Impresiones coreanas

 

Primeras impresiones tras casi 24 horas en Corea del Sur

1- Perdón por empezar por la odiosa comparación, pero Japón y Corea tienen un ADN contrastante. Su esencia, su atmósfera y su espíritu no tienen nada que ver.

2- En Corea les late el cristianismo. Salí a cazar el primer amanecer en Seúl y lo primero que me sale al paso es una imponente catedral católica. Justo a las 6:00 de la mañana empiezan a doblar las campanas con devota intensidad.

3- En Corea no funciona Google Maps y eso desespera a Carol.

4- En Corea el ajo tiene la personalidad de una bomba atómica y el kimchi puede ser radioactivo.

5- En Seúl hay más cafés que en la Cacho y que en todo Colombia. En Japón les gusta el té, pero aquí son recafetaleros.

6- En Corea las cremas hidratantes y el embellecimiento de la piel encarnan una suerte de culto nacional.

7- Aquí en Seúl hay una esencia de capitalismo en brama. Los rascacielos, las anchísimas avenidas, el estilacho ejecutivo.

8- Tampoco me hagan caso. Las primeras impresiones siempre mienten.

Pd- Los terremotos bursátiles y geológicos nos andan sacando sustos en Japón.

Gangnam Style de la lectura

 

Existe un Gangnam Style de lectura? Vaya que existe y raya en lo sublime. Campo de Estrellas le llaman. Esos descomunales libreros cilíndricos me hacen pensar en la Biblioteca de Babel de Borges. Para algunos, Starfield Library es solo una biblioteca tan instagrameable como lo es el Ateneo en Buenos Aires. Yo en cambio lo veo como un oasis, un divino e improbable punto de fuga. En medio del centro comercial más fashion y elitista de Seúl hay una bellísima biblioteca con más de cien mil libros. Alguien te cobra por estar ahí? No. Puedes pasar el día entero leyendo y siendo feliz y vaya que vi gente, sobre todo joven, entregada a la lectura. Hay quienes han comprendido que el espacio público por excelencia y el territorio más democrático e incluyente del mundo será siempre una biblioteca.

AMANECE EN UENO

 

Primer amanecer en Japón. Despiertas antes de las 4:00 am en una habitación completamente a oscuras luego de un blackout absoluto tras las doce horas de vuelo y el recorrido en tren desde Narita. Todo es pura sustancia de sueño, absolutamente irreal, pero sabes que ya no te será dado dormir. Carol De Hoyos despierta también y antes de las 4:30 caminamos por la estación Ueno rumbo al parque. La primera luz irrumpe antes de las 5:00. Hay una esencia de añeja e inofensiva marginalidad en los alrededores. Un estanque cubierto de flores de loto es envuelto por los primeros rayos. Esto es un paseo por un bosque narrativo. Cada rincón narra una historia. Budas y toris de un añejo Edo destellan frente a los edificios con la primera luz. Primer amanecer en la tierra del Sol Naciente, más de siete kilómetros y medio caminados entre Parque Ueno y Universidad de Tokio con infructuosa incursión a un Jimbocho todavía dormido. No son ni las 9:30. Ya fuimos y venimos pero la sensación de irrealidad no se disipa. Alguien nos está soñando.

eterno viajar

 

No hay contraste ni oposición entre trayecto y destino, porque el Viaje se vive en la carretera y en la sala de espera, en el repentino inconveniente y en la grata sorpresa. El Viaje se vive intensamente en los días y en las horas previas y en cada mínimo instante desde que cierras la puerta de casa, pues el embrujo suele estar siempre al acecho.