Eterno Retorno

Tuesday, March 13, 2007

Crack

Siempre he sido de los que desprecian la parte superior del teclado. Los números no son lo mío, aunque a gritos y sombrerazos he conseguido arreglar y mantener mi vida valiéndome de las letras.

Pero al final de cuentas tú y yo sabemos que esas letritas son tan etéreas como un sustantivo abstracto. Lo que al final cuenta son los numeritos, esos que están hasta arriba de tu teclado y que casi ningún periodista sabe manejar y que ni tú ni yo entendemos para acabar pronto.

Y en al aire se intuye que los números están a punto de escupirnos una de esas crueles verdades que tanto lastiman.

Esos siniestros alquimistas de la economía suelen fallar en sus pronósticos aún más que los lectores de horóscopos, pero cuando escuchas que todos están preocupados, algo te dice que este río que tanto suena lleva agua puerca

Ahí está el hechicero Alan Greenspan que con sus 81 añitos de edad ve en su bola mágica de cristal un amenazador 33% de posibilidades recesivas para este año. Los que saben de esto, y conste que yo no se un carajo, empiezan a ver paralelismos entre 1987 y el 2007. Intuyo que los factores que rodean y condicionan la economía mundial son harto distintos 20 años después, pero una suerte de abominable vaivén, propio de plagas y sequías o un caprichoso Eterno Retorno de nuestras pesadillas, anticipan que el siete no será el número de la suerte y que el aire apesta a crack financiero.

Y mientras acá los tundeteclas nos rompemos la cabeza con encontrarle la cuadratura al círculo en la campaña de Jorge Hank Rhon, allá en Wall Street los brujos ven señales funestas en el cielo, presagios macabros de un Apocalipsis del que no te salvará ni la poesía, ni la inspiración, ni los deseos de prosperar, porque de esta no te salva ni Felipe Calderón ni el gordo Agustín Carstens ni Guillermo Ortiz ni los blindajes de ninguna especie.

Amamantando calostro de la economía estadounidense, estamos condenados a aguardar la llegada del crack como cerdos en el camión que los conduce al matadero.

Que los mercados del Pacífico, que los subsidios chinos, que la desaceleración estadounidense, que la pérdida de poder adquisitivo, que los jinetes del Armagedón y mientras nosotros ahogamos en licor la noche tijuanense y aguardamos hedonistas el inevitable arribo de la catástrofe.



Antiyanquis

Muchas personas definen al antiyanquismo como una característica muy propia del mexicano, pero en honor a la verdad en el ranking del odio hacia el Tío Sam, los mexicanos apenas figuramos.
Las manifestaciones de rechazo y repudio a Estados Unidos y su política que he visto en otros países del mundo superan por mucho el antiyanquismo bravucón de cantina que se profesa en México.
En octubre de 2005, en nuestra primera visita a Argentina, encontramos Buenos Aires tapizado por pintas Anti Bush y furiosas manifestaciones por su visita a Mar del Plata. Algo similar, aunque no tan fuerte, vi en República Checa y en Francia en 2004.

Ahora Latinoamérica entera se rasga las vestiduras con la llegada de Mister Bush. Brasil, Uruguay, Guatemala queman banderas y despotrican contra el texano, pero en México, como suele suceder, nos vale un carajo. En teoría tenemos más razones históricas para odiar realmente a Estados Unidos. A ningún país de Latinoamérica le han mochado más de la mitad del territorio ni le han colocado la bandera de las Barras y las Estrellas en pleno Palacio Nacional como sucedió en 1847. ¿Qué le ha hecho USA a Argentina? Sí, que las políticas del FMI, que el apoyo a Tatcher en las Malvinas y la carabina de Ambrosio. Bla, bla, bla. Nosotros sí tenemos más de un rencorcillo por ahí guardado, pero las visitas de mister Bush nos tienen sin cuidado. Sí, están las protestas de los cegehacheros y perredistas de toda la vida, pero esos protestan de oficio, como modus vivendi de todo chilango izquierdozo y en honor a la verdad las manifestaciones antiyanquis mexicanas no tienen nada que hacer con las que he visto en el Cono Sur, en Europa o en Cuba.
Y además, no se si te has puesto a pensar en lo ocioso que resulta protestar contra Bush. Es tan ocioso, tan inútil y tan sin sentido como su visita a México. Ni las protestas ni la visita van a cambiar en algo, en un mínimo carajo la situación del país. Con o sin visita de Bush seguiremos en las mismas y con o sin visita de Bush nadie nos salva del chingazo financiero que viene. ¿Qué quieren? ¿Que Felipito Calderón no lo reciba? Sería tanto como que tu jefe o el jefe de tu papá o el tipo de cuya economía dependes te dice que va a ir a cenar a tu casa y te pones los moños y le dices que no lo recibes y que se vaya a chingar a su madre. En el momento en que se le de la gana venir a México a Bush lo recibe Calderón, lo recibe AMLO, lo recibe Madrazo y hasta Doña Rosario Ibarra. No veo un solo político mexicano tan demente como Hugo Chávez para darse el lujo de desairar e insultar al que, queramos o no y con todo y su IQ de retrasado mental, truena los chicharrones de nuestra magra y escuálida alcancía.

Monday, March 12, 2007

El nombre

Hace unos días recibí un mail que bien podría ser el comienzo de una novela de Paul Auster. Me escribió una persona llamada David Muñoz quien creyó encontrar en mí a su compañero de luchas izquierdistas en los años 60. Un poco de fantasía austeriana podría dar lugar a una historia estilo Ciudad de cristal o Leviatán.

Transcribo íntegro el mensaje, incluidas faltas y errores de dedo:


Daniel Salinas, eres tu el que pienso yo que tu eres? el grande mono salinas ya compañero de luchas estudiantiles en los años 60 en las tierras araucanas de Cautin con capital Temuco. Si tueres ese Daniel, yo soy el David Muñoz que viene de la metropolis de Quitratue ya amigo, compañero de liceo, y compañero de las juventudes socialistas, del otro quitratuense que fuera el gran camarada Cañon Fierro... No me alargo en explicaciones porque si despues es daniel que yo espero tu seas no eres, que desilucion seria?
Si eres tu respondeme, en el intertanto yo leo tus cosas.
ps. este aparato lo estoy descubriendo desde no hace mucho.
Saludos
david

Si siguiera los consejos de Paul Auster, le respondería a David que yo en efecto soy ese Daniel Salinas chileno veterano de guerrillas. Me inventaría una historia actual de exiliado en México e iniciaría entonces la una novela con mi nueva identidad, pero no quiero desilusionar a David, aunque no deja de haber extrañas y austerianas paradojas. Y es que Temuco es precisamente la ciudad natal de mi heterónima favorita Ámber Aravena. No he tenido la fortuna de visitar Chile y apenas tengo mínimas referencias sobre la ciudad de Temuco, pero por alguna extraña razón me gustó para ser la tierra natal de Amber y ahora resulta que mi homónimo guerrillero Cañón Fierro nació ahí.


El asunto me hace reflexionar nuevamente sobre el nombre ¿Qué tanto estás encadenado a la palabra que te nombra? ¿Es tu nombre el que te define?


Si le hago caso a las teorías de Bert Hellinger en el sentido de honrar el origen y sacralizar al ancestro sanguíneo (y vaya que Carolina me saca teorías de Hellinger a cada rato) mi nombre poco o nada tendría que ver conmigo en la realidad, pues ni siquiera nací con el Salinas. Y si aplico la filosofía de la vida cotidiana, podría concluir que mi primer nombre, Guillermo, tampoco tiene que ver nada conmigo, pues a menudo se me olvida que me llamo así y casi todos los que me rodean lo ignoran. Cuando veo un Guillermo jamás pienso que es mi tocayo y cuando en medio de un trámite (digamos tramitar placas o pasaporte) el burócrata en cuestión me llama por el Guillermo, nunca volteó pues se me olvida que me están llamando a mí.

Desde lejos he sabido de muchos Daniel Salinas, aunque en mi vida sólo he conocido a uno directamente. Era estudiante de Economía en la UANL, vegetariano radical y según recuerdo muy inteligente.

Siempre he dado por hecho que en el Mundo no existe otro Daniel Salinas Basave y de hecho ni siquiera un Salinas Basave que no sean mis hermanos, pero el austeriano azar del internet me llevó a enterarme que hay por ahí una Karina Salinas Basave que es número de matrícula 303321277 de la UNAM y que estudia Ciencias Políticas. ¿Mi hermana perdida? Pues si estudia Ciencias Políticas y en la UNAM puedo apostar triple contra sencillo a que mi carnalita es izquierdista, simpatizante de AMLO y aficionada a los Pumas. Tendré que darle catecismo e iniciarla en la Fe del Evangelio Tigre y hacerla olvidar sus patéticos delirios zurdos.


MSG

Tres cuartas partes de mi lista de contactos de msg está constituida por gente a la que jamás en mi vida he visto y que no se cómo diablos llegó hasta ahí.

A menudo aparecen solicitudes para ser dados de alta en la lista y yo a todas digo que sí, aunque me queda claro que hay más de 30 personas que entraron por error. Hace poco pidió ser dada de alta una Ana Paola Rodríguez y yo dije sí. Pensé que se trataba de mi ex compañera de Frontera y actual directora de Bulbo Press, pero resultó ser una niña de nueve años que creía estar hablando con su primita Daniela Basave. Lo más probable es que la tal Danielita Basave tenga algún parentesco conmigo, pues según creo, todos los Basave que hay en México, que son poquísimos, provenimos del mismo árbol genealógico.
Algunos extraños que han llegado al msg han resultado gratas sorpresas con quienes se pueden mantener conversaciones interesantes, como es el caso de mi amigo Paul de Perú, hincha del Alianza Lima y la poesía de César Vallejo. Pero hay gente que de plano no se ni cómo ni por qué carajos le interesó darse de alta conmigo. Hay una tipa que se llama Eugenia o eugenebre con la que jamás he cruzado palabra y que hasta la fecha tampoco se por qué demonios se dio de alta, pero se pone unos nicks odiosamente cursis, lo mismo que una tal princesa gato que no se cómo ni por qué chingados se dio de alta.

Yo no soy precisamente un entusiasta del msg. Jamás en mi vida he usado una frasecita o un apodo como nick y desde hace meses tengo la misma foto. Rara, rarísima vez inicio una conversación, salvo cuando se trata de mi familia en Monterrey, con los que siempre es un gusto hablar.

Por azares de la red y el destino, muchas de las personas que conocí en mi ya lejana etapa como habitante del Estado México se han puesto en contacto conmigo por msg, pero luego de una ordinaria y reglamentaria conversación marca qué has hecho y qué ha sido de tu vida, todo suele quedar en el silencio. La única amistad real se fundamenta en el presente. La amistad tiene que ver con compartir un momento específico de la vida en donde hay caminos e intereses comunes, pero cada vez me parece más patético contarle tu vida a alguien que no has visto hace 15 años. Nada más absolutamente absurdo y aburrido que una reunión de ex alumnos de una secundaria o prepa.

Paradojas del destino: La gente con la que más hablo en el msg son casi siempre compañeros de trabajo que están sentados a unos metros de mí y a los que ni siquiera tendría que alzar mucho la voz para hablar con ellos.