.
Por causa de los ladridos de Morris y mi mis repentinos despertares, la noche no fue todo lo placentera y reparadora que yo hubiera deseado.
A las 6:00 a.m. como sucede todas las mañanas de entre semana, el agua de la regadera saludó a mi rostro y me sacó de los reinos de Morfeo.
Un 16 de junio de 1904 en la hermosa Ciudad de Dublín, República de Irlanda, un señor llamado Leopold Bloom se puso a caminar por las calles y sus pasos escribieron el día más largo de la literatura universal. Por alguna suerte de espíritu chocarrero de un Joyce travieso, este día del centenario ha sido largo y agotador.
Por desgracia, no estuve en Dublín bebiendo un delicioso tarro de Guiness entre prados de tréboles y cruces celtas. No señores. Estuve en la fronteriza ciudad de Tijuana, la que recorro todos los días, en ocasiones varias veces, de Este a Oeste. A las 7:15 de la mañana corríamos por la carretera escénica. El Sueño Stereo de Soda ambientaba la mañana (por consideración a Carolina no pongo extreme metal cuando salimos de casa por la mañana) Cielo nublado, mar en calma, islas ocultas. Poco tráfico en la Internacional, más o menos en la Vía Rápida, exceso de calafias en Insurgentes, vamos bajando a buena velocidad por la Rampa Cetys listos para dar vuelta en paseo Guaycura rumbo al trabajo de Carolina cuando en eso PUMMM. Se escucha un pinche tronido de aquellos seguido de un descontrol en la marcha. Flap, flapl, flarrrchhh. Llanta totalmente reventada. Hay un demonio chocarrero que siempre me juega malas pasadas, pero este demonio es buena onda. Me hace la maldad pero de la forma más suave posible. El espíritu chocarrero, o él ángel guardián que nos cuida, tuvo a bien poner una llantera justo a unos metros de donde se reventó el neumático. A como pude y a puro golpe de rin avancé los metros que me separaban de la vulca. Parche de lona, 50 pesitos y 15 minutos de retraso. De los males el menor. Tomen en cuenta que todos los días recorro más de 22 kilómetros de carretera, a más de 75 millas por hora, muchas ocasiones a la media noche, como sucederá dentro de un momento. Por fortuna la llanta reventó en el lugar menos peligroso. Carol tomó un taxi libre a su trabajo y yo esperé la reparación de la llanta. A toda velocidad a mi trabajo con el Brave New World de Iron Maiden a todo volumen. 8:45. Junta de planeación. Vaya día el que nos espera. Una mañana improductiva. En Gobierno del Estado no me resuelven un carajo de las peticiones de información que les hago. Grecia le hace sudar la gota gorda a España. Vaya defensa molesta. Portugal prende la velita de la esperanza y Cristiano Ronaldo nos regala mínimos chispazos de magia. Voy a comprar una llanta nueva al Costco. 800 pesitos hieren mi regio codo. Desde hace rato traigo ganas de escuchar en el carro el And Justice For All de Metallica, pero resulta que sólo lo tengo en casete, ejemplar que por cierto robé de una Suburbia en el DF algún día del verano de 1989, bicentenario de la Revolución Francesa, a mis 15 años de edad, robo que me costó una buena persecución de la que salí bien librado. Tenía ganas de escuchar One, Blackened y al medio día caí a la tienda de discos usados que está en Ermita y Díaz Ordaz, donde lo miré en días pasados, pero mierda, otro metalero nostálgico lo llevó. Nomás de puro coraje me llevé uno de éxitos The Cult. She sells Sanctuary, Fire Women, Sweet Soul Sister. Puro Cult. Otra junta más en la tarde para afinar la supercobertura del debate de los candidatos. Me lanzo al Campestre con mi colega Villegas. El Bulevar está atiborrado de porras de panaderos y tricolores que agitan sus banderas.
Entre duelos de porras que estuvieron muy cerca de llegar a los golpes, interrupciones reiteradas y un apagón de 33 minutos, los candidatos del PAN, PRI y PRD a la alcaldía de Tijuana afrontaron el debate organizado por la Coparmex.
Eran las 19:37 horas, cuando el Club Campestre quedó a oscuras cuando el candidato panista Jorge Ramos estaba respondiendo una pregunta de la perredista Martha Patricia Ramírez.
Una aparente falla en los transformadores de la Comisión Federal de Electricidad producida por el choque de un globo contra dos cables produjo un apagón.
En medio de la confusión y el desorden y ante una temperatura que iba en aumento por la falta de aire acondicionado, los tres candidatos debieron aguardar 33 minutos a que volviera la energía.
Entre nervios, contradicciones y ocasionales versiones mutuas acerca de un apagón provocado, el sudor, provocado por la tensión y la sofocación del recinto era evidente en los rostros de los candidatos.
Cuando el Comité Organizador de la Coparmex estaba por declarar suspendido el debate, la luz volvió al Campestre a las 20:10 horas y el evento se reanudó.
No voy a expresar mis opiniones al respecto. Por respeto a la ética que exige mi trabajo periodístico no mezclaré mis opiniones personales en este blog. Sólo diré que en términos exclusivamente técnicos, Ramos se vio mejor. Vaya que tengo tablas para calificar un debate. En la carrera fui capitán del equipo de debate de mi facultad y participé en muchos. Los debates públicos y la oratoria son mi mero mole. By the way, promoción aparte, también he sido moderador de un debate. No de candidatos a la alcaldía sino a la Gubernatura. El 27 de abril de 1997 fui el moderador de un debate en el que participaron los siete candidatos a la gubernatura de Nuevo León. Fernando Canales, Natividad González Parás, Pablo Livas, Luis Eugenio Todd, Liliana Flores Benavides etc. celebrado en Cintermex. El debate fue organizado enteramente por nosotros, es decir por el Consejo Interuniversitario que comandábamos mi colega Jopy Montero, Evangelina Nájera, Leonardo del Bosque y yo mero, que fui el moderador. A las pruebas y notas periodísticas me remito. Llegando a la redacción a escribir y escribir y escribir fast as you can. No es por nada, pero la verdad es que soy una de las personas que conozco más rápidas para escribir. Pum, pum, pum, tundir teclas, hilar conceptos, no descarto uno que otro error lo confieso, pero listo. ¿Ustedes creen que con este pinche ritmo de vida voy a poder parir una gran obra literaria? y ver la Eurocopa con una deliciosa cerveza como Diosito manda? Son las 23:33 horas. Estaré aquí hasta después de la media noche. Después me iré otra vez por carretera, más de 22 kilómetros rezando porque no me vuelva a reventar la llanta, escuchando HamerFall o The Cult a todo volumen y llegaré a casa como a la 1:00 (si es que no ocurre un percance), Carolina estará durmiendo y yo cenaré algo ligero y beberé un vaso de Buchanas, así solito, sin agua y sin hielo, tibio como los dioses escoceses lo ordenan y pensaré unas cuantas cosas y me dormiré, menos de cinco horas y dentro de poco, cuando el Sol del day after the Blomsday esté saliendo volveré a encender el carro y saldré a la carretera y los voceadores en los cruceros estarán ofreciendo el periódico que estamos acabando de armar en este preciso momento y la vida seguirá su curso, Tijuana enloqueciendo, mil teclas serán tundidas para sacar a ala calle el número mil 649 de nuestro diario y ni siquiera me permitiré filosofar acerca de la vida, porque en esta perra existencia periodística no se medita, se vive, se escribe, se bloguea, sólo para afirmar, como Molly Bloom: Sí, sí quiero.

Tuesday, June 15, 2004

Me es imposible no dejarme seducir por la idea de la posible existencia de los autores y libros ficticios que encarnan en muchas de las mejores historias de la literatura de ficción. El Quijote de Avellaneda o de Pierre Menard y el Necronomicon de Abdul Alhazred son ejemplos de ello en los que más abajo abundaré.

Cuando leí el Diario de un pendejo de Fernando Nachón, el personaje hablaba de la existencia de un libro titulado De a perrito. Dado que en ese entonces ignoraba si el personaje en cuestión era un producto de la ficción, pensé que el libro De a perrito bien podía ser sólo una obra cuya existencia era imaginaria y se limitaba únicamente a las fronteras del Diario de Nachón. De cualquier manera, siempre me quedó una enorme curiosidad al respecto.
Años más tarde, vi el libro en la lista de títulos de Fontamara, pero jamás pude encontrarlo en una librería. De a perrito era un libro cuya existencia física no conocía aún.

Ayer los guardias de la recepción me llamaron para que bajara a recoger un paquete a mi nombre. Como es bien sabido en Tijuana, hace una semana alguien nos sembró una camioneta cargada con 800 kilos de mota en el estacionamiento de nuestras oficinas y desde entonces los guardias andan un tanto cuanto paranoicos.
La señora gendarme me entregó un paquete envuelto en papel amarillo. Tenía remitente de Jalapa. En su interior el mismísimo De a perrito, con dedicatoria de su autor Fernando Nachón. Ufff. Realmente me puse contento. Más tarde en casa, un par de copas de Terra y un disco de Entombed acompañaron la lectura del primer capítulo, en el que el autor nos narra sobre sus correrías en un Sanborns de Insurgentes y sus dudas sobre si la ingesta de una chaparrita y unos pingüinos marinela aparecerían en un premio Nobel de Literatura. Ya platicaré más conforme avance.
Por ahora, sólo me resta darle las gracias al autor del libro por este gran detalle. De a perrito, a diferencia del Necronomicon, sí existe. Es real.


El Quijote de Avellaneda

Durante algún tiempo, me dediqué a buscar el Falso Quijote de Avellaneda, aquella apócrifa segunda parte que supuestamente le plagiaron a Cervantes.
La historia se contradice. Hay quien afirma ante el éxito de la Primera Parte del Quijote en 1605, brotaron plagiarios hasta debajo de las piedras, lo cual es bastante probable. El más conocido de ellos y el único cuya existencia, dicen, está probada , es Avellaneda. Por esa razón Cervantes decidió escribir la auténtica Segunda Parte, al final de la cual decide matar a Alonso Quijano, cosa que se cuida de recalcar; Don Quijote no puede reencarnar en una tercera parte pues ya está muerto, dijo bien clarito el manco de Alcalá de Henares en las consideraciones finales de su obra, lo cual no evitó que tres y medio siglos después, Borges nos entregara una de las ficciones más deliciosas que existen sobre el Quijote como es el Pierre Menard. Algo de lo más delicioso de la Segunda Parte del Quijote cervantino, es que los personajes son lectores de la Primera Parte de la novela, que resulta un auténtico campanazo editorial. Una de las razones por las que el Quijote decide no acudir a las justas de Zaragoza e ir camino de Barcelona (en cuya playa encontrará al infausto Caballero de la Blanca Luna) es por el hecho de que en la segunda parte de Avellaneda se habla de su viaje a Aragón. En afán de poner en evidencia la falsedad del plagiario, el Quijote decide sobre la marcha torcer el rumbo. El éxito de Don Quijote en el Castillo de los Duques, obedece al hecho de que la Duquesa había leído sus aventuras. Lo mismo sucede con Roque, el hidalgo líder de la banda de bandoleros, o el Caballero del Verde Gabán. Don Quijote avanza en la Segunda Parte topándose con sus lectores.

¿Quién era Avellaneda?

Nos dice Carlos Yusti que Emiliano M. Aguilera, en el prólogo del libro, ?Nuevas andanzas del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha?, de Alfonso Fernández de Avellaneda (que es por cierto un seudónimo, comentario DSB)nos informa: ?Nueve años después de aparecida la primera parte del Quijote cervantino y uno antes de que la segunda viese la luz, un novelista que decía ser licenciado y llamarse Alonso Fernández de Avellanada publicó en Tarragona, con los correspondientes permisos eclesiásticos e impreso en los talleres de Felipe Roberto, un segundo tomo del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras?.
Desde la aparición del libro de Avellaneda, conocido también como el Quijote apócrifo, ni su autor ni el libro gozaron de popularidad alguna y menos todavía al publicarse en el 1615, la segunda parte escrita por Cervantes, que agotó en un año la primera edición realizada por Juan de la Cuesta en Madrid.
Sobre Alonso F. Avellaneda se han producido infinidad de conjeturas y pesquisas, sin que las mismas hayan logrado descubrir su verdadera identidad.
Con el correr del tiempo el Quijote de Avellaneda se convirtió en un libro si se quiere maldito. Su autor fue tachado de advenedizo, resentido y envidioso.
Sin embargo, su aparición sirvió para motivar a Cervantes a entregarnos su maravillosa Segunda Parte, que en lo personal me gusta un poco más que la Primera, además de generar ese doble juego de ficción sobre ficción que se repite capítulo tras capítulo.

Necronomicon

Otro caso típico es el del Necronomicon del árabe loco Abdul Alhazred. Hay muchísimos ocultistas que han tratado de demostrar la existencia de este libro más allá de las ficciones de H. P. Lovecraft. Según ellos el árabe Alhazred fue un personaje que vivió en el Siglo VIII. De hecho, he visto en las secciones de esoterismo de librerías más comerciales ejemplares que se autonombran el auténtico Necronomicon. El más famoso, sin duda alguna, el de editorial Edaf. Nadie ha podido demostrar la existencia del árabe loco. Lo común es pensar que toda la mitología que conforma la obra de Lovecraft, fue creada absolutamente en la cabeza del escritor de Providence Rhode Island. Sin embargo, es un hecho que algunos elementos son tomados de la mitología sumeria. Hay quien sostiene que los mitos sobre un libro maldito llamado Necronomicon son ancestrales y que Lovecraft se sirvió de ellos para integrar su riquísima y terrorífica obra.


Hay muchos casos similares en la literatura. En este momento recuerdo La inmortalidad, en la que Milan Kundera se permite aparecer fugazmente en un balneario y hablar sobre sus planes de escribir La insoportable levedad del ser.
Otro caso, aunque a mi juicio algo pretencioso, es el de Negra espalda del tiempo, de Javier Marías, en el que se dedica a hablar de los efectos que tuvo su obra Todas las almas en la comunidad académica de Oxford.

Monday, June 14, 2004

La Guerra de 100 Años

El conflicto bélico más largo de la historia, es la llamada Guerra de 100 años entre Inglaterra y Francia. El nombre con el que se le denomina se queda corto, pues la guerra duró en realidad casi 130 años, si bien en todo ese tiempo hubo alternancia entre periodos de combate sin cuartel y meses de relativa y mentirosa paz.
Hacia 1429, cuando Inglaterra ya tenía en la bolsa a los franceses y la moral gala se arrastraba por los suelos, surgió de la campiña una visionaria jovencita de 19 años que en cuestión de semanas, revirtió la situación y volteo la tortilla a favor de Francia. La nación que tenía la guerra perdida, se alzó victoriosa (aunque muy fugazmente) acaudillada por esta muchacha enfundada en una armadura que seguramente pesaba más que su cuerpo. Estoy seguro que no existe punto de comparación alguno entre Juana de Arco y Zinedine Zidane. Me imagino que la linda doncellita de Orleans estaba más o menos potable y no creo que alguien pudiera confundir al malencarado calvo de Marsella con una muchachita guapa como supongo era Juana.
Sin embargo, ayer, cuando los hooligans ya entonaban el God Save the Queen y se preparaban para una noche de larga jarra, llegó la pierna de Zidane y en dos minutos los puso contra la pared. Un tiro libre colocado con guante de seda y una lección ejemplar de como patear penales con dedicatoria para David Beckham en tan sólo dos minutos, hizo callar a la Reina y entonar la Marsellesa. Lisboa no fue Waterloo, Napoleón le jaló las patas a Wellington y el equipo de la Rosa peligra una vez más.

Helenos y lusitanos

Los griegos que fueron a Portugal no tienen cara de espartanos. Su actitud no se parece a la de los combatientes de la Iliada, o los mártires de Salamina o las Termópilas. No lucen en absoluto como un ejército poderoso, pero ah como son efectivos. Digamos que más parecen una guerra de guerrillas. Hacía mucho, muchísimo tiempo que no veía un equipo tan incómodo, tan correoso como este Grecia. Esa forma que tienen de defender y multiplicarse por tres en la marca personal es para desquiciar a cualquiera. Apenas le caía le pelota a Figo y ya había tres helenos encima de él. La regresaba y otro par cae sobre de ella como perros. Mandaba centro al área y el balón era rechazado burocráticamente por una filosofal cabeza ateniense presta a desbaratar todo intento de los lusitanos. Los navegantes portugueses perdieron la brújula. El capitán Vasco Da Gama se quedó a la deriva en su barquito flotando en alta mar mientras la cuna de la civilización occidental le comía el mandado en la cocina de su casa. Pobre Figo, extraordinario jugador condenado a encarnar la historia de lo que pudo haber sido. Pobre Felipao, descubriendo que hablar portugués no es lo mismo que hablar brasileño. Pobre Cristiano Ronaldo, queriéndose comer la Europa unificada a sus 18 años. Pobre Portugal y pobre de mí, que hace muchos años sueño con ver cubrirse de gloria a los lusitanos.


Rafael Medina

No se lo que quiero, pero se lo que no quiero y hoy no me gustaría ser Rafael Medina. Mi piel no soportaría llevar un tatuaje tan espantoso por el resto de mi vida. Un tatuaje tan grande como el marco de una portería a la que ni siquiera le supo atinar. Una pata enchuecada por los nervios, una pelota que se fue volando como el campeonato y que fue a dar a la pista asfáltica del México 68 o algún lugar de una tribuna atiborrada de rebeldes cegehacheros. Dicen que la gente sólo recuerda a los goleadores y olvida a los que fallan. Rafa Medina sin duda reza para que lo olvidemos pronto, pero de todos los nombres de la derrota, es el único que jamás vamos a olvidar. A ver aficionados Pumas y Chivas, hagamos un ejercicio ¿Pueden ustedes decirme en este momento de memoria los nombres de los nueve tiradores que sí acertaron los penales? ¿Me los podrán decir en una semana? ¿Los recordarán en un año? Son simplemente nueve pateadores que cumplieron su burocrática obligación con poner el balón en la red. Punto. ¿Pero pueden decirme el nombre del que falló? Síííí. Se llama Rafael Medina, contesta el estadio entero como el coro de una tragedia griega y su nombre quedará inmortalizado de la misma forma que recordamos a Baggio volando la pelota por los aires de Pasadena en el último penal del Mundial 94, o a Zico entregándole la pelota a Bats en el Jalisco, o como sucedió ese mismo día, unas horas más tarde, aún podemos ver a Servín sacando espantoso calcetinazo contra Schumagger desde ese punto penal maldito marcado en el césped de la portería Norte en San Nicolás de los Garza. Dante olvidó decir que existe círculo del Infierno reservado exclusivamente para los falladores de penales en donde vivirán atormentados por los siglos de los siglos recordando esa fracción de segundo en que su píe envió el balón en la dirección equivocada.

La Guerra de 100 Años

El conflicto bélico más largo de la historia, es la llamada Guerra de 100 años entre Inglaterra y Francia. El nombre con el que se le denomina se queda corto, pues la guerra duró en realidad casi 130 años, si bien en todo ese tiempo hubo alternancia entre periodos de combate sin cuartel y meses de relativa y mentirosa paz.
Hacia 1429, cuando Inglaterra ya tenía en la bolsa a los franceses y la moral gala se arrastraba por los suelos, surgió de la campiña una visionaria jovencita de 19 años que en cuestión de semanas, revirtió la situación y volteo la tortilla a favor de Francia. La nación que tenía la guerra perdida, se alzó victoriosa (aunque muy fugazmente) acaudillada por esta muchacha enfundada en una armadura que seguramente pesaba más que su cuerpo. Estoy seguro que no existe punto de comparación alguno entre Juana de Arco y Zinedine Zidane. Me imagino que la linda doncellita de Orleans estaba más o menos potable y no creo que alguien pudiera confundir al malencarado calvo de Marsella con una muchachita guapa como supongo era Juana.
Sin embargo, ayer, cuando los hooligans ya entonaban el God Save the Queen y se preparaban para una noche de larga jarra, llegó la pierna de Zidane y en dos minutos los puso contra la pared. Un tiro libre colocado con guante de seda y una lección ejemplar de como patear penales con dedicatoria para David Beckham en tan sólo dos minutos, hizo callar a la Reina y entonar la Marsellesa. Lisboa no fue Waterloo, Napoleón le jaló las patas a Wellington y el equipo de la Rosa peligra una vez más.

Helenos y lusitanos

Los griegos que fueron a Portugal no tienen cara de espartanos. Su actitud no se parece a la de los combatientes de la Iliada, o los mártires de Salamina o las Termópilas. No lucen en absoluto como un ejército poderoso, pero ah como son efectivos. Digamos que más parecen una guerra de guerrillas. Hacía mucho, muchísimo tiempo que no veía un equipo tan incómodo, tan correoso como este Grecia. Esa forma que tienen de defender y multiplicarse por tres en la marca personal es para desquiciar a cualquiera. Apenas le caía le pelota a Figo y ya había tres helenos encima de él. La regresaba y otro par cae sobre de ella como perros. Mandaba centro al área y el balón era rechazado burocráticamente por una filosofal cabeza ateniense presta a desbaratar todo intento de los lusitanos. Los navegantes portugueses perdieron la brújula. El capitán Vasco Da Gama se quedó a la deriva en su barquito flotando en alta mar mientras la cuna de la civilización occidental le comía el mandado en la cocina de su casa. Pobre Figo, extraordinario jugador condenado a encarnar la historia de lo que pudo haber sido. Pobre Felipao, descubriendo que hablar portugués no es lo mismo que hablar brasileño. Pobre Cristiano Ronaldo, queriéndose comer la Europa unificada a sus 18 años. Pobre Portugal y pobre de mí, que hace muchos años sueño con ver cubrirse de gloria a los lusitanos.


Rafael Medina

No se lo que quiero, pero se lo que no quiero y hoy no me gustaría ser Rafael Medina. Mi piel no soportaría llevar un tatuaje tan espantoso por el resto de mi vida. Un tatuaje tan grande como el marco de una portería a la que ni siquiera le supo atinar. Una pata enchuecada por los nervios, una pelota que se fue volando como el campeonato y que fue a dar a la pista asfáltica del México 68 o algún lugar de una tribuna atiborrada de rebeldes cegehacheros. Dicen que la gente sólo recuerda a los goleadores y olvida a los que fallan. Rafa Medina sin duda reza para que lo olvidemos pronto, pero de todos los nombres de la derrota, es el único que jamás vamos a olvidar. A ver aficionados Pumas y Chivas, hagamos un ejercicio ¿Pueden ustedes decirme en este momento de memoria los nombres de los nueve tiradores que sí acertaron los penales? ¿Me los podrán decir en una semana? ¿Los recordarán en un año? Son simplemente nueve pateadores que cumplieron su burocrática obligación con poner el balón en la red. Punto. ¿Pero pueden decirme el nombre del que falló? Síííí. Se llama Rafael Medina, contesta el estadio entero como el coro de una tragedia griega y su nombre quedará inmortalizado de la misma forma que recordamos a Baggio volando la pelota por los aires de Pasadena en el último penal del Mundial 94, o a Zico entregándole la pelota a Bats en el Jalisco, o como sucedió ese mismo día, unas horas más tarde, aún podemos ver a Servín sacando espantoso calcetinazo contra Schumagger desde ese punto penal maldito marcado en el césped de la portería Norte en San Nicolás de los Garza. Dante olvidó decir que existe círculo del Infierno reservado exclusivamente para los falladores de penales en donde vivirán atormentados por los siglos de los siglos recordando esa fracción de segundo en que su píe envió el balón en la dirección equivocada.