Eterno Retorno

Friday, June 27, 2008

El ángel literario
Eduardo Halfon
Anagrama

Por Daniel Salinas Basave

Por pura y simple intuición uno huele los buenos libros y no solo en el sentido más literal de la palabra (pegar la nariz a las páginas es un vicio añejo e imposible de superar) sino en el de ese extraño sexto o séptimo sentido que permite detectar en las profundidades de una librería auténticas e improbables aves raras. Absolutamente nada sabía acerca del autor guatemalteco Eduardo Halfon. Nunca lo había escuchado mentar y obvia decir que carecía de la más mínima referencia sobre “El ángel literario”. Topé con ese libro una tarde de mayo husmeando en una librería en el centro de Morelia Michoacán, ubicada por cierto a unos metros de la casa donde nació José María Morelos. Luego de la hojeada de rigor a la que suelo someter a más de una decena de libros en tardes relajadas como aquella, esa química incomprensible comparable a la amorosa provocó que pasara la tarde entera pensando en el ejemplar que en una primera instancia no compré. Al día siguiente seguía recordando “El ángel literario” así que minutos antes de partir de Morelia a Guadalajara corrí a la librería a llevarme el libro de Halfon. Lo incoherente del asunto fue que pese a haber padecido una fugaz obsesión por el libro, lo tuve guardado más de cuarenta días y apenas la semana pasada inicié su lectura, pero apenas en las primeras páginas me quedó claro que esa repentina obsesión no fue gratuita ni infundada. Muy pronto tuve la absoluta certeza de estar ante un libro realmente atípico, raro, renuente a cualquier intento de clasificación. ¿Ensayo? ¿Ficción? ¿Desvarío? ¿Libre asociación? Tratar de clasificarlo es tanto como tratar de sujetar a un pez embarrado de mantequilla. Halfon no se limitó. Liberó a la pluma en la estepa virgen de una hoja en blanco y le soltó las riendas. El resultado fue amorfo, anárquico acaso, pero ciertamente genial. “El ángel literario” parte de una pregunta en apariencia tan sencilla, que en una primera instancia no reparamos en lo complicada que puede resultar responderla ¿Por qué alguien empieza a escribir? ¿Hay un momento específico, concreto en que se produce ese milagro? ¿Es una suerte de sortilegio? ¿Es magia o simple terquedad? Halfon recrea con tremendas licencias literarias los casos de cinco narradores absolutamente contrastantes y disímiles. Hermann Hesse, Raymond Carver, Ernest Hemingway, Ricardo Piglia y Vladimir Nabokov no tienen en apariencia mucho que ver, fuera del hecho de ser todos escritores y de haber tenido todos un momento en el que cayeron en el pozo sin fondo del vicio literario. ¿Es un ángel o un demonio el que habita en ese pozo? ¿Los elevó a sus paraísos creativos o les dio un tour por sus infiernos individuales? Mientras vamos de la mano de estos narradores convertidos por momentos en personajes de ficción, el autor incursiona en la página, cede a la tentación autobiográfica, entrevista, se autocuestiona, retorna a sus autores, platica con ellos, conjura al ángel o al demonio y vuelva a la pregunta ¿Qué diablos es lo que provoca que alguien de buenas a primeras se ponga a escribir? ¿Entra este misterio en terruños racionales o es pura hechicería? Un fantástico desvarío sobre el misterio de la creación, con más preguntas que respuestas y por fortuna, con menos cordura que demencia.

Thursday, June 26, 2008

Nueve años

He conocido mucha gente que tiene pavor a dar el sí, que experimentan síntomas de crisis nerviosa y quiebre psicológico previo a una boda, que padecen noches de insomnio y al final acaban por dejar plantada en el altar a la novia con la que llevan más de diez años.

He conocido parejas que pasan dos años diseñando las invitaciones, que apartan el salón más fino con cinco años de anticipación, que se pelean por la iglesia de moda, que hacen a sus padres tirar los ahorros de toda una vida en una noche de fiesta donde la gente solamente acude a comerlos vivos con su lengua de serpiente. Parejas que empeñan su vida entera en una boda y que a los seis meses están divorciados.

Y sí, obvia decirlo, he conocido demasiadas parejas infelices, parejas para las que una boda significa un sepulcro del amor. Ellos aferrados a sus clubs de toby, a sus patéticas pedas machistas, a sus reuniones de cantina y dominó donde se habla de carros, sueldos, pisto e infidelidades. Ellas aferradas a sus cofradías de gordas, a sus baby showers donde sólo se habla de mocosos con mierda embarrada en el culo, del kinder más caro, de la sirvienta, de la nueva dieta y de lo cerda que se ha puesto la amiga ausente. Parejas que sólo salen juntos la noche de Navidad y cuya misión en la vida es parir.

Visto así, el matrimonio podría parecer una pesadilla. Ahora, si tomamos en cuenta que soy de naturaleza solitaria, que soy básicamente insoportable, que no tengo un carácter fácil ni amistoso, todos los pronósticos hubieran indicado que yo no estaba hecho para el matrimonio.

Pero los pronósticos están hechos para romperse y resulta que me casé y no solo eso, sino que he sido muy feliz. Cuando di el paso no lo pensé dos veces, ni tuve siquiera una noche de insomnio o un mínimo titubeo. Una decisión tan trascendente en tu vida puede ser muy fácil si sabes que te estás casando con la persona adecuada. Yo fui afortunado. Eso no se analiza ni se estudia. Se siente y los sentimientos nunca son mentirosos. He cometido algunos o acaso muchos errores en mi vida sobre todo en el plano académico, laboral y profesional en donde aún hay mucho por enmendar y donde estoy lejos de sentirme medianamente satisfecho.
Pero en el terreno amoroso tomé la mejor decisión de mi vida y como no todos los días toma uno la mejor decisión de su vida, luego entonces ese día merece ser celebrado. FELICES NUEVE AÑOS.

Tuesday, June 24, 2008

El 24 de Junio, el mero DIA DE SAN JUAN,
un baile se celebraba y en ese pueblo de IXTLAN

Misterios

Son las cosas incomprensibles y sus infinitos misterios lo que vuelve fascinante esta vida. Hay temas o aspectos en los que no importa cuánta experiencia creas tener, pues al final siempre te reservarán una sorpresa.
Las mujeres, la línea para cruzar a San Diego, el futbol, siempre serán impredecibles. Por más que creas conocer a una mujer, nunca perderá su capacidad de sorprenderte y siempre esconderá dentro de ella un misterio (por algo son mujeres). Por más años que hayas vivido en Tijuana, nunca podrás atinar a predecir cuántos carros habrá haciendo fila para cruzar la frontera y por más partidos de futbol que hayas visto en tu vida, jamás podrás pronosticar objetivamente cómo jugará un equipo.

A este último aspecto quiero referirme. ¿Cómo explicar la caída de Holanda frente a Rusia en la Eurocopa? Cualquiera que haya visto a la Naranja Mecánica aplastar a italianos y franceses, habría afirmado con todas las tablas de la lógica y la razón que los Tulipanes llegarían sin problemas a la final y cualquiera que haya visto la miseria futbolística de los eslavos frente a españoles y griegos habría pronosticado una inmediata eliminación. Pero la armada zarista exprimió cada gajo de la naranja. Dentro de los terrenos sorprendentes pero lógicos podría haberse pensado en un triunfo de Rusia con un gol fortuito, con todo el camión tirado a defender su portería y seis balones al poste de Holanda, pero no. Los rusos dominaron de pe a pa los 120 minutos y los holandeses se vieron sosos, acartonados, vacíos de ideas.

Pero aunque la lógica no imperó en Holanda vs Rusia, tuve la plena seguridad de que nada, ni los dioses, ni la magia, ni Villa, ni el Niño Torres, podrían torcer el destino trágico de España frente a los italianos. Parecía el guión de una tragedia de Sófocles. La fecha, el rival, las circunstancias dejaban a la Furia Roja condenada de antemano a morir. España, bellos juegos en primeras rondas, eternas promesas de niños prodigio y equipos de ensueño que a la hora definitiva les fallan las piernas (España ha perdido más series de penales que México) Italia en cambio es la historia de horrendas primeras rondas, de calificaciones de panzazo, de marrullerías defensivas, patadas arteras y contragolpes letales capaces de llevarte a la gloria. España juega, Italia gana. Sentimentalmente yo deseaba el triunfo ibérico, pero mi razón y mi lógica cartesiana me hicieron ver que los italianos se saldrían con la suya pasara lo que pasara. Sólo una cosa fue capaz de torcer el destino trágico de España y modificar 88 años de historia trágica frente a Italia. ¿Saben cuál fue la clave que cambió el destino para España? Que se me ocurrió apostar una botella de vino con un buen amigo. Yo, creyéndome dueño de la lógica, aposté que Italia ganaría. Bastó que yo hiciera eso para que los españoles se acordarán de cómo tirar penales y Casillas se vistiera de héroe. Iker me mandó a buscar una buena botella, pues mi amigo no se conformará con cualquier cosa ¿Un vino español será lo adecuado para la ocasión?
En cualquier caso, ya no me animo a predecir ni apostar nada. Hace cuatro años, gané un muy buen dinero cuando en una quiniela todos se burlaron de mí cuando me tocó Grecia. Ahora prefiero no pronosticar nada. La lógica dice que es España vs Alemania y que el espíritu germánico siempre es más fuerte, pero ya tampoco me sorprendería ver Turquía vs Rusia.

PD- Aunque de la Eurocopa no me he perdido un solo juego, no ví ni tuve mas mínimas ganas de ver el México vs Belice. Sin embargo, por un momento me sorprendí al descubrir los enormes deseos que tenía de ver a los beliceños sacándonos el partido y ganándonos 3-0. ¿Se imaginan? ¿Eliminados del Mundial con dos años de anticipación? ¿Cuántos millones de dólares perdería Televisa? ¿Con qué entretendrían en los próximos seis años a ese ejército de patrioteros adictos a la derrota?

PD- Hay cosas impredecibles, ya lo he dicho. Por desgracia, hay otras que son odiosamente ordinarias, predecibles y carentes de toda sorpresa: La política y el periodismo político, hijos de Sísifo al fín.